Lo que en un principio iba a convertirse en algo muy especial para todos los trekkies, ha acabado siendo una enorme decepción. Y es que el videojuego basado en Star Trek es una aventura de acción que no aporta nada al género y que, además, ha quedado muy lejos de presentar el nivel de exigencia que muchos usuarios demandaban. Digital Extremes firma uno de sus peores trabajos.
Ya sabemos lo que ocurre con frecuencia con muchos de los juegos que se basan en series y películas de éxito: suelen ser pufos, con alguna que otra excepción de mérito que esporádicamente nos sorprende. Desgraciadamente Star Trek: El Videojuego no es uno de estos casos, título que actúa como precuela de la inminente película que será estrenada en nuestro país dentro de unas semanas y que llevará por título Star Trek: En la Oscuridad. Y ahí es donde debería haberse quedado este juego, que queda muy lejos de lo que muchos fans de la saga esperaban.
Popurrí de ideas
Una especia alienígena llamada Gorn amenaza la paz galáctica. Esa es a grandes rasgos la excusa que sirve para dar forma a esta aventura de acción en tercera persona, historia que no tiene mucha chicha y que de hecho resulta bastante floja. Pero bueno, eso es algo que se podría haber pasado por alto…
Lo que es harina de otro costal es lo irregular que termina resultando la jugabilidad del título. Sobre el papel Star Trek no tenía por qué haber terminado siendo un título tan mediocre. Y es que los desarrolladores han tomado ciertos elementos de los títulos más potentes que han ido apareciendo a lo largo de los últimos tiempos. De esta forma los combates tratan de emular a los mismos vividos en Gears of War (con su sistema de coberturas y todo), las zonas plataformeras evocan las mismas observadas en Uncharted o Tomb Raider, la ambientación intenta seguir los pasos de la espléndida recreación espacial consumada en Mass Effect… Y a todo esto han querido integrar un modo cooperativo[/b], tan de moda en las últimas producciones del género.
Con todo esto en mente, pensamos que la intención de los desarrolladores era muy clara. Lejos de crear una aventura original con todo lo que eso conlleva (asumir ciertos riesgos, invertir más tiempo de lo aconsejable en crear situaciones y mecánicas de juego nunca vistas, etc.), han querido amarrar y dar forma a un título no especialmente original pero sólido y reconocible. Vamos, que han querido tomar un camino seguro, algo que nos parece tan lícito como esperado. El problema es que no han terminado de implementar correctamente todos estos elementos en Star Trek.
Monotonía y bugs
La jugabilidad de esta aventura queda enturbiada por una serie de fallos que terminan minando por completo la experiencia de juego que nos depara Star Trek.
De esta forma los tiroteos, aspecto que ocupa un lugar destacado en el desarrollo del título, resultan demasiado monótonos, poco excitantes y aburridos. ¿Y por qué? Pues por diversos factores: el sistema de coberturas no funciona como es debido, la inteligencia artificial de los rivales es muy mejorable, la fluidez a la que transcurre la acción es cuestionable… Y el resto de ingredientes que conforman la columna vertebral de la jugabilidad de la aventura no mejoran esta sensación, ya que las zonas plataformeras son demasiado básicas y poco llamativas, la exploración no es todo lo gratificante que debería y los toques de aventura apenas se dejan notar.
Ante esto es difícil levantar cabeza, y más si tenemos en cuenta la desmesurada cantidad de bugs presentes en el juego final. Enemigos que se suicidan ante nuestros ojos cayendo al vacío en ciertas localizaciones, paredes invisibles que impiden nuestro avance o la imposibilidad de poder recoger ciertos objetos que se encuentran a nuestro alcance son algunos de los ejemplos que nos depara Star Trek. Esto denota el escaso o inexistente tiempo del que han gozado los desarrolladores para pulir el título, suponemos que por cuestiones de "agenda" y demás.
Con este panorama, resulta casi banal destacar los aspectos positivos que presenta el título, ya que apenas tienen trascendencia dentro de un mar de errores. El modo cooperativo sería uno de ellos, así como la notable parcela sonora o la acertada recreación de las caras de los dos personajes protagonistas.
Pero esto no basta para compensar un título mediocre en su ejecución, que presenta demasiadas trabas jugables como para poder recomendarlo
incluso a los fans de las andanzas de Spock y el resto de la tripulación de la USS Enterprise.
Digital Extremes nos defrauda con un discretísimo título ambientado en la clásica saga Star Trek. Flojo en casi todos sus ámbitos (salvo el sonoro), lo único que podemos hacer es rezar para que la película ostente un nivel de calidad muy superior a lo experimentado en esta aventura.
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