Análisis de Rambo. "Eso que usted llama infierno, él lo llama hogar"

Análisis de Rambo. "Eso que usted llama infierno, él lo llama hogar"
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El término infernal se utiliza con cierta gratuidad. Muchas veces la visceralidad hace que muchos machaquen productos interesantes por no ser lo que esperaban. Hoy, en cambio, estamos de enhorabuena. ¿Por qué? No sabemos si alguien esperaba mucho de este título, pero esta vez podemos decirlo con todas las letras. Rambo: The Videogame es verdaderamente infernal.

En los últimos tiempos hemos venido viendo cómo los videojuegos basados en licencias dignificaban su antaño nefasta fama. Uno de los principales responsables de ello fue la serie Batman: Arkham de Rocksteady, llevando a la gloria absoluta al conocido personaje de cómic y cine, pero también otros muchos como las brillantes producciones de LEGO para un sin fin de películas que han recibido simpatiquísimos y encantadores propuestas que han hecho las delicias de toda la familia.

Sin embargo, y siguiendo la propia idiosincrasia del personaje de John Rambo al que perseguían los problemas y al que no solían salirle bien las cosas, aquí está el conocido veterano de guerra para recordarnos que trabajar sobre una marca muy conocida es algo muy costoso. Claro que lo hace de la forma más dolorosa posible, puesto que hacerlo peor que con Rambo: The Videogame es difícil. No es el lanzamiento más malo que ha pasado por la redacción de 3DJuegos, otorgarle ese dudoso honor sería injusto recordando algunos de los atropellos que hemos tenido que sufrir en nuestras carnes, pero definitivamente cuesta mucho encontrar nada positivo a esta prehistórico lanzamiento que sólo encontrará una cierta redención arrancándonos más de una carcajada... Involuntariamente, claro.

Esta vez te toca Ganar, John

Rambo: The Videogame es un título que apuesta por la acción sobre raíles, un género que no se cultiva tanto en los últimos tiempos por la evolución que ha venido viviendo el género, pero que el videojuego de Teyon, cual máquina del tiempo, devuelve a la actualidad para nosotros. A pesar de que utilizar esta mecánica shooter, en la que no nos movemos nosotros sino que únicamente apuntamos y disparamos, puede resultar anacrónico, lo cierto es que hemos disfrutado mucho algunas veces con propuestas de este tipo puesto que, aunque sencillas, si están bien llevadas a cabo pueden entretenernos con buenos resultados. Una vez más con el producto que nos ocupa no es el caso.

Pero comencemos por el principio. La aventura da su pistoletazo de salida con el funeral del protagonista, y con el Coronel Trautman pronunciando un panegírico emocionante (no) en el que alaba las virtudes y el valor del personaje interpretado por Sylvester Stallone. Esto sirve como pretexto para que recorramos las tres primeras películas de la serie, y para que sus responsables se olviden por completo de la última, de 2008, y que sin ser gran cosa sí era sensiblemente mejor que la terrorífica tercera parte. ¿El motivo? Lo desconocemos, quizá su condición más reciente hacía que sus derechos de explotación fueran más caros, aunque es pura especulación por nuestra parte.

Lo que sí es una triste certeza es que el programa se divide en tres capítulos que abarcan cada uno de los largometrajes, y que nos llevan en el primero a la huída del propio veterano de guerra Rambo cuando es apresado por la policía en Estados Unidos. En el segundo la necesidad de rescatar a unos presos en Vietnam nos traslada de vuelta a la pesadilla del protagonista, y jugablemente también a la nuestra. Y el tercero nos transporta a Afganistán para salvar al propio Trautman. Todo ello amén de un prólogo que roza lo rigurosamente insoportable, y que cumple de forma extraordinaria su misión de hacernos saber qué es lo que nos espera en la campaña... Un infierno.

Prepárate para disparar hasta el infinito. No hay límite de cargadores en Rambo, sencillamente abre fuego sobre todo lo que se mueva hasta que te toque recargar.
Prepárate para disparar hasta el infinito. No hay límite de cargadores en Rambo, sencillamente abre fuego sobre todo lo que se mueva hasta que te toque recargar.

