Capas de la tormenta o imperiales? - The Elder Scrolls V Skyrim

Ya se que es un tema visto pero no le eh encontrado por favor ayudenme soy nuevo en este foro es que no se si irmea los imperiales o a los capas por que los 2 tienen un punto no es culpa de los imperiales que se quitara a talos como un dios estaban forzados a hacerlo por los p**os elfos y la causa de los capases noble pero siento que ulfric la esta usando para llegar al poder y siento que es un especie de hitler porque logró un poco racista, y en los imperiales no creó q unlselfos controladores gobiernen skyrim me pueden ayudar soy un kajhita y siento que ulfric sólo quiere nórdicos en skyrim.

@Brny Solo hay un verdadero imperio y es el Séptim el imperio Mede solo es una broma del verdadero y descendiente de Tiber (Talos) ascendido a dios por los mismos 8 divinos y por doblegarse ante los Thalmor deberían caer Te dejo esta pequeña ilustración de porque el imperio actual existe [spoiler][center][size=26][color=darkcyan]El fin del Imperio[/center][/size][/color] [spoiler]

[/spoiler] Nariel Ulmed salia de su guardia y lo hacía sin saber que aquella seria la última. Aquella madrugada era particularmente callada tan solo se escuchaban las botas del legionario resonando por los ovalados pasillos de la torre blanca y dorada donde las titilantes teas apenas alumbraban el corredor llenándolo de peligrosas sombras.

Nariel era un mestizo extraño de elegantes rasgos bosmer y cabellos dorados que era perseguido a menudo por jóvenes doncellas que lo idolatraban y pretendían que sus padres las ofrecieran en matrimonio al joven capitán, pero eso jamás pasaría por que a sus bellos rasgos y hermoso rostro lo acompañaba un cuerpo brutal musculoso y enorme era habitual que al conocerlo con la coraza de la guardia imperial se pasara por alto pero su piel de color oliva no correspondía a un bosmer, aquellos padres con hijas jóvenes y estúpidas consideraban una aberración al mestizo de una bosmer y un orsimer. El joven capitán de la guardia solo tenia 28 años y había llegado al puesto por pura casualidad, aun recordaba con dolorosa claridad el día que su vida cambio, el día que perdió a sus amorosos padres y como la guardia de Kvacht había caído ante las fuerzas dremoras. Aun podía sentir el crepitar de la madera que una vez fue su hogar, el calor de las llamas que amenazaban con besar sus finos cabellos y probar su tierna carne envolviendolo en una bola de fuego que lo consumiría hasta convertirlo en cenizas; si antes uno de los diablos o canflears que invocaban las fuerzas daedricas no lo asesinaban. Pero sus recuerdos no se limitaban solo al dolor, entre ellos surgía una silueta resplandeciente, la figura de quien destruyo a la amenaza y que lo salvo de la muerte; [b]el héroe de Kvacht[/b] y desde aquel día con sólo 18 años lo imitaria siguiéndole al asedio de Bruma y en el ataque a la capital del mismo Mehures Dagon. Así tras la batalla, cómo uno de los pocos supervivientes de la contienda, fue nombrado por el mismo heroe y cuando finalmente este partió a través de las puertas de la locura dos años después fue ascendido a capitán de la guardia imperial. El acompasado claqueteo de las botas sobre las losas continuó durante largo tiempo, al capitán siempre le gustaba dar una última ronda por los corredores de las dependencias y la sala de recepciónes sobretodo desde las recientes revueltas, tras la independizacion de Ciénaga negra y la unión entre altmer y kajitas que provocan revueltas más allá de Eselweir. Nariel siempre temía un ataque al canciller o algún otro miembro del consejo regente. Nariel decelero el paso... Luz, luz que escapaba por las rendijas de una puerta mal cerrada, cuando Nariel dejó de caminar a paso de marcha sus botas dejaron de martillear el pasillo en el que se empezaron a colar los murmullos de una agitada conversación. "Ocato no me vengas con esas, eras tu el primer interesado en que los Septim desaparecieran para nuestros planes" dijo un hombre de voz aterciopelada. "Lo se, fui un ingenuo desconocía la verdad de los hombres" respondió Ocato "No puedo creer que te hayas creído esas patrañas, eras el mayor exponente de la nobleza Altmer y el mejor agente thalmor que jamás tuvimos.¡Explicate!" Nariel se quedó petrificado por lo que estaba escuchando ¿Ocato había tenido algo que ver con los actuales acontecimientos? pensó. El corazón le latía con fuerza y la sangre circulaba tan deprisa por sus venas que pronto solo pudo escuchar zumbido en sus oídos, no lo podía permitir tenia que saber más... se acercó hasta la puerta. "No lo comprendéis, se que Uriel se dejó engañar y usurparon su trono, que por eso debíamos de apoyar a el amanecer mítico, pero nos equivocamos Mehures casi nos destruye y fue Martín el que nos salvo sacrificadose y el héroe de Kvacht un nórdico se preocupó de todas las razas y recorrió el mismísimo paraíso Camoran buscando detener a Dagon" Ocato hablaba sin parar. "Ocato te has vendido, tu deber era hacerte con el poder del imperio y cederlo por la gloria de Alinor y en lugar de eso admiras al apestoso hombre que destruyo al más grande Aeleid que existió y hubiera sido pináculo de nuestro grandioso imperio Mer" le interrumpió otra voz "Estáis locos, todos los agentes thalmor habéis cometido atrocidades en busca de la gloria de Alinor; pero se terminó ahora comprendo la verdad la luz de Akatosh me iluminó y ¡no dejaré el imperio en vuestras genocidas manos!" Ocato elevó el tono y se calló. Al fin Nariel vio que podía seguir con su deber de proteger al canciller e interrumpió en la sala. La cara que vio era la viva imagen de la locura

