Por sorpresa y sin apenas promoción, el genial Crysis de PC se ha plantado en Xbox 360 y PlayStation 3 sin hacer nada del ruido que acompañó al genial videojuego original. Netamente inferior, por razones obvias, el título pierde por el camino el multijugador, la salvaje IA y buena parte de la espectacularidad tecnológica del título de 2006.
Con un enorme grado de sorpresa pero también con una respetable expectación llega el ya veterano Crysis de 2006 a Xbox 360 y PlayStation 3. Con el paso del tiempo esta versión para Xbox Live y PlayStation Network ha perdido buena parte del impacto que nos causó el genial videojuego de CryTek en PC hace un lustro, sin embargo hay que matizar que es capaz también de retener la mayor parte de sus virtudes. El resultado es un videojuego francamente notable que, si bien no logra los espectaculares resultados que ofrecía su predecesor en todos sus campos, sí consigue cuajar un shooter en primera persona francamente notable.
Toda la libertad del original sigue presente en esta nueva revisión del título, aunque algunos aspectos que hacían del lanzamiento de 2007 algo completamente imprescindible se han perdido en un port que, sin duda, ha acusado las limitaciones que en términos de hardware acusan Xbox 360 y PlayStation 3 con respecto a los equipos PC.
Soldado del Futuro
Como los aficionados que tuvieran la suerte de disfrutar del primer Crysis o del también sobresaliente Crysis 2 ya sabrán, en la saga que nos ocupa encarnaremos a un supersoldado ataviado con un traje cibernético denominado Nanotraje que nos permitirá multiplicar exponencialmente nuestras posibilidades en batalla. Si la segunda parte se desarrollaba en una Nueva York asolada por los extraterrestres, el título original se ambientaba en una gigantesca isla tropical ocupada por el ejército norcoreano y sitiada también por unos alienígenas que, a lo largo de la campaña, irían mostrándose cada vez más y más protagonistas.
En el papel del misterioso Nomad saltaremos sobre la isla en cuestión en una operación perfectamente orquestada por el ejército norteamericano que, como no podía ser de otro modo, sale mal. Al comienzo de la aventura nos perderemos del resto del pelotón, y pese a que en momentos concretos del resto del modo Historia nos cruzaremos con algunos de ellos, lo cierto es que la mayor parte de la aventura la pasaremos en solitario luchando tanto contra humanos (el poco colaborativo ejército norcoreano) como contra alienígenas.
El fuerte de Crysis no es su historia, y huelga decirlo si hemos disfrutado tanto de la versión de PC como del ya veterano Far Cry. Los juegos de CryTek, salvo la honrosa excepción de Crysis 2 que contaba con una narrativa muy desarrollada, nunca han destacado por tratar de contar historias sino más bien por ofrecer una experiencia jugable que prime sobre cualquier otra consideración. La intriga por saber qué empuja a los alienígenas a comenzar el proceso de congelación del planeta acaba diluyéndose en un guión no particularmente interesante, y los clásicos diálogos de camaradería militar se diluyen entre la falta de carisma de sus protagonistas y una conclusión tan flamígera en lo jugable como pobre en lo que a su condición de conclusión se refiere.
La campaña individual se puede completar en entre 10 y 15 horas, dependiendo de nuestra habilidad y del nivel de dificultad escogido, y si ya era su opción más potente en la versión para compatibles se convierte en la única de su versión para consolas. El juego en esta adaptación se "olvida" de la faceta on-line que tan divertidos resultados generó con su multiplayer para 32 usuarios en su versión de PC, un añadido que no estaba destinado a hacer historia ni mucho menos pero que sí ofrecía un generoso plus en cuanto a duración y vida útil de cara al programa.
Fuego en el Paraíso
Ya habiendo dejado claro que el videojuego cuenta únicamente con campaña individual, toca el turno ahora de describir los elementos jugables del programa: la verdadera salsa de este Crysis. El juego mantiene la identidad del original conservando todas sus bases, lo que significa que volvemos a estar ante escenarios descomunales que podremos recorrer a pie, a nado o a bordo de vehículos con entera libertad y la única condición de llegar de un punto A al B de un escenario.
No hay apenas barreras en el juego de CryTek, y a su poderoso planteamiento en cuanto a nuestra libre relación con el escenario se suman las posibilidades que aporta el Nanotraje. Todos los "poderes" que nos brinda esta fantástica armadura están entrelazados por una misma barra de potencia que aparecerá en la parte inferior derecha del interfaz, y que se consumirá según vayamos usándolos: recargándose al igual que nuestra salud al dejar de emplearlos durante un breve período de tiempo. Blindaje máximo, camuflaje óptico, fuerza descontrolada, interfaz táctico y velocidad disparatada. Cuatro poderes y una ayuda estratégica que van a ayudarnos muy mucho no sólo a hacer de los combates una experiencia en la que podamos tener el control, sino también a disparar la rejugabilidad del programa dadas las posibilidades de afrontar las situaciones de mil y una maneras diferentes.
El juego no siempre presenta esta actitud que parezca querer abrazar conceptos sandbox, eso sí, sin salirse del perfil de shooter en primera persona que no olvida en ningún momento. ¿Cómo lo hace? La segunda mitad de juego, también algo menos interesante que la primera parte pero igualmente satisfactoria, es tremendamente lineal, y es que con la presentación en escena de los alienígenas como majestuoso oponente las normas a veces cambiarán radicalmente en algunas sorpresas que, por supuesto, no desvelaremos y en un planteamiento que en definitiva es mucho más lineal y estricto.
