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Pokémon Sol / Pokémon Luna
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Foro Pokémon Sol / Pokémon Luna
Por Darkjcg122
Hace 7 años / Respuestas: 17 / Lecturas: 1007

Pokémon Sol / Pokémon Luna: Alas Rotas [Historia/Fanfic]

Bueno, viendo que seguí posteando en el foro de pokémon Rubi Omega cuando el juego ya está muerto, he pensado que sería bueno trasladar el fic a este foro. Os dejo el enlace de los capítulos del 1 - 72 para que podáis empezar el fic y que los que lo seguían puedan seguir viendo por este foro más actual las publicaciones.

[url]https://www.3djuegos.com/foros/tema/34533899/6/alas-rotas-historiafanfic/[/url]

EDT: Aquí tenéis la página de FB por si os queréis mantener al día :
[url]https://www.facebook.com/Alas-Rotas-Fanfic-Pok%C3%A9mon-822493601151759/[/url]


Capítulo 73: Bosque Blanco
[spoiler]
El viaje a Bosque Blanco fue bastante corto, por el camino los chicos habían comentado lo que podrían hacer durante su estancia allí. Kredan quería visitar el Cavernogal Blanco, antiguamente la zona en la que los entrenadores combatían para demostrar quien era el mejor. Se dice que allí iban entrenadores del más alto nivel, incluidos los campeones de la región. Actualmente el área de batalla se había habilitado fuera, porque los continuos combates habían llegado a debilitar la raíz del gran árbol y seguir con tantas batallas al día podría provocar un colapso fatal. Pero ahora se podía pasear por allí, sin armar alboroto para ver cómo era aquella maravilla de la vegetación por dentro.

Por su lado Celsius parecía bastante más empeñado en entrenar duro. Tenía muchas ganas de pelear al lado de su nuevo compañero y muchas más de mejorar con Raida y Lapras. Sentía que estaba cerca de controlar el poder de la megaevolución, que si se esforzaba la podría usar en combates reales. En lo más profundo de su corazón aún sentía miedo por la situación que se le echaba encima de forma inminente. Sabía que dentro de unos cuantos días se encontraría ante una situación que requeriría, no solo la megaevolución, sino que el resto de su equipo mejorara aún más. 

Cuando se acercaban a Bosque Blanco podían ver cada vez mejor el enorme árbol que se alzaba cerca de las nubes.

K - ¡Woah! ¡Noivern no te acerques tu solo ahí, espera a que vayamos juntos! - Gritó a su amigo volador.

C - Madre mía, menudo espectáculo, ahora tengo algo más de curiosidad.

K - Es increíble que solo un árbol sea tan grande, ¿no crees? De lejos en el aire parecía una masa de vegetación.

Al llegar al lugar buscaron alojamiento. Noivern parecía tener ganas de volar cerca del árbol, así que mientras Kredan le dio permiso para que fuera a explorar. Después de eso los dos jóvenes fueron a visitar el Cavernogal Blanco. Se adhirieron a un grupo de turistas y un guía muy simpático les explicó todo lo que debían saber.

Las cuevas estaban iluminadas con algún tipo de rocas azules, parecían contener algún tipo de poder eléctrico que las hacía emitir aquel encantador brillo. En aquellas cuevas había algunos pokémon que vivían con tranquilidad. Algunos Roggenrola y Boldore paseaban de un lado a otro, rodando y caminando poco a poco. Pegados a aquellas piedras algunos Ferroseed parecían disfrutar del día. Incluso vieron un Golett, Celsius no tardó en recordar su batalla contra uno en el metro de hacía unos días atrás.

Al llegar al final de la ruta, en la sala más al fondo de todo el Cavernogal se sorteó entre todas las personas que estaban allí una Piedra Trueno. Kredan tuvo la suerte de recibirla, todos allí aplaudieron, él se sintió un poco avergonzado e incrédulo al obtener un premio. No solían tocarle nunca ese tipo de cosas.
Después de todo aquello salieron a la superficie. Los chicos comieron en un restaurante cerca de allí. Después de eso tenían claro donde querían ir.
Kredan llamó a Noivern y fueron a la zona de batalla que había cerca del árbol.

El terreno que se había preparado para las batallas era genial. Estaba rodeado de vegetación, de rocas, de árboles, incluso había un escenario con un pequeño lago. Algunas personas estaban peleando, otros muchos tan solo se sentaban alrededor del lugar, en bancos de madera hechos con troncos partidos en dos. 




K - Esto es lo que nos hace falta. - Respiró hondo y acarició la cabeza de Noivern.

C - Parece que hay unas cuantas personas aquí que estarán dispuestas a pelear. - Sacó a Servy de su pokeball.


Unos cuantos curiosos fueron a ver a Noivern, no era un pokémon típico de aquel lugar, como de costumbre llamaba la atención. 

K - Tengo ganas de… - Susurró algo que fue imperceptible por Celsius. Pero Noivern se lo quedó mirando.

C - Bueno, vamos a ver si hay alguien que quiera pelear. - Se metió en el campo donde había un lago, estaba solo, aunque no tardó en tener compañía.


Un niño se adelantó a otros contendientes posibles que se habían levantado de sus asientos para pelear. Celsius tenía claro que combatiría junto a Servy tanto como pudiera. Era el pequeño del equipo, tenía que crecer tanto como pudiera en poco tiempo.

Su contrincante usaba a Mienfoo. La batalla dio comienzo con pocas palabra de ambos lados. Servy era rápido, pero Mienfoo le seguía el ritmo con tranquilidad. Mienfoo fue el primero en lanzar un ataque, atacó usando sus palmas, con Destructor para inflingir daño físico a Servy, pero el pokémon lo esquivó, a la orden de su entrenador, ipso facto Celsius le había indicado usar Látigo Cepa, con el fin de golpear a una distancia media a su rival, pero Mienfoo también esquivó el movimiento de Servy.
 Pensó Celsius.
La batalla continuó entre movimientos poco acertados, y algún Malicioso de Servy que reducía la defensa de su sival.
Celsius se centró en que su pokémon esquivara y mermara a su rival poco a poco, pero relamente esperaba la oportunidad de hacer algo más grande. Cuando Mienfoo se lanzó hacia Servy para golpearlo con Doble Bofetón fue cuando Celsius vió el momento de vencer. Servy esquivó el movimiento y justo después:

C - ¡Servy usa tu Látigo Cepa para girar con el árbol y golpea a Mienfoo con el otro látigo!

Servy ató rápidamente uno de sus látigos a un árbol y saltó girando sobre él extendiendo otro de sus látigos. El rango del movimiento y la velocidad aumentaron drásticamente. Mienfoo no pudo esquivar el golpe y fue vencido a causa de la merma que había sufrido a lo largo de la batalla.

C - ¡Excelente Servy, eres el mejor! - Servy chocó uno de sus látigos con la mano de su entrenador. Celsius se arrepintió al sufrir el latigazo. Pero estaba contento.

Por su lado Kredan había podido pelear unas pocas batallas. Había usado a Noivern, Binks y Yami. La batalla de Celsius se había alargado suficiente como para que a él le diera tiempo a hacer tres.

K - Le he estado echando un ojo a tu pelea, ha sido increíble. Servy responde extrañamente bien a tus ordenes, sois muy afines. 

C - La verdad es que es genuíno en batalla. - Servy parecía orgulloso de sí mismo.

Mientras hablaban un chico de aspecto rural se acercó. Había estado observando las batallas de Celsius y Kredan desde que empezaron, no les había quitado el ojo de encima.

¿? - Perdón… - Dijo algo cortado.

K - Eh… Dinos. - Lo miró a los ojos.

¿? - ¿Podría pelear con alguno de vosotros? - Dijo sacando de uno de los bolsillos de su peto una pokéball.

C - Claro, si quieres podemos pelear aquí mismo, soy Celsius, el es Kredan. ¿Como te llamas? - Extendió su mano.

T - Me llamo Terad. Vivo aquí y siempre me ha gustado enfrentarme a gente increíble. - Sonrió.

Kredan no dejaba de mirar a sus ojos, cada vez con más interés.
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Pokémon fanfiction y Pokémon
EDITADO EL 20-02-2017 / 21:59 (EDITADO 2 VECES)
Darkjcg122Hace 7 años1
Capítulo 74: Cazador

[spoiler]
Esta vez el combate iba a ser tres contra tres, Celsius tenía ganas de poner a prueba a todo su equipo y Terad parecía más que satisfecho de ello.
Lapras fue la primera elección del joven investigador, el pokémon salió de la pokeball directo a la zona acuática del campo. La luz del Sol brillaba sobre la piel de Lapras, que sonriente mostraba una mirada desafiante.
Por su lado Terad sacaba a la batalla a un pequeño Joltik.

T - ¡Vamos Joltik, lanza tu Red Viscosa! - Gritó a pleno pulmón.

El pequeño arácnido empezó a lanzar hilos por todo el campo, Lapras terminó cubierto de algunos de ellos. Pero no le preocupaba. Celsius ya había ordenado usar Poder Pasado, los ojos de su pokémon se tornaron grisáceos y lanzó un enorme cañón de energía del mismo color que impactaba directamente contra su rival dejándolo fuera de combate sin ninguna oportunidad de luchar.

C - Una victoria fácil amigo. - Aplaudía a su compañero.

T - Vamos, sal a por ellos Simipour.

Simipour era un pokémon de aspecto desenfadado, pero distaba mucho de sus capacidades.
Se movía rápidamente por el campo, lanzó casi sin pensarlo Maquinación un par de veces a la vez que esquivaba el Poder Pasado y el Rayo Hielo de Lapras.

< Deberías cambiar de pokémon…> Pensó Kredan que miraba el combate de cerca.

Celsius intentó sellar los movimientos de Simipour creando esquirlas de hielo por todo el campo, una estrategia que había funcionado bien anteriormente. Pero Simipour había ganado mucho ataque especial en poco tiempo y no tenía la necesidad de huir del siguiente movimiento.
Cuando Lapras lanzó Poder Pasado Simipour lo recibió de frente y lanzó a toda prisa Hierba Lazo. Agitó sus manos hacia arriba y después rápidamente hacia el centro y un montón de plantas, con un brillo verde claro intenso, agarraban con fuerza a Lapras. Los tallos llenos de hojas y energía iban mermando a Lapras que gritaba al no poder hacer nada contra semejante despliegue de poder.
El efecto de Hierba Lazo cedió, Simipour se acercó a Lapras sonriente, éste estaba con la cabeza agachada, sin moverse ni un ápice. Pero Celsius sabía que no había perdido, y de nuevo pidió a su fiel compañero que lanzara Rayo Hielo. El pokémon reaccionó y con la mayor de sus determinaciones lanzó el movimiento directo a su contrincante, que no esperaba tener que esquivar ningún ataque. Lo recibió y terminó la batalla con otro Hierba Lazo. 

C - Bien luchado viejo amigo. - Devolvió a su derrotado amigo y sacó a su nuevo pokémon.

Servy salió al combate, listo para aceptar cualquier desafío. A pesar de su entusiasmo se enfrentaba a un rival de una envergadura considerable. Siendo un tipo agua había vencido al Lapras de Celsius. El entrenador sabía perfectamente que no había hecho excesiva merma en la resistencia de Simipour, pero esperaba grandes resultados de Servy. Aprovechó la estrategia que había desarrollado un combate atrás y hizo que su pokémon se abalanzara sobre el rival mediante su Látigo Cepa. 
Pero olvidaba que Terad le había estado observando. Simipour recibió alto y claro la orden de saltar en cuanto Servy se agarró a un árbol y después de eso le lanzó Rayo Hielo dejándolo fuera de combate.

C - Supongo que era demasiado pronto… - Devolvió al pequeño Servy y sacó a su fiel Raida.

Raida entró en el campo de batalla, apenas hubo tiempo de admirar su relampagueante cuerpo. Simipour lanzó Escaldar, Raida saltó para esquivar, lanzó de forma continua un Rayo que impactó en el pokémon rival. Fue suficiente para dejar fuera de combate a Simipour.

T - ¡Vaya, tu pokémon es realmente fuerte! Además lleva algo interesante en el cuello, espero ver lo que puedes hacer con él. - Lanzó una Ultraball.

Cuando el pokémon salió del contenedor metálico dejó sin aliento a todos los que seguían el combate. Kredan quedó asombrado, era tal como sospechó desde el principio, aquel tipo no era alguien corriente.

El aire alrededor de Virizion se sentía diferente, Raida había tomado una posición completamente defensiva, apretaba fuerte su mandíbula. Celsius sabía cuál era aquel pokémon. Conocía bien qué tipo de rival enfrentaba, pero no era la primera vez que luchaba contra un pokémon legendario.

C - ¡Raida, esquiva todo lo que venga hasta que te avise! - Dijo, esperando una brecha.

T - No vas a usarlo… Es una lástima…

Virizion empezó con su primer golpe, concretamente Espada Santa. Una enorme hoja verde apareció sobre la cabeza del pokémon. En un instante estaba delante de Raida, que se movió un segundo antes de que lanzara el golpe, esquivandolo así. El corte dejó una marca en el terreno, volviéndolo más abrupto. A pesar de eso, Raida seguía concentrado, esperando el momento adecuado para golpear con Lanzallamas. Celsius tenía esperanza en vencer con pocos golpes. Pero Virizion no cedió en la persecución de Raida, que poco a poco se movía más y más despacio.

C - ¡Vamos Raida, has de ser más rápido! 

Celsius no se había dado cuenta de que las patas de Raida se estaban llenando de la pegajosa seda que Joltik había dejado en el campo al principio de la batalla. Poco a poco se le hacía más complicado seguir el ritmo del pokémon legendario. 

Pero Celsius no lo daba por perdido, así que justo cuando Virizion iba a saltar de nuevo a la posición de Raida le dió la orden. En el preciso instante en que dió el salto para acercarse la boca de Raida se llenó de llamas. El calor de su boca se percibía incluso con ésta cerrada. Al tocar el suelo, Virizion se encontró de cara con el Lanzallamas de Raida.

El pokémon salió muy malherido y brincó de vuelta con su entrenador. Terad se sorprendió, no esperaba que hubiera respuesta por parte de Celsius a cómo se sucedían los eventos. Lo aplaudió, pero no tardó en contestar.

C - ¡Lanzallamas! - Gritó.

T - Pantalla Luz. - Dijo calmado.

Virizion levantó la pantalla luz, que se llevó gran parte del daño del lanzallamas. Justo después siguió con Gigadrenado. Unos tentáculos brillantes que se movían en zigzag persiguieron a Raida hasta que lo atraparon y le absorbieron la energía. El pokémon intentó protegerse con Lanzallamas desesperadamente. Lo logró, cayó al suelo casi derrotado y en cuanto alzó la vista la sombra de Virizion ya se proyectaba sobre él, sus ojos rojos lo miraban fijamente, como si lo juzgara, y lo golpeó una vez más con Espada Santa, dejándolo fuera de combate.

Celsius estaba abatido, fue corriendo a buscar a Raida, el pokémon le lamió la cara.  Pensó, esperando que aquel sentimiento llegara a su pokémon.


K - Celsius, has estado increíble. - Le puso la mano sobre el hombro.

T - ¿Increíble? Tiene un pokémon con mucho potencial y lo desperdicia haciendo el pargueras. No se que entiende la gente de vuestra ciudad por increíble, pero sin duda he acabado muy decepcionado…

K - Porque no lo repites dentro de una semana, ¿eh? - Lo miró amenazante.

T - Uy, te pones chulo conmigo, ni siquiera aguantarías media ronda conmigo y mi pokémon amigo. Puedo pelear aquí y ahora si quieres. 

K - No tengo interés en ganar a un equipo de pokémon moribundos.

T - Tengo más que ofrecer, me sobraría con un sólo pokémon para darte tu parte. 

K - ¿A si? ¿Tan claro lo tienes? Entonces por qué no...  - Celsius lo interrumpió.

C - Dejalo Kredan, me da igual lo que piense. No tienes que rebajarte a su nivel.

K - Pero merece que le… - De nuevo su amigo no le dejó terminar.

C - Si alguien tiene que darle su merecido ese seré yo. - Dijo con mirada desafiante.

Terad se rió, no tenía interés en vencer a alguien a quien ya había vencido. Pero acabó convencido de pelear contra Celsius en cinco días. Si ganaba Kredan pelearía contra él. Si perdía sería premio suficiente para los chicos.
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1 VOTO
ThevioNoob309Hace 7 años2
Aún sigues? LOL Osea pedazo curro, haz un libro o algo 
Darkjcg122Hace 7 años3
@ThevioNoob
Mostrar cita
Aún sigues? LOL Osea pedazo curro, haz un libro o algo
Pues si, ya han pasado dos años la verdad es que es una locura, pero he ido dando parones de tres meses, hace un año y hace poco concretamente en octubre, el primero porque me mudé a Alemania y no tenía acceso a Internet, el último ha sido por cuestiones más personales. Un saludo enorme :
Darkjcg122Hace 6 años4
Capítulo 75: Vuelve

[spoiler]
Había pasado un día después de aquella pelea en la zona de batallas de Bosque Blanco. Terad esperaba con ansias la batalla contra Celsius y el joven investigador la esperaba con más ganas aún. Kredan llevó a Celisus de nuevo a la zona de batalla. Era temprano, a penas había gente alrededor, rondaban las ocho de la mañana.

C - Despertarse temprano para entrenar se siente muy de película no crees? - Dijo mientras se preparaba al otro lado del campo.

K - Si bueno, yo antes solía entrenar por las mañanas temprano.

C - ¿Con tu hermana?

K - Con mi hermana, con mi padre, con los amigos de mi pueblo, aunque éramos pocos…

C - Nunca me has contado nada de ti, de cuando eras más pequeño. Yo te conté la historia de Lapras, así que supongo que te toca contarme tu historia, antes de embarcarte en toda esta locura… - Sonrió algo forzado.

K - Te lo contaré si vences a Terad. Si le ganas te contaré como era mi vida antes de los sucesos que me llevaron a viajar a Hoenn.

Celsius había obtenido un mayor aliciente para vencer a su rival, ahora además tenía la motivación de conocer mejor a Kredan, aunque sabía que lo más probable es que se lo fuera a contar de todas formas.

Los chicos hicieron ejercicios con sus respectivos pokémon. Corrieron alrededor del campo de batalla, entrenaron la precisión, los reflejos, la fuerza, la concentración. Todo mediante pequeños ejercicios en los que empleaban los recursos a su alrededor para mejorar. 
Una vez terminados los calentamientos técnicos empezaron los combates. Kredan empezó usando a Binks. Celsius sacó a Servy, sabía que era el que necesitaba más entrenamiento. 

K - Lo más importante es algo que tu mismo ya sabes, analizar el terreno en el que combates. La última vez usaste muy bien a tu favor el escenario en el que transcurrió la batalla, pero confiaste mucho en las mismas estrategias. Un buen entrenador ha de desarrollar nuevas estrategias en el transcurso de la batalla, y aunque te diga esto, es probablemente tu punto fuerte. Si consigues desarrollar aún más tu potencial en ese aspecto podrás sortear obstáculos de gran envergadura sin mucho problema.

C - ¡Vaya! Gracias. - dijo algo sonrojado.