El justicia mayor thalmor, llegado aquella misma mañana como embajador tras las últimas revueltas en las provincias conflictivas, observaba el ahora inerte cadáver del canciller mientras susurraba "[b]vivo o muerto serviras a los thalmor[/b], pronto un sabio altmer será quien regente toda Nirn." El capitán se lanzó contra el embajador recién llegado buscando su corazón, buscando venganza, tratando de salvar el imperio que había heredado de Martin, Akatosh y el héroe de Kvacht, pero los justicia thalmor nunca viajan solos, tras el surgió otro elfo que lanzó un hechizo de escarcha que lo dejó unido al suelo durante lo que le parecieron horas pero apenas habían pasado unos minutos durante los cuales vio a los thalmor escapar por un pasaje mientras efectivos de la guardia llegaban en tropel tras el alboroto final de Ocato y Nariel. La guardia entro en la sala encontrándose al cadáver del canciller mientras el pasaje secreto volvía a cerrarse ocultando su presencia, la noticia de la muerte del canciller resonó por la sala pero, las campanas no doblaron el consejo ocultó su muerte por la debilidad frente a los recientes separatistas del imperio. Nariel recorría los polvorientos túneles en pos de los thalmor, debía de impedir que los agentes dibulgaran el vacío de poder en Cyrodiil. Recordó la historia de cómo el héroe de Kvacht había conocido al emperador y supo inmediatamente que estos eran los túneles que le permitieron huir y que le llevarían hasta los calabozos si era rápido podría atraparlos allí. Recorrió en casi total oscuridad lo que parecían leguas hasta que atisbo una luz que se iba apagando acompañada del sonido vibrante del pasadizo al cerrarse; desde la oscuridad una hoja de ébano más cetrina aún apareció mortal, fría, impasible atravesando el globo ocular del altmer al otro lado que cerraba el pasaje, perforandole el cerebro y dejándolo rígido hasta que con un espasmo la espada le abrió el cráneo en dos desperdigando sus sesos por el suelo de la celda. Abandonó el túnel, cruzó la celda sin prestar atención al elfo que adornaba el suelo y entro por el siguiente corredor oculto tras otra pared falsa. Corrió por las galerías recordando cada historia que el héroe le contó sobre como escapó por los túneles, pero le fue imposible alcanzarlos antes de que llegaran a las cloacas.

Finalmente Nariel despachó al segundo guardaespaldas cerca del sifón donde el agua salia al río; entonces el justicia mayor empujó a Nariel al agua que en un reflejo le asió de la túnica y ambos cayeron al fuerte remolino que los engulló. En el torbellino de aguas turbulentas el Capitán mantuvo la calma sin soltar al altmer y le arrebato la daga que llevaba al cinto apuñalandolo; entonces soltó al elfo y vio como este subía a la superficie …… no, no subía el se hundía, la pesada armadura lo hundía hasta el fondo debía deshacerse del lastre o se ahogaria. Frenéticamente corto las correas de la coraza y se sacó el yelmo, se deshizo de los guanteletes, la luz se fue la oscuridad le tragó hundido en las putridas aguas del viejo imperio. El aire es putrido y viciado huele a pescado podrido. Nariel lanza las manos al aire mientras respira agitado. "¡Es mi fin me ahogare!" Se despierta sintiéndose estúpido, si se ahogara no podría gritar. "Hola" se escucha entre las sombras "al fin despiertassss" Nariel se incorporó mirando enrededor, no sabía donde estaba, pero lo cierto es que estaba en una choza, en un lecho y desnudo. "¿Quien eres y donde estoy?" preguntó "Soy quien te sacó del canal del río niben, soy quien te salvó la vida y soy a quien debes un favor; ahora dime. ¿quién eres tu por que estabas en el agua aquí en Bravil?" "Soy Nariel Ulmed capitán de la capital y no se donde estoy ni como he llegado yo estaba en las cloacas de la capital y me ahogaba" " Bueno Capitán creo que llevo tres días recreandome en esos músculos, imposibles para un bosmer y esa enorme lanza me da miedo" dijo la voz de las sombras. "¿Lanza?… "contestó Nariel extrañado "estoy desarmado y desnudo " Un libro voló desde la oscuridad cayendo en el regazo del convaleciente Nariel. Lo tomo de entre sus piernas y cuando lo fue a abrir escuchó con voz cargada de deseo. "Acto IV escena III continuación " Mientras la argoniana que le hablaba se subía al tálamo en busca de su recompensa.

