Las primeras aventuras de Dante vuelven con mejor aspecto que nunca, y lo hacen para recordarnos que en la anterior generación el género Hack and Slash vivió uno de sus mejores momentos. Un muy buen pack de contenidos que proporciona un merecido lavado de cara HD para una saga de leyenda.
La marca Devil May Cry siempre ha estado directamente vinculada con el género Hack and Slash como una de las sagas más representativas de este estilo de juego. El carisma de sus personajes, el ritmo trepidante de la acción y la violencia de sus movimientos lo convirtieron en una referencia que, aún hoy, mantiene.
Hay una nueva entrega en marcha, DMC que están desarrollando los chicos de Ninja Theory, pero Capcom ha aprovechado la frecuencia con la que se están lanzando remasterizaciones en HD en los últimos tiempos para llevar a cabo su propio trabajo sobre la IP. Los tres primeros Devil May Cry, los aparecidos en la anterior generación de consolas, son los protagonistas de esta colección que conserva la esencia de esos tres clásicos.
Plantando Cara al Mal
Los tres primeros títulos de Devil May Cry tienen en común a su protagonista, Dante, uno de los iconos de la franquicia y un personaje macarra, chulesco y muy en la línea de los algo andróginos héroes que la industria del videojuego japonesa gusta de presentar. Este personaje, mitad humano mitad demoníaco, es el hijo del legendario Sparda, uno de los caballeros oscuros que derrotó hace más de dos milenios a uno de los seres demoníacos a los que deberemos plantar cara ya que vuelven a la carga.
La historia de la trilogía inicial comienza ahí, y nos sumerge en viajes a través de un mundo que es híbrido entre el real y el del mismísimo infierno, y en el que deberemos luchar contra centenares de criaturas demoníacas para abrirnos paso e ir lidiando con algunos épicos jefes finales. Su guión nunca ha sido el punto fuerte de la franquicia, ni muchísimo menos, y a pesar del indudable carisma de su protagonista, lo cierto es que todo lo que sucede en los tres juegos suena a mera excusa para seguir propulsando unas escenas de acción que son verdaderamente épicas y que constituyen lo mejor de la saga.
De hecho lo que importa de verdad aquí son las dos pistolas y la gigantesca espada de Dante, y es ahí donde realmente brillan los tres juegos. Es un concepto muy clásico, pero que funciona, y que reduce a la mínima expresión otros elementos como la exploración y que apuesta por un concepto casi basado en su totalidad en los combates para limpiar arenas repletas de enemigos y abrir, de este modo, las puertas infernales que bloquean nuestro camino. Hay algunas gotas de plataformas, y alguna matización similar pero, en líneas generales el título se sale muy poco del esquema de acción por acción.
No obstante esto está muy lejos de resultar monótono o repetitivo, y es que el arrasar a nuestros enemigos es muy divertido gracias a la rapidez a la que se sucede todo lo que pasa en pantalla. La variedad de los oponentes es máxima a lo largo de los tres videojuegos, y la mecánica tiene la habilidad de premiar al jugador más diestro, ofreciendo una recompensa en forma jugable a quien más horas pase disfrutando de él. La curva de aprendizaje, por si fuera poco, siempre ha destacado en la IP por estar muy bien medida, y ofrece un reto creciente que se ve bien acompañado gracias al constante desbloqueo de nuevas armas y movimientos.
Por lo demás todos los contenidos de la trilogía están perfectamente representados en esta colección, lo que supone que estamos ante un embalaje muy goloso en cuanto a contenidos. Toda la experiencia de diferentes tipos de combate está disponible en el juego, lo que se traduce en que la genial mezcla de combate cuerpo a cuerpo para arrasar a nuestros enemigos con la espada, y de rango algo más lejano con nuestras dos pistolas para mantenerlos a raya funciona a la perfección. Cada uno de los tres títulos ofrece, por si fuera poco, sus características específicas propias: el primero, por ejemplo, trae consigo la experiencia del original cargada de acción hasta los límites; el segundo, por su parte, abrió algo más el mundo a la exploración de sus mapas y quizá sea el peor de los tres; y el tercero, por su parte, fue el que incorporó el movimiento de la cámara... una adición más que bienvenida.