K - No te confíes solo por eso. Otro punto muy importante es analizar el pokémon del rival. Algunas veces has pecado de no tener demasiada idea de a qué te enfrentas, es lógico que te suceda, pocas personas son capaces de memorizar todos los pokémon que se conocen hasta el día de hoy, sus características más destacables y que tipo de movimientos pueden usar. Pero es importante intentarlo. Ayer cuando enfrentaste a Terad dejaste que Simipour ganara mucho ataque especial y dejaste caer a Lapras en vano. Si hubieses hecho un cambio en ese momento podrías haber acabado con su racha fácilmente.

C - Ya, pero el también pudo cambiar… ¡Claro! Al entrar en la pokeball perdería la subida de poder… Lo entiendo.

K - Dicho esto, empecemos a pelear.

Binks levantó rápidamente Reflejo y Pantalla Luz. El daño que iba a recibir por parte de Servy no sería mucho. Kredan jugó a una batalla de resistencia. Binks mermaba a Servy poco a poco con Poder Pasado y Fuerza Lunar y cuando sus movimientos defensivos dejaban de tener efecto los volvía a usar. Poco a poco Servy se adaptaba a los movimientos de Binks, la batalla duró veinte minutos, Celsius iba cediendo poco a poco al estrés de aquella pelea constante sin apenas resultado. Así pues dejó de lado su estrategia inicial y cambió a Lapras. Kredan no dejó que aprovechara su ventaja de tipos, rápidamente cambió a Yami. Pero Yami se lanzó corriendo a la cabeza de Kredan y empezó a jugar con su pelo.

K - ¡Vamos Yami! Deja eso, luego puedes jugar con mi pelo si quieres, pero ahora vamos a enfocarnos en la batalla. - El pokémon algo deprimido fue al campo de batalla.

Lapras era un pokémon poderoso, lleno de confianza en sus capacidades. Sus ojos siempre eran desafiantes, parecía disfrutar de los retos, había nacido para luchar contra las adversidades. 

Yami no esperó a que su rival moviera ficha, se lanzó hacia Lapras, lanzó Fuego Fatuo reaccionando al grito de su entrenador. Lapras no lo pudo esquivar y terminó quemado. No afectaba del todo a Lapras ya que daba uso de su ataque especial para golpear. Sin esperar ni un segundo Celsius ya le había dictado su siguiente movimiento. Lanzó Rayo Hielo directo a Yami, este no pudo esquivarlo. Pero era un pokémon muy osado, resistía cualquier golpe sin apenas tambalearse. Casi sin respirar ya le estaba lanzando Infortunio a Lapras. Su máscara brilló con un intenso color morado, y de sus pequeños brazos llamas del mismo color emergían sin parar. Celsius sabía que no sería bueno recibir aquel ataque, intentó contrarrestarlo con Hidrobomba, pero Yami lanzó su movimiento por ambos flancos, el cuerpo de Lapras ardió en llamas violetas y azules, pero no se había debilitado, seguía en pie. En cambio Yami había recibido de lleno el Hidrobomba de Lapras y había quedado fuera de combate. Kredan lo devolvió a su pokeball.

K - Muy bien. Vamos a ir con todo. - Lanzó un silbido al aire.

Noivern volaba con mucho entusiasmo sobre el campo de batalla, al oír el silbido de su entrenador ejecutó algunas piruetas, elevándose aún más en el cielo y dejándose caer en picado. Justo antes de llegar al suelo abrió sus alas y de un solo golpe frenó levantando una enorme cantidad de viento en todo el campo de batalla.

K - Vamos Noivern, demostremos quienes son los reyes aquí. - Dijo confiado.

C - No te olvides que peleas contra un prodigioso investigador. - Sonrió también con mucha confianza.

Noivern era mucho más rápido que Lapras, en tan sólo unas milésimas de segundo le lanzó Pulso Umbrío a Lapras, que fue incapaz de contrarrestarlo y quedó fuera de combate.

C - Bien hecho. Vamos con el siguiente. 

Servy volvió a la batalla, Celsius lo sacó aún cuando sabía que no sería capaz de hacer demasiado. Servy no se había enfrentado a un pokémon tan grande jamás y quedó muy impactado al ver la enorme silueta de Noivern. A pesar de eso no se amedrentó. 

K - Noivern vuela alto.

El dragón negro empezó a volar por encima del terreno de batalla. Sin ejecutar ningún movimiento. Celsius sabía que Kredan lo probaba. Y iba a demostrar que podía con el reto. 

C - Servy, usa látigo cepa para impulsarte con los árboles. 

El pokémon se agarró en los árboles que tenía más cerca, se lanzó de uno a otro y cuando estuvo cerca de Noivern se impulsó verticalmente hacia el cielo. La cola de Servy se iluminó al ir en dirección a Noivern, Kredan se dio cuenta de que era el movimiento Hoja Aguda, Celsius también y le ordenó golpear a Noivern con su nuevo movimiento. Noivern lo esquivó fácilmente. El pequeño Servy empezó a caer desde aquella gran altura, pero no parecía estar en pánico, parecía esperar alguna idea de su entrenador, lo miraba, expectante.

< Que puedo hacer, Malicioso, Hoja Aguda, Látigo Cepa…> Celsius buscaba entre sus posibilidades. Sus ojos se movian rápidos por el campo, buscaba la solución a aquella caída que dañaría gravemente a Servy. Pronto encontró respuesta a sus preguntas. 

C - ¡Servy! Espera el último momento y golpea con Látigo Cepa el suelo, impúlsate hacia adelante con ellos. 

El pokémon recibió alto y claro el mensaje, del cuello de Servy asomaban los pequeños látigos, esperando el momento exacto para golpear. Y a pocos metros del suelo los alargó y movió su cabeza hacia adelante mientras lanzaba el movimiento hacia el suelo. Golpeó con éxito el suelo y aprovechó la fuerza para girar y amortiguar el impacto.
Kredan no daba crédito, la sincronía entre Celsius y Servy era extraordinária. No podía evitar emocionarse.

K - Noivern, lanza ráfagas de viento, no dejes que suba con tranquilidad la próxima vez.

Noivern empezó a aletear con fuerza en la dirección de Servy, que por su ligereza se veía arrastrado con facilidad por el viento. Pero Celisus no se iba a detener por un poco de viento. Recurrieron a la misma estratégia de antes, y para luchar contra el viento de Noivern añadieron un poco de movimiento. Cuando se había posicionado bajo su rival Servy volvió a lanzarse con sus dos látigos, pero esta vez lo hizo mientras rodaba, usando Hoja aguda en su cola, cortando así el aire y la resistencia que le impedía saltar. Servy logró golpear a Noivern una vez. Después de eso Kredan se puso serio y con Vendaval lo dejó fuera de combate.

C - Muy bien, vamos con Raida.

Raida era el último pokémon de Celsius. Kredan cambió a Noivern por Binks. El pequeño Binks levantó una Pantalla Luz para evitar daños de Raida. El pokémon de Celsius no tenía muchos movimientos con los que vencer a Binks, así que decidió asediarlo con tantos Rayos como fuesen necesarios. De nuevo fue una batalla de resistencia, Binks logró dos o tres golpes certeros sobre Raida, que se movía rápido por el campo de batalla. A pesar de su resisténcia, Binks terminó perdiendo, pero lanzó una última Pantalla Luz para proteger a Noivern.

La batalla final fue entre Noivern y Raida. Ambos pokémon eran veloces, Noivern apenas había recibido daño de Servy y Raida estaba algo malherido por los movimientos de Binks. 

C - Este es el tipo de escenario donde quiero estar Kredan. - Dijo gritando.

K - Te veo muy motivado, espero que te mantengas así de firme siempre. - Lo desafió.

Celsius hizo un gesto a Raida, el pokémon lo entendió, Kredan esperaba con ansias lo que iba a llegar.

C - ¡Alcanza la velocidad de la luz, alzate por encima de tus enemigos, ruge con la fuerza de un trueno! ¡Mega Evoluciona! - Una luz blanca salió de la piedra que Celsius llevaba en su gorra y una luz arcoíris salió del collar de Raida. Se mezclaron cambiando la forma de Raida. 

Allí estaba, la esperada mega evolución de Raida. Kredan se había emocionado enormemente al verlo. Sentía que por fin iba a poder enfrentarse a un verdadero reto.

C - ¡Raida, usa Rayo! - Gritó rezando para que su compañero le hiciese caso.

El pokémon lo miró fijamente, sonrió y se lanzó sobre Noivern sin pensarlo dos veces, pero esta vez haciendo caso de su entrenador.

K - Veo que por fin os entendéis. Si es así entonces no voy a dejaros respirar ni un poco.

Noivern esquivó con dificultad el movimiento, se posicionó sobre Raida y lanzó Pulso Umbrío. La oscura onda que salió del cuerpo de Noivern impactó sobre Raida. Pero este no se iba a detener. Se siguió moviendo más y más rápido. Celsius tenía claro que su mejor opción era presionar a Noivern desde varios ángulos con Rayo. Raida siguió la orden. Kredan y Noivern eran presionados por segunda vez de mano de aquella pareja entrenador-pokémon. Noivern lanzó Vendaval, aquel vendaval oscuro que arrasaba con todo. Golpeó a Raida pero se impulsó sobre un árbol para acortar distancias con Noivern que fue alcanzado por un Rayo. Su potencia era increíble, pero no iba a ceder. De nuevo lanzó Pulso Umbrío y Raida contraatacó con Rayo de nuevo. Ambos pokémon recibieron el movimiento del rival. Ambos cayeron debilitados.

Raida volvió a su estado normal, a pesar de que había terminado ambos levantaron la mirada, no querían ceder, pero sus entrenadores sabían que ya era suficiente. El resto del día descansaron.

Se pasaron toda la semana entrenando como locos para que Celsius fuese capaz de vencer a Terad.

El día había llegado, hacía calor, los chicos llevaban horas despiertos, habían calentado un poco antes de que llegara su oponente. 

Terad llegó al fin. Se demoró un poco, pero no se disculpó por ello, era orgulloso.

C - Quiero pedir algo esta vez. - Dijo sin tan siquiera saludar.

T - Que pasa, no quieres que use a Virizion porque te da miedo perder. ¿Verdad? - Se rió.

C - Lo contrario, quiero un combate uno contra uno y quiero que uses a Virizion.

T - Entonces esta vez supongo que usarás la mega piedra. De acuerdo, vamos a ello sin más precedentes.

Terad se posicionó en uno de los lados del campo. Celsius ya lo esperaba en el otro. Kredan se sentó a mirar cómo transcurría la batalla en uno de los bancos de piedra que rodeaban el lugar. Unos pocos niños y otros entrenadores se acercaron a ver la batalla. La mayoría personas que se habían quedado por allí con tal de ver otra vez a Virizion después de cinco días. Sin duda había generado expectación.

Virizión salió a pelear, por el lado de Celsius Servy era la elección. 

T - ¿Intentas reírte de mí? - Gritó indignado.

C - En absoluto, además no deberías tener problemas para enfrentarte a mi recién evolucionado Servine. ¿O es que tienes miedo? - Sonrió.

T - ¿¡ De verdad !? No me tomes el pelo, si no me dura más de un movimiento exijo que uses a tu Manectric.

C - Como quieras, vamos a ir empezando.

Virizion miraba altanero a Servy, pero el pokémon de Celsius no se dejaba intimidar, todo lo contrario, parecía tener muchas ganas de enfrentar a aquel pokémon legendario. Y su entrenador estaba tan excitado como él.

La batalla dio comienzo. Virizion empezó de nuevo con Espada Santa. Servy lanzó uno de sus látigos a uno de los árboles de detrás para poder evitar el golpe, que dejó una marca profunda en el suelo.

C - ¡Servy acércate a él con tu Látigo Cepa y gira!

El pokémon empezó a lanzarse de un lado a otro por el campo Virizion lo seguía con la mirada. No recibía órdenes de su entrenador. Servy se lanzó sin más hacia él y cuando estuvo al lado usó Hoja Aguda. Virizion no sufrió prácticamente daño.

T - ¿Eso es todo lo que tienes? No me hace falta decir nada para que mi pokémon gane esta batalla. - Se sentó en el suelo a ver cómo se desarrollaba el combate.

Virizion se abalanzó sobre Servy usando Hoja Aguda, que aparecía a los lados de su cabeza, como dos grandes cuernos afilados. Al estar tan expuesto después de su ataque no pudo evitar recibirlo. Con un solo golpe y poco eficaz la batalla estaba casi decidida. Servy había quedado contra las cuerdas en un momento. Virizion esperó al siguiente movimiento de su contrincante, lo menospreciaba, se podía ver en su forma de hacer.

C - ¡Vamos con el plan Servy! 

El pokémon volvió a usar el entorno a su favor, pero esta vez empezó a elevarse. Virizion simplemente lo seguía con la mirada. Esperaba a tenerlo a tiro de nuevo para acabarlo con su propio ataque. Pero tanto él como su entrenador estaban equivocados si pensaban que seguirían sin hacer cambios. El pequeño pokémon empezó a girar mientras subía cada vez más alto y cuando llegó a estar por encima de la copa de los árboles aumentó su velocidad de giro a la vez que se impulsaba hacia su objetivo, esta vez ejecutando Golpe Aéreo. Las hojas de su cola se alargaron y se volvieron de un color azul celeste muy intenso. Se había vuelto una hoja circular que se abalanzaba a toda velocidad. Virizion se dio cuenta del peligro y su entrenador le dio un grito, pero era demasiado rápido. Cortando ramas a su paso y arremolinando el viento a su alrededor Servy golpeó con fuerza a Virizion que se vio gravemente afectado por el movimiento de aquel pokémon que parecía tan inofensivo.

C - ¡Lo tenemos! ¡No dejes de moverte Servy! - gritó emocionado.

T - Maldito idiota. Virizion Agilidad.

La velocidad de Virizion aumentó drásticamente, seguido de esto el pokémon empezó a arremeter usando Hoja Aguda contra los arboles que quedaban hechos pedazos a su paso. Servy huía tan rápido como era capaz de aquella estrategia desesperada. 

C - No podemos parar ahora. Sube alto Servy, ¡Salta al cielo! 

El pequeño Servine de Celsius saltó igual que cuando peleó con Noivern, pero esta vez ya estaba girando en el aire.

C - ¡Usa tu cuerpo y tus látigos para aumentar tu velocidad de giro! 

Con un látigo por delante y el otro por detrás empezó a aumentar la velocidad de la fuerza centrífuga. Se había convertido en una enorme hélice verde. Virizion aceptó el reto. Terad lo vio y le gritó su siguiente movimiento, Espada Santa. Una hoja enorme apareció en su cabeza, Virizion saltó para acortar la distancia que recorrería Servy y así disminuir el poder de su siguiente movimiento. A pesar de eso sus giros eran cada vez más y más rápidos. Cuando estaba a punto de llegar al punto de impacto retiró ambos látigos y ejecutó de nuevo Golpe Aéreo. 

Ambos pokémon salieron despedidos. El resultado estaba por salir a la luz pronto. 

Kredan llevaba rato de pie, todo el mundo allí estaba emocionadísimo, unos animaban a Terad otros se decantaron por la valentía de Celsius. 
Pero el resultado era claro, Virizion seguía en pie, a pesar de que casi no tenía fuerza para ello y por su lado Servy no podía mover ni un solo músculo.

La gente gritó, hubo aplausos por todos lados, a medida que se había sucedido la pelea se había agrupado aún más gente y todos se habían vuelto locos al ver aquel espectáculo. Un buen grupo de gente empezó a vitorear a ambos entrenadores.

C - Un trato es un trato, si quieres usaré a Raida. Pero creo que no te conviene.

T - Nos sobra energía para vencerte. Adelante, ven con todo lo que tienes. - Se había encendido totalmente.

Celsius no pudo rechazar aquellos sentimientos, además realmente sentía ganas de seguir peleando, tenía ganas de seguir poniendo a prueba su voluntad y la de sus pokémon.

Raida salió al campo de batalla, sus ojos lo decían todo. Virizion estaba muy malherido pero siguió amenazante, incluso sonrió al ver el espíritu de batalla de Raida.

La batalla estaba a punto de empezar, pero alguien decidió detenerla, de la peor forma que se podía.

Un cañón de energía enorme impactó sobre una de las ramas del enorme árbol que daba nombre a aquel pueblo. La rama empezó a caer, algunos entrenadores dieron buen uso de las habilidades de sus pokémon para evitar que la rama cayera en la zona de las casas. Alrededor de treinta pokémon se coordinaron para desplazar aquella enorme rama fuera del área. A pesar de eso se temía por la vida de algunas personas y pokémon.

La gente empezó a preguntar de dónde venía aquel ataque, todos alzaron la mirada al cielo, allí estaba, como una pesadilla que no puedes sacar de tus sueños. Aferrándose a destruir todo lo que había en el camino de Kredan y Celsius. ¡Lugia y su entrenador!

Terad no tenía idea de lo que sucedía pero se había enfadado mucho y Celsius estaba en la misma situación. 

¿? - ¡Jajaja! ¡Seguro que así vienes a por mi! - gritó el niño a lo lejos.[/spoiler]
Darkjcg122Hace 6 años5
Capítulo 76: Grise




[spoiler]
Todo el mundo allí apuntaba sus miradas sobre el legendario Lugia. Miradas de odio, de rencor, de miedo, de emoción, todas apuntaban a aquel pokémon y al niño que montado en él se reía a carcajadas.



¿? - ¡ Vamos, SALID A JUGAR CONMIGO ! - Gritó incesante.



El niño de repente dejó de reír, se giró bruscamente, de entre todas las miradas de aquel lugar una logró hacer que aquel entrenador sin escrúpulos se girara. Eran los ojos de Kredan, llenos de odio, ardientes y enloquecidos.



K - ¿No tienes suficiente con lo que hiciste en Hoenn? - Gritó



El joven iba montado a lomos de Noivern, cuyos ojos eran tan o más amenazantes que los de su entrenador.



¿? - ¿Tienes que estar siempre en mi camino? ¡Aparta! - Gritó dando a Lugia la señal para lanzar de nuevo su Aerochorro.



Lugia concentró energía mientras inhalaba el aire de su alrededor, de su boca emanaba una luz celeste que poco después era proyectada directamente a Noivern.

Pero era un movimiento predecible, lo evitaron fácilmente, pero de nuevo provocó un fuerte impacto sobre el gran árbol.

El resto de entrenadores que miraban la escena se vieron obligados a combatir la caída de una rama esta vez mayor que la anterior. Por suerte había suficientes pokémon como para destruir y mover la rama evitando el mayor daño posible. A pesar de eso muchos fueron los que salieron heridos de aquel ataque.



K - ¡Noivern, Pulso Umbrío! - El pokémon no dudó, su cuerpo se enegreció y al batir sus alas lanzó una onda oscura directa al cuerpo de Lugia.



Parecía haber surtido efecto, antes de que se dieran cuenta Lugia estaba cayendo, Noivern se lanzó en picado en su busca. A su vez Celsius y Terad se dirigían a la zona de impacto a lomos de Virizion, Raida los seguía corriendo a su lado.



El gran Lugia cayó, la gente de los alrededores se apartó, algunos se mantuvieron a la defensiva con sus pokémon listos para el ataque. Noivern, Raida y Virizion se pusieron frente a Lugia, el pequeño niño bajó a tierra firme.



¿? - Muy bien, si esto es lo que queréis, vamos a empeorar las cosas. ¿Pero antes, como decíais que os llamáis? - Sonrió.



C - No te soporto, la última vez… no, nunca he podido pelear contra ti, pero eso es diferente ahora. He entrenado muy duro para llegar hasta aquí. ¡Mi nombre es Celsius, y yo mismo acabaré con tus estupideces irracionales! - Proclamó.



