Historia de Fallout: Prologo

Hola que tal amigos y amigas del foro. Pues bien desde hace tiempo habia decidio escribir un fanfiction de fallout, pero la verdad es que es dificil escribir historias de este tipo, lo hago mas por hobby y porque me gusta mucho que escribir que por otra cosa. Las criticas son bienvenidas no se preocupes pero aclaro que al ser un hobby y un gusto puede o no que mejore, ya que al final la historia la hago mas para que para los demas, pero de todos modos la comparto. Sin mas preambulos les dejo el prologo  .


[size=25][color=blue][CENTER][B]PROLOGO[/Size][/color][/center][/b]

[b]Hombre:[/b] Rápido, tienes que esconderte, en cualquier momento estarán aquí.

[b]Mujer:[/b] (Resignada) ¡Esta bien!, tu ganas por el momento me esconderé, pero más te vale que no me traiciones, no sabes lo que le sucede a la gente que se me atraviesa en el camino.

[b]Hombre:[/b] Ya, de hecho lo sé, he visto como dejaste a los pobres diablos de la otra habitación, no te preocupes que al menos en este momento no me convendría traicionarte.

[b]Mujer:[/b] (Desconfiada) Más te vale…

La mujer empezó a buscar un lugar donde esconderse, lo cual no era del todo difícil ya que la habitación era oscura, lúgubre y algo húmeda, aunque hubiera alguien con los sentidos bien agudos o con un campo de visión despejado, sería difícil encontrarla en aquella oscuridad. El problema era que el miedo no le dejaba pensar con claridad, se acercaban rápidamente los hombres de Seco y no había podido encontrar un buen lugar para esconderse.

[b]Hombre:[/b] (Asustado) ¡Rápido, que estas esperando, ya entraron a este pasillo!

[b]Mujer:[/b] (Enojada) ¡Ya cállate, no me estas ayudando!

En ese momento, se escuchó el crujir del suelo de manera estrepitosa, por lo que la mujer enseguida dirigió la mirada hacia donde había escuchado el sonido. Sorprendida quedo al ver una escotilla de madera levantarse y que de ahí salía una jovencita de tal vez no más de 17 años.

[b]Jovencita:[/b] ¡De prisa! Por acá puedes esconderte, este es un lugar seguro del que no saben los gangsters de los Omerta.

[b]Mujer:[/b] (Sorprendida y algo molesta) ¿Quién demonios eres tú?

[b]Jovencita:[/b] No hay tiempo para explicaciones, he visto lo que ha pasado en la otra habitación y sé que estas en problemas, por el momento tendrás que confiar en mí, no soy parte de esos malnacidos de los Omerta.

Al parecer al escuchar la palabra “malnacidos” la mujer decidió confiar en la chica, se apresuró a la escotilla, al llegar vio que había unas escaleras que bajaban a lo que parecía una oscuridad aún más tenebrosa que la de la propia habitación, no sabía lo que le esperaría haya abajo pero su imaginación le llevo a pensar muchas cosas, cada una más irreal que la anterior, pero desde luego en ese mundo cualquier cosa irreal podía ser bastante real.

Bajo por las escaleras durante varios minutos antes de aterrizar, al tocar el suelo se dio cuenta que no era de concreto, ni siquiera de madera, era vil y vulgar tierra por lo que ella pensaba que tal vez se encontraba en los cimientos del edificio. Todo estaba oscuro, la mujer cerró los ojos por varios segundos para ver si se podía acostumbrar a la oscuridad y poder vislumbrar algo, no obstante no veía más allá de la palma de su mano.

Súbitamente una luz se encendió a escasos metros de ella, la chica que había visto en la escotilla se encontraba en lo que parecía un cobertizo, puesto que estaba hecho en su totalidad de madera y no contenía pared alguna, solo un techo triangular y cuatro columnas que lo sostenían. La chica se encontraba sentada en un sillón de color verde esmeralda, muy bonito para el lugar donde se encontraba, también había un par de camas, una mesa de madera bastante bien hecha sobre la que había unas cuantas chapas de nuka cola, varios juguetes tirados entre los que se encontraba uno de los famosos libros de la pre-guerra “yo soy especial” y demás cosas sin importancia que parecían más basura que otra cosa.

