Vistieronse las calles de la ciudad imperial: farolas centelleantes alumbraban las pequeñas avecillas cuitadas en las copas de los árboles. Yo caminaba por el límite de una acera, como un adolescente que sufría mal de amores, preguntándome qué ocurriría si un autobús de dos pisos se estrellase contra mí en este mismo instante. Sin reparar en ello, de súbito, hallábame embebido en el retrato de Eduardo Galeano que adornaba el escaparate de la librería Astrolabio. Su mirada me contagió la rabia y la sed de conocimiento, ¡las venas de Latinoamérica aún seguían abiertas! Abrí la puerta con furia ostrogoda y me dirigí con vehemencia al mostrador, interrogando inquisitivamente al dependiente. Salí de aquella librería con "Ser y tiempo", de Martin Heidegger. [center][/center] Aquella noche presontose fría y anodina, como un relato de Edgar Allan Poe. ¿Han leído ustedes "El gato negro"? ¿No les apena ese momento en el que le clava un bolígrafo en el ojo? A mí me dio repelús... Maldita sea. La noche se presentaba fría y anodina, como un relato de Edgar Allan Poe. Me encantaba hacer referencias culturales de este tipo. Ahora estaba intentando añadir chascarrillos filosóficos a este festival de la blasfemia: "¿te imaginas que Derrida hubiera sido disléxico?". Comprendí que la psicoesfera estaba animándome a empuñar "Ser y tiempo". Con el fin de no obedecer ciegamente a mis instintos de muerte, hablé primero con mi novia al teléfono. Las continuas sesiones de sexting terminaban en acaloradas discusiones sobre linguística y palabras de seguridad: la bdsemiótica, tal y como solía referirme a ella, estaba propiciando una verdadera crisis de pareja. Ella se empeñaba en usar una palabra normal, como "elefante" o "rodilla", mientras que yo me negaba categóricamente, considerando que las palabras solo tienen sentido en un contexto de totalidad, negación y diferenciación positiva. Al final llegamos a un acuerdo y establecimos "miau" como palabra de seguridad. Ahora todo estaba en calma. Agarré consistentemente las pastas del libro y lo acerqué a mi nariz. Olía igual que los tebeos que tenía en la estantería: Sir Tim o'Theo, la familia Trapisonda, los Mortadelo de los sesenta..., no había atracción más poderosa que la nostalgia, ¡te hacía sentir más inútil que un dasein puramente óntico! Jajajaja. Se lo escribí por WhatsApp a mi novia, que estaba en línea (—grrrr—) y apagué el móvil. Sin más dilación, me sumergí en la primera página. [b]Continuará.[/b]4 VOTOS
El joven @-Edgariano-.
1 VOTOPastillas4618Hace 6 años2Tú te diviertes mucho, ¿no?Adhonorem2335Hace 6 años3
WrXZsGhRtK455¿Por qué? ¿Te vas a meter conmigo?@PastillasMostrar citaTú te diviertes mucho, ¿no?
1 VOTOPastillas4618Hace 6 años5Esa es mi tarea. No se la vayas ofreciendo a cualquiera.@AdhonoremMostrar cita¿Por qué? ¿Te vas a meter conmigo?@PastillasMostrar citaTú te diviertes mucho, ¿no?
1 VOTOSpidercholo32544Hace 6 años6T met asiiin cn la mno i el goro xq m estaas tlabando todoo@AdhonoremMostrar cita¿Por qué? ¿Te vas a meter conmigo?@PastillasMostrar citaTú te diviertes mucho, ¿no?
Ojala un dia entendiera uno de estos temas .Adhonorem2335Hace 6 años7
Algún día el autor también los podrá entender........@SpidercholoMostrar citaOjala un dia entendiera uno de estos temas .
Hay 7 respuestas en El joven heideggeriano , del foro de Off Topic y humor. Último comentario hace 6 años.