T - No se quien eres o que cojones haces destruyendo este lugar sagrado, pero te juro que te destrozaré a ti y a tu pokémon. Mi nombre es Terad, cazo a aquellos entrenadores que creo que son poderosos.



K - … Kredan… Dime tu nombre, necesito saberlo antes de romperte los huesos…



G - JAJAJAJAJA Tu eres el que está más chalado. Ahora que no sois solo unos desconocidos os lo diré. Soy Grise y seré el rey de este mundo, soy el elegido de Arceus, pronto tendré poder suficiente como para provocar o detener una guerra a mi antojo. No seáis muy duros conmigo, solo tengo 12 años.





Antes de que nadie pudiese añadir nada Virizion ya se había abalanzado contra Lugia, y Noivern había alzado el vuelo de nuevo, Lugia se defendió de Virizion que ya estaba exhausto, el pobre pokémon duró tan solo un golpe. Por su lado Noivern se disponía a lanzar Vendaval, y Raida empezó a correr alrededor de su enemigo llenando de energía eléctrica su cuerpo.



G - ¡Pulso Dragón! - El movimiento impactó sobre el vendabal de Noivern.



Ese pequeño lapso de tiempo fue suficiente para que Raida propinara un Rayo directo a Lugia. Las heridas pasaban factura al pokémon. A pesar de eso, se lanzó a volar, se acercó a Noivern, este le intentó repeler con Pulso Umbrío que impactó de lleno, haciendo caer de nuevo a Lugia, pero mientras caía lanzó de nuevo Pulso Dragón, esta vez impactando directamente sobre Noivern, que salió despedido contra el gran árbol de la ciudad.



< Vamos, aparece pequeño… > Pensó Grise.



Lugia no podía pelear. Así pues decidió retirarlo. Grise levantó las manos indicando que no quería seguir peleando. Kredan fue directo a él, Celsius lo detuvo, forcejeó un rato, pero no podía salir de los brazos de su amigo, que le impedían cometer una locura de la que se pudiese arrepentir.



K - ¡Dejame ir!



C - ¡Es solo un niño!



Terad se acercó a aquel pequeño loco. Lo agarró del brazo y lo arrastró hasta el centro pokémon. Pero antes de poder llegar a él un gran relámpago cayó sobre el árbol. El destino parecía cebarse con aquel milagro de la naturaleza.

El cielo se empezó a enturbiar, más y más relámpagos caían por todos lados.



G - ¡HA VENIDO A BUSCARME! - Giró la cabeza tanto como pudo, con una enorme sonrisa dibujada en su cara.



T - ¿Qué cojones has hecho? - Dijo mientras veía como parecía que el mundo iba a terminar ahí mismo.



Del cielo una enorme criatura descendía, su piel era de un color tan negro que absorbía la luz a su alrededor. De su cola un brillo azulado iluminaba los alrededores, delante de todas aquellas personas, ante un árbol gigantesco ardiendo en llamas, el omnipotente Zekrom se presentaba para sembrar aún más miedo y caos.



C - ¿Qué se supone que hace Zekrom aquí? - Dijo mientras soltaba a Kredan



K - ¿¡Dime cabronazo, QUE SE SUPONE QUE ESTÁS HACIENDO!? - Agarró de la camiseta a Grise y lo zarandeó.



G - Solo he provocado a Zekrom para que viniese en mi busca.



El dragón ónice se paró en medio de todo aquel revuelo. Los truenos sonaban por todo el lugar. Grise se soltó de Terad y corrió delante de Zekrom.



G - Hola querido Zekrom. Estoy seguro de que pronto seremos buenos amigos.



C - ¡Estas loco! ¡Sal de su lado, te matará!



Kredan sacó a Binks y Yami de sus respectivas pokéballs, le pidió a Binks que protegiese el Centro Pokémon con sus movimientos defensivos, a Yami se lo llevó a encontrarse con Zekrom.



El dragón legendario miró con sus rojos ojos a Grise. Lo observó detenidamente, como si lo estuviese juzgando por sus pecados. El niño por su parte tenía los ojos abiertos como platos, lo desafiaba con la mirada, era como si fuese a devorarlo. Lo miraba como un depredador a su presa. Zekrom se sintió amenazado y lanzó un grito, los relámpagos y los truenos empezaron a estallar de forma recurrente. Nadie osaba entrometerse en aquella locura.



Poco a poco Grise se acercaba a Zekrom, cada vez más y más. Sacó una pokeball normal y corriente de uno de sus bolsillos, la alzó y se dispuso a hacer contacto directo con aquella criatura legendaria.



C - Está loco… está completamente loco…



Por alguna razón Zekrom no se movió ni un poco, su cara había cambiado, parecía sereno, y sin rechistar dejó que aquel pequeño entrenador lo alcanzara. No opuso resistencia, su captura duró tan solo tres segundos.



G - ¡LO TENGO! ¡HE CAPTURADO A ZEKROM! Ya no tengo nada que hacer en este sitio patético…



Grise sacó a Zekrom de su pokéball y se subió a su lomo. Nada de aquella situación parecía tener sentido alguno. El pokémon se dispuso a alzar el vuelo y cuando había despegado unos metros por encima del suelo una Bola Sombra impacto en su izquierda desestabilizando por completo su cuerpo. Kredan se había vuelto a dejar poseer por Yami. El muchacho tenía la máscara puesta y mediante el pelo formado por el cuerpo de Yami lanzó otra Bola Sombra.



G - ¿Qué os pasa, no sabéis cuándo parar o que? Estoy harto de que todo el tiempo me hagáis la vida más dura de lo que ya es… ¿Porque no te quedas en el hospital una temporada, señor amenazas?



El cuerpo de Zekrom se encendió, su cola brillaba con intensidad y una gran cantidad de electricidad empezaba a concentrarse en su cuerpo. Se convirtió en una enorme esfera de luz, los relámpagos que caían aleatoriamente ahora se concentraban sobre su cuerpo.



G - Vamos allá, Rayo Fusión.



C - ¡KREDAN! ¡APARTA DE AHÍ MALDITA SEA!



Kredan no se movía ni un poco, probablemente debido al miedo, aquella esfera gigantesca de luz y relámpagos se disponía a lanzarse sobre él. El suelo alrededor de Zekrom se rompía con facilidad. Pero no se podía mover, no tenía nada que pudiese hacer.



< Mierda piensa algo, piensa, piensa, piensa… ¡PIENSA!> Pensaba Celsius mientras contemplaba con horror la escena.



Pero no había tiempo para pensar. Ante todos aquellos ojos el Rayo Fusión se dirigió directamente a Kredan. En un último acto el joven se arrancó a Yami de la cara y lo lanzó tan lejos como pudo.



El movimiento de Zekrom impactó de lleno, un gran estruendo llenó la ya arruinada ciudad, la gente se tapó los ojos, Celsius cayó sobre sus rodillas, no podía creer que después de tanto le iba a pasar aquello, no podía cerrar los ojos, aun cuando la luz del impacto obligaba a la mayoría de personas a cerrarlos.



Tras unos segundos la polvareda levantada con aquel movimiento se detuvo, Zekrom se encontraba delante del punto donde se encontraba Kredan, agarrando el cuerpo de un pokémon casi tan grande como él. El Mamoswine de Terad había impedido que el joven entrenador fuese asesinado.



G - ¿Cómo es posible…?



T - Aprende pronto la tabla de tipos idiota, desaparece de aquí antes de que te destruya a ti y a tus pokémon. - Su mirada era salvaje.



Grise se fue volando a lomos de Zekrom, algunas personas se quejaron, gritaban que se debía hacer justicia. Pero no era el momento de volverse locos, había un incendio que parar. Pokémon y personas trabajaron para detener cuanto antes el incendio que estaba consumiendo el gran árbol. Por suerte el tamaño y el hecho de que no estuviese seco evitaron una catástrofe mayor. Pero en el cuerpo de aquel anciano nogal se había marcado aquel día, que nunca sería olvidado.



Celsius corrió tanto como le dejaban sus piernas, abrazó a Kredan, lloró, pues de verdad creyó haber perdido a su amigo. Kredan se quedó quieto, sin hacer nada un buen rato, había entrado en shock y no fue hasta que su amigo empezó a llorar que no recobró la conciencia de sí mismo. Movió lentamente sus brazos y abrazó con fuerza y miedo a su amigo. Kredan también empezó a llorar. Terad los acompañó a ambos al centro médico más cercano. Se encargó de que sus pokémon llegaran a salvo al centro pokémon. Mucha gente actuó voluntariamente en los cuidados a los heridos, en la reconstrucción de las estructuras que se habían destruído.

Aquello era muy similar a la vez en que los pokémon atacaron Azuliza, esta vez la destrucción había sido menor, no había muerto nadie, pero el culpable fue una sola persona y no un grupo de pokémon violentos.



Pasaron un par de días antes de que Kredan se recuperara completamente del shock.



Tras aquel incidente a Terad se lo conoció como el salvador de Bosque Blanco. Se alzó un pequeño monumento en su honor, era una losa de piedra donde se talló a Mamoswine y a Virizion. Una placa conmemorativa por salvar la vida de personas y proteger la integridad del lugar. Se hizo mención a todos aquellos entrenadores que participaron, en total más de 53.



Kredan y Celsius se fueron de Bosque Blanco al tercer día después del accidente. Se despidieron de Terad, dejaron en el aire la disputa entre Virizion y Raida. Kredan no mencionó nada sobre pelear contra él. Parecía bastante abatido.



T - Esto… Celsius, voy a ir en busca de Zekrom y Grise, me encargaré de que pague por lo que le ha hecho al gran Nogal, pagará por usar el poder de Zekrom para algo tan terrible.



C - Si lo encuentras y tienes cualquier problema, llamanos, estaremos por aquí una temporada.



K - Te agradezco mucho que salvaras mi vida Terad. No se cuantas veces lo he dicho, pero de veras, gracias por lo que has hecho por mi. Algún día espero poder pagar mi deuda.



T - No hace falta que le des demasiadas vueltas. Tú hubieras obrado igual.



Ambos chicos estrecharon sus manos con Terad. Se iban de allí y dejaban con ellos algo más que a un nuevo amigo. Poco a poco se acercaban a su destino, Ciudad Caolín.
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Darkjcg122Hace 6 años6
Capítulo 77: Castillos de arena

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A lomos de Noivern, Celsius y Kredan llegaron en poco más de una hora a Pueblo Arenisca, tenían pensado descansar allí uno o dos días, para seguir su plan, llegar a Ciudad Caolín en unas semanas para hacer creer a Power Savers que Luso y Celsius los habían llevado hasta allí engañados.


Ninguno habló demasiado durante el viaje, ambos estaban inmersos en sus propios pensamientos, en sus miedos, sus dudas.


< Si no he podido enfrentar a un niño pequeño, cómo lo haré para entrar en aquel lugar y salvar a mi hermana, si es que tan siquiera está allí…> Pensó el chico de melena ondeante.


< De nuevo, no he sabido cómo enfrentar una situación peligrosa, de nuevo no sabía que debía hacer, cómo usar el poder que he adquirido en estos días… Que puedo hacer para evitar que nos pase algo terrible en un lugar lleno de mafiosos… > Se dijo a sí mismo el joven de cabeza brillante.


Pueblo Arenisca era un lugar hermoso, lleno de vida, de personas que se bañaban felices en las playas, iban de compras… Kredan le pidió a Celsius que le dejara ir un rato a solas con Noivern, se separaron a la orilla del mar. La gente miraba expectante al pokémon de Kalos, que proyectaba su sombra sobre ellos. Después de que se bajara de Noivern, el pokémon y su entrenador salieron disparados, volando cerca de la superficie marina, el agua se alzó a ambos lados, salpicando a bañistas desprevenidos. En pocos segundos la silueta del gran dragón negro desapareció en el firmamento.


Celsius por su lado decidió sacar a sus pokémon para que disfrutaran del buen tiempo. Lapras llevaba bastante tiempo sin surcar las olas del mar, Servy y Raida parecían disfrutar de la arena, lo que Servy construía meticulosamente Raida lo destruía corriendo y saltando. Lapras se percató del ánimo de su entrenador, lo miró directamente a los ojos, este le devolvió la mirada. El pokémon le hizo un gesto con la cabeza, Celsius sonrió, no podía decir que no, se había pasado toda la vida a lomos de Lapras y eso le ayudaba a hacer desaparecer todas las penas. Servy y Raida lo acompañaron, los tres montaron sobre el caparazón y se fueron a navegar sin rumbo un rato.


Celsius llevaba en su mochila unas cuantas bayas, las repartieron entre todos, disfrutaron de la brisa marina, del agua, de los pokémon que saltaban por los alrededores, los que se posaban en pequeñas rocas y islotes. Celsius se tumbó, llevaba tanto tiempo sin hacerlo, sin darse cuenta echaba de menos todo aquello, buscar por el mar nuevas aventuras, disfrutar de no hacer nada, de su entorno. Por un momento casi sintió arrepentimiento por el lío en que se había metido, luego escuchó las risas de Raida y Lapras al ver que Servy se había caído al agua y el sentimiento desapareció. Era feliz con sus nuevos amigos, no solo los pokémon, también Kredan, y todas aquellas personas que había podido conocer. Se tumbó cerca del agua y dejó caer su mano dentro, sintió la corriente pasar a través de sus dedos. Lapras golpeó el agua con su aleta delantera y le salpicó dejando toda su ropa mojada.

Por otro lado, Kredan voló lejos, tanto como Noivern quiso. El agua a su alrededor se apartaba a causa de la fuerza y la velocidad a la que agitaba el viento el pokémon. Ambos estaban frustrados, enfadados, llenos de rabia. Kredan vió una isla donde podía aterrizar, le pidió a Noivern que lo hiciera. Sacó de su pokéball a Yami y a Binks. Los dos pequeños se miraron el uno al otro. El chico se erguía junto a ellos sobre la pequeña parcela de arena y rocas, Noivern batía sus alas con intensidad para mantenerse suspendido en el aire, frente a ellos.

Sin decir nada, el dragón atacó. Binks pudo reaccionar a tiempo y desvió gran parte del daño del Pulso Umbrío gracias a Pantalla Luz. Kredan lo desafió de vuelta. Miró a Yami, el fantasma lo entendió y no dudó en colocarse sobre la cara de su entrenador. El cabello de Kredan se fundió con el cuerpo de Yami, después apartó la máscara de su cara. Sus ojos negros y rojos brillaban con intensidad. Kredan lo sentía, sentía como su cuerpo era invadido por Yamask, su cerebro, sus ojos, su piel, todo se unía a la perfección. Pero no podía dejar de pensar que no era suficiente. Binks miró preocupado a su entrenador, estaba dispuesto a detener los ataques de Noivern, alzó Pantalla Luz tantas veces como hicieron falta, hasta el punto de no poder más. Kredan intentaba usar movimientos pokémon al mismo tiempo que se movía evitando los ataques de Noivern, y que Yami atacaba usando sus brazos. Se pasaron horas peleando, lo hicieron hasta la extenuación.


Las horas habían pasado, Celsius terminó encontrando a Kredan, tirado en medio del océano sobre aquel pequeño islote, si es que se podía considerar uno. El chico estaba tirado en el suelo, sudoroso, todos sus pokémon estaban igual. Por suerte Celsius seguía teniendo algunas bayas, se las ofreció a sus amigos. Noivern voló solo esta vez, Kredan montó a lomos de Lapras, el pokémon se lo pidió, era como si quisiera pagar a Noivern por llevar a su entrenador. De vuelta iban un poco más apretados, los pokémon se amontonaban sobre sus entrenadores, Servy tuvo que sacar del agua a Raida dos veces, obviamente se rió de él por lo de anteriormente.


Kredan y Celsius parecían haber despejado un poco sus mentes. Los dos sabían donde debían ir, lo que debían hacer, lo que tenían que conseguir. Estaban decididos a hacerlo y no fallar.


K - ¿Sabes Celsius? Tengo miedo de lo que nos pueda pasar. Si quieres salir dejar esta empresa en la que nos hemos embarcado, lo entenderé. Tu vida es el océano, nunca debí sacarte de él.


C - Hoy he pensado por un momento en exactamente eso mismo. Pero luego me he dado cuenta de cuánto he ganado yendo contigo. Toda esa experiencia, los buenos momentos, he podido avanzar en mi investigación gracias a toda esta locura… Si no hubiese empezado esto, ahora mismo Raida y Servy no serían mis amigos. No hubiese conocido a Silpe y a su Gastly, ni a Luso y Ertia, aunque quizás no son el mejor ejemplo. Qué sería de Terad también, es un tipo genial y la persona a la que más ganas tengo de vencer… Mi pasión por el mundo que nos rodea es aún mayor ahora. Si nos ponemos en peligro para salvar a tu hermana, no lo dudaré. Si yo estuviese en tu situación no se que haría.


K - Yo… A mi me gustaría agradecer que estés conmigo. Si no hubieses venido conmigo, quizás ya habría abandonado la idea de encontrar a mi hermana. Pero tenerte me ha mantenido en el camino. Si las cosas en Caolín se ponen peligrosas, no dudes en correr, prometeme que correrás si algo malo pasa.


C - Te prometo que si las cosas se tuercen correré. Pero tranquilo eso no pasará. Vamos a encontrar a tu hermana y a salvarla, sin más. Seguro que las cosas son más sencillas de lo que pensamos.


Volvieron a la orilla de Pueblo Arenisca. Al llegar Celsius recordó algo que tenía que decirle a Kredan desde el ataque de Zekrom. Había encontrado una foto en la que aparecía aparentemente Kredan cuando era niño, pero no entendía muy bien los pokémon que lo rodeaban.


Al llegar al hostal donde se alojaron se ducharon y fueron a cenar. Al volver a la habitación Celsius se la mostró.


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Darkjcg122Hace 6 años7
Capítulo 78: El hombre detrás del niño

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C - Oye Kredan, cuando terminaste en shock, durante el ataque de Zekrom, encontré esto cerca del lugar donde estabas. Probablemente se debió caer de tu bolsillo o alguna cosa así.

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https://www.facebook.com/822493601151759/photos/a.1461859510548495.1073741828.822493601151759/1461859540548492/?type=3&theater

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K - ¿El qué? - Giró la cabeza y se quedó perplejo al ver la imagen.


De un gesto brusco la agarró, un poco más y Celsius se queda en la mano una de las esquinas de la foto.


C - Perdona. No sabia que era tan importante. - Se sentó.


K - ES importante. - La guardó en uno de sus bolsillos.


C - ¿Puedo preguntar por qué te ha sorprendido tanto? Pareces muy feliz en esa foto, te da verguenza que la vea… ¿Verdad?


K - En realidad el niño de la foto no soy yo.


C - Pues es clavadito a ti.


K - Porque es mi padre.


C - ¿¡ De verdad!? Sois idénticos. Seguro que nunca dudó de su paternidad.


K - La verdad es que es una foto de cuando vivía de forma distinta. - Acabó sacando de nuevo la foto.


Kredan la dejó sobre la mesita que había en su habitación. Celsius no pudo evitar preguntar. La curiosidad lo estaba matando.


C - ¿Con cuántos años se la hicieron?


K - Diría que unos once. Es de cuando se volvió campeón de la liga pokémon.


C - ¿Con once años? ¿Que clase de monstruo es tu padre?


