Español (ES)
Usuario anónimo
Iniciar sesión | Regístrate gratis
Foro de Cine, series y libros

Responder / Comentar
Foro Cine, series y libros
Por Efraso11
Hace 11 años / Respuestas: 0 / Lecturas: 274

La conciencia de un soldado.

[i]“Qué es el hombre mortal sino una cresa. El hijo del hombre, un gusano. Tan insignificante como una capa de tenue polvo sobre la balanza.” [/i]

Aquellas palabras resonaron en mi cabeza durante toda la noche una y otra vez. Mi compañero de pelotón, debió sentirse como yo al ver tanta desolación. Él creía demasiado en Dios y recitaba de la Biblia constantemente para conservar su fe. Supongo que no encontraría otra forma de acallar su conciencia. Yo hacía tiempo que había perdido ambas cosas.   

En el Bosque de las Ardenas, con el frio calándote los huesos y resistiendo los contraataques  de los Alemanes, te importa poco plantearte lo que está bien o lo que está mal. Cuando el despojo que esperas llevarte de todo aquello es como mucho tu propia vida. 

En un sucio agujero, temblando por el frio, con mi fusil apuntando hacia la arboleda de enfrente y rogando por qué no volviera a ver ninguna oleada de enemigos ni a sus temibles tanques, pocos remordimientos se podían tener de lo que ya habíamos hecho. Estábamos acabados. Nuestra situación era lastimosa. Dos balas en la recamara y un cargador de peine en mi bolsillo. Los campos nevados, mis manos llenas de ampollas. Los pies  y el rostro rodeados de tela para poder apaciguar aquel frio insoportable. Oliendo los cuerpos de los caídos que comenzaban a apestar, las heces y los orines que soltamos sin querer durante lo más terrible del enfrentamiento. Todo aquel infierno que soportaba, finalmente me hizo meditar en algo que ya sabía desde hacía tiempo, pero que nunca me lo había planteado. 

“Los Alemanes están cagados de miedo, estaremos en Berlín por navidad.” Decían meses atrás los más optimistas mientras reían a carcajadas. Hacía tiempo que aquello ya no se escuchaba. 

Una cosa si era segura, ni aquel sitio era Berlín, ni estaríamos pronto en nuestras casas. La moral estaba por los suelos. Dos años atrás, jamás me habría imaginado en aquella situación, desecho por todo aquello que mis ojos habían visto y oído. Un Soldado recién incorporado a filas era yo entonces, deseoso de acción y de medallas. Ahora… poco queda ya de aquel joven rubicundo. 

Recuerdo el primer salto con la 101 Aerotransportada sobre la Francia ocupada. Muchos de mis compañeros no pasaron del primer día. Allí se quedaron sus cuerpos esparcidos por los cielos. Tenía tantos amigos jóvenes y soñadores como yo... ¿Qué cuáles eran nuestros sueños? Cualquiera que fuesen, a partir de ese día se desvanecieron por uno solo… Sobrevivir.

Recuerdo lo que decía mi amigo Phill mientras caminábamos borrachos como cubas por las calles de Londres durante unos días de permiso.  

“¡Vamos a hacernos un tatuaje de un paracaidista bien grande en el brazo! ¡Ja, ja, ja! ¡Al infierno con todo! Si de la Compañía quedamos tan solo sesenta y cinco de los trescientos cincuenta que comenzamos la invasión, no vamos a durar mucho.” 

Pensábamos que íbamos a morir pronto. Y así fue, comenzamos a morir por dentro lentamente. 

La primera vez que maté a un hombre… aún hoy me es difícil explicar lo que sentí. ¿Aterrado? ¿Extasiado? O Aturdido. Aquella sensación se perdió con el tiempo, cuando matar a personas era… ¡como matar animales! Te acostumbrabas a ver los cuerpos, sus carnes quemadas y putrefactas, toda esa sangre desparramada. Ni siquiera nos hacía efecto aquel nauseabundo olor. ¿Donde había quedado nuestra conciencia?

Corrían rumores entre nosotros acerca de un soldado Alemán, defensor de la playa de Omaha, que mató mil doscientos soldados Aliados en el desembarco en el mismo día. Desde su nido, con una Mg42. ¡Mil doscientos soldados! Tantos y tantos jóvenes que no verían más la luz del sol, que no volverían a sus hogares con sus familias. ¿Qué clase de conciencia podría tener aquel soldado? ¿Le costaría conciliar el sueño como a mí? Yo tan solo había matado a nueve enemigos y si dormía era por puro abatimiento debido al cansancio. 

