Análisis de Commandos Strike Force

Análisis de Commandos Strike Force
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Commandos Strike Force, la nueva obra de Pyro Studios, llega por fin a nuestras pantallas con una arriesgada propuesta: trasladar el espíritu de la saga Commandos a una nueva perspectiva en primera persona.

La Segunda Guerra Mundial es una fuente inagotable de inspiración para muchas desarrolladoras que, año tras año, nos trasladan al frente desde diversos puntos de vista para recrear los hechos históricos que tuvieron lugar en la confrontación más importante y decisiva de todo el siglo XX.

Pyro Studios apuesta fuerte con una nueva entrega, que se sitúa como la producción más cara de la historia de los videojuegos en España, cuyo coste ha sido de 9 millones de euros y que tras los sucesivos retrasos (estaba prevista su salida para el año pasado) por fin ve la luz.

En esta ocasión se ha escogido la vista en primera persona, que sin duda es la más adecuada para transmitir todas las sensaciones que se tuvieron que vivir en aquellos cruentos campos de batalla, teniendo la posibilidad de controlar tres personajes: el boina verde, el espía y el francotirador.

La reinvención de un concepto
La historia se centrará en las decisivas y duras batallas de Stalingrado, la resistencia francesa y el frente noruego, a través de 15 misiones divididas en tres campañas.

Commandos Strike Force (CSF a partir de ahora) no es un Shooter convencional como muchos puedan pensar, es algo más, realmente sí se ha conseguido trasladar el espíritu de la saga a este nuevo concepto, y aunque la idea es buena y la apuesta de Pyro Studios es digna de elogio, el resultado no es del todo satisfactorio, existiendo multitud de aspectos que enturbian el resultado final. Pero no adelantemos acontecimientos, vamos a ir desgranando lo que encierra el juego antes de llegar a las conclusiones finales.

Empezando por el sistema de juego, podremos cambiar entre los tres personajes disponibles en cualquier momento, dependiendo de las habilidades que necesitemos para realizar una acción concreta y que nos permita avanzar en la misión, pasando a una especie de modo de espera los personajes que no estemos controlando, que serán manejados por la IA, y que únicamente responderán a los ataques, evitando de esta forma que la CPU se acabe las misiones por nosotros. El boina verde portará la artillería pesada, siendo por tanto el personaje idóneo para las confrontaciones directas, el espía puede utilizar uniformes del enemigo para infiltrarse y pasar desapercibido entre los militares de menor rango, y el francotirador es la mejor opción para acabar con los soldados a distancia, contando además con la capacidad de ralentizar el tiempo (bullet time) durante breves instantes y mejorar de esta forma nuestra precisión de disparo.

Misiones no lineales
Si algo destaca de CSF es la no linealidad de las misiones. Y esto es un rasgo que hay que alabar sin duda, ya que en el encorsetado mundo de los Shooter en primera persona, rara vez se nos ofrece la posibilidad de realizar las misiones escogiendo diferentes alternativas para resolverlas. De esta forma, por ejemplo, podemos avanzar a través de combates directos una misión o bien utilizando las técnicas de sigilo y exterminio selectivo de nuestros enemigos, o bien a distancia... Aunque habrá situaciones en las que sea necesario el empleo de una habilidad concreta de uno de nuestros tres personajes, pero este aspecto dota al título de cierta rejugabilidad al poder terminar las misiones de diferentes formas.

Contaremos con un radar en el que veremos reflejadas las posiciones de nuestros enemigos y la distribución del escenario, lo que nos servirá para decidir con antelación nuestra estrategia. Además, veremos un icono sobre cada soldado nazi que reflejará el estado en que se encuentra, permitiéndonos saber si está calmado -patrullando normalmente-, alerta -ha escuchado algo sospechoso y está investigando- o en estado de alarma -cuando nos han detectado y nos está atacando-.

En cuanto a la acción en sí, y pese a los componentes de sigilo y formas diferentes de avanzar en el juego, hay que comentar el incremento de la acción con respecto a las clásicas entregas de Commandos, ya que se nota un alarmante aumento de las acciones “estilo Rambo”, que no casan con el espíritu de la serie, donde uno de los principales alicientes era la posibilidad de perder a cualquiera de nuestros hombres en cualquier momento, y a la necesidad por tanto de ejecutar con precisión de cirujano todas nuestras acciones, donde un error rara vez no nos costaba la vida.

Respecto a los objetivos a cumplir, existe una gran variedad de ellos, que sin duda darán mucha “vidilla” al juego, tales como sabotear estructuras, liberar prisioneros, realizar emboscadas, secuestro de generales enemigos, destruir barcos.. y donde además podremos utilizar armas curiosas como cuerdas de piano que servirán para acabar con los soldados de forma sigilosa.