K - Pues… eso, mi padre. Durante aquella época se divertía combatiendo junto a sus pokémon, se divertía tanto que venció a toda la elite de Alola como si fuese un juego de niños.


C - Así que tu padre es original de Alola… Eso explica los pokémon que aparecen claro… Me sorprende que tu padre…


K - Dejalo ya, no tengo muchas ganas de seguir… - Le cortó.


C - Perdona. No era mi intención molestar. Como sea. Mañana me gustaría ir a un islote alejado a entrenar, ya sabes, como cuando Azuliza, o como hiciste tu mismo ayer.


K - Perfecto, si es entrenar sabes que siempre estaré dispuesto.



Los dos se fueron a dormir tras tomar un zumo en el balcón de su habitación. Se quedaron casi una hora charlando.


Poco después de las seis de la mañana los chicos ya se habían puesto en marcha. Celsius navegaba a bordo de Lapras y Kredan surcaba los cielos con Noivern.

Pronto encontraron un buen lugar en el que entrenar, no era más que un montículo de arena, piedras y algas. El lugar perfecto para desatar una tormenta.


Kredan bajó y se colocó en uno de los extremos de la pequeña formación de arena, Celsius hizo lo propio en el lado contrario.


Binks fue la primera opción de Kredan, tenía ganas de poner en marcha a su pequeñín. El día anterior habían desarrollado una nueva estrategia. Celsius lo esperaba con ansia, puso en juego a Servy, que parecía menospreciar el poder de Binks.


K - ¡Empecemos! - dió la señal.


Servy se movió rápido en la dirección a Binks. El pokémon se mantenía quieto, Kredan había puesto en marcha su nuevo plan, la pequeña hada había empezado a usar Paz Mental. Celsius actuó tan pronto como se dio cuenta, mandó una sucesión de ataques a su pokémon, lanzó Hoja Aguda una y otra vez, sin detenerse. Binks había activado Reflejo antes de empezar a usar Paz Mental, a diferencia de otras veces en las que una gran barrera se alzaba ante el pokémon esta vez una luz había brillado sobre su cuerpo y le mantenía a él con la defensa reforzada.


K - ¿Creías que eres el único que puede usar los movimientos de distintas formas?


C - Claro que no. Servy, agarra a Binks con Látigo Cepa y lánzalo al agua.


Cuando las cepas iban a alcanzar a Binks este ya se había potenciado lo suficiente.


K - ¡Ahora, Fuerza Lunar!


El cuerpo del pequeño pokémon brilló intensamente, emitía una luz pura que parecía no dejar de concentrarse delante suyo. Cuando llegó a su punto álgido lanzó el movimiento. Un enorme haz de luz algo rosado se proyectó sobre Servy que por culpa de la tierra y de haber agarrado a Binks con su Látigo Cepa no se podía mover, haciendo imposible evitar el ataque.

La fuerza de este era la esperada por Kredan, pero para Celsius y su pokémon fue completamente sorprendente. Servy se mantenía en el combate, no había caído, pero el poder de ese Fuerza Lunar no era ninguna broma.


Servy empezó a retorcerse, Celsius no entendía que le sucedía, pensó que quizás el impacto había sido mayor de lo que pensaban. Kredan por otro lado reconocía el movimiento. Había empezado a usar Enrosque. Su ataque, su defensa y su precisión se agudizaron. Celsius pudo percatarse al ver que el cuerpo de Servy se volvía algo brillante. Además sus hojas empezaron a desprender un brillo verde muy intenso. La habilidad de Servy, Espesura se había puesto en funcionamiento. Era el momento de acabar aquel combate, los cuatro se percataron. Servy a la voz de su entrenador se abalanzó usando Hoja Aguda, esta vez las hojas de la cola se habían vuelto mucho más grandes, eran prácticamente una espada, Binks lo esperó y no dudó en contraatacar con Fuerza Lunar. El Hoja Aguda impactó sobre Binks segundos antes de que pudiese lanzar el movimiento, dejándolo fuera de combate.


Kredan lo devolvió a la pokéball. Su siguiente elección fue Noivern. Que entró levantando la arena a su alrededor. Los chicos se taparon los ojos, Servy podía ver con claridad gracias a su mejora. Celsius le ordenó golpear el suelo con Látigo Cepa para impulsar su cuerpo y seguir con Golpe Aéreo. Noivern lo esperó y con el batir de sus alas lo mandó a volar, terminando el combate con un Pulso Umbrío.


C - No te andas con chiquitas eh…


Celsius se acercó al agua, acarició la cabeza de Lapras, el pokémon sonrió y desafió a Noivern con su mirada. Confiaba en sus posibilidades.


Noivern alzó el vuelo, el combate sería en medio del mar. El viento que movía el oleaje enfrentado a la gran masa de agua que le seguía. Lapras fue quien inició el ataque, no dudó ni un segundo para lanzar Rayo Hielo, Noivern lo esquivó a toda velocidad. El pokémon lanzó su extraño Vendaval negro, el aire se arremolinaba pero Lapras pudo evitar encontrarse en el centro. Ipso facto atacó usando Hidrobomba, movió su cabeza persiguiendo a Noivern con aquel torrencial ataque. Pero el dragón se desplazaba más rápido que el movimiento de Lapras.


Noivern se paró detrás de su rival y lanzó Pulso Umbrío, su cuerpo se volvió más oscuro y al mover sus alas la onda oscura llegó a Lapras, haciéndolo retroceder varios metros. Novern golpeó el aire con sus alas y se abalanzó haciendo un tirabuzón justo delante de Lapras, que seguía algo en shock por el anterior ataque, recibiendo esta vez el Vendaval de su rival. Celsius le ordenó de nuevo usar Rayo Hielo, aprovechando la distancia a la que se encontraba, el ataque golpeó un poco el ala derecha de Noivern, que cayó al no poder mover bien sus alas, pero Lapras seguía lanzando Rayo Hielo a todos lados. El pokémon estaba confuso, Noivern mordió la zona congelada de su ala mientras caía y hizo añicos el hielo, recuperando el vuelo.


C - ¡Vamos Lapras! Concéntrate, no puedes perder por esto.


La voz de Celsius llegó a su pokémon que para no decepcionar a su entrenador recuperó la cordura. Lapras lanzó de forma certera el Rayo Hielo, pero el Pulso Umbrío de Noivern partió el haz de hielo impactando sobre el pokémon de agua de nuevo. Las fuerzas de Lapras se habían mermado, pero aún se guardaba un as en la manga. Celsius lo gritó, le pidió que usara Poder Pasado, y el cuerpo de su amigo se llenó de un aura grisácea intensa que se transformaba en un cañón de energía directo a Noivern. El dragón lo intentó interceptar con Vendaval, pero el movimiento falló por completo, recibiendo de lleno el ataque.


El aura de Lapras se mantenía, una vez más la suerte les sonreía, habían logrado mejorar sus características. Kredan pensaba que era casi ilegal, cada dos por tres Lapras se beneficiaba de aquel efecto que normalmente no funcionaba. Suponía que Celsius había nacido con esa suerte.


Pero él y su pokémon no se iban a amedrentar. Noivern aún no había usado todo su arsenal. Por primera vez, después de mucho tiempo, Kredan decidió poner a prueba al pokémon de su hermana.


K - ¡Cometa Draco! - Gritó desde la orilla.


Noivern llevaba mucho sin usar aquel movimiento, su cuerpo brilló desde su estómago, una luz anaranjada emergió desde ese punto hasta su boca, que se abrió tanto como pudo. La luz salió, una esfera enorme de energía se sostuvo en el aire un segundo, tiempo suficiente para que Lapras lanzara Rayo Hielo sobre Noivern que estaba distraído. Aquella esfera enorme de repente se dividió en muchas más, todas ellas tiñeron el cielo de color naranja, y cayeron sobre Lapras, que aún lanzaba su movimiento. El estruendo resultante estremeció a los dos chicos. Los dos pokémon habían quedado fuera de combate. Celsius nadó hasta su compañero, recuperó un poco su energía con una poción para que transportara a Noivern hasta la orilla.


K - Parece que esto será de lo más interesante.


C - ¿Estás seguro de querer lo que estás pensando?


K - Claro. - Sonrió, su compañero le devolvió la sonrisa.


Raida entró en escena, Yami lo hizo en el lado contrario. El pokémon fantasma parecía enamorado del pelo de su entrenador, cada vez que salía de la pokeball se ponía a tocarlo y a dar vueltas alrededor de su cabeza.


C - ¡Vamos allá! ¡Conviértete en mi fuerza, atraviesa cualquier barrera, MEGAEVOLUCIONA! - La luz de la piedra en su gorra y la del collar de Raida se entrelazaron, el cuerpo del pokémon se iluminó y cambió.


K - Transforma mi cuerpo en tu contenedor, dame tu fuerza, libera mis cadenas, SIMBIOSIS.


Kredan se colocó la máscara de Yami, la retiró. Sus ojos negros y rojos, el cabello con forma de yamask y esta vez unas líneas negras se trazaron en sus brazos.


C - Veo que has evolucionado.


K - Esta vez, deja que sea yo quien te enseñe lo que es evolucionar de verdad Celsius.


El combate entre Mega Manectric y Kredan poseído por Yamask estaba por empezar. Era la primera vez que Raida se iba a enfrentar a un ser humano. El espacio era reducido, Celsius sabía que aquel escenario no le beneficiaba del todo, pero lo podía poner a su favor.


C - Raida, no te contengas, Chispazo.


El pokémon se desplazó cerca de Kredan concentrando energía eléctrica en su pelaje, soltando toda cuando se encontraba a pocos metros. Pero Yami evitó el daño, con sus brazos cruzados ante el cuello de su entrenador levantó una cúpula usando Protección. Los brazos de Kredan empezaron a llenarse de llamas morada y azules, era Infortunio, agitó el brazo y las llamas impactaron a Raida. Pero el daño fue mínimo. El pokémon megaevolucionado no parecía preocupado. Se desplazó a la espalda de Kredan, Celsius le ordenó Lanzallamas, su boca se llenó de un fuego incontrolable que se escapaba por los encajes de sus fauces. Pero los ojos de Yami estaban justo allí, en la nuca de Kredan, y contraatacó lanzando Bola Sombra. El movimiento impactó justo cuando el Lanzallamas salía de la boca de Raida. La explosión lanzó por los aires a ambos. La tenacidad de Raida le impedía rendirse con solo aquello. Pero Kredan a duras penas se podía mantener en pie. Le temblaban las manos y las líneas negras de sus brazos empezaban a volver hacia atrás.


C - Podemos dejarlo si lo necesitas.


K - No… Acabemos con esto, es hasta que uno de los dos no pueda más.


C - Testarudo, si te haces daño no me lo eches en cara…


Kredan corrió en dirección a Raida, el pokémon saltó para mantener la distancia, su velocidad era infinitamente superior.


K - Yami, vamos a probar. - Se detuvo.


La anterior vez, en el metro Kredan asustó a Cofagrigus cuando fue a lanzar un movimiento desde la boca. Esta vez, se disponía a hacer realidad el movimiento.

El joven abrió la boca, la energía oscura se empezó a concentrar, era débil, pero era Bola Sombra, Raida se quedó esperando el resultado de aquello, parecía querer ver el poder total de sus rivales. Yami usó sus brazos y rodeó la Bola Sombra de Kredan, ambos concentraron energía frente la cara del chico. Aquella energía oscura siguió creciendo, aumentó sin cesar, hasta tener un tamaño superior al de la cabeza de Kredan.


C - ¿Qué narices has hecho? - estaba perplejo.


Kredan lanzó un grito y la esfera salió disparada a una velocidad tremenda. Raida la podía esquivar, pero parecía dispuesto a enfrentarla. Celsius le dijo que lanzase Rayo. Ambos movimientos colisionaron, el Rayo mantuvo a raya aquella Bola Sombra gigante, hasta el punto de hacerla estallar. Pero la explosión fue enorme. Dejó un agujero enorme en aquella pequeña islita, el agua se colaba ahora por los laterales, llenandola. Kredan acabó en el suelo totalmente exhausto y Raida se mantuvo en pie, pero lleno de heridas después de la explosión.



C - No se que has estado practicando en un día, pero sea lo que sea… es efectivo. - Miró a su agotado amigo tirado en el suelo, abrazado a Yami, a quien quiso proteger.


El segundo día no iba a traerles mucho más a ninguno de los dos. Solo les quedaba descansar hasta que llegara el día de marchar hacia su destino.
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EDITADO EL 31-08-2017 / 11:29 (EDITADO 1 VEZ)
Darkjcg122Hace 6 años8
Capítulo 79: De paso

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Después de recoger las pocas cosas que habían desordenado en el hostal los dos chicos se dirigieron a lomos de Noivern hasta Pueblo Ladrillo. Los planes eran pasar un día allí.


Al llegar se pusieron en contacto con Luso y Ertia, ellos llevaban ya tres días en Ciudad Caolín. Simplemente investigaban, por lo visto un hombre de Power Savers había contactado con Luso por la noche. Él le había dicho que pronto los cuatro iban a estar allí, que les avisaría para tender la emboscada. Obviamente era mentira. El plan era dejarse llevar hasta el lugar donde se establecía PS para erradicarlos.


Mientras tanto lo único que les quedaba era pasar un día más. Decidieron dar un paseo por Pueblo Ladrillo. Era un lugar bastante tranquilo, la gente era la mayoría de allí, no parecía recibir mucho turismo. El mismo hostal en que se hospedaban tan solo tenía capacidad para cinco personas. El dueño se ganaba la vida con el restaurante de la planta baja y además como extra ofrecía el servicio de habitación. Lo estuvieron hablando con el hombre al llegar.


Por lo visto había una persona más en aquel lugar. Para su sorpresa era alguien a quien conocían. Se cruzaron con esa persona al salir a dar una vuelta.

Terad estaba allí, hablaba con la gente, hacía preguntas a todo el mundo. Los chicos lo vieron y se acercaron a hablar con el. Se dieron un apretón de manos.


T - Hey chicos. ¿Que hacéis por aquí? - Preguntó


C - Pues mira, vamos camino a Caolín, nos entretuvimos en Pueblo Arenisca así que ahora vamos con un poco de retraso. - Rió.


T - No está tan lejos, si salís ahora podéis llegar en apenas treinta minutos con vuestro Noivern.


K - Si bueno, la idea era ir parando en todos los pueblos y ciudades, ya sabes, para conocer la región. No siempre tienes la oportunidad de hacer un viaje así.


T - Cierto. Bueno, aquí hay poco que ver. Es un pueblo sin mucho movimiento.


K - ¿Qué haces tú por aquí entonces?


T - Bueno, no se si conoces la leyenda de Kyurem. Es uno de los pokémon legendarios de la región, probablemente el más extraño de todos.


C - Kyurem, he leído sobre el. La mitología habla sobre un solo pokémon que, por culpa de dos hermanos, terminó dividido en Zekrom y Reshiram. Si no voy errado Kyurem es el caparazón vacío de ese pokémon.


T - Exacto. Tengo sospechas de que aquel niño, Grise, va a aparecer por aquí. Por cierto, la gente de por aquí cree que por la noche Kyurem viene a devorar a las personas, no os sorprendáis si al atardecer no queda ni un alma por aquí.


K - Vaya… ¿Y es cierto? ¿Se come a la gente?


T - La verdad es que yo he estado aquí desde ayer, me pasé la noche fuera y sigo con vida. Lo que es verdad es que el pokémon al anochecer lanza gritos que, ciertamente, asustan.


C - Si pudieses capturar a Kyurem antes de que lo haga Grise entonces ya no habría problema. ¿No?


T - Tienes razón, pero mi forma de ver las cosas es algo distinta. Kyurem está aquí por algo, no quiero sacarlo de su hábitat si no quiere venir conmigo. Por eso intento descubrir el modo de entenderme con él. Si lo consigo seréis los primeros en saberlo.


K - Bueno, vamos a ir de compras, si quieres acompañarnos…


T - No, seguiré buscando. He de pasar por casa de una mujer que dice tener un libro que habla sobre Kyurem. Así que, espero que vuestro viaje siga sin demasiadas turbulencias. Me alegra ver que estáis más animados.


C - Gracias Terad. Espero que puedas salvar a Kyurem.


K - Lo mismo digo. Nos vemos pronto.


Los tres se despidieron. Sólo hacía dos días que no se veían, pero les agradó poder encontrarse de nuevo.

Los dos jóvenes fueron a una tienda en medio del pueblo. Compraron todo tipo de objetos que les sirvieran para las batallas venideras. Objetos de curación, de combate… Sabían que lo que iba a venir ahora no se parecería a nada de lo que habían hecho hasta ahora. Pero estaban determinados a hacerlo.


Llegó la noche a Pueblo Ladrillo. La gente llevaba ya unas horas en sus casas. Celsius y Kredan decidieron pasar la noche fuera del hostal. Pasearon al lado de sus compañeros pokémon, excepto Lapras.La noche era cálida, el cielo estaba despejado, podían ver todas y cada una de las estrellas del universo desde allí, al menos esa fue su sensación.


En medio de la noche, el grito estremecedor de Kyurem resonó, tal como lo había explicado Terad por la mañana.


K - Vaya, realmente es un grito desgarrador. Entiendo el miedo de las personas.


C - La verdad es que si. No lo esperaba tan… cercano.


Noivern empezó a dar vueltas como loco, Kredan le pidió que no se acercara al foco del sonido, temía que al pokémon le diera por encontrarse con la leyenda. Terad no estaba aquella noche por las calles, al menos no lo vieron. Ambos supusieron que había encontrado la forma de hacerse con la confianza de Kyurem y que esa misma noche ya iría a solucionarlo.


En unas pocas horas los dos terminaron en su habitación, durmiendo pacíficamente, ajenos a cualquier cosa que no fuesen sus propios sueños.


La mañana llegó, los chicos desayunaron y se fueron decididos a surcar los cielos de Teselia una vez más. Como les dijo Terad en menos de treinta minutos ya estaban en Ciudad Caolín. Una estructura gigantesca con forma de dragón de tres cabezas se alzaba a lo lejos. Era un edificio que rememoraba a Hydreigon, el pokémon Dragón y Siniestro. Ese edificio no era otro que el gimnasio de Ciudad Caolín. Todo estaba muy abandonado, pero el gimnasio se seguía manteniendo en buenas condiciones.


La ciudad estaba de capa caída. Al estar tan alejada de Ciudad Porcelana y, por ese mismo motivo, del turismo, había perdido mucho poder y lo que una vez fue una grandiosa ciudad era ahora un lugar casi abandonado.


Luso y Ertia estaban delante del centro pokémon, Kredan y Celsius se dirigieron allí de inmediato.


L - Madre mía, dijimos que tardárais, pero igual se os ha ido de las manos.


E - ¿Estuvisteis implicados en el ataque al Bosque Blanco? Os hemos visto en las imágenes que la gente grabó.


L - Si, tenemos que hablar contigo KRE-DAN~

K - Dejaos de tonterías, lo único que importa ahora es PS. Quiero sacar a esos desgraciados de donde sea que estén. Les tengo que hacer muchas preguntas.


E - Relájate. Hemos quedado en que mañana nos enseñarían sus instalaciones. También nos han invitado a participar en un evento “especial”. Probablemente es ahí donde nos emboscarán a ti y a mi.


C - ¿Cúal es el plan de acción? Dejamos que os lleven, si. ¿Pero luego qué haremos? No podemos arriesgar vuestras vidas así de fácil.


