Sony ¿en la dirección correcta?

[size=16][u][b]El gigante japonés de la electrónica ve cuestionada su política de adquisiciones tras varios trimestres arrastrando pérdidas.[/b][/u][/size]


[i]Lanzamiento del Sony Ericsson Xperia Arc en el CES 2011. Entonces ya se empezaban a escuchar rumores de la operación de adquisición de la parte sueca de la joint venture. [/i]



No corren muy buenos tiempos para la multinacional japonesa Sony. Además de la rampante crisis económica mundial, esta compañía debe enfrentarse también a sus propios demonios en forma de una política de compras que no ha gustado a muchos analistas de mercado e inversores.
La adquisición de la parte de Ericsson en la joint venture que unía a ambas compañías en la fabricación de terminales de telefonía móvil provocó, a principios de Noviembre, un tirón al alza de la cotización de la multinacional en la bolsa que, no obstante, tan rápido como subió, también bajó. Más rápidamente incluso…

Y es que nadie en Sony se ha preocupado por explicar más detalladamente los planes de la multinacional nipona para reflotar su maltrecha inversión en el mundo de la telefonía móvil, que ha conseguido una cuota de mercado muy inferior a las expectativas que se pueden poner en ella por su gran potencial y su impresionante presencia de marketing en toda clase de eventos como las principales ferias del sector tecnológico (Mobile World Congress, CES,…).

No es la única compra que se ha puesto en tela de juicio, aunque sí la principal. Y relacionada con esta, la adquisición de parte de la cartera de patentes de Nortel Networks, junto a otros importantes jugadores como Microsoft, Apple o RIM.
En cambio, la compañía no parece haber adquirido nada para fortalecer aún más sus productoras de contenidos, tanto en el ámbito de la música como del cine o la televisión, y eso que son una serie de mercados en los que, pese a sufrir los envites de la piratería online, siguen aportando unos buenos beneficios a las arcas de la empresa. La división musical y la de cine fueron la segunda y tercera que más beneficio aportaron en el pasado año fiscal.

La venta de aparatos electrónicos como televisores ha arrastrado pérdidas a la multinacional, que ahora debe jugar en un mercado mucho más duro, competitivo y masificado que en las décadas de los 80 y 90, cuando era la reina indiscutible. Algunos sugieren, incluso, que debería abandonar muchas de sus líneas de producción al no poder competir con la nueva hornada de fabricantes, especialmente las marcas surcoreanas como Samsung o LG.

Desde poco antes de mitad de este año, la cotización bursátil de Sony se ha venido abajo de tal forma que, a día de hoy, la compañía se encuentra en el momento más bajo desde el primer trimestre de 2009.

¿Podríamos encontrarnos ante el principio del fin de la Sony que hoy conocemos? Si algo nos enseña la historia es que nada es para siempre. Los más grandes imperios han acabado cayendo, tras más o menos tiempo, pero es un destino indefectible. Sony es, sin lugar a dudas, una compañía que ha marcado mucho en el mundo de la electrónica de consumo, un verdadero imperio en esta industria que extiende sus tentáculos fuera de ella aunque en campos que también se relacionan como el cine (contenidos, y cada vez más digital).
El problema es que, cuando estás en medio del proceso, nunca te das cuenta. Siempre es a posteriori que uno puede sellar la defunción de un imperio en un libro de historia, por lo que tampoco podemos afirmar que estos días estén viendo el principio del fin del dominio de esta compañía que ha marcado época.

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