La magistral IA del primer título, que resultaba brillante, impredecible y tremendamente veraz, ha quedado francamente lastrada en esta versión por algo que únicamente podemos atribuir a las restricciones de memoria de Xbox 360 y PlayStation 3. Enemigos que nos rodeaban hábilmente, que llevaban a cabo ágiles estrategias de cobertura y fuego de supresión y que en niveles de dificultad altos como Delta eran un desafío formidable son en las versiones de consolas un oponente mucho más discreto, un rival que no hace gala de movimientos tan inteligentes sobre el campo de batalla y que tiene algunos errores de bulto a nivel de detección de nuestra presencia en circunstancias determinadas como, por ejemplo, la lejanía.
Los problemas de la IA en Crysis 2, mucho más graves de hecho, no fueron óbice para considerar al título una experiencia sobresaliente en términos de su calificación de jugabilidad, y por supuesto tampoco lo sería en el caso de este Crysis. Y es que hay que matizar que la que nos ocupa es una versión inferior a la de compatibles por estos problemas y por algunos otros. Los ya anunciados factores de la ausencia de experiencia multijugador, y los problemas tecnológicos que afectan incluso a la diversión del videojuego directamente, son el resto de facetas que contribuyen a hacer de ésta una versión netamente inferior a la de compatibles en prácticamente todas las áreas.
La Selva Esmeralda -Gráficos y Tecnología-
Gráficamente el primer Crysis todavía se cuenta entre los videojuegos más avanzados del mercado a pesar de que se trata de un lanzamiento del ya lejano año 2006, y en este sentido las versiones de consolas siguen manteniendo el tipo aunque con las lógicas desventajas y recortes que cabía esperar.
El problema que tiene Crysis, en contraposición a Crysis 2, es que si bien el juego original fue pensado únicamente para PC, la segunda parte fue planteada como un desarrollo multiplataforma, y en este sentido desde el comienzo de la secuela se tuvieron en cuenta las diferentes limitaciones de las que hacen gala consolas como Xbox 360 o PlayStation 3 en términos de Hardware. ¿En qué se traduce esto? Si bien la continuación apostaba por una ambientación en la ciudad de Nueva York que permitía entornos bien delimitados por edificios que no dejaban ver más allá de lo que CryTek quisiera renderizar, esto es distancias muy acotadas, en el juego original los descomunales trayectos de kilómetros y kilómetros que se dibujan a menudo ante nuestros ojos repercuten en un consumo de memoria que ni una videoconsola ni la otra pueden asumir sin sufrir severos recortes con respecto a la versión de compatibles.
¿Cómo debemos ser de duros con una tasa de imágenes por segundo de lo más temperamental y con recortes en la IA o en el propio acabado del juego a nivel visual? La severidad de las perdidas invitan a castigar con dureza estas ediciones de consola, no obstante teniendo en cuenta que nos encontramos ante un hardware cerrado de hace entre cinco y seis años en función de la plataforma, lo cierto es que todo debe quedar en una calificación de notable, que reconozca el buen esfuerzo realizado pero que al mismo tiempo advierta en el texto y en la valoración final de los cortes sufridos.
Por lo demás el título sigue siendo un videojuego que, con sus serios puntos negros, continúa resultando impactante. Las estampas que genera el trasfondo tropical son espectaculares, y el radical cambio que se vive con el videojuego en la recta final del programa contribuye a hacer más fresca una dirección artística fantástica. La iluminación cuenta con novedosas técnicas fruto de la implementación de algunas novedades de la última versión de CryEngine, y en este sentido algunos aspectos del trabajo de luz son realmente poderosos.
Así pues el título no está a la altura del juego de PC en ningún aspecto, pero sí realiza un trabajo más que notable que lo convierte en un lanzamiento del género shooter más que respetable tanto en Xbox 360 y PlayStation 3. Los mencionados problemas en la tasa de imágenes por segundo lastran en exceso situaciones límite hasta el punto de, en ocasiones, perder algo de respuesta sobre lo que hace el personaje; algo que resulta ser un grave lastre que afecta a lo jugable. Otros elementos como determinados trucajes para ocultar la falta de distancia de dibujado, por otra parte, no pasan del siempre irritante afeo estético.
Cabe destacar también entre lo tecnológico el hecho de que, de momento, la única versión disponible del videojuego es la descargable, y es que Electronic Arts de momento no ha comentado nada oficialmente sobre el hecho de que más adelante pudiera haber una versión retail. La descarga es de algo más de 4 GB y puede conseguirse a cambio de unos 19,99 euros en PlayStation Network y de 1.600 Microsoft Points en Xbox Live. Por otra parte se aseguró que el juego contaría con trofeos y logros, aunque debemos recalcar que por lo menos en la versión de prueba enviada por Electronic Arts éstos no hacen acto de presencia.
En lo tocante al audio, por último, el juego ofrece prácticamente lo mismo que Crysis. Algunos de los sonidos pueden sonar ligeramente más procesados en la versión de consolas, quizá por motivos de tamaño, pero en líneas generales el trabajo vuelve a ser sobresaliente: con una banda sonora muy inspirada, unos efectos de audio muy potentes y un apartado de doblaje a nuestro idioma muy bueno.
Crysis pierde importante fuelle en su versión de consola, y es que el poderío tecnológico de la edición para compatibles no sólo repercutía en lo visual, sino también en avanzadísimas características jugables. Con serios problemas en algunos aspectos pero con la misma ansia por parte de CryTek por crear un shooter en el que la libertad sea casi total de cara al usuario, nos encontramos ante un título notable pero no sobresaliente.