L - Tranquilo, Ertia no es tan endeble como para que la reduzcan unos pocos matones.


K - Tengo una carta de triunfo, le he pedido a Noivern que se aleje lo suficiente para no ser visto, ellos no saben que no tengo su pokeball, si nos quitan nuestros pokémon seguiré teniendo a Noivern.


L - Como sea, descansaremos hoy. Podemos contaros nuestro hermoso viaje desde ciudad Porcelana hasta aquí si queréis, he sacado hasta algunas fotos.


C - No gracias, no me apetece demasiado.


K - Nosotros nos vamos, queremos echar un vistazo a la zona.


E - Claro, nosotros estamos hartos de eso. Luso esperará en la habitación del centro pokémon que nos han habilitado. Aquí literalmente no quedan negocios vivos.


K - ¿Luso? Eso quiere decir que tu vienes con nosotros, supongo.


E - Claro. Prefiero teneros vigilados.


C - Como quieras.


Luso se quedó en el centro pokémon. Siguió con la mirada a los chicos, parecía sospechar de ellos o alguna cosa así. Ertia acompañó todo el tiempo a Kredan y Celsius, que lo único que hacían era parlotear sobre chorradas. Intentaban que no saliera ningún tema extraño para que ella no dijera la suya.

Pero Ertia se las apañó solita para sacar un tema desagradable.


E - ¿Como dejásteis que os venciera un niño?


K/C - …


E - Supongo que es vergonzoso que un niño pequeño pueda vencer fácilmente a un grupo grande de adultos. En fin, más importante que eso. Kredan, vimos una parte del video que nos dejó un poco perplejos.


K - ¿Te refieres a cuando casi me asesinan? A mi me dejó perplejo también.


E - Si, es esa parte. Pero la pregunta es, qué le pasaba a tu cara.


K - Mi pokémon Yamask tiene la fea costumbre de poseer mi cuerpo, me disculpo ante la señorita por no poder controlar bien a mi compañero.


E - Ese no es el caso… Solo te poseyó… ¿O es algo más?


K - Ya os dije que yo no tengo ninguna habilidad especial, si quieres puedo dejar que haga lo mismo con tu cuerpo, así lo compruebas.


E - No, gracias. Te creo, es solo que me sorprendió. Sobretodo a Luso. No deberías… bueno, da igual. - se detuvo.


C - Puedes hacerme un favor, quiero que compruebes la fuerza de mis pokémon. Quiero saber con exactitud cuánto han crecido.


Celsius sacó a sus pokémon. Raida, Lapras, Servy, los tres se pusieron ante los ojos de Ertia, que los juzgó de la forma más objetiva posible.


E - Raida es mucho más poderoso, ha ganado mucha experiencia en estos días. Su velocidad y su ataque especial son asombrosos. Sus esfuerzos se han enfocado en ellos, se nota. Lapras y Servy los veo por primera vez ahora, juzgaré su estado actual. Lapras tiene una resistencia asombrosa, su salud es inmejorable, aunque eso se ve a la legua, su piel y su caparazón lo dicen todo. Servy es un Servine magnífico. Es fuerte y ágil, su musculatura parece estar creciendo adecuadamente, muy pronto será un Serperior y su fortaleza física mejorará aún más. Les estás dando un entrenamiento de calidad. - Sonrió mientras acariciaba la cabeza de Servy.


K - Como te había dicho yo mismo. Pero bueno, si así estás más seguro. En fin, vamos a comer algo.


La sonrisa de Ertia desapareció. El comentario de Kredan había molestado a la chica, que confiaba plenamente en su capacidad. Celsius se dio cuenta. Los tres se marcharon al centro pokémon a comer algo. El resto del día lo pasaron charlando de unas cosas y otras.


La mañana del día siguiente se podía describir en una sola palabra: Nervios.

A Kredan le dolía el estómago horrores. Estaba más nervioso que nadie, incluso más que Celsius que no sabía ni lo que hacer. Quién sabía si su hermana estaría allí. No tenían ni idea de qué se encontrarían, de lo que deberían hacer, pero estaban seguros de que, fuese como fuera, lo harían.
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Darkjcg122Hace 6 años9
Capítulo 80: Finalmente dentro

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Luso, Ertia, Celsius y Kredan, los cuatro estaban delante del gimnasio de Ciudad Caolín. Allí Luso había quedado con un tipo. Sus vestimentas eran totalmente blancas. Se acercó al grupo, sin decir nada les indicó que le siguieran. Los chicos no dudaron. Luso les explicó que el plan se había movido de la siguiente forma.


Se suponía que durante esos últimos días él había descubierto a Power Savers, se había puesto en contacto con ellos y se suponía que se había hecho pasar por un importante luchador pokémon. Luso se las había ingeniado para establecer un doble engaño. Power Savers pensaba que les contaba versiones a sus amigos para engañarlos, la realidad es que eran ellos los engañados.


Lo siguieron hasta un pequeño edificio, donde había entrado un par de personas antes.

Al entrar no encontraron nada fuera de lugar, la sala principal estaba vigilada por unos tipos enormes. A pesar de eso el ambiente ruinoso se mantenía. No tenían muy claro como aquello podía ser su base o algo así. Cruzaron una puerta, había un pasillo, nada fuera de lo normal, al cruzar la siguiente sala había un ascensor que desentonaba con toda la arquitectura. Era completamente nuevo y tecnológico.


Por aquí. - Murmuró el hombre que los guiaba.

Los cuatro subieron en el ascensor. Una vez montados el guía se quedó fuera y tecleó un código en la pared. Las puertas del ascensor se cerraron, empezó a bajar. Al ir bajando las paredes dejaron de serlo y cambiaron por unos cristales que dejaban aquel enorme recinto subterráneo a la vista.


A medida que bajaban pudieron ver varios campos de combate, una zona que parecía unas oficinas y un montón de máquinas.

El ascensor llegó a su destino, los cuatro salieron. Una mujer y un hombre ambos con gafas los recibieron.


Bienvenidos al recinto Smogon. Nos han dicho que dos de ustedes son grandes combatientes. ¿Quienes son Luso y Celsius?

L - Nosotros dos, ellos en cambio son solo nuestros compañeros. - Agarró a Celsius del hombro.


Claro, vengan por aquí señores. Les llevaré al recinto de batallas. - Dijo el hombre.

En cambio ustedes dos, pueden acompañarme, los llevaré a dar una vuelta por las instalaciones, después podrán ir a las gradas para ver los combates de sus amigos. - Dijo la mujer empujando a Ertia y Kredan por la espalda.

L - Deseadnos mucha suerte chicos. Seguro que la necesitamos.


K - Claro. Suerte Celsius, no te dejes ganar por nadie. Nos veremos después de los combates.


E - Eso es, os animaremos desde las gradas.


C - Ya nos contaréis qué tal las instalaciones.


Los cuatro se volvían a separar. Kredan y Ertia, Luso y Celsius. El juego acababa de empezar.


Tal como se les había prometido, a Celsius y a Luso lo llevaron a las áreas de combate. Había unos treinta escenarios de batalla allí abajo. Gente de todo tipo se enfrentaba. Lo curioso es que la mayoría usaban los mismos pokémon. Se podía ver a Talonflame en todos lados, Araquanid, Tyranitar, Kangaskhan…


C - ¿Cómo es que todos los entrenadores de por aquí usan los mismos pokémon?


Eso tiene una explicación, se lo mostraré en un momento.

Celsius estaba algo mosqueado con todo aquello. Mientras a él lo trataban como a alguien importante a su amigo Kredan le iban a tender una trampa, en sus narices.


Como habíamos pactado con el señor Luso, les mostraré lo que Power Savers puede ofrecerles. Es usted un investigador famoso en Hoenn. ¿Verdad?

C - Bueno, tanto como famoso no se. Pero si, soy investigador.


Tenemos a un intelectual de su región trabajando aquí. Quizá le conozca. Los llevaré a la sala de reproducción genética.

L - Suena genial. ¿No crees? - Golpeó a Celsius con el codo.


C - Si, mucho la verdad. - Dijo mientras intentaba ponerle cara a esa persona.


Al rato llegaron a la zona donde se hacían todo tipo de pruebas y experimentos. No se esperaba encontrar a una cara conocida en aquel lugar, en el peor lugar, pero allí estaba.


J - ¡Celsius! ¿Cómo va todo? No esperaba encontrarte por aquí.


C - Jamo… Que casualidad encontrarnos en un lugar como este. ¿Qué haces aquí?


L - ¿Le conoces? - Su mirada era amenazante, pero sonreía.


J - Claro que me conoce. Soy líder de gimnasio en Hoenn, trabajo al lado del laboratorio de Celsius. Pues la verdad es que me mandaron un mensaje hablando sobre una forma de sacar el potencial oculto de los pokémon, así que vine a ver que tal.


C - Así que os dedicáis a eso. Suena genial, cuéntame, ¿cómo lo hacéis?


J - Pues verás, esta máquina de aquí se llama Power Save, es capaz de modificar los genes de un pokémon, es decir, imagina que tu Lapras no fue bendecido con el poder de lanzar ataques potentes, esta máquina soluciona los errores de la genética y pone a tono cualquier parámetro. Puede hacerlo con cualquier pokémon.


L - ¿No es eso un poco antinatural?


J - ¿Lo es? Los pokémon, igual que las personas, no nacen iguales. Los entrenadores que viajan por todo el mundo buscan a los pokémon con mejores estadísticas de combate. Los que no las cumplen son desechados. Esta máquina ayuda a que todos sean iguales.


C - Todos iguales…


J - No solo eso, podemos evitar la crianza descontrolada de pokémon, con esta función tan maravillosa. - Apretó una secuencia de botones en un panel de la máquina.


En el centro de la máquina había una cápsula, su forma se asemejaba a un huevo. Un brazo mecánico inyectó dentro un líquido de color marrón, poco después dos brazos empezaron a inyectar energía dentro. Al poco tiempo el proceso se detuvo. La cápsula se abrió, de ella salió un Talonflame.


C - Pero… ¿Qué narices?


L - Esa cápsula… ¿Estaba vacía antes?


J - Exacto. Acabáis de ver cómo se crean pokémon. Este de aquí es un Talonflame, un pokémon natural de Kalos. Sus estadísticas son perfectas, incluso es como si hubiese entrenado hasta el máximo de sus posibilidades, en este caso el cliente lo quería excepcionalmente bueno en ataque y velocidad.


C - Jamo…


J - Puedes quedártelo, crearé uno igual para el cliente. Es un regalo de la casa.


C - No, gracias. Creo que con mi equipo actual soy feliz.


J - ¡Oh! Podemos mejorar a tus pokémon si quieres, solo has de ponerlos en esa cápsula. Saldrán como nuevos de ella.


C - Como te he dicho, soy feliz con mi equipo.


L - Yo si quiero a Talonflame. ¿Puedo? - Indicó con su pokeball.


J - Claro, adelante. Los amigos de Celsius son mis amigos también.


Vayamos a la zona donde se celebra el torneo. Tiene unas reglas determinadas, pero las recompensas son suculentas. Esta vez pueden participar gratis, la próxima vez que lo hagan deberán abonar una cuota bastante elevada.

L - Que suerte Celsius. A ver que tal se nos da.


J - Yo participaré con un equipo que hemos de probar, espero enfrentarme a ti Celsius. Por cierto os podemos dejar unos cuantos pokémon si vuestros equipos no son de hasta seis.


C - Me la jugaré con mis tres pequeñines.


L - Yo justo he obtenido seis con ese Talonflame, así que estoy servido.


J - De acuerdo. Id yendo, os alcanzo luego.



Celsius y Luso estaban a punto de participar en un torneo clandestino en aquel lugar llamado Smogon. Las cosas no pintaban tan mal en su caso, pero por otro lado Ertia y Kredan se las veían con la trampa que les habían preparado.
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Darkjcg122Hace 6 años10
Capítulo 81: ¡Era una trampa!

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Bueno… ¿Cómo es que ustedes no se animan a participar en los combates junto a sus amigos? - Preguntó la mujer.

K - Oh, eso… no somos muy buenos entrenadores, mire, apenas tengo un equipo completo de pokémon… - Actuó.


E - … - No dijo nada, miraba hacia el suelo.


Ya veo… Bueno, dejemos eso de lado. ¿Podrían ir con aquel ascensor a la siguiente planta más abajo? Yo tengo algunas cosas que terminar. Cuando lleguen allí, pregunten por las gradas. - Sonrió, se aseguró de que tomaran el ascensor y se fue.

Ertia y Kredan tenían claro que se estaban metiendo de lleno en la boca del lobo. La trampa no tardó demasiado en aparecer. Allí mismo, en el ascensor, tras cerrarse la puerta un gas inundó la sala.


K - ¡Mierda! ¿Qué esperábamos que pasara? No pienso morir aquí… - Cayó al suelo.


Ertia se desmayó al mismo momento. Al abrirse la puerta la mujer que los había acompañado los sacó de allí con la ayuda de un Machamp. Los llevó a una planta superior a donde estaban las zonas de batalla. A diferencia de aquella zona, allí las paredes no eran de cristal. Los ató a una silla y se dispuso a agarrar una herramienta que tenía sobre una mesa.

En poco rato Kredan despertó.


Vaya chicos, me alegra ver que estáis bien. - Tenía una sonrisa de oreja a oreja.

K - Hija de puta… ¿Que… nos has hecho…? - Seguía adormecido, no podía pensar con claridad.


Eso… bueno, es un anestésico, no es muy fuerte, pero inhalado en grandes cantidades aturde a un adulto unos cuantos minutos. Suficiente para que cualquiera pueda hacer lo que le apetezca con vosotros. Por cierto, me quedaré estas pokéballs. - Mostró las pokéballs de los dos.

K - ¿Qué quieres de nosotros?


Información de vuestra organización, solo eso. Luego no serviréis de nada, os podré desechar.

K - Pues tienes un problema, yo no pertenezco a ninguna organización y ella está tan aturdida aún que no puede hablar. - Tosió.


Ningún problema muchachito, nos entretendremos tu y yo mientras. - Agitó unas tenazas y se acercó a Kredan.

De repente Ertia abrió la boca, de ella salió una pokéball, llena de saliva, que cayó completamente recta tocando el botón de abertura contra la pierna de la chica. De ella salió Scolipede, que golpeó con rapidez a Machamp con Cola Veneno, lanzándolo contra la pared y dejándolo inconsciente al momento. La cara de aquella mujer cambió de repente, tenía miedo, Ertia levantó la cabeza, sonrió y Scolipede se enroscó alrededor del cuerpo de aquella mujer.


En unos minutos era ella quien se había quedado sentada en una de aquellas sillas, y ahora eran los otros dos quienes iban a hacer preguntas.


Sabéis que no voy a responder nada de lo que me preguntéis, ¿verdad?.

E - Tranquila desgraciada, cuando empiece a doler te entrarán las ganas de hablar. - Sacó a Magnezone de su pokéball.


El pokémon eléctrico se puso sobre la cabeza de aquella mujer, y empezó a suministrar descargas en su cabeza. Leves como para no provocar daño cerebral, pero suficientemente dolorosas para que deseara su propia muerte. Kredan miró aquella escena, no tenía claro que sentir. Al principio su sensación se podía definir con un: ¡Eso es, es lo que mereces!, pero pronto le entraron las dudas.


K - Detén esto, necesito que responda. Si la asesinas serás incluso peor que ellos. ¿Quién querría a un asesino…?


< ¿Asesino? > Pensó Ertia al darse cuenta de que habló de ella en masculino.


E - Bueno, parece que toca jugar al poli bueno y al poli malo… En fin… Empieza a soltar información por esa boca de pozo que tienes. Si es que te quedan sesos para ello…


Si… Por favor… No me hagas más daño… Aquí creamos vida, equilibramos el mundo, hemos descubierto el poder de crear pokémon… ¡Somos como Dios! ¡Estamos un paso más cerca de Arceus!

E - Relaja un poco. ¿A qué te refieres con crear vida?


Lo hacemos… A través de pokémon, de plantas, en general de otros seres vivos, incluso de minerales. Si le quitas la vida a unos pocos puedes engendrar una vida mejor. Pequeños sacrificios para acercarnos cada vez más al poder de crear aquello que imaginemos.

K - Estáis locos… Necesito saber si vosotros capturásteis a Yveltal y Xerneas, y además a una chica con un Noivern que intentó proteger a Xerneas. ¿Fuisteis vosotros? ¡Dimelo!


No… Pero… es una idea excelente, Xerneas y Yveltal… Porqué no se nos ocurrió antes, eran la clave para toda esta organización. Necesito comunicar esta gran idea a nuestro lider. ¡Soltadme! ¡SOLTADME!

Magnezone le propinó otra descarga a la mujer, esta vez cayó desplomada.


K - No me digas que ha…


E - Tranquilo, solo se ha desmayado, aunque sin duda merecía terminar muerta… Tenemos que salir de aquí, pero no creo que al vernos nos saluden. Prepara a tu equipo, nos vamos a desmadrar un poco. Lo primero que hemos de hacer es llevarnos de aquí cuantos más datos mejor. Voy a intentar extraer archivos de los ordenadores. Ves mirando también todo lo que está en los archivos en papel de las estanterías.


K - A la orden. - Estaba algo decepcionado, pero seguía decidido a hacer lo que venía a hacer.


Mientras tanto Celsius y Luso ya habían disputado un par de batallas. Tenían un pequeño descanso y se pararon a hablar.


C - Todos los tipos que hay aquí… tienen los mismos pokémon y pelean exactamente igual…


L - Me ponen jodidamente enfermo. ¿Es que no hay nadie que sepa como usar seis pokémon? Ni he tenido que cambiar a mi Talonflame para ganar los dos combates.


C - Bueno, quizás lo tuyo es pasarse, pero realmente yo no he tenido demasiados problemas para apañármelas. La primera batalla ha sido intensa, la segunda literalmente la he ganado porque sabía exactamente lo que iba a pasar.


J - ¿Cómo lo lleváis chicos? Aquí la mitad no tiene idea de como usar bien un equipo de pokémon. Son todo niños y niñas ricos que quieren a los pokémon más fuertes de todos. - Se rió sutilmente.


C - Si piensas eso… ¿Por qué apoyas este proyecto Jamo?


J - Bueno, que la mitad de esta gente sea idiota no cambia el hecho de que mediante estas máquinas podemos hacer un mundo más justo. Pienso que en mis batallas de gimnasio sería genial enfrentar a mis rivales con el cien por cien del poder que pueden desarrollar.


C - ¿Quiere eso decir que has modificado a los tuyos también?


J - Bueno, la verdad es que aún no… Me cuesta meter a Negatium en una cápsula de esas, seguro que pasaría miedo, en cierta parte también…


Una alarma sonó, un montón de compuertas empezaron a cerrarse. Un mensaje empezó a sonar por todos lados a todo volumen.


¡¡¡NIVEL DE ALERTA OCHO, SE PIDE A TODOS LOS PARTICIPANTES DEL TORNEO APOYEN A NUESTRO CUERPO DE SEGURIDAD PARA ACABAR DE INMEDIATO CON LOS INTRUSOS. SON UNA CHICA JÓVEN CON FALDA, COLOR DE PELO CASTAÑO Y UNA COLETA Y UN CHICO CON MELENA Y UNA MÁSCARA EN LA CARA!!!



C - ¡Mierda! La trampa está en marcha.


L - Empieza a correr hacia la misma dirección que yo, no dejes de seguirme. - Lo agarró del brazo unos instantes mientras le dio las órdenes.


