Más de diez años desarrollando títulos de golf se nota, y si no que se lo digan a los nipones de Clap Hanz, entregados en cuerpo y alma a una serie, Everybody’s Golf, que llega a PS Vita durante su etapa de lanzamiento para hacer lo que mejor sabe: darnos los mejores "swings" del género. Cantidad de hoyos, entretenimiento y calidad en un videojuego que tiene golf para todos.
El patrón se cumple. Cuando aparece una nueva consola en el mercado hay una serie de lanzamientos que resultan clásicos, desde el típico exponente de una laureada franquicia, hasta un título de velocidad, otro de disparos o uno de billar. Y, por supuesto, en ese particular saco de bienvenida no podía faltar el golf. Por ese motivo, Clap Hanz nos ofrece, una vez más, una nueva entrega dentro de la reconocida saga Everybody’s Golf.
La desarrolladora independiente, nacida en 1998 única y exclusivamente para diseñar juegos de golf, nos demuestra que continua sin rival dentro del género. Su "swing", en este sentido, es difícil de batir, ahora en PS Vita, en la cual estrena un exponente más dentro de una saga íntimamente ligada a las consolas PlayStation. Como tal, siempre ha hecho alarde de un enfoque más arcade que simulador, cercano a todos los públicos, fueran o no aficionados a este relajante deporte.
Golf para todos
Y lo cierto es que lo sigue haciendo de forma excepcional, gracias a una mecánica de juego que repite aparición en esta versión. Sencillez, y a la vez grandes dosis de diversión arcade, es todo lo que ofrece un videojuego que se convierte en uno de los más destacados dentro de su disciplina. No es que aporte grandes innovaciones, tampoco aprovecha al máximo las características de la novedosa portátil de Sony, pero sí que conserva toda la magia golfista que ha convertido en referencia a esta gran franquicia... y con eso os podemos asegurar que era suficiente.
Everybody’s Golf cumple excelentemente su función al plantearnos completar hoyos en base a una mecánica muy sencilla: ser precisos a la hora de decidir la dirección y potencia de cada uno de nuestros golpeos. Pulsar el botón en el momento justo y considerar distintas variables (como la dirección del viento, la presencia de obstáculos o la propia orografía del terreno) son aspectos determinantes para pasar del éxito al fracaso en un abrir y cerrar de ojos. Por supuesto, el factor suerte también cuenta (como en cualquier deporte), pero estará más cerca de aquellos que sepan cómo estudiar cada recorrido.
El videojuego no quiere ser nunca un simulador, sino un arcade accesible. No obstante, cada campo de golf goza de sus propias particularidades, constituyendo cada uno de ellos una renovada experiencia. Se nota que Clap Hanz lleva ya más de una década haciendo este tipo de títulos, con lo que nos podemos esperar de todo menos monotonía, gracias a la presencia de diferentes obstáculos (como árboles, puentes, lagos...), así como distintos tipos de hierba o de clima.
Por tanto, un título de golf repleto de complejidad, siempre delimitado por su espíritu arcade, que le hace mantener un cierto aire desenfadado, visible en el diseño de personajes (puramente manganime) o en los efectos que acompañan a los mejores golpes. Un acercamiento, en definitiva, que destaca por su alta intuición, y que aún así consigue mantener cierta seriedad en su concepto, con una jugabilidad depurada, equilibrada y netamente satisfactoria para la gran mayoría de jugadores.
Resulta sorprendente que, dentro de su coraza de accesibilidad, el título sepa esconder tanta complejidad. De esta manera, resulta muy fácil ponerse a jugar, aunque difícil llegar a dominar todos los secretos de la obra. Será importante no sólo escoger el personaje que mejor se ajuste a nuestro estilo, sino también palo, pelota y dominar sencillos pero profundos conceptos como el efecto del viento o de las ondulaciones del terreno sobre nuestros golpes dentro del campo. Muchos factores y que nunca asustan, algo que favorece el resultado final, el cual es ampliamente gratificante.
Resulta curioso que Clap Hanz no haya acudido a las funciones táctiles para intentar abrir el programa a más audiencias. Pero nos parece una decisión más que respetable, y puede que hasta acertada, ya que los controles tradicionales funcionan a la perfección, y mucho más si tenemos en cuenta la calidad de la botonería que presenta PS Vita. Esto no quiere decir que las características únicas de la portátil hayan sido desaprovechadas. La función giroscópica sirve para rotar la cámara y contemplar hasta el último rincón de cada hoyo, mientras que la Realidad Aumentada goza de un divertido uso: colocar un entorno real como fondo del escenario, como pudiera ser nuestra habitación, salón o patio.
Pequeños guiños, más que incorporaciones de utilidad, que se completan con un repertorio de modalidades bastante competente. A este respecto, Everybody’s Golf basa el secreto de su éxito en el modo desafío, consistente en varios recorridos desbloqueables, crecientes en dificultad y divididos por categorías. Cada recorrido contiene cinco torneos, y estos a su vez se nutren del orden de 9 a 18 hoyos, así que os podéis imaginar la elevada duración del producto.