La campaña individual es la única forma en la que podemos disfrutar del juego, puesto que no trae ningún tipo de multijugador... Aunque pensándolo bien, y dados los rigores de su nefasto control, casi es en realidad una bendición. Superar el modo historia nos llevará entre dos y cuatro horas en función de nuestra habilidad para adaptarnos a su manejo y de la dificultad que escojamos. A la vieja usanza el juego cuenta con "continues" cada vez que nos maten, y el número de éstos dependerá del nivel que hayamos escogido. Cuando se acaben tendremos que volver a empezar el capítulo desde el principio, un mal menor teniendo en cuenta la escueta duración de todos ellos.

¿Algo más antes de empezar a, literalmente, trocear todo lo que tiene que ver con lo jugable? Debemos destacar que podemos seleccionar capítulos para disfrutarlos de forma independiente, y también que el mismísimo Trautman nos ofrece una serie de desafíos para superar y tratar de mejorar nuestras puntuaciones con actos concretos. El juego, dada su duración y su énfasis en valorar numéricamente todo lo que hagamos, se estructura casi como si de un título de velocidad se tratara, lo que se traduce en que sus creadores buscan que nos superemos a nosotros mismos pasándonos una y otra vez los mismos niveles, memorizando sus claves y comparándonos con las puntuaciones a través de la red de otros usuarios de todo el mundo. Para incrementar nuestras habilidades contamos con un poco estimulante sistema de Mejoras que se dividen en cinco baremos principales (Dureza, Armas ligeras, Armas pesadas, etcétera...), además de una serie de bonus como aumentos de salud o una reducción en el agitado de la cámara al recibir daños, por mencionar un par de ejemplos.

Regreso al Infierno

Hasta aquí nos hemos centrado en las partes más puramente informativas del análisis, aunque el lector ya habrá detectado que algo no funciona con Rambo. Dejando de lado la pésima ejecución de las cinemáticas, grotescas desde un punto de vista tecnológico o narrativo, y que nos vuelven a contar la historia que ya conocemos; lo cierto es que lo peor del programa es todo lo que tiene que ver con la faceta puramente jugable. Y es que cuando se propone algo tan aparentemente sencillo de cuajar como es un juego de acción sobre raíles, lo mínimo que se espera es que al menos el control sea preciso y que el conjunto sea divertido. Ni una ni otra cosa consigue el bueno de John en su última aventura en los videojuegos.

Los QuickTime Events se resuelven con unas animaciones grotescas, y a menudo sin ningún tipo de rigor argumental.
Los QuickTime Events se resuelven con unas animaciones grotescas, y a menudo sin ningún tipo de rigor argumental.

Lo primero que tenemos que destacar es algo que ya hemos mencionado, y es que el control es espantoso. El esquema es sencillo con la palanca derecha en consolas o el ratón en PC apuntamos, mientras que con el otro stick o las teclas podemos escoger cobertura en algunos puntos concretos de la campaña. Eso es todo, el resto del movimiento está automatizado, lo que se traduce en que Rambo anda de un punto a otro sin intercesión por nuestra parte, y una vez ahí cuando encuentra algún tipo de oposición se detiene para que se pongan en marcha las secciones de disparo hasta que limpiemos el perímetro. Algunas son tan sencillas como para no permitirnos hacer nada más que disparar, pero la mayoría tienen alguna pequeña cobertura tras la que podemos escoger parapetarnos para recargar, y es que el momento de llevar a cabo esta acción es una de las pocas maniobras tácticas que podemos escoger en esta sencillísima propuesta.