Celsius y Luso corrieron en dirección a un ascensor de color negro que destacaba por encima del resto, Luso lo activó con la tarjeta del tipo que les había enseñado las instalaciones, la había robado durante el comienzo del torneo.


C - ¿Dónde se supone que vamos?


L - De cabeza a por el jefe de esta sociedad podrida.


C - Estás loco, tenemos que ayudar a Ertia y a Kredan.


L - Ya te he dicho que ella no se va a dejar vencer tan fácilmente, está entrenada y por lo que oigo… Kredan también~ - Su cara se volvió sombría.

Por otro lado Kredan y Ertia habían salido de aquella sala donde los habían encerrado y como era obvio los recibieron con muy malas formas. Se abrieron paso con la protección de Binks y a base de llevarse por delante a todo el mundo con Scolipede, Magnezone y Yami.


K - ¿Estás segura de esto?


E - Es lo que hablamos con Luso. Hacer el máximo alboroto para que él y Celsius se puedan encargar del jefazo. Vamos a confiar en ellos.


K - No soy muy partidario de atraer a nosecuantos entrenadores a por mi.


E - ¿A no? Pues pareces feliz por algún motivo.


Kredan estaba sonriendo como un loco, el cuerpo le pedía aquella batalla, sentía que necesitaba desfogarse. En cuanto los enemigos empezaron a aparecer no dudó en dejar que Yami lo poseyese para empezar a propinar golpes de aquí para allí.


E - Los hombres sois idiotas… Aunque he de aceptar que a mi también me apetece enloquecer. - No dudó en dejarse llevar y en abrirse paso con sus propias manos al lado de sus pokémon.


Cuando la emoción estaba por las nubes el entrenador con quien no pensó que se cruzaría allí estaba y no estaba solo. Jamo quería ayudar y había ido al foco del problema, Kredan, por otro lado Jenvi, el hombre que rivalizaba en los concursos con Sandey y que fue humillado delante de todo el mundo por una joven novata también se encontraba allí.



Celsius y Luso habían llegado al fin a una de las plantas que más cerca de la superficie se encontraban. Era la sala donde el jefe de todo Power Savers tenía su despacho. Era un lugar lujoso aunque no especialmente grande.


Allí estaba, aquel hombre que les había hecho de presentador en el Crucero Batalla, el mismo que se había presentado a sí mismo como El Presentador, a su lado Skip, aquel chico que, junto a Mega Gyarados, derrotó sin esfuerzo a Celsius en un dos contra uno.


P - ¡Vaya! ¡Habéis venido chicos!


S - Hombre, si es el “defensor” inútil del Crucero Batalla, Celsius. Dime, has venido a que mejoremos a tus pokémon, ¿no es así?


L - Veamos… ¿Quien es el jefe? No hablamos con peones.


P - Yo mismo, puede que me reconozcas como El Presentador, pero en realidad soy El Presidente. - Sonrió.
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Darkjcg122Hace 6 años11
Capítulo 82: Energía impura

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Ante los ojos del líder de gimnasio de ciudad Malvalona se encontraba la persona que durante un segundo creyó que encontraría.


K - Jamo… ¿Qué haces aquí…? - El resto de entrenadores y guardias de seguridad estaban abatidos o pronto lo estarían por Ertia y sus pokémon.


J - Eso me preguntaba yo…


K - Ha pasado mucho tiempo… Espero que puedas entender lo que te diré, espero que estés aquí por un error…


J - Ha pasado demasiado. Me hubiese gustado veros un poco antes. Quizás así ahora podría saber por qué debo enfrentarme a alguien a quien conocí hace poco…


K - Veo que no me escucharás por las buenas… - Binks se puso al lado de su entrenador.


J - La última vez ganaste fácilmente, me dejé llevar por la emoción.


Jamo lanzó tres pokéballs, de una de ellas salió Negatium, de otra Stunfisk y de la tercera Ampharos.


E - No me pienso quedar mirando la batalla, deja que te eche un cable.


Jv - No, no, no, no, NO, NO. ¡TU! ¡TU ERES MIA! ¡VOY A HACER QUE TE ARREPIENTAS POR DEJARME EN RIDÍCULO AQUEL DÍA!


E - Relájate amigo. Tu ya estas fuera del ring otra vez.


Jenvi sacó a Talonflame y a Kangaskhan de sus pokéball. Las batallas estaban por empezar, en aquella área donde a penas todos aquellos pokémon cabían.


Kangaskhan lanzó Puño Cometa, pero Magnezone no recibió demasiado daño y no dudó en contraatacar con Foco Resplandor. De entre los dos imanes de Magnezone salió proyectado desde su cuerpo un haz de luz super concentrado que se llevó por delante a Kangaskhan sin esfuerzo. El pokémon llegó casi a la otra punta del lugar, Ertia lo persiguió junto a Scolipede que se lanzó usando Cola Veneno a toda velocidad mientras giraba. Talonflame usó Pájaro Osado para detener el movimiento pero gracias a su cuerpo largo y flexible pudo redireccionar el ataque hasta impactar en su objetivo.


Talonflame seguía recuperando la compostura justo en el momento en que Magnezone aprovechó para acabarlo con Rayo.


E - Patético… - Miró con desprecio a Jenvi.


Jv - ¡TE MATARÉ! - Se abalanzó sobre la chica.


Pero antes de poder tan siquiera rozar uno de sus largos cabellos el Carbink de Kredan salió volando donde él se encontraba, golpeando sus costillas y dejándolo inconsciente del golpe.


K - Maldita sea… - Dijo al perder a su confiable Binks.


J - Como te decía, la otra vez me obcequé demasiado en intentar hacer que Negatium ejecutara uno de los movimientos de tu Noivern. Pero esta vez voy a pararte con todo.


Kredan se vió acorralado, Stunfisk podía usar Escaldar y usando Copión Negatium y él habían debilitado de un golpe a Binks. Por otro lado Ampharos había usado Aura Magnética y tanto él como Negatium habían aumentado sus defensas.


J - Necesito que me cuentes algo… ¿Que se supone que le pasa a tu cara?


K - No tengo nada que contarte ahora. ¿Por qué no tomamos luego un café y te lo explico?


J - Claro, será un placer.


Kredan se abalanzó sobre Stunfisk, Yami lanzó Bola Sombra con sus brazos y él lo agarró momentos después para lanzarlo donde se encontraba Scolipede. Sabía que era una estrategia sucia, pero no podía perder allí. Ertia se había dado cuenta y su pokémon le lanzó Persecución para evitar que tuviese tiempo de reaccionar. Stunfisk terminó fuera de combate. Pero Ampharos había seguido mejorando las defensas y Negatium lanzó de nuevo Copión, lanzando esta vez Bola Sombra contra Kredan y Yami. Por suerte Yami reaccionó a tiempo y cubrió a ambos con Protección.


< Necesito jugar con fuego > Pensó Kredan mientras miraba a Ampharos. Scolipede y Magnezone rodearon a Jamo y Negatium que estaban más juntos.


K - Escucha Jamo. Necesito que entiendas que este sitio está mal.


J - ¿Mal? Ayudamos a los pokémon a ser fuertes, es lo mismo que hace un entrenador. Aquí puedes crear el equilibrio. ¿Qué hay de malo en eso?


K - En los sacrificios que se hacen para lograrlo. Asesinan a seres vivos para lograrlo.


J - ¿Que dices? Aquí utilizan una energía que…


K - No te lo habías planteado… He de detenerte ahora.


Kredan empezó a concentrar energía ante su boca, Yami la rodeó con sus brazos. A aquel movimiento Kredan lo había bautizado como Bola Sombra Combinada, le era imposible pronunciar las palabras, pero su cabeza visualizó aquel nombre.


J - ¡Negatium! ¡Copia ese movimiento! Ampharos espera el momento adecuado para usar protección.


El pequeño Minun empezó a generar la misma energía que Kredan y Yami. Parecía imposible pero era el mismo movimiento, dos esferas oscuras llenas de relámpagos negros que se generaban a ambos lados de la sala. El aire se empezó a densificar, el tiempo parecía no moverse ni un poco, aquel instante que duró apenas tres segundos se sintió como varios minutos. Y el momento sucedió. Kredan lanzó el proyectil y a su vez Negatium.


Ambos movimientos impactaron, dejando un enorme agujero en las paredes, el suelo y el techo del sitio. La estructura de aquella zona empezó a colapsar. Kredan y Yami, por separado, estaban en el suelo, tirados e inconscientes. Ertia los vió, mandó a Scolipede a salvar a Kredan, pero Yami cayó por un agujero.


J - No tan deprisa pequeñín. Ven conmigo, vamos. - Jamo había logrado alcanzar la máscara de Yami, a él lo agarraba Ampharos.


Ertia agarró las pokéballs de Kredan y metió dentro a Yami y Binks. La gente que se quedó por allí sufrieron heridas, algunas leves, otras más graves.


Jamo sabía donde se encontraba la sala del director, se lo comunicó a Ertia. Ella se fue corriendo y él se quedó en una zona más segura junto a Kredan. No tenía idea de lo que había pasado, pero las palabras del chico le habían hecho pensar. Tras asegurar al chico Jamo se fue en busca del lugar donde provenía la energía que usaban para modificar pokémon.


De camino a la sala del presidente de Power Savers, Ertia se detuvo, oyó una explosión enorme y el lugar al que se dirigía era el foco.


Mientras Kredan y Ertia habían empezado sus batallas, Luso y Celsius habían hecho igual.



P - Exacto, soy el presidente de esta sociedad tan selecta, pero me gusta dar vueltas por mis zonas de “captura”. Ver de buena mano el potencial de mis clientes es algo que me encanta. Así es como empezó el negocio.


S - Por lo visto no tenéis ganas de uniros a nosotros. Es una lástima, el peliverde es un entrenador de buena pasta.


Skip sacó de su pokéball a Gyarados. Sin dudar ni un segundo megaevolucionó. Celsius contraatacó con Raida.


C - Esta vez, la victoria será mía.


S - Hablas mucho para ser una rata de laboratorio.


Gyarados se lanzó sobre Raida usando Cola Dragón. El pokémon eléctrico esquivó fácilmente el movimiento. Empezó a correr a toda velocidad por la sala, usando las paredes como plataformas de impulso. Gyarados no podía seguir a Raida con la mirada, así que decidió lanzar Hidrobomba en todas direcciones. En ese preciso instante Celsius sacó a Lapras para que los protegiera de los movimientos de agua. El Presidente había sacado a Mr. Mime para evitar salir herido.


Raida empezó a entrar en la ofensiva, Celsius le pidió que lanzara Rayo, pero sobre el Hidrobomba, así evitaba fallar y además el impacto entraría de lleno en el pokémon rival. Eso hizo y Gyarados acabó eliminado en pocos ataques.


S - Me sorprende que ahora ya no seas un idiota con una megapiedra.


De una pokéball el chico sacó a Beartic. El enorme oso gélido lanzó un grito al aire.


S - Venganza


Celsius no se percató del movimiento que le había ordenado Skip a su pokémon y lanzó Lanzallamas y Rayo uno tras otro. Pero cuando la Venganza de Beartic se cargó por completo se arrepintió de no haber escuchado bien lo que dijo su rival.


Los ojos del pokémon brillaron de un color rojo intenso y un aura carmesí rodeó sus brazos. Juntó ambas manos y en el momento en que Raida pasó por su lado lo aplastó contra el suelo, dejando al pokémon fuera de combate. Celsius no tardó en retirar a su pokémon del campo de batalla. Skip hizo lo mismo, pues Beartic había aguantado por encima de sus posibilidades para asestar aquel golpe.


Luso contemplaba la batalla, no hacía ni un solo gesto. Miraba fijamente los movimientos de los contendientes y a aquel hombre misterioso que llevaba la organización.


Skip se puso tras la protección de Mr. Mime y sacó de cuatro pokéball un grupo de Golem.


S - En fin… Parece que es hora de irse.


C - Lapras, usa Hidrobomba.


Lapras noqueó a uno de los Golems antes de que los otros tres ejecutaran el plan para el que parecían entrenados. Usar Explosión. El cuerpo de los tres rocosos pokémon empezó a brillar con una luz naranja que pronto acabaría en una enorme explosión.


Aquel fue justo el momento en que Ertia se acercaba a aquel lugar. Pero lo único que pudo hacer es ver como aquella zona volaba por los aires, con Celsius y Luso dentro.
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Darkjcg122Hace 6 años12
Capítulo 83: Alas Rotas


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Jamo había salido corriendo para intentar descubrir de dónde venía la energía, bajó unos cuantos pisos dando uso de una escalera que aún se mantenía lo suficientemente bien como para usarla. Forzó algunas puertas con la ayuda de ampharos, se cruzó con varios hombres que le impidieron el paso, pero aquellos guardias de seguridad no le daban juego ni para empezar. Corrió tanto como su cuerpo se lo permitió, había escuchado la explosión que venía de la zona donde había mandado a Ertia hacía escasos cinco minutos.


Tras atravesar un largo pasillo y varias puertas de seguridad altamente blindadas, se encontró con la sala donde se sustraía la energía de todo tipo de seres vivos, minerales y plantas. Un montón de pokémon de todo tipo estaban metidos, amontonados unos con otros, en unos largos tubos llenos de una especie de líquido. De allí salía toda aquella energía que él mismo había usado para sus experimentos. Jamo no tenía la menor idea de lo que allí estaba sucediendo era de un nivel tan bizarro. Lleno de furia, de odio y culpa sacó a todos sus pokémon, con excepción de Stunfisk. Sus cinco pokémon eléctricos empezaron a destruir toda aquella maquinaria, mientras él trataba de encontrar a algún pokémon con vida. Cuando todo aquel alboroto terminó, sólo quedaba él, sus pokémon y los cuerpos de aquellos a los que había sacrificado sin cuidado. Con la ayuda de sus amigos los transportó fuera. Dedicó un buen rato a hacerlo. Después de aquello volvió al lugar donde había dejado a Kredan. Pero el chico ya no estaba.


Durante aquellos momentos Ertia había presenciado como sus compañeros volaban por los aires. La chica se quedó perpleja, cayó sobre sus rodillas durante unos instantes, su mente se había bloqueado, no podía pensar con claridad. Pero pronto reaccionó y empezó a correr para intentar ver si aún no era tarde para ellos, después de todo Luso estaba allí, no era precisamente un novato.


Y tal como había predecido la joven conocedora tanto Celsius como Luso seguían con vida. Un trozo de escombro había sepultado el brazo de Luso, el investigador en cambio se había golpeado la cabeza, se había quedado inconsciente. El Presidente y Skip estaban perfectamente tras la Protección de Mr. Mime.


S - Vaya, vaya… No creo que vaya a salir bien para vosotros.


P - Vamos, termina el trabajo. - Sacó de una pokéball un Tyrantrum.


El enorme dinosaurio abrió sus fauces y se acercó lentamente a Celsius. De repente Darmanitan lo golpeó con Puño Fuego.


S - Parece que tienes una mano muy traviesa. - Dijo señalando la mano de Luso que aún sostenía la pokéball de Darmanitan.


Tyrantrum se encaró con Darmanitan. Los dos pokémon desprendían un aura terrible. Eran poderosos, cualquiera que los viera lo sabría, parecían los más temibles de sus especies. Pero Tyrantrum jugaba con ventaja, su entrenador estaba perfectamente y sus movimientos de Roca eran especialmente efectivos contra su rival. Por otro lado Darmanitan ya había demostrado que tenía una fuerza sin igual, era capaz de hundir a Kyogre usando movimientos de tipo fuego.


La cabeza de Tyrantrum se iluminó de un color marrón anaranjado, El Presidente no se andaba con chiquitas, era Testarazo, empezó a correr y el aura se expandió por todo su cuerpo.


L - Puño… Fuego… - Lo dijo mientras trataba de sacar el brazo, pero el dolor era insoportable.


Las cejas de Darmanitan se encendieron con fuerza y su brazo entero empezó a arder. Ambos pokémon se abalanzaron sobre sus respectivos rivales. El puño de Darmanitan impactó justo en el centro de la cabeza de Tyrantrum, pero el movimiento del pokémon fósil era mucho más poderoso. Darmanitan salió disparado hasta su entrenador.


P - Terminalo con otro Testarazo.


Tyrantrum no se movió, el impacto de Puño Fuego había sido más efectivo de lo esperado, el cuerpo le temblaba, no se podía mover ni un paso.


P - Maldito seas. Mr. Mime, usa Fuerza Lunar.


El pokémon mimo lanzó una esfera de luz desde la parte más profunda de la sala directa a Darmanitan y Luso. Pero el pokémon de Luso le había liberado de la roca que aplastaba su brazo, el joven de pelo verdoso evitó ser golpeado por el ataque y se dispuso a lanzar una pokéball, pero antes de que pudiese hacerlo el Lapras de Celsius lanzó desesperadamente un grito, sus ojos se tornaron de un color púrpura oscuro que daba miedo. Una misteriosa aura sombría rodeó a los cuatro pokémon presentes.


L - ¿Canto Mortal? No se anda con chiquitas… - Corrió en dirección a Celsius y regresó a Darmanitan a su pokéball.


S - Señor debería cambiar a sus pokémon.


P - No soy un novato, imbécil. - Devolvió a ambos pokémon y sacó uno más.


Nidoking salió de aquella pokéball, intimidaba tanto como Tyrantrum. Ahora tan solo Lapras tenía esa misteriosa aura. Pero no podía pelear más.


P - Tu último esfuerzo no ha valido nada, pokémon inútil. Si fueras perfecto eso no hubiese pasado.


C - Lapras… es… perfecto… - Sonrió, retiró a su pokémon.


La voz de Lapras había llegado más allá de aquella pequeña sala en la zona más superficial del edificio, a pesar de que el efecto de su movimiento se había neutralizado por completo, la verdadera intención de aquel movimiento se había cumplido. Del enorme agujero que se había hecho en el techo de la sala descendió el terror alado, la sombra que controlaba el viento y la oscuridad, NOIVERN.


El compañero de Kredan esperaba una llamada de auxilio del hermano de su entrenadora, pero el grito desesperado de Lapras había encendido las alarmas. Entró golpeando el suelo con fuerza, el viento que levantó ejercía una fuerte presión sobre todos los que allí se encontraban. Su mirada lo decía todo, estaba enfadado, su cara era mucho más terrorífica de lo que lo había sido siempre. Tenía las pupilas dilatadas, abría la boca amenazante.


S - ¿De dónde narices sale este pokémon? - Se alejó tanto como pudo hasta topar con una pared.


P - Vaya, vaya, vaya… Tu si pareces un espécimen peligroso.


Nidoking se encaró a él, Luso y Celsius empezaron a huir a la zona de abajo, para su suerte el ascensor aún funcionaba, al abrirse Ertia estaba dentro.


E - ¡Chicos! No se que ha pasado, pero nos vamos ya. - Pulsaron miles de veces el botón de la planta baja.


Noivern empezó a pelear contra Nidoking. Desde fuera todo lo que se podía ver eran montones de golpes, un montón de energía oscura saliendo disparada de un lado a otro.


Cuando los tres llegaron a la zona de batallas la gente ya había salido de allí. Se quedaron mirando unos instantes la sala que se podía ver a lo lejos, Noivern peleaba con todo. Nidoking ahora estaba acompañado por Nidoqueen y le plantaban cara, aunque el dragón no se daba por vencido en ningún momento.