Nariel pago su deuda durante la noche hasta que el agotamiento los llevo al mundo de los sueños, al alba sintió cómo su acompañante desaparecía del lecho mientras se ajustaba unas prendas de fino cuero; la dejó marchar, pero luego se vistió tomo unos pantalones y botas de cuero se puso un jubón y salió al amanecer. Era cierto que estaba en Bravil, el río niben le había arrastrado hasta allí, siguió a hurtadillas a la [b]doncella[/b] y la vio llegar hasta la estatua de la anciana afortunada, pero la estatua cambió y se abrió un pasaje a su interior.

Nariel lo comprendió aquella que le salvó, era un miembro de la hermandad de asesinos y el frío le recorrió la espalda, abandonó Bravil en ese instante y tras robar un caballo se alejó en dirección a Bruma. Tras las largas jornadas de galope llegó a Bruma, la ciudad estaba repleta de comerciantes la leyenda de su resistencia frente a los dremoras la habían convertido en un pequeño refugio para los negocios ya que ningún saqueador ni bandido se atrevería a provocar problemas en la ciudad del héroe de kvacht. Nariel pasó junto a la estatua de su salvador y mentor durante dos años en la capital, se arrodilló y rezó una plegaria por él, continuó el sendero hasta una casa bastante nueva en comparación al resto de las viviendas de Bruma. FLAMMENDE se leía sobre la puerta, que de pronto se abrió con un quejido. "Aparta sucio ladrón " le espetó un mocoso que no llegaba ni a las diez añadas. "Breloch te he dicho miles de veces que cuides ese temperamento el día menos pensado te saldrá caro" reprendió al niño su madre que salia tras el con un cesto de mimbre. La mujer miro al enorme y sucio Bosmer, demasiado grande para ser bosmer, demasiado orgulloso para ser mendigo, el cesto se cayó al suelo cuando lo abrazó sin abarcarlo. "Nariel" sollozo. " Me alegro tanto de verte otra vez; han pasado ocho años desde que el se fue. ¿ Ha regresado, acaso ha muerto? No me digas que ha muerto… "Tranquila Sivila, no vengo por él, hace que ya ocho años que partió y sí bien es cierto que no tenemos noticias de su regreso; también sabemos que los dementes dejaron de aparecer por las puertas de la locura" la tranquilizó Nariel mientras la soltaba del abrazo y la acompañaba de nuevo dentro de la casa. La vivienda aunque por fuera era practicamente igual al resto de Bruma, en su interior reservaba una asombrosa sorpresa, telas, tapices, joyas y docenas de reliquias que hubo recogido por Cyrodiil se encontraban en joyeros vitrinas y paredes en reconocimiento a una vida llena de aventuras y peligros. Al fondo de la sala una escalinata ascendente llegaba desde el piso bajo, en donde se encontraban los dormitorios y por ellas aparecio otro mozalvete de pelo negro y recio que no tenia mas de ocho años, el chiquillo abrió los ojos mientras le brillaban de felicidad. "Tio Nariel" el joven abrazó al sucio visitante. "Hola pequeño Edoran" le dijo mientras le palmeaba la cabeza. "No me llamo Edoran, tio y no me trates como a una mascota" respondio airado "pero prometo que si tengo algun nieto le llamaremos así..." el chiquillo salió por la puerta hacia la calle cargando una pequeña espada de madera. Sivila y Nariel charlaron durante horas, sobre la muerte de ocato, sobre su propia muerte,(el imperio le habia hecho un funeral) y sobre la inminente invasion desde cienaga negra, hasta el nuevo imperio aldmer y de cualquier otra facción; que con el vacio de poder quisiera aprovecharse de la situación. "Sivila, solo se me ha ocurrido una cosa, solo él podria detener una invasión, la gente aún teme al hombre que detuvo a un dios" La voz de Nariel era seca e insegura. "Dame su armadura de Kvacht, un yelmo muy cerrado y el resto de equipo que me puedas entregar, todo el mundo que vea el lobo de Kavacht tiene que pensar que soy el." Así, el que fuera capitan de la capital, luchó con los que se le unieron, mantuvo refriegas en cada frente contra los invasores y la leyenda del heroe cada dia crecia mas, finalmente cayo en una emboscada. Una avanzadilla thalmor se desplazó a los altos de jerall, la compañia los acosó como siempre y pronto los diezmaron, pero habian caido en la trampa; los habian seguido