Eso sí, como la salud no se regenera automáticamente también existe la posibilidad de que tratemos de aumentarla manualmente activando la concentración. Ésta se libera cuando lo deseemos siempre que hayamos matado lo suficiente, opción de la que se nos advertirá con un recuadro en el exiguo interfaz de usuario. ¿Qué sucede cuando la ponemos en marcha? Se aplica un filtro amarillento que destaca la posición de nuestros enemigos, y todo se ralentiza a nuestro alrededor durante unos breves segundos para que nos resulte más sencillo acertar sobre los objetivos. Cada impacto recuperará una pequeña porción de salud en nuestra barra, así que emplearlo correctamente en los niveles de dificultad más altos será fundamental para salir adelante. Por lo demás los enemigos desfilan ante nosotros como en un tiro al pato sin el más mínimo instinto de supervivencia; y el hecho de que por muchos que se acumulen ante nosotros tiendan a ponerse de acuerdo para recargar todos al mismo tiempo pone las cosas más sencillas... Eso por no mencionar el factor de su incapacidad para moverse, lo que provoca que nuestros parapetos les planteen problemas irresolubles a pesar de que con dar apenas un par de pasos podrían tener una línea de disparo nítida.

Con problemas tan graves como estos a nivel de una inexistente inteligencia artificial, y con un control tan nefasto como el que se ofrece en esta ocasión, huelga decir que el hecho de que la campaña sea breve es toda una bendición a pesar de que el programa cueste 36,95 euros en consolas y 19,99 en PC. Rambo: The Videogame trata de aportar algo más de variedad con una serie de QuickTime Events tan lamentables como el resto de facetas del programa, y que sólo sirven para suavizar con algunas risas el festival de balas, granadas y barriles en llamas del que se compone el resto del modo historia. ¿Algo positivo que rescatar de toda esta acción? Siendo generosos podríamos mencionar ciertos entornos destructibles en algunos tiroteos, lo que se traduce en que si un adversario se oculta tras alguna valla de madera o similar podremos dispararle hasta que se rompa y acabar con él. Un bagaje ciertamente pobre, para ser honestos.

Desde la óptica visual Rambo: The Videogame es como un puñetazo en la barbilla. En las lejanas PlayStation 2 y Xbox disfrutamos de propuestas muy superiores.
Desde la óptica visual Rambo: The Videogame es como un puñetazo en la barbilla. En las lejanas PlayStation 2 y Xbox disfrutamos de propuestas muy superiores.

A nivel audiovisual no desciende el nivel de abusos que presenta esta producción que parece haberse dejado todo el presupuesto en hacerse con la licencia de las películas y haber guardado más bien poco para el desarrollo. Decir que esta propuesta es digna gráficamente de haberse lanzado en PlayStation 2 o la primera Xbox sería quedarse corto, y es que en las ya desaparecidas consolas de Sony y Microsoft disfrutamos de algunas obras con un aspecto muy superior. No sólo es que técnicamente sea un producto sonrojante en todos los sentidos (fluidez, acabado, modelados, efectos...), sino también que no se toma la más mínima molestia en lograr un cierto parecido con Sylvester Stallone en su protagonista o, por mencionar otro ejemplo, que haya un mínimo aceptable de modelos para unos enemigos que se repiten de forma del todo desmedida. Igual de aberrantes son las conclusiones con el audio, el tema principal de la saga de películas es el único elemento salvable de la quema, el resto es espantoso con unos efectos de sonido de teatrillo de colegio y las voces de los protagonistas en inglés directamente recogidas de las películas y con un procesamiento y nitidez pavorosos.

Terrible

No recomendado
"Eso que usted llama infierno, él lo llama hogar"
No recomendado

Rambo: The Videogame hace un flaco favor al género de acción sobre raíles. Su nefasto control, su aburrido planteamiento y sus insoportables escenas de acción despertarán en el jugador carcajadas o ira en función de su forma de encajar el haber invertido 30 euros en semejante desatino. No podríamos hacer justicia con palabras a tamaño despropósito, y lo único que debe quedar claro es que este videojuego no merece más tiempo del lector que el que le haya llevado leer este análisis.

Comprar Rambo
  • Es capaz de hacernos reír... Aunque no sea su intención.
  • Es un videojuego muy corto.
  • Sus planteamientos, a estas alturas, son un anacronismo.
  • El control es insoportable, y las escenas de acción aburridísimas.
  • Gráfica y tecnológicamente parece de una época muy lejana.
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 2-4 horas
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