Estrenando hoyos en PS Vita
Por tanto, muchas horas de golf portátil en una modalidad que, además, y como colofón a cada competición, nos plantea enfrentarnos en un cara a cara con el mejor golfista de cada disciplina, siempre con el objetivo de completar los circuitos en el menor número de golpes posible. Una tarea fácil de explicar, aunque a medida que progresemos veremos lo complicado que se puede llegar a poner.
Ya de por sí este modo asegura un alto disfrute, y lo mejor es que adicionalmente viene acompañado de otra serie de opciones, como Stroke, donde jugar libremente en cada uno de los campos presentes, en su versión normal y espejo; o Práctica, la cual nos invita a ensayar golpes, repitiéndolos si deseamos y modificando incluso aspectos como la dirección del viento, la posición del hoyo, el clima, el tipo de palo o de pelota. Así, podremos practicar nuestro "swing" bajo todas las condiciones posibles, algo que nos ayudará, poco a poco, a convertirnos en unos expertos dentro de la reconocida franquicia ligada a Sony.
Si esto fuera poco, el videojuego también incluye multijugador. En esta vertiente, destacamos la presencia de la opción de interconexión Ad-Hoc, que aparte de los clásicos partidos para dos usuarios presenta el conocido como modo Real, el cual admite hasta ocho jugadores. Sin embargo, las características más ambiciosas las encontramos en el juego en línea, con la oportunidad de enfrentarnos a otros usuarios y hasta de chatear con ellos. Así, se nos permite competir en clasificaciones internacionales, publicar puntuaciones online y, por supuesto, acceder a salas de encuentro para conocer a otros usuarios del título.
Todo esto sobre el papel, puesto que hasta el 22 de febrero no se abrirán los servidores para comprobar la calidad de la conexión y posibilidades reales del producto. En cualquier caso no se acaban aquí las buenas noticias, y es que Everybody’s Golf hace gala de herramientas de personalización (básicamente, modificar el color de las prendas de vestir) y, sobre todo, de una tienda donde desbloquear nuevos personajes -cerca de una decena-, además de atuendos, palos, pelotas, campos de golf y diverso material en forma de los típicos diseños conceptuales y banda sonora del título.
Existen posibilidades añadidas y que son bienvenidas (como el guardado automático de nuestros mejores golpes para verlos repetidos posteriormente), pero sin duda otro de los aspectos clave de la obra es su simpático y colorido acabado visual, que aunque funcional y sin aprovechar en exceso el "hardware" de PS Vita, resulta muy funcional. Con una interfaz agradable y nada intrusiva, aparte de unas pantallas de carga relativamente cortas, los gráficos son muy adecuados a los objetivos de un título como el presente.
Al videojuego se le nota querer sumergirnos dentro de cada escenario, y para ello tiende a ofrecernos entornos vivos, inmersos en medio de parajes naturales que huyen del típico e inerte decorado de las competiciones profesionales. Aquí lo que se pretende es retraernos y hacernos disfrutar del lado más amable de este deporte. Por ello se nos transporta hasta enclaves idílicos, con ríos, casas de campo, árboles, puentes y sistemas montañosos de fondo. Y no es que vayamos a sorprendernos con el detalle gráfico, ya que el videojuego es muy funcional en este apartado, pero aún así resulta suficiente para las pretensiones del estudio.
Es digno de apreciación que se hayan incluido efectos climatológicos como niebla, lluvia o tormenta, aunque más importante será la cámara de seguimiento de la pelota tras cada golpeo. Interesante resulta que el ángulo se modifique dependiendo de la calidad de nuestro "swing", el cual podremos mejorar gracias a la presencia de varias vistas, realizando especial mención a la aérea, ideal para obtener una panorámica general de cada hoyo. Se echa de menos que el control de la cámara sea un poco más intuitiva (tal vez aquí la función táctil hubiera venido bien), pero no supone un gran problema).
Por tanto, todo parece acompañar a la finalidad de ofrecernos la mejor experiencia de golf arcade posible, incluida la música. Evidentemente no se hace nunca protagonista, y es que esa es precisamente su función: la de seguirnos con tonos alegres y muy amenos, lo suficiente como para no desconcentrarnos durante los golpeos.
En suma, una más que correcta ambientación sonora, con el soplido del viento o el cantar de los pájaros de fondo, que viene a expresar el tono desenfadado, pero profundo y, ante todo, tremendamente entretenido que Clap Hanz nos ofrece en un género que definitivamente domina. Everybody’s Gold nos demuestra su magnífico estado de forma como franquicia ahora también en PS Vita, con un videojuego de lanzamiento adecuado a todos aquellos que, entre partida y partida a otro título de más acción, deseen relajarse practicando uno de los deportes más reconfortantes que existen.
La tranquilidad de un deporte como el golf también tiene su lugar en PS Vita con motivo de su lanzamiento en el mercado. Un videojuego de espíritu arcade, accesible, muy ameno, pero a la vez repleto de posibilidades, de complejidad oculta y entretenimiento a raudales. La franquicia Everybody’s Gold saca a relucir sus valores con uno de los mejores exponentes de la serie que, sin reinventar nada, hace lo que mejor sabe: poner al alcance de nuestros dedos los mejores "swings" probablemente del género. Sin duda, una excelente manera de estrenar tu nueva consola.