De repente, Kredan se cruzó delante de ellos, estaba malherido, su ropa algo destrozada por el impacto de las Bola Sombra Combinadas.


C - Noivern sigue luchando, dile que salga de allí, necesitamos salir de aquí como sea Kredan.


Pero el chico no parecía escucharle. Siguió adelante, caminaba despacio, como si fuese un zombi. Jamo apareció corriendo, iba buscando a Kredan y se cruzó con todo el grupo.


C - Jamo, porfavor para a Kredan. - Tanto él como Luso necesitaban algo de ayuda de Ertia para poder moverse.


J - No tienes que pedirlo.


Cuando Jamo se acercó a él y trató de llevarlo de vuelta a la salida no pudo detenerlo. Kredan lo miró directamente a los ojos y le dijo algo en voz baja, el líder de gimnasio no entendía nada, pero hizo caso de lo que le pidió. Cambió de objetivo y ayudó a Ertia a transportar a Luso y Celsius, pero no hasta la salida, los alejó y se quedaron detrás de un muro.


C - ¿Se puede saber que haces? ¡Corre a por él!


Ertia se disponía a hacer lo que Celsius pedía pero Jamo lo impidió.


Kredan se quedó cerca de donde sucedía la batalla, respiró hondo cuatro veces y con toda su fuerza gritó:


K - ¡NOIVEEEEERN!


El pokémon lo oyó, lo hubiese hecho aunque no le gritara, pero aquel grito había logrado un impacto mayor, distrayendo también a sus rivales. Noivern voló hasta allí abajo, donde se encontraba el chico. El Presidente, Skip y sus pokémon bajaron, era como si los retara.


P - Vamos a terminar con esto, no tengo tiempo que perder con un niño malherido.


Nidoking y Nidoqueen lanzaron Tierra Viva, el movimiento se combinó a medio camino, un géiser de energía se dirigía directamente a Kredan, que montó sobre Noivern, evitando el ataque. Pero los dos pokémon rivales preparaban de nuevo un movimiento combinado, esta vez era Rayo Hielo, el objetivo esta vez era Noivern.


Kredan se abrazó completamente al pokémon de su hermana, cerró los ojos y le susurró al oído el movimiento que debía usar. No era otro que Estruendo. La cara de Noivern se tornó en preocupación. La duda le hizo recibir de lleno el movimiento de sus enemigos, cayó estrepitosamente. Pokémon y entrenador estaban cansados, heridos, pero juntos.


El joven conocedor no se había soltado de la espalda de Noivern, su cara no mostraba miedo, no parecía alguien que fuese a ser derrotado. Todo lo contrario, estaba calmado, estaba pegado a su amigo, confiaba plenamente en su poder, pero Noivern no iba a ejecutar Estruendo y Kredan lo sabía.


De la parte de delante y de detrás de los hombros de Kredan empezó a surgir una luz blanca, tomaba la forma de unos rayos que se pegaban al cuerpo de Noivern. Aquella luz era la que emitía la máscara de Yamask al ponerse sobre Kredan y ejecutar la simbiosis. Aquella luz era la luz de la simbiosis que tanto ansiaba dominar Kredan. El poder que su hermana y su madre portaban con orgullo, que les permitía ser uno con sus pokémon. Un poder que los convertía en un ser distinto a un humano o a un pokémon. Era el poder que jamás Kredan tuvo.


EL PODER QUE LO CONVERTÍA EN UN MONSTRUO.


El cuerpo físico de Noivern se desvanecía, su cara durante esos momentos era de terror, no quería unirse a aquel muchacho, tenía miedo. Durante el proceso el cuerpo de Kredan empezó a brillar, el brillo blanquecino se manchaba con un rojo vivo que transformaba aquella escena en algo desagradable de contemplar. Jamo, Ertia, Luso y Celsius lo vieron, no dejaron de mirar cómo el cuerpo de Kredan se rompía, su cabello se volvía blanco, de su frente dos largos cuernos rojos similares a la nariz de Noivern empezaron a brotar, su tamaño también aumentó un poco de forma irregular, sus brazos y piernas sonaban como si se estuvieran rompiendo, sus ojos se volvían amarillos, la piel de sus orejas se ennegrecía junto con la de sus brazos y la columna se empezó a torcer, la piel se rompió y de ella salieron dos alas negras totalmente desgarradas, una de ellas rota y caída.


No parecía poseer conciencia alguna, la mandíbula se le abría cada vez más. Jamo sabía lo que debía hacer, les dijo a todos que taparan sus oídos, lo tuvo que gritar dos veces pues ninguno de los allí presentes era capaz de procesar la información que les entraba por los ojos. Los tres lo hicieron, Luso apoyó su cabeza sobre Ertia para poder tapar uno de sus oídos.


La criatura que se encontraba ante El Presidente, Skip, Nidoqueen y Nidoking trataba de sostenerse sobre sus dos brazos de tamaño desigual. Miró directamente a sus enemigos y lanzó un grito tan potente que el aire a su alrededor quedó completamente distorsionado. La frecuencia aumentó cada vez más y de su voz empezó a salir un torrente de energía. Aquello era el movimiento Estruendo de Noivern. Todo a su alrededor empezó a destruirse, sus enemigos que estaban directamente expuestos al movimiento salieron disparados con fuerza al ascensor que había al fondo, Celsius y el resto se habían agachado detrás del muro para minimizar el impacto.


El grito terminó. Un pitido agudo recorría las cabezas de todos los presentes. Estaban aturdidos. Jamo sacó la cabeza para ver si Kredan y Noivern habían vuelto a la normalidad, pero no era así. Seguía siendo aquella figura distorsionada que no podía entender.


J - ¡Dios! No puedo ni pensar… Que podemos hacer para que esto acabe… me duele demasiado la cabeza.


El jóven transformado se giró al oír a Jamo. Parecía sufrir, de uno de sus ojos salían lágrimas, se movía errático, intentando apoyar sus brazos para mantenerse a cuatro patas, pero le era imposible.


El Estruendo había logrado hacer un agujero en lo más alto del edificio, dejando un agujero que comunicaba con el exterior. Kredan lo vió y con sus alas rotas intentó volar hasta allí, desesperado. Pero no era capaz de hacerlo, se agarraba como podía a diferentes salientes mientras se daba impulso con lo que podía, entre sus alas y sus piernas, que bien se podrían describir como patas traseras. Lo hizo de forma torpe, hasta alcanzar la luz del exterior.


Cl - ¡Guillotina!


Nada más salir recibió el ataque directo de un pokémon del que había oído hablar, el Bisharp de Celine. Ella y Festa lo esperaban para darle caza. Kredan cayó abatido y su cuerpo y el de Noivern se separaron.


Cl - Te esperaba… amor… - su rostro mostraba tristeza. El de Festa decepción.


Después de aquello tuvo que pagar las consecuencias de forzar su cuerpo más allá de lo que debía.
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Darkjcg122Hace 6 años13
Capítulo 84: El vuelo silencioso


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El sol brillaba con intensidad, el aire agitaba suavemente las ramas de los árboles, el agua fluía río abajo, los pokémon de la zona jugaban dando saltos entre las rocas y las ramas, otros nadaban desafiando la corriente con todas sus fuerzas y algunos se dejaban llevar por el viento, sin ningún rumbo.

Había pasado una semana desde la batalla en Ciudad Caolín, Kredan seguía sin despertar. Festa lo había llevado a Ciudad Gres. Era una ciudad de renombre por sus Conocedores pokémon y por sus avances en la tecnología médica, tanto pokémon como humana. Tras el incidente un grupo de rangers llegó al lugar donde actuaba Power Savers, allí desalojaron tanto a entrenadores como a las personas implicadas por financiar los experimentos que se llevaban a cabo. Jamo había tomado la iniciativa de ir con ellos para darles toda la información que pudiese, ayudó mucho en el proceso de investigación que aún se estaba llevando a cabo. Ertia y Luso como implicados en el ataque a aquella base junto a Celsius se habían quedado bajo la vigilancia de Festa y Celine.


Tanto Celine como Festa habían hecho turnos para vigilar a Kredan y para investigar lo sucedido desde el punto de vista de los otros tres chicos. Celsius les explicó todo lo que sabía con pelos y señales. Les contó también lo que sabía acerca de lo que le había pasado al cuerpo de Kredan. Ertia y Luso dieron la información justa para que les dejarán en paz lo antes posible. A pesar de eso Festa inició contacto con la organización Revolución Negativa que había mandado a chicos tan jóvenes a arriesgar sus vidas contra un grupo de personas que no hubiesen dudado en acabar con sus vidas para seguir cometiendo aquellas barbaridades.


Después de aquella batalla, Kredan había sufrido daños irreversibles. Después de que Celine lo detuviese con Bisharp el chico cayó desmayado. Su cuerpo y el de Noivern se separaron después de siete horas y media. Cuando lo hizo tanto el pokémon como el muchacho estaban en unas condiciones terribles. En cuanto los vieron Festa desplegó un dispositivo de transporte aéreo utilizando a varios de sus pokémon voladores para que transportaran en un recipiente a ambos. En poco más de dos horas habían llegado a la lejana Ciudad Caolín donde atendieron de inmediato a los dos. Sus cirugías duraron seis horas. La mandíbula de Kredan quedó destrozada, parte de sus huesos fueron ensamblados usando un metal quirúrgico, uno de sus brazos acabó fracturado y ambas piernas se rompieron, aunque no hubo necesidad de poner nada para sujetarlas por dentro. La columna también sufrió lesiones que, a pesar de que se curarían, no iban a volver a ser como antes.Por su parte Noivern, no parecía tener tantas heridas, la mayoría parecían de las batallas que había hecho durante el ataque, los músculos de sus alas sí que parecían haberse rasgado con mayor seriedad y se le tuvo que poner una sujeción durante unos días, el resto de tiempo unos cuantos Audino usaron Pulso Cura durante las seis horas para sanar bien sus heridas.

En el caso de Noivern el problema vino cuando después de tres días despertó. El pokémon parecía estar en shock post traumático y no dejaba de intentar salir de la sala en la que lo tenían, se golpeaba constantemente contra las paredes volviendo a provocar lesiones por todo su cuerpo. Al final tuvieron que mantenerlo sedado, la única que podía acercarse un poco era Celine. Por alguna razón le transmitía confianza suficiente como para al menos aceptar que entrara a dejar algo de comida.


Celsius se pasaba cada día a ver a Kredan, normalmente encontraba en la sala a Festa o a Celine, nunca hablaba con nadie, pero ya llevaba demasiados días de aquella forma.

Aquel día tranquilo de verano, Celsius entró, con la esperanza de que aquel día era en el que su amigo volvería a despertar.

Al entrar tanto Festa como Celine estaban allí.


C - Buenas… - Dijo sin mirar a nadie.


F - Buenos días Celsius. ¿Cómo están tus pokémon?


C - Bien, bien… Oye… ¿El doctor ha venido hoy ya?


Cln - Dice que no sabe cuándo despertará, pero que al menos va mejorando… - Se había sentado cerca de él.


C - No se muy bien qué hacer… después de tantas locuras, ahora va y me deja con este marrón…


Cln - Ya te digo. ¡Y con esa cara que se le ha quedado! - Se rió.


F - Es cierto, parece un Snorlax, quizás por eso duerme tanto.


C - Si es verdad que tiene la cara super hinchada, parece un Qwilfish.


Cln - ¿Qué vas a hacer, Celsius? ¿No tienes una investigación que hacer?


C - No tiene sentido que siga investigando sin él.


F - Sabes que aunque despierte no va a poder ir contigo. ¿Verdad?


C - Lo se… ¿Que se supone que le vamos a decir cuando se despierte? - Le entraron ganas de llorar.


F - La verdad. Su cuerpo no se recuperará en menos de un año…


La mañana desembocó a la tarde, las cosas por allí no parecían ir a mejor. Nada daba indicios de que las cosas fuesen a cambiar. La tarde igual que la mañana terminó, sin más, la noche llegó. Celsius salió con Celine a dar una vuelta. El primo mayor quería invitar a su prima pequeña aunque fuese a una taza de café.

Por aquella época había algo de turismo en Ciudad Caolín. Grupos de gente, familias, parejas, equipos. Todos salían a disfrutar de las cafeterías de la ciudad, donde Conocedores de renombre hacían espectáculos analizando en directo y delante de todo el mundo mientras la gente tomaba uno de los miles de tipos de café que se servían.


Cln - Me gustaría que Kredan viniese con nosotros ahora…


C - Hasta podría dar un espectáculo de esos.


Cln - Bueno, yo me refería a ir con él a tomar un café, a solas, ya sabes…


C - Ya bueno. Que directa…


Cln - Sabes, hoy por la tarde le he pedido a uno de los médicos de Noivern que le echara un vistazo al cuerpo de Kredan, tengo una corazonada, mañana me dirá algo.


C - No lo entiendo, pero bueno, si puede ser algo bueno… me está bien.


Aquella noche los dos disfrutaron de lo que la ciudad les ofrecía en familia. Llevaban tiempo sin poder hablar y sin verse, aunque tampoco es que anteriormente hablaran demasiado.



Al día siguiente Celsius se despidió de Ertia y Luso, ambos habían acabado lo que tenían que hacer, ya no había nada más que decir ni que aportar. Luso parecía tener prisa para irse, Ertia en cambio parecía sentirse mal por lo sucedido. Antes de irse ella pasó a ver a Kredan, allí estaba Celine.


E - Perdona las molestias. - dijo al entrar.


Cln - ¿Tu eras Erica, no? - La miró con odio.


E - Me llamo Ertia no Erica… Siento todo lo que ha pasado, pero Kredan estaba dispuesto a cualquier cosa para hacer lo que hizo. Espero que no nos culpes por lo que le ha sucedido.


Cln - Mira, Erica, la verdad es que no me importa ni cómo te llamas ni si Kredan decidió hacer lo que hizo. Lo único que me importa es que vuestra “organización” ha sido el canal directo a que le pase lo que le ha pasado. Espero que entiendas que me caigas mal. - Sonrío a la vez que la amenazó con la mirada.


E - Bueno, no pretendo que entiendas a nuestra organización, solo quería que supieses que yo también estoy apenada por lo que ha pasado. Espero que le puedas dar este papel a Kredan cuando despierte. - Le dio un trozo de papel.


Cln - Claro Erica, se lo daré. Ya puedes irte tranquila contigo misma.


E - Como sea. Lo siento.


Ertia se fue, Celine se quedó el trozo de papel y lo leyó, cuando lo hizo entendió que Kredan no debía leerlo jamás.


Por la tarde, una doctora que se encargaba de las curas intensivas de pokémon apareció en la habitación. Irrumpió casi como un Tornado. Se acercó a Kredan y empezó a mirarlo por todos los ángulos, movió sus articulaciones, su mandíbula, abrió sus párpados. Festa, Celsius y Celine se molestaron al ver cómo lo trataba, pero la dejaron hacer.


¿? - No hay duda… este chico tiene muchas similitudes en su ADN a un pokémon.


F - ¿Cómo dice doctora?


R - Me llamo Retalia, permite que te explique, el adn que me trajo el doctor que vino ayer a visitar a este paciente… este…. ¡Kredan! Su adn comparte algunas similitudes con el de un pokémon. Quizás podamos tratarlo como a uno, aunque probablemente no funcione tan fácilmente… ¡Hay que probar YA!


Agarró con la ayuda de sus Audino a Kredan y lo subieron a una camilla. Se lo llevaron a toda prisa a una sala de intervenciones sin que nadie pudiese mediar palabra. Retalia inició el mismo tratamiento que para un pokémon.

Pasó unas dos horas intentando curar de forma acelerada a Kredan, pero no logró nada.


Desde aquel día empezó a llevarlo a sesiones de tratamiento sin ningún beneficio, hasta que un día se le ocurrió intervenirlo de una forma distinta. La idea surgió de ver a Celsius y Celine entrenar. El chico usaba a Raida en batalla y durante una sesión decidió megaevolucionar al pokémon. Aquello encendió una bombilla en Retalia.


A mediados de verano aquella mujer había estudiado la forma de hacer que Kredan pudiese recuperar su cuerpo, esperando recuperar también sus conciencia. Ella y el hombre que lo intervino la primera vez usarían una megapiedra, mezclando además el sistema habitual para un humano con el de un pokémon.


Para sorpresa de todos el sistema dio resultado, el cuerpo de Kredan empezó a sanar rápidamente a pesar de que lo habían intervenido durante más de un mes casi a diario.


Los días pasaron y llegó el momento, Kredan por fin despertó. La felicidad inundó el lugar, todos lloraron junto a él, aunque ni siquiera se enteró de que es lo que sucedía. Al día siguiente Kredan salió a ver a Noivern, pidió que lo dejaran salir de donde estaba, Celine se encargó de ello. El pokémon fue al encuentro del entrenador, allí también lo esperaban Yami y Binks. Kredan abrazó a sus pokémon que lo añoraban. Por otro lado, Noivern no parecía querer acercarse a verlo. Fue el chico el que dio el primer paso, pero cuando lo hizo Noivern empezó a ponerse nervioso, empezó a gritar, nadie sabía qué hacer. El muchacho se acercó y abrió sus brazos le demostró que no tenía nada que temer, no había nada que le pudiese hacer daño. Pero Noivern tenía miedo, miedo de Kredan. El enorme dragón negro empezó a mover la cabeza mirando hacia los lados, estaba nervioso, pero Kredan se empeñó en ir hasta él, quería pedir perdón por lo sucedido, por lo que le había hecho pasar, pero su amigo no lo veía así. Tal fue el miedo de aquella criatura que terminó huyendo, sin dejar rastro alguno.


K - Yo… ¿Cómo se supone que voy a mirar a mi hermana a la cara ahora?


Cln - Deja de pensar en eso, necesitas descansar. - Lo abrazó, él la abrazó con fuerza.


Durante todo aquel periodo en el que Kredan y Celsius habían estado en Teselia, algo había sucedido tras su partida de Hoenn. En ciudad Arrecípolis una enorme catástrofe había provocado que muchos entrenadores, rangers y demás pusieran en juego sus vidas, incluida la de un robusto reparador y un entrenador profesional.
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Darkjcg122Hace 6 años14
Capítulo 85: El amanecer eterno
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Ciudad Arrecípolis, un volcán enorme en cuyas paredes personas y pokémon habían empezado a habitar mucho tiempo atrás. En la actualidad era el lugar perfecto para retirarse de la vida ajetreada en las grandes ciudades. Careciente de productos de extracción propia, pero llena de hoteles y casitas donde gente de la tercera edad veía los últimos años de sus vidas pasar, tranquilos y ajenos a cualquier peligro. La mayoría de las personas jóvenes que aparecían por allí venían a visitar a sus padres o abuelos. Las personas que lo habitaban podían reencontrarse con viejos amigos, con un amor del pasado, con un amor del futuro. No era extraño que naciera el amor entre los viudos en aquel enorme cráter. Los pokémon que los acompañaban muchas veces perecían allí junto a sus compañeros de vida. El único lugar de culto que se podía considerar una atracción turística era un pequeño altar dentro de una cueva, donde hay depositadas dos gemas de colores carmesí y cerúleo. Los más tradicionales alegaban que eran gemas capaces de despertar el poder de los legendarios pokémon de Hoenn: Kyogre y Groudon. Los más escépticos creían que eran réplicas o simplemente un rubí y un zafiro que se habían colocado allí para dar atractivo al lugar, con la motivación de atraer más visitas de los viajes organizados para la gente de la tercera edad.

