Análisis de IL-2 Sturmovik The Cliffs of Dover

Análisis de IL-2 Sturmovik The Cliffs of Dover
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La última creación de los padres de la sobresaliente serie de simuladores de vuelo Il 2-Sturmovik por fin se encuentra entre nosotros. Un ambicioso juego que cumple muchas de sus promesas, pero que sin embargo se ve ensombrecido por una mala optimización que pone difícil jugarlo como se merece.

Han pasado más de cinco años desde que los aficionados a los simuladores de vuelo tuvieran ocasión de probar la última entrega de la fantástica serie Il 2-Sturmovik, y por ello las ansias por disfrutar con el nuevo trabajo de sus creadores eran elevadísimas. Sin embargo, tras haber pasado horas tratando de sobrevolar los cielos de Gran Bretaña, habríamos aguantado gustosamente un par de meses más de espera a cambio de recibir un juego sin errores; pero más importante aún, con un nivel de optimización de su motor gráfico mucho mejor del que nos hemos encontrado, que solo podemos catalogar como pobre… por ser buenos.

Los cielos de Gran Bretaña se convierten en el escenario bélico de este fantástico simulador con importantes problemas de rendimiento.
Los cielos de Gran Bretaña se convierten en el escenario bélico de este fantástico simulador con importantes problemas de rendimiento.

La guerra no se libra en el cielo, sino en casa
Realista, con un nivel de exigencia fantásticamente duro para los pilotos, y con una implecable recreación de los 18 aviones que se nos permiten pilotar. Cliffs of Dover supone un notable avance con respecto a la última entrega de la serie. El juego mantiene intactas las señas de identidad de Il 2-Sturmovik y sus posteriores expansiones, pero añade diversas mejoras de importancia en la inteligencia artificial de los pilotos aliados y enemigos, el control de los aviones y, por ejemplo, en la interfaz de usuario, que introduce aspectos tan destacables como el panel de mandos interactivo en las cabinas de los cazas y bombarderos. Lo que pasa es que todo esto queda en nada cuando disfrutar del juego se torna una tarea francamente complicada.

Y el problema radica en el desafortundado nivel de optimización que se ha alcanzado en el lanzamiento del juego. Algo que se traduce en una sucesión de batallas insufribles en ciertos escenarios como el de Londres, en el que resulta una odisea conseguir posicionarse tras la cola de un caza enemigo para abatirlo a tiros. No en vano, los constantes tirones, esas brutales caídas en la tasa de fotogramas por segundo, merman por completo una experiencia de juego que por otro lado habría llegado a ser un placer para cualquier amante de los juegos de combates aéreos. Y lo peor es que estos mismos problemas de rendimiento se mantienen prácticamente en todos los escenarios de batalla que se desarrollen sobre tierra firme, quedando como única zona de juego correcta las batallas sobre el mar.

Espectacular, ¿verdad? Y lo mejor es que los paneles de mando son completamente interactivos.
Espectacular, ¿verdad? Y lo mejor es que los paneles de mando son completamente interactivos.

Sus desarrolladores se encuentran trabajando intensamente estos días tratando de solucionar estos problemas, y ya se ha publicado un primer parche que mejora bastante los resultados vistos tras el lanzamiento del juego; pero esto no quita para que el problema debería haberse subsanado antes del lanzamiento del juego, principalmente porque todos aquellos usuarios que han pagado por Cliffs of Dover lo han hecho por un simulador de combates aéreos y no por una beta de lo que debería haber sido y no ha sido finalmente.

El placer de volar en el infierno
Sabemos que no es fácil superar los problemas de rendimiento que hemos comentado anteriormente, y sin duda esto es algo que echará atrás a muchos hasta que el juego funcione a pleno rendimiento. Sin embargo, tampoco podemos tirar por tierra el genial trabajo a nivel de simulación que en Maddox Games han realizado con este Cliffs of Dover. Y es que si ya las anteriores entregas de Il-Sturmovik sorprendieron por su nivel de realismo, el simulador que hoy nos ocupa da un pasito más al frente, mejorando notablemente la inteligencia artificial de aliados y enemigos para comportarse ahora de forma todavía más realista, logrando ponernos las cosas realmente difíciles durante el transcurso de las batallas.

La recreación visual de los aviones es fantástica, aunque el apartado sonoro no se encuentra al mismo nivel.
La recreación visual de los aviones es fantástica, aunque el apartado sonoro no se encuentra al mismo nivel.

La recreación de las cabinas de los aviones, y más concretamente, poder interactuar completamente con sus paneles de mando es una opción que nos ha satisfecho enormemente, pues supone todo un gustazo ponerse a trastear con los reguladores de mando para controlar los niveles de presión del avión o la mezcla, la potencia de los motores, la posibilidad de regular el punto de mira para alcanzar a objetivos más cercanos o lejanos… Pero esto se traduce además en la necesidad de pensar muy bien qué hacer y actuar de inmediato, porque si empezamos a pulsar botones a lo tonto podemos terminar quemando los motores. Y aquí no todo se solventa con el pulsar una tecla y punto. Baste como ejemplo el simple hecho de saltar en paracaídas en caso de accidente, porque antes de realizar el salto deberemos quitarle las correas al piloto y luego abrir la carlinga. Y lo mismo ocurre si vamos a lanzar una bomba, porque si no las armamos antes del lanzamiento éstas terminarán por caer sin estallar al llegar a su objetivo.