En cuanto a las técnicas de distracción estarán algunas como lanzar monedas para despistar a los enemigos, que se agacharán a recogerlas quedando momentáneamente a nuestra disposición, u otras conocidas como fumar.

Las localizaciones están correctamente modeladas y representan a la perfección los paisajes desolados de la época. Además contaremos con la colaboración de aliados con los que podremos interactuar curándoles cuando caigan heridos, etc., aunque por desgracia no contamos con el modo cooperativo, algo que le habría sentado realmente bien al juego por las posibilidades que ofrece, aunque el multijugador es entretenido y ofrece posibilidades interesantes alternativas al clásico deathmatch o captura de bandera, como puede ser el modo Sabotaje, donde podremos realizar secuestros.

Lo que pudo ser y no fue
Hasta ahora, por todo lo dicho en el análisis, estaréis pensando que se trata de un gran juego que ofrece muchas más posibilidades que otros como por ejemplo, Call of Duty. Y hubiese sido así si se hubiesen cuidado más los detalles, ya que da la impresión de que el juego ha sido sacado con cierta premura, a pesar del retraso que ya venía arrastrando.

Para empezar los gráficos son correctos, aunque no mejoran mucho lo visto en juegos de este estilo. Aún así el motor luce bien, correcto, destacando ciertos efectos ciertamente vistosos y bien realizados. La animación de los personajes, si bien cuentan con acciones típicas de la saga, como bostezos u otros comportamientos que les dotan de cierta naturalidad, no destaca en absoluto, observándose ciertos movimientos ciertamente robóticos en muchas ocasiones. Existe además poca interacción con los elementos del entorno, aunque hay que destacar la implementación de física en los cuerpos, algo que por otra parte empieza a ser cada vez más una obligación en este tipo de juegos.

Este aspecto no debería ser un referente decisivo a la hora de valorar globalmente un juego, pero no es el caso que nos ocupa, ya que existen una serie de errores graves de comportamiento de los enemigos, o de ciertos bugs, que repercuten directamente en el desarrollo de las misiones, y en ocasiones tirando por tierra la experiencia de juego, dando una vez más la impresión de que el equipo de testeo estaba de vacaciones. Por ejemplo, en ciertas misiones de sigilo, podremos avanzar acribillando al enemigo sin temor a que nos descubran, ya que los soldados no escucharán el ruido que hagamos a no ser que estemos muy cerca de ellos. Este aspecto provoca irremediablemente que el desarrollo de dicha misión sea un tanto absurdo.

Otro aspecto al que no le encuentro ningún sentido, es el relacionado con los cuerpos de los enemigos que abatimos. Una de las características que más tensión provocaba en Commandos era la necesidad de ocultar los cuerpos de los soldados, ya que si eran detectados por sus compañeros se corría la voz de alarma y la mayoría de las veces podía dar al traste con la misión entera. Inexplicablemente este factor se ha erradicado en Srike Force, donde los cuerpos desaparecerán a los pocos instantes como por arte de magia.

Existen otra serie de bugs que, irremediablemente, dan al traste con el resultado final del juego, algo que lamentamos profundamente, pues Pyro Studios es nuestro buque insignia patrio y el referente en el desarrollo de juegos en nuestro país. Todos le tenemos un especial cariño a esta compañía, y si hubiesen depurado todos estos aspectos el resultado habría sido mucho más satisfactorio.

Ambientación de película
Si algo destaca especialmente de este juego es su gran ambientación, y es que me quito literalmente el sombrero ante el colosal doblaje al castellano realizado, donde podremos escuchar por ejemplo al actor que dobla a Bruce Willis y otros de gran altura, algo muy de agradecer en estos tiempos de escasez cervantina en cuanto a doblaje y traducción de juegos se refiere.

La banda sonora no se queda a la zaga, siendo sencillamente increíble, y no es para menos, ya que ha sido interpretada por la Orquesta de Bratislava y compuesta por Mateo Pascual.

En cuanto a los FX están a la altura también, aunque podrían haber mejorado ciertos sonidos que merman un poco el brillante aspecto sonoro del juego, algo de lo que deberían tomar nota el resto de desarrolladoras, ya que es un aspecto que los usuarios agradecemos profundamente.

Discreto

Sin sello

Commandos: Strike Force

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

La nueva entrega de Commandos se queda a medio camino entre el shooter tradicional y la acción táctica al más puro estilo Hidden & Dangerous, manteniendo el espíritu de la saga, si bien no consigue destacar en ninguno de los dos aspectos. Considerando que un 6 equivale a un juego denominado Bueno, la puntuación que obtiene es el la correspondiente a un juego correcto, que divierte pero que no llega al notable por las carencias comentadas.

Jugadores:
Idioma: Textos en español, voces en español y manual en español
Duración:
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