Crea un equipo de locos gusanos, ármalo hasta los dientes y no dejes que otros gusanos te planten cara. Sonríe antes de morir, gusanote.
Hace once años un original juego irrumpía en los ordenadores de la época con un concepto muy simple a la par que original: controla a un grupo de simpáticos gusanos con ganas de dar caña y acaba con otros equipos de gusanos en una partida por turnos. No hay reglas, el equipo que termine con algún gusano vivo gana la partida.
A lo largo de estos años, mientras unos gusanos morían, otros nacían y recorrían nuevos mundos con su arsenal a cuestas a la par que seguían inventando nuevas formas de hacerse pupa arrancando una sonrisa al personal. Pistolas, misiles, ataques ninja, patadas… en el espacio, en el Vietnam, en el Sahara, todo vale en un mundo gusanesco. Y es que con el paso del tiempo el tour de los gusanos ha ido evolucionando y adaptándose a las nuevas tecnologías con más o menos gloria, e intentando conservar esa jugabilidad que caracterizó a las primeras versiones. Ahora llega Worms 4: Mayhem, una nueva entrega sin grandes revoluciones pero con interesantes novedades y ajustes que hacen de él un juego muy divertido y refrescante.
Héroes invertebrados en 3D
Al igual que el anterior Worms, la acción se desarrolla en escenarios 3D destruibles y repletos de estructuras que podemos usar para protegernos, obtener buenas posiciones de disparo o simplemente chulearnos ante el equipo contrario. El control de la posición juega un papel vital en esto de la aniquilación, pues puede jugar a nuestro favor o en contra dependiendo de factores como la puntería, el uso de cada arma e incluso el viento. Un mal cálculo en el ángulo o fuerza del disparo puede dejarnos muy mal heridos si nuestro ataque choca con algún elemento del decorado cercano a nuestras narices, o también puede ser que no calculemos correctamente el efecto del viento y el proyectil que lancemos vuelva hacia su dueño como por arte de magia. Eso sin contar con que elijamos el arma adecuada y tengamos algo de suerte, claro.
Gusanos personalizados
En Worms: Forts Under Siege controlaremos un equipo formado por hasta 6 gusanos distintos cuya apariencia podremos personalizar para sentirnos más cómodos, graciosos o ridículos. Sombreros, gafas, bigotes, ojos, manos, pelo, sonidos... una personalización que llega incluso a poder asignarles armas fabricadas por nosotros mismos mediante la elección de un amplio repertorio de componentes. Prepárate para una desternillante carnicería de gusanos buceadores, vaqueros, soldados, chinos, reyes, jugadores de béisbol, caballeros, centuriones y algunos cuya pinta resulta muy difícil de describir.
En cuanto a modos de juego, Worms 4 cuenta con un modo historia de dificultad creciente, un modo desafío en el que poner a prueba nuestra capacidad de manejo armamentística y un modo multijugador para hasta 4 jugadores simultáneos en red local o Internet en el que podrás disfrutar de 20 mapas específicos además de los 25 del juego a un jugador.
Técnicamente el juego ha ganado bastante en solidez respecto al anterior worms, y su control mediante la combinación de teclado y ratón resulta muy cómoda y sencilla de usar. La cámara de juego sigue presentando algún que otro problema con los decorados, aunque la incorporación de una nueva cámara cenital resulta especialmente útil para examinar el escenario y mejora considerablemente la perspectiva y profundidad de lo que vemos en 3D en primera o tercera persona.
Tanto el apartado visual como sonoro resaltan perfectamente el aire cómico y socarrón del título y presentan un acabado notable que arranca más de una sonrisa ante ciertas situaciones. Tristemente las voces no han sido dobladas, aunque sí subtituladas.
Worms 4: Mayhem es un título sencillo, simpático, con muchas posibilidades y altamente divertido, especialmente en su modo multijugador, donde los piques con otros criadores de gusanos están garantizados. Desde luego no es un imprescindible pero de vez en cuando resulta entretenido.