En este sentido, todo lo relacionado con la gestión del motor del avión resulta sorprendente y a la vez un hueso muy duro de roer, ya que durante los vuelos descubriremos que las malas maniobras pueden terminar por fastidiar una enorme variedad de piezas: ya sea el radiador, las bujías, la junta de la trócola, etc. Así pues, este es sin duda un aspecto que satisfará a los amantes de los buenos simuladores. No podemos olvidar tampoco el buen trabajo llevado a cabo con la interfaz del juego, que resulta bastante intuitiva dentro de lo que cabe, con un gran abanico de opciones configurables relacionadas con el sistema de control.

Con todo esto, recorrer los cielos de Gran Bretaña supone todo un desafío en las misiones individuales y las campañas que incluye Cliffs of Dover, permitiéndonos afrontar variadas misiones bélicas como batallas contra cazas, persecución de bombarderos, destrucción de objetivos terrestres… En definitiva, lo habitual en la serie. Lo malo es que como decíamos, resulta difícil disfrutar de este espectáculo cuando todo funciona a trompicones.

Pilotar estos aviones es un placer y un completo desafío dada la complejidad del simulador, pero todavía se tiene que mejorar más el rendimiento del juego.
Pilotar estos aviones es un placer y un completo desafío dada la complejidad del simulador, pero todavía se tiene que mejorar más el rendimiento del juego.

Un multijugador a medio gas
Una de las características más interesantes de Cliffs of Dover es la posibilidad de disputar partidas de hasta 128 jugadores simultáneos en su vertiente multijugador, sin embargo, también en este apartado se echa en falta un mayor trabajo por parte de Maddox Games. Básicamente, y si obviamos los problemas de rendimiento, los cinco escenarios de batalla que se incluyen se nos antojan muy escasos y poco inspirados, pero también creemos que se ha aprovechado muy poco todo el potencial que tiene esta modalidad. Básicamente, en estas partidas elegimos el bando al que queremos defender, a continuación seleccionamos el grupo de aviones en el que queremos combatir, y luego la máquina que controlaremos.

También debemos configurar nuestro avión eligiendo su nivel de combustible, armas, etc., lo que en principio nos proporciona la suficiente libertad como para hacer las partidas muy adictivas y emocionantes. El problema, como comentábamos, es que da la sensación de que esta modalidad está muy desaprovechada, así que también en este caso tendremos que esperar para ver si la cosa mejora con futuras actualizaciones.

El primer parche ya se ha publicado y mejora notablemente el rendimiento del juego, pero aún necesita más actualizaciones para estar al cien por cien.
El primer parche ya se ha publicado y mejora notablemente el rendimiento del juego, pero aún necesita más actualizaciones para estar al cien por cien.

Un espectáculo a un alto precio
Hemos repetido en varias ocasiones que el nivel de optimización de Cliffs of Dover no es nada bueno, pero si nos centramos en su faceta gráfica solo podemos brindar elogios por el gran trabajo realizado por Maddox. Y es que la recreación de los vehículos de combate, y en especial de los aviones, auténticos protagonistas del juego, es increíble; sobre todo si hablamos de sus cabinas, que han sido trabajadas con un cuidado sorprendente. Así, ver cómo los rayos de sol bañan con su luz los paneles de mando que proyectan sombras de forma realista, o comprobar cómo las piezas del caza se van desprendiendo con cada impacto enemigo, son solo algunos de los pequeños detalles que denotan el esfuerzo y la dedicación que sus creadores han puesto a la hora de dar vida al motor gráfico del juego.

Estos detalles también se notan en el diseño de los escenarios de batalla, que han ganado en todos los sentidos. Así, por ejemplo, las nubes tienen mayor consistencia, y al atravesarlas comprobaremos cómo los cristales se empañarán. A nivel de tierra, la sensación de profundidad y relieve desde las alturas está muchísimo más conseguida, y sobrevolar por un bosque o una ciudad no nos dará la sensación de estar haciéndolo sobre un escenario plano. Por supuesto, hay detalles como el ver aparecer edificios repentinamente que siguen estando ahí presentes, pero al margen de esto, pocas pegas se le pueden poner al juego.

Interesante

Sin sello

IL-2 Sturmovik: The Cliffs of Dover

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Muy realista, con un nivel de simulación fantástico y las suficientes opciones como para encandilar a los amantes del género. Qué pena que todo este trabajo se vea lastrado por una mala optimización de su motor gráfico, que merma enormemente la experiencia de juego. Sus creadores ya han publicado un primer parche que mejora notablemente los resultados vistos al principio, pero todavía queda mucho trabajo por realizar. Lo único que podemos decir es que Cliffs of Dover tiene un potencial enorme como simulador, y por eso esperamos que pronto podamos sobrevolar los cielos de Gran Bretaña sin problemas.

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Jugadores: 1-128
Idioma: Manual en español, textos en español y voces en inglés
Duración:
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