[b]Jovencita:[/b] (Gritando) Ven para acá, no te preocupes que no te voy a hacer ningún daño.

[b]Mujer:[/b] (Con aire de superioridad e incrédula) ¿Tu hacerme daño a mí? No me hagas reír, por lo visto no tienes idea de quién soy ¿verdad?

[b]Jovencita:[/b] Se quién eres, no solo he visto lo que ha pasado en la otra habitación, llevo un par de años viendo todo lo que has hecho en el casino

[b]Mujer:[/b] ¿Cómo puede ser eso posible? (Pregunto sin creer sus palabras) he batallado mucho para esconder mis planes a los Omertas y ahora me vas a decir que una chiquilla como tu sabe todo acerca de mí y de mis movimientos. Si vas a mentir, más te vale hacerlo de forma más segura.

[b]Jovencita:[/b] (un poco molesta) No estoy mintiendo. Tu nombre es Sarah, te vi llegar hace dos años al casino, al principio pensé que eras otra de esas putas baratas que drogan los Omertas en el desierto y que luego traen para explotarlas. Efectivamente no estaba del todo equivocada, al menos al inicio todo parecía indicar que si lo eras, hasta aquel día que…

[b]Sarah:[/b] ¡Bueno ya está bien!, al parecer sabes quién soy de alguna manera, desde ahorita te advierto niña que si estas esperando chantajearme con esa información yo…

[b]Jovencita:[/b] (Interrumpiendo a Sarah) ¡No soy una niña!, tengo años sin serlo… mi nombre es Clara, hace tiempo trabajaba en este casino pero logre escapar… aunque no muy lejos. Es una historia muy larga como para contarla en estos momentos.

[b]Sarah:[/b] Entiendo, si trabajaste en el casino eso significa que al menos no eres mi enemiga. Me gustaría que me explicaras como es que supiste de todos mis movimientos pero la verdad ahorita estoy más preocupada por escapar de aquí.

[b]Clara:[/b] Lo siento Sarah, yo llevo tres años viviendo aquí y no he podido escapar, estos túneles conectan con varias habitaciones del hotel, sin embargo la única salida es un pequeño hueco que da al lobby del hotel y como tu bien sabrás está custodiado por varios de los Omertas.

[b]Sarah:[/b] No necesariamente Clara, tal vez este sea el momento idóneo para escapar. Gran Sal y Nero se encuentran en estos momentos fuera de la ciudad, no dijeron a donde iban pero tengo entendido que tardaran un par de meses en regresar. El que está ahorita de líder se llama Seco y no es muy brillante que digamos, probablemente en su afán de encontrarme habrá mandado a todos sus hombres a las habitaciones

[b]Clara:[/b] Vaya, eso quiere decir que tal vez el lobby se encuentre vacío por primera vez

[b]Sarah:[/b] No creo que corramos con tanta suerte, pero supongo que habrá menos guardias que de costumbre, ven Clara, ha llegado el momento que escapes de aquí.

Clara empezó a derramar unas cuantas lágrimas de solo pensar que después de tres años de vivir debajo del edificio, por fin podría ver la luz del día, este pensamiento le trajo un sentimiento de esperanza sobrecogedor y una sonrisa de oreja a oreja, ella sabía que si lograba salir de allí, le debería su vida a Sarah y ella estaba dispuesta a darla siempre y cuando salieran de aquel sucio agujero.

Las dos chicas comenzaron a caminar a través de los túneles de lo que eran los cimientos del edificio, Clara iba por delante agarrándole la mano a Sarah y conduciéndola de manera que no trastabillase en los pequeños hoyos del suelo, además que ella sabía perfectamente a donde dirigirse.

Después de algunos minutos Clara apunto su mano hacia una abertura que desprendía un poco de luz. Sarah se dio cuenta que esa abertura no era mayor que del tamaño de un ojo pero comenzó a entender cómo era posible que Clara supiera tanto sobre ella y sobres sus planes.

Caminaron unos cuantos metros más delante de la abertura, hasta llegar al agujero del que Clara había hablado. Era un orificio en la pared del tamaño de una persona de complexión media por donde tanto ella como la chica podrían pasar sin ningún problema. Arribaron a la brecha y estaba bloqueada por un baúl pesado el cual tuvieron que empujar con todas sus fuerzas para abrirse paso a través de la fisura. Una vez dentro le tomo unos cuantos segundos a Sarah darse cuenta que se encontraba en la habitación de servicio del hotel, un lugar al que pocos iban y que al parecer el baúl de herramientas habría mantenido escondido el agujero por el que pasaron.

