El mundial de rallies llega un año más a PS3, Xbox 360 y PC de la mano de Milestone y Black Bean, el mismo tándem que ya se encargó de desarrollar y editar las últimas ediciones de la serie WRC. Y en esta tercera parte se ha optado por mejorar los gráficos y mantener la jugabilidad.
El mundo de los rallies no pasa por su mejor época, ni en este país ni en el resto del mundo. Lejos quedan los tiempos de Carlos Sainz, Colin McRae y demás pilotos que nos mantenían pegados a la televisión, quedando el campeonato WRC relegado a un segundo plano. Y es que la Formula 1 y el Mundial de Motociclismo acaparan casi todo el protagonismo en lo que al mundo del motor se refiere, y más en el Viejo Continente. Aún así se agradece que año tras año Namco-Bandai Partners y Milestone editen el simulador oficial basado en el mundo de los rallies, WRC3 en este caso, título que sin ser lo más sobresaliente del género sigue demostrando tener la calidad suficiente como para satisfacer a los seguidores de este deporte.
Conservando la esencia
Una temporada más los diseñadores de la serie WRC han tenido que afrontar el dilema existente en la inmensa totalidad de las producciones que aparecen en el mercado, sean del tipo que sean. ¿Cómo contentar a los jugadores más exigentes y expertos y, a su vez, hacer lo propio con los usuarios menos avezados? Y la solución que han encontrado es la de "tirar" por la calle de en medio, algo que también suele ser muy habitual.
Así las cosas el sistema de control puede adaptarse a casi cualquier clase de jugador. De esta forma la conducción que nos ofrece WRC3 se sitúa a medio camino entre la simulación y el arcade, si bien presenta rasgos más evidentes de esta primera vertiente. Esto se traduce en un nivel de realismo en el pilotaje algo más acusado que en otras propuestas similares que se encuentran en el mercado, como la última edición de la serie DiRT por ejemplo, algo que sirve como elemento claramente diferenciador entre este título y el clásico de Codemasters. Y nos parece un acierto.
Además y en función del grado de habilidad de cada usuario es posible escoger el nivel de dificultad en el que deseamos pilotar y competir, siendo el modo Experto un verdadero reto. Sí, porque bajo estas condiciones las ayudas en el pilotaje son casi inexistentes y cuesta mucho acabar cada una de las pruebas sin lastimar nuestro vehículo.
El sistema de daños (y las correspondientes reparaciones) está una vez más bien presente en esta entrega de WRC, pudiendo acabar una carrera que no se nos haya dado demasiado bien sin alguna de las ruedas de nuestro vehículo, con el chasis seriamente destrozado, con el sistema de frenos "tocado"… Y aunque de nuevo no nos encontramos ante el sistema de desperfectos más realista ni bien concebido del mundo, éste añade un punto de interés y realismo a las pruebas bastante elevado.
Y a esto también hay que añadir la climatología variable, muy mejorada en relación a la experimentada en el pasado WRC2, que pone a prueba nuestra pericia al volante sobre terrenos mojados e incluso sobre la nieve.
El toque arcade viene dado por las diversas ayudas que podemos activar durante las carreras, siendo la más llamativa la posibilidad de retroceder en el tiempo (Rewind). Dicha opción no termina de ser del agrado de los jugadores más puristas pero, siendo sinceros, su uso viene realmente bien a aquellos jugadores menos hábiles que pretenden ser competitivos en cada carrera y desde el principio.
En definitiva la jugabilidad de WRC3 no sorprende en absoluto dado que es bastante similar a la ya conocida en la serie, ofreciendo un balance notable entre simulación y arcade, con unas cotas de realismo más que aceptables y una respuesta de los coches algo "forzada" en ocasiones pero satisfactoria en términos globales. No innova prácticamente nada y eso es criticable, pero también es verdad que nunca es fácil hacerlo en este tipo de simuladores.
Competiciones variopintas
Una vez más Milestone y Black Bean han querido surtir de forma generosa a su creación con una amplia variedad de modalidades de juego, incluyendo el inevitable y eterno modo online. Dicha opción es una de las más atractivas del juego y en ella pueden competir hasta 16 jugadores en algunas de sus submodalidades, funcionando de manera relativamente fluida (aunque eso depende mucho de la conexión de todos los participantes).
En cuanto a su oferta individual el juego nos permite tomar partido en modos tradicionales y que no necesitan de demasiadas explicaciones como pueden ser Etapas Individuales, Contrarreloj o Campeonato, si bien la estrella una vez más es la rebautizada Camino Hacia la Gloria (Camino Hacia el WRC en la edición anterior).
Camino Hacia la Gloria es el modo Carrera por antonomasia, teniendo que participar en casi un centenar de eventos a lo largo y ancho del planeta para tratar de convertirnos en los pilotos más famosos y prestigiosos del WRC. Se trata de una modalidad bastante extensa y excitante, si bien en esta ocasión se ha centrado más en lo puramente relacionado con la conducción, dejando de lado otros aspectos secundarios que, antaño, proporcionaban más variedad y diversión al asunto. Una pena.
En cuanto a la cantidad de vehículos incorporados, el juego también va bien surtido, pudiendo pilotar coches de todas las épocas. Lancia Delta Integrale, Subaru Impreza, Ford Focus, Citröen C4, Peugeot 207, Mitsubishi Lancer Evolution o Toyota Celica Turbo son algunos modelos de los casi 40 vehículos disponibles, cifra realmente elevada para un título de estas características.
Además en ellos se deja notar una elaboración gráfica más precisa y atractiva, dejando entrever una de las innovaciones más sensibles que posee el título: su renovado motor gráfico. En esta ocasión tanto el modelado de dichos vehículos como la representación de los múltiples escenarios que acogen cada una de las pruebas han ganado en nitidez y carga poligonal, solucionando de esta forma uno de los aspectos menos conseguidos de la saga. Aún así este título no puede competir en esta misma materia con los actuales reyes del género, pero por lo menos ha conseguido limar algo las distancias.
Todo esto, unido a un apartado sonoro solvente (incluyendo la voz del copiloto que habla en nuestro idioma) hace de WRC3 un título "apañado" dentro de su género. Algunos jugadores podrán achacarle la ausencia de novedades más importantes (algo totalmente justificable), pero como juego en conjunto se trata de un simulador bastante profundo, cargado de opciones y bien terminado.
La continuidad es la tónica que ha seguido Milestone en el desarrollo de WRC3, título que únicamente ha evolucionado levemente en su apartado técnico, siendo ésta su única innovación plausible. Aún así se trata de un juego de velocidad bastante recomendable, y más teniendo en cuenta la escasez de títulos de rallies que se encuentran en oferta en el mercado.
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