Análisis de Ruiner. Acción y ritmo sin Descanso

En el año 2091, la cyber metrópolis de Rengkok está asediada por hackers y bandas callejeras, mientras las megacorporaciones buscan el dominio total. En un mundo tan loco, solo un loco puede descubrir la verdad oculta mientras se abre camino a base de todo tipo de armas y habilidades que lo convierten en una máquina de matar. Análisis de Ruiner.

Si ves un par de tráilers e imágenes de Ruiner, la primera obra del estudio polaco Reikon Games, puede que te lleven a engaño. Tiene una velocidad endiablada que exigirá tener unos buenos reflejos y un buen dominio del mando o el ratón y el teclado, pero no pretende llevarnos por una amalgama de niveles clásicos sin más pretensión que la de matar al jefe de final de fase. De hecho, su tutorial quiere que tengas esa impresión de marioneta clásica del videojuego para después romper con la manipulación y añadir algo de historia y libertad al conjunto.

Así, encarnamos a un extraño individuo con una aún más extraña máscara cuyo cerebro ha sido hackeado para entrar en una corporación y acabar con su jefe. Poco hará falta jugar como el chico de los recados, ya que una misteriosa hacker nos salvará y explicará cómo han jugado con nuestros sesos, además de secuestrar a nuestro hermano para asegurarse de que cumplamos con nuestra misión. Nada del otro mundo en cuanto a narrativa, pero Ruiner lo intenta, apoyándose sobre todo en una ambientación cyberpunk muy bien conseguida, cuyas suaves melodías en la ciudad y vapor de tuberías nos sumergen perfectamente en una urbe donde los implantes y el culto a la máquina impera por las calles, mientras temas más cañeros nos acompañan en cada nuevo nivel, con una banda sonora intensa y contundente.

Gracias a estas sutil mezcla de niveles centrados en la acción y algunas pausas, Ruiner se antoja como un buen heredero de juegos como Shadowgrounds o Alien Swarm, pero sin quedarse en el simple homenaje. En todo momento intenta aportar su propia personalidad en un estilo que casa muy fácil con el de su propia editora: Devolver Digital. Jugablemente, ni siquiera necesita recurrir a la violencia más explícita para impactar; ya lo hacen unas mecánicas interesantes que mezclan sabiamente las armas de fuego para convertirlo en un dual shooter de manual y armas a corto alcance como último recurso. La cantidad de enemigos que nos saldrán al paso convierte los combates en un baile donde lo más importante es moverse en todo momento, mantener a distancia a los enemigos mientras los fulminamos a balas y utilizar nuestros recursos a corta distancia cuando las cosas se ponen feas, ya que las luchas cuerpo a cuerpo no son tan eficaces como las armas de fuego y nuestra vida es bastante limitada.


Hello Darkness

Ruiner no es sencillo. Su nivel medio de dificultad ya nos pone en un desafío donde moriremos unas cuantas veces, mientras que el modo Difícil es el recomendado por los propios desarrolladores para sudar sangre. Lo interesante de su dinámica es que, si bien es todo un reto limpiar algunas zonas y vivir para contarlo, su castigo suele dejarnos muy cerca de donde hemos muerto (normalmente en la última tanda de enemigos que hemos aniquilado). Seguiremos teniendo que pasar esa barrera y para ello lo importante es hacer una mejor gestión de las armas a recoger y de las habilidades que tenemos a nuestra disposición. ¿Lo mejor? Que todo fluye rápido. No sólo el ritmo del juego es vertiginoso, sino que reiniciar tras una muerte es cuestión de microsegundos, elemento necesario para que no decaiga el frenetismo en ningún momento.

Será muy habitual salir vivo por los pelos. Menos mal que en ocasiones nos espera una recarga de vida a la vuelta de la esquina.


Cabe destacar las diferencias en el control. Para la versión de PC, puedes jugar tanto con teclado y ratón como con mando, el método tradicional en las consolas. La diferencia es bastante sustancial, ya que si bien con teclado y ratón hemos sido más eficaces a la hora de disparar a los enemigos, cuesta algo más utilizar todos los poderes y, sobre todo, cambiar entre ataque melee y de fuego, ya que hay que subir o bajar la rueda del ratón. En mando, la cercanía de los botones hace más orgánico el uso de los poderes y el cambio entre ataques instantáneo, pulsando RB o R1 para el cuerpo a cuerpo y RT o R2 para el ataque a distancia; sin embargo, la precisión se resiente.