[b]Sarah:[/b] Nada mal si lo puedo decir yo misma. La habitación de servicio está prácticamente a pocos metros de la entrada principal. En unos cuantos minutos estaremos afuera Clara

[b]Clara:[/b] (Contenta) Por fin, después de tanto tiempo, podre respirar aire fresco… ¿Qué estamos esperando?, hay que salir de inmediato te este nido de ratas.

Sarah abrió la puerta de la entrada de servicio y la imagen que detectaron sus ojos no era lo que ella esperaba. Prácticamente todos los Omertas estaban en el lobby esperándola y el muchacho que le había pedido que confiara en él se encontraba entre ellos de alguna manera ileso y armado. Un hombre alto, de piel blanca, ojos azules, con una fuerte musculatura, de cabello negro azabache grasoso y que aparentaba ser un hombre de mediana edad se dirigió hacia Sarah.

[b]Hombre:[/b] Menudo jueguito te has aventado Sarah, ¿Sabes que con lo que tienes en tu manos, fácilmente podrías haber sido la nueva mano derecha de Nero?, diría que es una lástima, pero tu perdida será mi triunfo… entrégamelos inmediatamente

[b]Sarah:[/b] Vete al carajo Seco, jamás te los entregare, ni siquiera los cargo conmigo, no soy tan estúpida como tu comprenderás.

[b]Seco:[/b] Y sin embargo ha sido este imbécil el que te ha atrapado Sarah, tú piensas de mi como un idiota, pero la verdad es fácil actuar como uno ante una mujer prepotente que se cree la gran cosa cuando no es más que una maldita puta del desierto. Oh Sarah si tan solo supieras que desde el principio has bailado al compás de mi plan y como bonificación has encontrado a una de las putas que se me había escapado y por la cual el maldito de Sal tomo el puesto que yo merecía como mano derecha de Nero. No puedo esperar a que regrese y darle las buenas noticias, con esto seguramente seré el número dos de los Omertas de nuevo.

[b]Sarah:[/b] Siempre serás una rata topo despreciable, perpetuamente inseguro de ti mismo porque sabes que no vales nada, no importa si te hacen el número dos, eternamente estarás a la sombra de Nero porque no tienes los huevos para ser el número uno.

[b]Seco:[/b] (Visiblemente furibundo y golpeando a Sarah en el rostro) ¡Suficiente maldita perra! , llévensela a la habitación 202, a la otra llévenla a la habitación de tortura, de alguna u otra forma obtendré la información que necesito.

[b]Clara:[/b] (Gritando despavoridamente mientras los gangsters Omertas la agarran) ¡Por favor no me hagan daño!, ¡No quiero ir a la habitación de tortura!, ¡Por favor nooooooooooo! .


[b]Sarah:[/b] (Gritando enojada mientras unos Omertas la sostienen) ¡Déjala en paz maldito!, ella no tiene nada que ver en esto, no sabe absolutamente nada de nada.

[b]Seco:[/b] Por el contrario Sarah, sabemos que lleva tiempo viviendo en la parte baja del hotel, lo descubrí hace unos cuantos meses, seguramente sabe mucho más de lo que te habrá dicho. Llévensela, más tarde le hare una visita.

Los Omertas golpearon a Sarah en la nuca y aunque no perdió el conocimiento se sintió muy mareada como para oponer resistencia, la cabeza le daba vueltas y no podía ver de manera clara. No obstante alcanzo a ver al hombre en el que había confiado y que tenía una sonrisa de oreja a oreja. Sarah alcanzo a propinarle una mirada de odio y alcanzo a decirle…

[b]Sarah:[/b] Maldita seas… Max…

[b]Max:[/b] (Con una sonrisa diabólica) Confiar es bueno… pero no confiar es mejor…

Sarah arrastrada por los Omertas solo pudo pensar por unos cuantos segundos, en aquellos buenos días en la granja del eje a lado de su padre Irwin y su madre Mariah antes de perder completamente el conocimiento.
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