hasta un pasaje entre dos crestas montañosas. Pronto se vieron rodeados y las flechas bosmer les aniquilaron, Nariel ya estaba perdido cuando un ejército se le unió al combate soldados imperiales, bajo el estandarte de un mercenario al grito de Colovia irrumpió entre las crestas.La caballería sofoco a los arqueros y destruyeron las líneas enemigas. Otra vez había escapado a la muerte, ¿cuantas vidas le quedarian? Se preguntaba Nariel mientras el sanador le trataba las heridas. Ahora que le habían desposeído de su equipo, quedaba claro que el no era el héroe de Kvacht y aún así lo vistieron con ricos ropajes y le acompañaron a un salón donde tres mesas estaban repletas de comida. "Adelante no seas tímido se que hace meses que no comes en condiciones, tantos como llevas ostigando a las avanzadillas invasoras" El hombre que le hablaba no impresionaba por su porte o por su aspecto, eran sus palabras, algo en ellas tenían el poder de convencer, aquel hombre era sin duda un imperial Coloviano con el poder de la voz del emperador. "Ulmed, Nariel, capitán de la guardia superviviente de Kvacht y de la batalla de Dagon; se quien eres y que dicen que estas muerto, yo no te necesito vivo pero te agradezco tus esfuerzos para defender al imperio. " Nariel estaba anonadado aquel hombre sabía todo sobre el y el nada, un paso en falso seria el último. El general Coloviano prosiguió. "Gracias a ti reuní un millar de efectivos, el imperio, tu imperio ha terminado ya no puedes defender nada; si continúas morirás y preferiría que regresaran los portales de oblivion a matar un hombre como tu." Nariel, solo encontró tres palabras. "¿que me ofreces?" "Buscate otro nombre, empieza otra vida, dejame el imperio a mi o lo tendrán los thalmor. " El general le tendió la mano. Mil pensamientos recorrieron la mente de Nariel, pero sólo uno le hizo cambiar de opinión; la última promesa que le hizo al héroe, su boda con aquella mujer de Leyawiin cuidar del bastardo, proteger el futuro. " Deacuerdo, llamame Brego Alessandros, pero tengo una petición y una advertencia; si en el futuro el imperio y sus gentes peligran por tu traición la mano oscura te hallará. Tengo una [b]amiga[/b] que pasara el encargo" Nariel le cogió la mano al general, jugó su última carta y ganó. "Bien Brego yo soy Tito Mede" Salió de allí con vida, con otra vida y regresó junto a su mujer pactada, para proteger su promesa. Tito Mede conquistó la capital en una sola campaña y si bien dejó a Brego vivir, creó los penitus oculatus para librarse de la mano oscura. ( Todos sabemos que Tito Mede cumplió pero su descendencia pagó el encargo) Nariel regresó a casa. "Padre te creíamos muerto, madre creía que estábamos solos y temía por mi vida" le dijo un muchacho medio imperial medio altmer. "Y lo estoy, tan muerto como el imperio, pero volveremos por ti,[b] mi pequeño dragón[/b]. Cogió al muchacho en brazos y regresó al interior de su lujosa casa donde los Alessandros esperarían el renacer.[/spoiler]

@Ghrey Se que los imperiales están callendo y son una sombra de lo que eran yo no se que elegir porque ulfric sólo quiere poder y puros nórdicos en skyrim (según mi punto de vista) lo cual see hace algo un poco racista tu a cual apoyarias? Y que piensas de ulfric?

@Brny Todos los capas no son racistas por que soy nórdico y también me hablan mal muchos Los thalmor buscan que Skyrim sea totalmente sometido y destruir su fe para aplastar al pueblo de Talos la mayor ofensa para los mer que un humano fuera elevado al panteón celeste y dado la categoría de dios

@Ghrey tienes razón estoy de acuerdo pero no te molesta atacar carrera blanca? De que el jarl confió en tu sobre traer un dragón a su castillo y todo eso del thane?

EDITADO EL 22-11-2015 / 20:37 (EDITADO 3 VECES)

@Brny Le quito por el bien común y la liberación de Skyrim de los thalmor el jarl de Carrera Blanca no le importa el conflicto mientras a el no le afecte y por eso no toma partido pero permite que sus ciudadanos estén en guerra como los batallador y los melenagris o que los thalmor hayan secuestrado a uno de sus habitantes el hermano de eorlund

The Elder Scrolls V: Skyrim: Capas de la tormenta o imperiales?