Regreso al Infierno
A nivel visual el aspecto gráfico del juego es razonablemente interesante en su salto a la alta definición, aunque tiene algunos puntos negros de bastante importancia que hacen que el conjunto pierda muchos enteros. Por un lado la estética general sigue siendo notable, con un apartado artístico ciertamente notable que ha ido ganando en componente barroco conforme la saga ha ido avanzando. Los personajes presentan un aspecto estupendo, siendo sin duda la mejor parte del conjunto ya que las animaciones son estupendas, el modelado muy robusto y en general presentan un aspecto muy resultón. Los escenarios, por el contrario, son sensiblemente más pobres con unas texturas que en su mayoría son impropias de un trabajo de éstas características, y con un nivel de detalle y de nitidez muy por debajo de lo esperado en una colección de su enjundia jugable.
Además, por si fuera poco, el trabajo de traslado a la HD es ciertamente incongruente, y es que presenta partes que están convenientemente adaptadas a las resoluciones y los formatos panorámicos de la actualidad y otras que conservan el aspecto de 4:3 del original. Así, de este modo, los menús y algunas cinemáticas están en el formato clásico, mientras que las secuencias puramente in-game se encuentran en el más extenso... Esto provoca sensaciones muy desagradables para la vista al producirse situaciones como la de pasar de una secuencia a otra y que éstas se encuentren en diferentes formatos, o que cada vez que abramos el menú la pantalla se achate horizontalmente. Al margen de este problema tampoco nos ha gustado en absoluto el aspecto de las CGIs, que es francamente malo, notándose especialmente aquí problemas de pixelación que denotan que estas partes no han sido tratadas en absoluto.
Hemos sido muy duros con las adaptaciones HD que lo han merecido, la de Silent Hill más reciente sin ir más lejos fue duramente criticada desde el punto tecnológico en la revista puesto que consideramos que algunos aspectos no estaban a la altura, sin embargo la de Devil May Cry tiene más claros pero al mismo tiempo deja cierta sensación de pereza por parte de sus responsables. Es más efectiva desde el punto de vista técnico en la faceta puramente visual que por ejemplo la de Konami, aunque en este caso también se ha contado con un material de base más fácilmente adaptable, no obstante elementos como las diferencias de formato en los dos primeros juegos son notoriamente desagradables.
Por otra parte la cámara siempre ha sido uno de los problemas inherentes a la IP y, por supuesto, esta adaptación no es una excepción. No esperábamos que Capcom corrigiera los problemas de una perspectiva que en los dos primeros Devil May Cry es torpe y que en el tercero, que como ya hemos dicho permite moverla manualmente, es sólo caprichosa; no obstante sí hay que dejar claro que su posicionamiento nos costará más de un disgusto.
En cuanto al resto de aspectos el programa llega a nuestro país con la única traducción de sus textos como los originales. Por otra parte ésta es una de esas recopilaciones en HD que nos obliga a salir al interfaz de la consola para, por ejemplo, cambiar de uno a otro título... Una medida que no por repetirse en multitud de lanzamientos de estas características deja de ser incómoda. Por último hay que matizar que de los tres videojuegos, el tercero cuentan con su edición especial, la Dante’s Awakening Special Edition.
Devil May Cry HD Collection tiene sus defectos y virtudes, como todo este tipo de trabajos, pero es un videojuego más que notable a pesar de sus contrapartidas tecnológicas. Muy recomendable tanto si somos fans de los tres títulos originales como si deseamos sumergirnos en uno de los más ágiles y divertidos representantes del género Hack and Slash.
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