El poder de Drácula vuelve a aflorar con la aparición de su castillo y la amenaza de su total resurrección. Como siempre un gran cazavampiros, esta vez acompañado de una poderosa hechicera, no se lo pondrán nada fácil a las hordas vampíricas.
El nuevo capítulo para DS de la saga Castlevania ha sido recibido con una gran expectación desde su presentación, y como podréis ver a continuación confirma exactamente lo que es, una estupenda aventura que, sin revolucionar la saga, supone una nueva y excelente entrega de Castlevania.
El marco histórico de este título nos sitúa en plena Segunda Guerra Mundial, con la nueva aparición del Castillo de Drácula. Entonces tomaremos el control de Jonathan Morris, hijo de John Morris que apareciera en Castlevania Bloodlines de MegaDrive. Jonathan no estará solo, sino que en todo momento irá acompañado de Charlotte Aulin, una hechicera de sólo 16 años de edad, pero igualmente poderosa.
Jonathan es el portador del legendario Matavampiros (el látigo Vampire killer), pero por desgracia es incapaz de utilizarlo en todo su esplendor ya que no éste no le reconoce como legítimo dueño, así que tanto Charlotte como Jonathan deberán confiar únicamente en sus posibilidades para adentrarse en el castillo, y ver que ciertas cosas no encajan, como por ejemplo que quien está usando el poder del castillo no es el propio Drácula sino, otro poderoso vampiro, el pintor Brauner.
Uno de los puntos fuertes de Castlevania: POR es su argumento, que sin ser precisamente el mejor de toda la saga, consigue tenerte en vilo introduciendo poco a poco varias sorpresas argumentales, como la aparición de algunos personajes o situaciones que nos resultarán familiares y despertarán nuestro interés.
La pareja perfecta
La principal novedad de este Castlevania con respecto a las últimas entregas es la utilización alternada o simultánea de dos protagonistas, Jonathan y Charlotte. La estrategia a la hora de utilizar cada uno será fundamental ya que tendremos que tener en cuenta que la especialidad de el primero son los ataques físicos, mientras que Charlotte centra sus habilidades en poderosas técnicas mágicas.
Como de costumbre, dispondremos de dos indicadores, una barra roja que medirá nuestra vida (PS), y otra verde que indicará la magia (PM). A la barra de magia se le ha dado otro uso, y es que cuando llevemos a los dos personajes a la vez (y ya que sólo controlaremos a uno y el otro nos seguirá o atacará si está lo suficientemente cerca), si el otro personaje sufre daños, se reflejará en un descenso del PM (magia) en vez de afectar a la vida.
El movimiento de ambos personajes será a priori idéntico, tendremos casi desde el principio la posibilidad de realizar dobles saltos o retroceder, pero a lo largo del juego recogeremos unos ítems llamados “reliquias”, que añadirán nuevas habilidades, como la de mover objetos pesados, saltar sobre los hombres del compañero o incluso realizar saltos ilimitados en el aire.
A lo largo del juego tendremos también la posibilidad de encontrar multitud de armas y objetos con los que equipar a los protagonistas, y que nos ayudarán a mejorar nuestro estado. El equipamiento en Castlevania: PoR es libre, dispondremos de una lista de todos los objetos que llevemos (armas, escudos, armaduras, accesorios, calzado) y podremos equipárnoslo cuando queramos.
En cuanto al control táctil, se han eliminado los sellos presentes en Dawn of Sorrow que utilizábamos en ocasiones especiales, y sólo se ha implementado la posibilidad de mover al personaje secundario que llevemos con la pantalla táctil, aunque a la hora de la verdad, carezca de utilidad alguna.
El castillo de las pinturas
El diseño del castillo es totalmente nuevo, aunque algunas partes recuerdan a las del mítico Simphony of the Night. pero esta vez el castillo sólo servirá de unión entre las pantallas y saldremos de él en multitud de ocasiones por medio de los cuadros.
Brauner, el pintor vampírico, se está dedicando a recuperar todo el poder del castillo de drácula usando unos cuadros demoníacos, que son capaces de absorber toda la energía de un lugar y que utilizaremos como mecanismo tele transporte para acceder a los diferentes escenarios del juego.
Entre los escenarios a los que accederemos se encuentran parajes como un desierto con una pirámide, un circo diabólico o una escuela de brujería. La exploración de todos estos lugares será fundamental para descubrir el mapa al completo de cada escenario y conseguir los mejores objetos, así como añadir a nuestra lista los 150 enemigos (algunos nuevos y otros reciclados de anteriores entregas) y conseguir completar el juego al 100%. Igualmente será fundamental conseguir todo el dinero que podamos, ya que contaremos continuamente con la ayuda del monje Vincent que, en una de las habitaciones del castillo y a modo de tienda, nos surtirá de pociones variadas y armamento exclusivo.
También conoceremos a un insólito y misterioso personaje que se hace llamar Wind, el cual nos propondrá una serie de retos a modo de “quest”, que deberemos resolver para ganar habilidades y nuevos movimientos, y que también tendrá una parte muy importante en el argumento.
Un Castlevania muy completo
Castlevania: Portrait of Ruins es sin duda uno de los títulos más completos para la portátil de Nintendo. Una vez acabada la aventura principal, accederemos a una serie de extras. Así podremos volver a completar la aventura desde el principio manteniendo nuestro nivel, estado y armamento, y lo más interesante, podremos jugar la aventura con otras dos parejas de personajes totalmente diferente a lo ya visto.
Además, incluye un completo modo multijugador tanto cooperativo como competitivo, pudiendo seleccionar tanto a Jonathan, a Charlotte y a otros tantos personajes secretos, tanto en red local como por internet con la red Wifi de Nintendo.
Por si esto fuera poco, los apartados técnicos son de lo mejorcito que hemos podido ver en DS, con su característico control en scroll 2D, adornado con elementos puntuales en 3D como algunos enemigos y fondos que, quizá desentonan un poco con el contexto y distraen.
La ambientación resulta perfecta tanto en la calidad de los escenarios como en los sprites, algo pequeños aunque detallados, de todos los personajes y enemigos, con mención especial a los guardias, enormes y espectaculares, y algún que otro jefe final. También se ha tomado un claro estilo anime que veremos desde el video de introducción hasta las conversaciones.
También digna de mención es la banda sonora, cargada de grandes melodías y en la que destaca especialmente la grandiosa pantalla del circo. En cuanto a los efectos sonoros parecen todos reciclados de anteriores entregas, y las voces de nuestros personajes (que por cierto podremos cambiar a japonesas pulsando L mientras seleccionamos Comenzar Juego), resultan algo repetitivas.
Castlevania:Portrait of Ruins apuesta por un estilo de juego clásico y atractivo con una aventura larga y divertida, sustentada por la incorporación de dos personajes protagonistas y un apartado técnico encomiable. A destacar sus completos modos de juego, ya sea para jugar en solitario, con un amigo o por medio de la Wi-Fi connection. Acción y aventura con pedigrí y auténtico sabor clásico.
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