Era realmente terrible la ametralladora Mg42. Al oír aquel nombre nuestros cuerpos temblaban. En multitud de ocasiones escuché el aterrador sonido de aquella ametralladora escupiendo fuego a cierta distancia de mí. No tan lejos zumbaban las balas de mi cabeza. Ese sonido característico, esa cadencia de tiro y ese calibre formaban un arma estremecedora. ¿Cuántas vidas segarían aquella arma letal? 

Recibí unos días de permiso por destruir un par de nidos de estas ametralladoras. Lo que en un principio me pareció algo bueno resultó ser no obstante un callejón sin salida. Cualquiera lo diría de un descanso. Cuando estaba por las plazas y los lugares concurridos donde los soldados disfrutaban de días de permiso como yo, una pregunta martilleaba mi mente y la atormentaba constantemente mientras los observaba. ¿Cómo pudieron todos ellos olvidar lo que vieron y oyeron? Yo jamás podré olvidar los rostros de aquellos a los que maté. Jamás olvidaré el último aliento de tantos a los que amé. Mi lugar no se encontraba en aquel sitio. Volví de nuevo al frente con los míos. 

¿Quién fuiste tú que compartiste todo aquel horror conmigo? El hermano, el amigo. Un amor indescriptible me unía a ellos. ¿De dónde manaba aquel sentimiento tan profundo? El cual salía a la luz abruptamente en los últimos momentos, cuando suspiraban sus últimas palabras en mis brazos y sus corazones se apagaban tal como una brasa alejada de las ascuas. En esos momentos no hay palabras que decir, ni adioses que dar. El silencio de todos quedaba como triste despedida. “¿Dónde está tu Dios?” Le musitaba al oído. Tan solo un par de lágrimas que surgían de mis ojos como respuesta debido a la deshidratación. Mientras bajaba los parpados de lo que antaño fuera algo tan querido y apreciado por todos. Aquel Dios en el cual tanta fe había depositado no se encontraba allí.  

“Dios está con nosotros“. Nos decían los Sacerdotes dándonos una bendición antes de la batalla, antes de ir a clavar la bayoneta en los estómagos de nuestros enemigos. Si Dios está con nosotros, ¿Quién está con ellos? ¿Acaso no sabemos con certeza de que en el bando Alemán algún Sacerdote los bendeciría a ellos también?… ¿Con quién estaba Dios entonces? Él no me sacaría de aquel maldito lugar. Se había alejado de aquella matanza hacía ya mucho tiempo. 

¿De dónde surgía tanta maldad? Seres humanos quitándonos la vida los unos a los otros de aquella manera. ¿Cómo llegamos hasta este punto? El punto en el cual una vida no era más que una condecoración en tu pecho, tan solo una estadística. La guerra no ennoblece a los hombres, los transforma en bestias inhumanas.

¿Por qué sigo vivo y ellos no? Esa bala que pasó a escasos centímetros de mi cara y dio al compañero de atrás. Una granada que explotó un metro más adelante. Un proyectil de mortero que cayó en otra trinchera. ¡Por qué el destino decidió llevárselos a todos y yo aún sigo vivo! Mi lugar está con ellos, algún día volveré a verlos. 

Juró que sí salgo vivo de aquí, haré perdurar sus nombres. Los nombres de todos aquellos a los que conocí, para honrarlos. Los compañeros caídos que se dormían en la muerte entre mis brazos, mientras  golpeaban mi pecho en busca de calor… solo son recuerdos en mi mente, pero que perdurarán para siempre. De ninguna manera debo olvidar todo esto y todo lo que ha quedado atrás. Porque recordando, podré hacer comprender algún día a mis hijos, que la vida es algo tan valioso que nadie tiene el derecho de arrebatarla.

Pero aún sigo aquí en este infierno. Esta trinchera se convertirá pronto en mi tumba. 

Estoy tan cansado… No quiero luchar más. Una sensación extraña de felicidad me arropa y me hace tener una calma fuera de lo común. Espero que Dios me perdone. Sé que pronto acabará todo y ya no tendré remordimientos nunca más. Tan solo tengo que, esperar...
Responder / Comentar
Subir
Foros > Cine, series y libros > La conciencia de un soldado.

Hay 0 respuestas en La conciencia de un soldado. , del foro de Cine, series y libros. Último comentario hace 11 años.

  • Regístrate

  • Información legal
Juegos© Foro 3DJuegos 2005-2024. . SOBRE FORO 3DJUEGOS | INFORMACIÓN LEGAL