En aquel paraje cálido, ya entrado el verano, llegaban usando un submarino para turistas Gerdenor y Ataloc. Los dos hombretones salieron del vehículo, asfixiados y claustrofóbicos. Aquellos medios parecían no tener en cuenta la complexión robusta a la hora de fabricar los compartimentos, aunque igual se debía a haber pagado el billete más barato.
Al salir Gerdenor hizo una llamada, tras colgar le pidió a Ataloc que diera buen uso del gps de su dispositivo móvil. Usando la dirección que su padre les había dado, Gerdenor y Ataloc terminaron llegando a la casa que pertenecía a la família del manitas. Era una casa bastante grande, algunos pokémon correteaban por el pequeño corral que tenían a un lado, una pequeña torre se alzaba unos pocos metros sobre la tierra. Daba una extraña sensación de inseguridad, a causa de la inclinada pared rocosa que rodeaba toda la ciudad. 

Al entrar la madre de Gerdenor los fue a recibir, a pesar de la constitución de su hijo ella era una mujer delgada y un poco más alta que su hijo. Llevaba gafas, con un cordel para poderlas colgar en su cuello cuando no las usaba. Su cabello era completamente blanco y lo llevaba peinado hacia atrás. La mujer abrazó a su hijo, dio dos besos al acompañante y los hizo entrar de inmediato. A pocos pasos estaba el salón, donde se encontraba el padre de Gerdenor. Sentado en una butaca y prácticamente dormido estaba el hombre, era grandote y estaba gordo, se notaba en sus brazos que alguna vez fue un hombre muy fuerte, aunque ahora la piel le cayera por el lado del reposabrazos. Estaba casi calvo, su nariz era gruesa, su entrecejo se arrugaba fruncido, con expresión de enfado. Todo el se veía tosco. Gerdenor se le acercó y sin medir fuerza ni tacto golpeó el hombro de su viejo padre y le gritó cerca del oído:

G - ¡Buenos días tenga Padre! Levante que ya es tarde.

Su padre gruñó, abrió uno de sus ojos y al ver al más pequeño de sus hijos no pudo evitar sonreír de oreja a oreja. Lo agarró y le dio cuatro golpes que podrían haber tumbado un Tauros en medio de la espalda. Le besó con fuerza la mejilla y le preguntó cómo le iba el negocio.

Espero que no me estés arruinando la ciudad hijo. A ver si voy a tener que ir yo a hacer las cosas. - Gritó en tono casi enfadado.

G - Más le gustaría volver. Ni lo sueñe, ahora el negocio es mío. Usted quédese aquí durmiendo y viendo sus programas de la tele. - Se rió con la fuerza con la que solo se reía.

Bueno, que no me entere yo de que le dejas todo hecho una mierda a esa gente. Como me diga alguien que lo haces mal, te vas a enterar. - su tono seguía pareciendo enfadado.

Ataloc no tenía muy claro que decir en aquella situación. Se limitó a estrechar la mano de aquel hombre con fuerza, intentando que la suya no fuera aplastada. 
Gerdenor no tardó en sacar el tema por el que les hacía aquella visita.

G - Padre. ¿Tiene usted por casualidad alguna megapiedra? Mi amigo Ataloc quiere usar el poder de la megaevolución, es un entrenador profesional, de los de antes. El chaval necesita una pero ni idea tiene de donde sacarla.

Ya sabía yo que no habías venido solo pa’ verme. Eres peor que una sanguijuela.

Déjalo ya hombre, encima que viene a pedirte ayuda mira cómo lo tratas. - Le defendió su madre.

Pues tengo muchas, quieres una, cójela, como si a mi me importara. - Dijo refunfuñando.

G - Muchas gracias padre. Le dio un beso en la calva y dejó que su madre lo llevara a donde tenían guardadas las piedras.

Ataloc no quería estar dando vueltas por aquella casa, le parecía entrometerse demasiado. Decidió sentarse en el sofá, ni muy cerca ni muy lejos de aquel hombre. Vió las fotos que tenían por toda la casa. En muchas una versión más pequeñaja pero igual de graciosa de Gerdenor se podía ver acompañado de una niña y un niño mayores que él. 

Son mis hijos. La niña es pescadora, el mayor estudió mucho y ahora es un buen científico.

A - Vaya, no me lo había contado nunca. Aunque tampoco hace mucho que nos conocemos, la verdad.

¿De dónde has sacado la piedra activadora chaval?

A - Pues fuimos a la ciudad subterránea y recogimos una piedra de una sala oscura, su hijo la preparó. Me dijo que usted le había enseñado aquel lugar. Tengo que preguntarle algo…

Si es por aquel laboratorio, hijo mío… no intentes meterte en esas cosas. Cualquier cosa que hayáis podido ver allí lo mejor es que las olvidéis. Nada que salga de allí te va a ayudar a ser un mejor entrenador.

A - Igual me ayuda a ser mejor persona si me explica algo.

Ahh… Mi hijo pequeño, Gerdenor, nunca se ha preguntado este tipo de cosas, no suele meter el dedo en la llaga, por eso no me importaba que viniese conmigo a aquel lugar. PERO TU, parece que sepas más de lo que deberías.

A - Tengo a este pokémon. - Sacó a Dusknoir de su pokéball.

No me dice nada. Igualmente no hace falta que insistas demasiado, te contaré lo que pasaba allí. Pero promete que no harás nada cuando te lo cuente… bueno en realidad, da igual lo que intentes. 

G - Yo también quiero saberlo. - Gerdenor llegó, con su madre y un maletín.

Lo que visteis en aquel laboratorio… Mmmm… ¿Dónde entrásteis?

G - Una sala negra, era diferente al resto, estaba en la planta superior. Había cuerpos, de niños. Puede que no sea el más indicado para pedir que me lo cuenten pero, la verdad quiero saber que pasó en aquel lugar.

Tu hijo no lo sabrás, pero igual tu amigo conoce a alguna persona que tenga… como decirlo… “capacidades especiales”.

G - ¿A qué te refieres? - Se sentó al lado de Ataloc y su madre a su lado, dejaron el maletín sobre la mesa.

Gente capaz de hacer cosas que los humanos normales no podemos. Cosas como hablar con los Pokémon, lanzar movimientos, ver el aura y cosas raras como esas.

A - Si… se de lo que me habla.

G - Pues yo no me entero de una mierda. ¿Quieres decir que hay gente que puede hablar con los pokémon y lanzar… yo que se, Lanzallamas?

Algo así. A esas personas se les apoda Semipokémon. Hay creencias que indican que de alguna forma tienen capacidades similares a las de un pokémon, o incluso algunas que ni siquiera un pokémon puede ejecutar.

A - Algunas personas creen que todos podemos ser capaces de hacer todo lo que alguien como ellos hacen, pero que no hemos desarrollado nuestras capacidades tanto como para hacerlo. Algo así como que estamos bloqueados.

G - ¿Como si fuera un Poder Oculto o algo así?

Para que tu lo entiendas, sí. Aunque dudo que todos nosotros seamos como esos… “monstruos”. - su tono fue desagradable, su esposa giró la cara avergonzada.

A - Y que se supone que pasaba en aquel laboratorio.... Ya estoy esperando lo peor la verdad.

Hace unos cuantos años se descubrió a nivel mundial el uso de las piedras activadoras y las megapiedras. Aunque no es algo nuevo, existe desde siempre, antes era una poder sólo para algunos, a día de hoy es el poder de quienes son capaces de obtenerlo.

A - Es cierto que hay ruinas antiguas que indican que es una herramienta de combate antigua.

La cuestión es que al principio solo unos cuantos lugares tenían acceso a las piedras activadoras y todo eso. Uno de ellos fue aquel laboratorio. Donde un científico y su equipo vivían fascinados por las intrincadas posibilidades que tenían los Semipokémon. De forma clandestina aquel equipo hacía amigos, contactos, familias, con gente que poseía dichos poderes. Y en poco tiempo tuvieron una buena cantidad de materia prima para hacer experimentos.

G - ¿Que clase de experimentos? La piedra que lleva Ataloc en el brazal era la única que no estaba incrustada en los huesos de alguien.

Querían “mejorar” a aquellos seres. La piedra activadora libera la energía de las personas para que, al combinarse con la energía de los pokémon a través de la megapiedra, se produzca la megaevolución. La teoría sobre la que trabajaban era que si la piedra activadora era capaz de canalizar la energía de CUALQUIER persona en uno de esos bichos raros iba a ser capaz de aumentar sus poderes. 

A - Oh dios… Eso es atroz, había niños allí abajo. Eran niños, da igual si podían hacer cosas especiales, solo eran niños. Que clase de monstruo hace algo como eso…

G - A ver, la verdad es que a mi me sorprendería ver a alguien que puede escupir fuego por la boca o hablar con los Pokémon… Supongo que es normal tener curiosidad, pero joder, que se experimente solo con quien quiera pasar por eso.

Da igual hijo, nunca te juntes con una cosa de esas y ya está.

La madre de Gerdenor miró a su hijo con tristeza. Lo llamó para explicarle algo, pero antes de que pudiese hacerlo un temblor enorme sacudió toda la ciudad.

Siguiendo el protocolo la gente se mantuvo en sus hogares intentando hacer las cosas de la forma más segura posible. No era la primera vez que pasaba,a fin de cuentas Arrecípolis era nada menos que un volcán y estas cosas a veces pasaban. Lo que no era tan normal escuchar era el rugido estremecedor de un pokémon gigantesco despertando del fondo del abismo oceánico.
A varios kilómetros de allí, el crucero en el que Kredan y Celsius habían ido se había topado con Kyogre. El rugir del rey de los mares de Hoenn había hecho despertar a su contraparte, el pokémon capaz de levantar continentes Groudon.

En medio del agua, un pilar de tierra se alzó, encima de él el pokémon legendario hacía que la luz se intensificára. El Sol brillaba con mucha fuerza, casi era cegador. Ataloc y Gerdenor habían salido corriendo fuera de la casa para ver de donde provenía el grito. Toda la gente de Arrecípolis había salido de sus hogares igual que ellos, aquello parecía un estadio, un coliseo preparado para aquella bestia roja y enorme. 

A - Tenemos que hacer algo. 

G - Estarás de coña. Yo no me pienso poner a pelear con ese bicho. ¿Qué coño está pasando? ¿Qué hace aquí?

A - No lo se, pero he mandado un aviso a los Rangers. Espero que nos manden pronto a alguien para que esto no se vaya de madre. Quizás es algo normal y no lo sabemos.

G - No parece que quieras ir a hacer algo ahora.

A - No quiero. Pero si empieza a moverse de forma violenta, no podemos dejar que hagan daño a nadie. Dudo que haya muchos entrenadores poderosos por aquí… La mayoría son viejitos…

G - Si ese fuese el caso, recuerdas la piedra que te dije que guardaras por si perdías la tuya… ¿verdad? La necesito. ¿Llevas a Blaziken en tu equipo ahora mismo?

A - Así es. 

Gerdenor le dió a Ataloc una Megapiedra del maletín, que estaba lleno de piedras. Su padre había estado recogiendo montones de ellas durante sus trabajos y sus viajes, esperaba darle una a su propio hijo algún día, decidió tener tantas como pudiese para que alguna le fuese útil. Dando así a Ataloc la Megapiedra de Blaziken y obteniendo su hijo la de Kangaskhan.

Groudon no se movía, tan solo miraba a los lados, gritando. Buscaba algo, o estaba nervioso por algún motivo, probablemente porque Kyogre estaba abandonando el continente y eso le daba la libertad de hacer lo que una vez se propuso. Convertir el mundo en una enorme esfera de tierra, sin agua, sin lugar para nada ni nadie que no fuese el mismo. Y pronto se iba a dar cuenta de cómo recuperar el poder que una vez tuvo.
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EDITADO EL 07-01-2018 / 13:04 (EDITADO 1 VEZ)
Darkjcg122Hace 5 años15
Capítulo 87: Almas Mellizas

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Mega Blaziken y Mega Kangaskhan seguían peleando tan duro como podían. El poder de Kangaskhan se había incrementado drásticamente después de encadenar varios Puños Incremento. Por su parte Blaziken no dejaba de subir el ritmo, su tremenda velocidad avasallaba a Groudon. Pero sus esfuerzos eran insuficientes. Aquel coloso no dejaba que un par de pokémon lo derrotaran tan fácilmente después de lo que había logrado recuperar. De nuevo el peligro aumentaba al ejecutar de nuevo Filo del Abismo, que atravesaba todo lo que se ponía por delante, dejando fuera de combate a los pokémon que se le cruzaban, en ese último Kangaskhan. Gerdenor gritó a pleno pulmón, corrió tan rápido como le permitía su voluminoso cuerpo, la velocidad que alcanzó era sorprendente. Esquivó los pilares de tierra que se habían erguido por toda la ciudad. Cuando logró acortar la distancia suficiente retiró a su compañera dentro de la pokéball. Blaziken resistía tanto como podía, pero la resistencia de su rival era encomiable, además de ser la primera vez que lograban la megaevolución y no sabían muy bien cuales eran sus capacidades. 
Poco a poco el poder se desgastaba, el calor aumentaba alrededor, el aire ardiente se metía en los pulmones de los espectadores que quedaban, temiendo por sus vidas. Tras una de sus Patadas Salto Alta Blaziken perdió el poder de la megaevolución, Ataloc parecía agotado también, Groudon usó aquel momento para contraatacar, golpeando con Garra Dragón al pokémon que tantas molestias le había causado. El golpe fue certero, salió disparado contra los pilares de tierra, destruyendo dos por el camino y cayendo al suelo tras golpear el tercero. La situación parecía desesperada para ellos. Pero el silbido del aire siendo cortado a toda velocidad irrumpió para llenar de esperanza sus vidas.

Mega Latios y Mega Latias aparecieron golpeando con sus Pulso Dragón mientras volaban alrededor de su objetivo.

A - ¡Los Rangers! - Gritó girando rápidamente su cabeza, intentando seguir el movimiento del dúo.

G - Han tardado demasiado… Vamos a alejarnos de aquí, rápido. - Subió junto a su compañero a lomos de Steelix y empezaron a retirarse de la zona de batalla.

Groudon volvía a enfrentarse a molestos rivales que abusaban de su velocidad para derrotarlo. Pero ya había luchado contra cosas peores anteriormente. El brillo de su cuerpo se intensificó aún más, el suelo empezó a temblar y la temperatura se volvió del todo insoportable. Las rocas a su alrededor empezaron a fundirse, esta vez su Estallido iba a ir con toda la potencia posible. Abrió sus enormes fauces y apuntando al aire una cantidad impensable de rocas magmáticas se alzaron. El color del cielo cambió, se enrojeció. No había nada que pudiesen hacer. Sobre Latias y Latios un chico y una chica daban órdenes. Los cuerpos de ambos pokémon brillaron, un haz de energía salió del cuerpo de ambos hacía el otro. Era Isofuerza y Isoguardia. Habían compartido su fuerza para tener el mismo poder exactamente. La chica que estaba sobre Latios hizo un gesto con su mano, el pokémon contrajo sus brazos, la chica saltó y subió a lomos de Latias. La velocidad de Latios se incrementó al ganar aerodinamismo, se elevó a la altura máxima y se centró en el aire, el cuerpo de Mega Latios empezó a brillar intensamente, cada vez era más y más potente. Soltó la energía que había acumulado y realizó Resplandor, destruyendo gran parte de las rocas que se acercaban. Mega Latias generó energía en su boca y en ambas manos, disparó una ráfaga de Bola Neblina, incesante golpeaba todas las rocas que su hermano no había podido destruir con Resplandor. 

Antes de que se dieran cuenta el daño se había reducido casi a cero. Latios no se entretuvo ni una milésima de segundo, esta vez se lanzó en dirección a Groudon, el pokémon lo esperó, sus garras llenas de aquellas llamas púrpuras no eran ya una novedad para los entrenadores, y tampoco pilló desprevenido a Latios, que esquivó la Garra Dragón y ejecutó de nuevo Resplandor. El impacto fue inevitable, la leyenda cayó al suelo, no obstante no había acabado. Los rangers sobre Latias lo sabían y ya habían empezado a lanzar una ráfaga de Bola Neblina. Después de semejante despliegue de ataques Groudon ya no se movía, el enorme cuerpo yacía inmóvil en medio de Arrecípolis que se había convertido en un enorme coliseo para aquella batalla legendaria. Latios se acercó a Latias, su entrenadora montó sobre su lomo de nuevo. Pero no era todo, aún le quedaba un movimiento más que hacer, levantó un de sus garras, la ranger sobre Latios se dio cuenta y ordenó usar Legado. El cuerpo del pokémon se oscureció, se volvió completamente negro y impactó sobre el enemigo. Después cayó debilitado, perdiendo su forma y volviendo a su azulino aspecto normal.

La fuerza de Groudon se vio mermada y al golpear el suelo el Filo Abisal carecía de la misma potencia que había mostrado las anteriores veces, aun así dejó huella por allí por donde pasó. Latias se encaró pero fue mandada a volar con Garra Dragón. Parecía que todavía le quedaba guerra por dar. El pokémon empezó a levantarse, pero de repente una gran cantidad de Shuppet aparecieron de la nada y lo redujeron usando Tinieblas. La oscuridad envolvió su gigantesco cuerpo y poco después cayó derrotado, recuperando el aspecto que tenía antes de obtener el prisma rojo. 

Los Shuppet volvieron al lugar del que habían salido, el cuerpo de Gerdenor. Ataloc y el ranger que montaba sobre Latias vieron lo sucedido. Gerdenor ni se dio cuenta. Antes de que nadie diera un solo paso más Ataloc sacó de uno de sus bolsillos una Ultraball, se acercó junto a Steelix al lugar donde estaba Groudon y le lanzó el artilugio para capturar a aquella amenaza. El resultado fue una nueva incorporación en el extenso elenco de Ataloc.

Tras todo aquello los días venideros se resumieron en un montón de empresas y grupos de salvamento ayudando a las personas y pokémon afectados. La situación se repetía, no hacía tanto al otro lado de la región un problema con los pokémon acuáticos atacando una isla, ahora Groudon apareciendo en otra isla. Internamente había algunas dudas sobre el funcionamiento natural de Hoenn, parecía totalmente desequilibrado. 

Los Rangers que habían salvado la situación aquella vez se dedicaron a un montón de papeleo y después pidieron poder hablar con Gerdenor y Ataloc. Los dos jóvenes aceptaron la charla sin dudar. Ataloc porque tenía especial interés en el poder de aquellos entrenadores, Gerdenor porque siempre era un buen momento para conocer a una chica. 

La reunión tuvo lugar en una pequeña tienda entre las muchas que se habían montado para auxiliar a los habitantes del lugar. Los rangers se presentaron.

Reda era la entrenadora de Latios y Sin el de Latias. No se andaron con rodeos, lo primero que querían saber era qué narices había pasado con aquel grupo de Shuppet y presionar a Ataloc de que soltara a Groudon.

La respuesta de Gerdenor fue negativa, porque no tenía idea de que hablaban y la de Ataloc igual, pero porque se negaba a perder a aquel poderoso aliado. La madre de Gerdenor entró en la tienda, se disponía a explicar el fenómeno que habían presenciado unos días atrás.
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Hay 17 respuestas en Alas Rotas [Historia/Fanfic], del foro de Pokémon Sol / Pokémon Luna. Último comentario hace 4 años.

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