Todo fluye rápido, el frenetismo no decae en ningún momento

Se ha incluido además un sistema de progresión para las habilidades, que nos ayudan a lidiar mejor con cada situación a la que haremos frente. Así, podremos hacernos con un escudo para detener e incluso hacer rebotar balas; una granada para dañar a quien se nos acerca; ralentizar el tiempo; un dash rápido para esquivar; mejoras para nuestra salud y energía... Entre muchas otras. Todas ellas, con amplias opciones de mejora, pero quizá lo más acertado es la posibilidad de reasignar tus puntos de karma (experiencia) al subir de nivel, permitiendo cambiar de habilidades en función del desafío que tengas en ese momento. Algunas veces será mejor moverse rápido con los esquives cuando te enfrentas a enemigos kamikazes que quieren explotar junto a ti, mientras que otras es más útil mejorar el escudo para rechazar la lluvia de balas.


Ruiner no quiere ser un shooter sin más. Tras acabar un nivel, podemos explorar su ciudad de corte cyberpunk.


Como decíamos, tras un nivel cumplido y su jefe final derrotado, podemos relajarnos en la ciudad de Rengkok. Un entorno pequeño pero abierto donde conocer a la fauna que habita este futuro cyberpunk a cada cual más excéntrico que el anterior. Esta pequeña exploración tiene su recompensa, pues nos permitirá profundizar algo más en la historia, pero también conocer a personajes que nos recompensa cuando vayamos de misión. No son misiones secundarias per se, pero al acabar con ciertos enemigos o encontrar información nos premiarán con karma para mejorar a nuestro protagonista.

Ruiner no es un juego largo, pero tiene una duración adecuada. Sabe cuando detenerse y cuándo incorporar un nuevo elemento para agitar un poco el avispero. Aun así, hay momentos en que algunos jugadores pueden sentir cierta fatiga cuando ya hemos visto todas las sorpresas que tiene por ofrecer, y es ahí donde su jugabilidad se resiente, más allá de los jefes finales que siempre ofrecer un desafío a la altura. Su ambientación, además, está muy lograda y el uso del color saturado y de cada uno de los efectos logra dar vida a una ambientación tan oscura como la elegida. Se acompaña además por unas viñetas para mostrar a los personajes con mucha personalidad.

Las habilidades especiales son vitales para escapar de algunas situaciones letales. La posibilidad de reasignar los puntos lo hace un juego muy dinámico.


El equipo de Reikon ha creado suficiente variedad de opciones y desafíos

Con todo, Ruiner busca desarrollar una experiencia clásica, casi arcade, de shooter de doble stick donde no paramos de movernos en ningún momento. El giro de tuerca viene dado al abandonar la clásica estructura de "nivel tras nivel" aportando algo de dinamismo al recorrer la ciudad de Rengkok y potenciando las habilidades como queramos. Hay quizá una cierta tendencia a escoger una forma de jugar beneficiosa y no aprovechar al máximo todas las opciones que el juego nos ofrece, pero no hay duda de que el equipo de Reikon ha creado suficiente variedad de opciones y desafíos para que hasta el más osado pueda llegar a sudar en más de una ocasión.

Bueno

Ruiner es un shooter isométrico rápido. Frenético. Con un buen puñado de posibilidades jugables que ofrecen variedad en la acción, aunque puede llegar a ser algo repetitivo en algunas ocasiones. La exploración de su ciudad, Rengkok y su historia cyberpunk de hackers y bandas callejeras ayuda a aportar algo más de variedad al conjunto.

  • Rápido y frenético con armas de fuego y a corta distancia
  • La posibilidad de reasignar nuestros puntos a otras habilidades
  • Poder recorrer la ciudad de Rengkok entre misión y misión
  • Potente banda sonora que ambienta genial cada rincón de la ciudad
  • Aunque es variado, puede caer en la repetición en algunas ocasiones
  • El control podría estar más depurado
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 6-8 horas

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