Puede que Castlevania no se haya pronunciado con acento tan español en sus más de 25 años de historia. Mercury Steam sigue trabajando en la trilogía que enfrenta a los Belmont con las fuerzas de las tinieblas, y la próxima parada es Nintendo 3DS con un videojuego que, al tiempo que hace un homenaje a los clásicos, pone en marcha un particular rebautizo sobre la serie puramente 2D. Mirror of Fate llega para darnos otra buena razón para recorrer el castillo de Drácula. ¿Llevas la cruz y el agua bendita?
Con más de 25 años de historia, la franquicia Castlevania ya no debería resultar desconocida para ningún amante de los videojuegos. Su esquema plataformero, con elementos de acción "hack 'n slash" y aventura, ha creado toda una legión de seguidores. Por ello, grande fue el revuelo que se generó cuando Konami anunció en el año 2008 que un estudio español, Mercury Steam, se encontraba trabajando en el siguiente título de la serie.
Un lanzamiento que no se pareció a ningún otro, era un "reboot" en toda regla, el cual fue bendecido tanto por crítica como usuarios por su gran calidad. En San Sebastián de los Reyes (Madrid) había un estudio que ya se conocía internacionalmente, y que se encargaría a partir de entonces de acabar la trilogía que habían comenzado con aquel Castlevania Lords of Shadow. Los otrora responsables de Scrapland o Jericho querían seguir manteniendo su senda, la de hacer las cosas a su manera, y así es como nos llega su segundo proyecto "castlevaniano", exclusivo para Nintendo 3DS.
Si Lords of Shadow suponía un renacimiento de la franquicia dentro del plano 3D, Mirror of Fate hace lo mismo desde una perspectiva 2D. Por supuesto, hay elementos que no se alejan de la fórmula original (ahí tenemos a Simon, Trevor y compañía), pero este nuevo juego pretende ante todo diferenciarse, ser un punto y aparte, otra demostración de que el estudio español no tiene complejos a la hora de anteponer su visión. Una, por cierto, muy distinta a la japonesa, no solamente en lo jugable, sino también en lo narrativo y visual. Los cambios a menudo no son muy bien recibidos por los fans, pero en este caso creemos que era el paso lógico, algo sin lo que Mercury Steam no se habría sentido cómoda como desarrolladora.
La maldición de los Belmont - Guión
Si habéis seguido nuestra cobertura sobre el proyecto, ya sabréis que Mirror of Fate se sitúa argumentalmente entre el primer y el segundo videojuego de Lords of Shadow. Sin embargo, los que no hayan jugado a ningún Castlevania anterior no tienen de qué preocuparse. De hecho, nos encontramos ante una obra que tiene potencial para crear afición, ya que sintetiza en un solo cartucho buena parte de la historia de la saga. Se nota que los desarrolladores han querido darlo todo con esta trilogía, con una densidad de contenidos que se demuestra sólo por la característica de concentrar hasta a cuatro personajes dentro de la misma aventura.
Gabriel, el caballero de la Hermandad de la luz que dio comienzo a todo. Simón, el bárbaro que trató de vengar a su padre. Trevor, otro combatiente de reconocida valentía. Todos ellos tienen algo en común, pertenecen al clan Belmont, una estirpe de guerreros de fatal destino que se ven abocados a una lucha casi eterna contra el conde Drácula. Y lo mejor de todo es que Mercury Steam ha recogido estos elementos para concentrarlos en una historia no-lineal, con saltos en el tiempo dentro de una estructura sumamente ingeniosa, la cual nos invita a reconstruir el puzle narrativo que se nos plantea.
Estamos acostumbrados a ver juegos de portátil que no sólo recortan contenidos, sino que también ofrecen argumentos pobres. Es una suerte que en este juego se rompa con el tópico, con un guión absorbente no exento de sorpresas. Si la jugabilidad ya supone un reclamo para disfrutar del cartucho, no lo es menos el comprobar lo que le ocurre a Simon, Trevor y compañía en cada uno de los tres actos (más el prólogo de Gabriel) en que se divide esta interesante epopeya vampírica. Sin duda, el argumento acompaña, y más si consideramos que tenemos cantidad de "intros", las cuales además hacen gala de un estilo artístico muy particular.
Metroidvania - Concepto jugable
Por regla general, un Castlevania portátil siempre ha implicado un desarrollo plataformero y bidimensional, cercano a los primeros títulos de la serie, aquellos que nos dieron a conocer a los Belmont. En Nintendo 3DS recibimos la esencia de esos videojuegos, aunque con una concepción muy diferente, donde la exploración y los combates ganan profundidad con respecto a las clásicas plataformas.
Mirror of Fate podría catalogarse como una aventura 2,5D en la que no tenemos un único protagonista, sino hasta cuatro en un desarrollo centrado en la figura del castillo de Drácula. Este será nuestro único pero vasto escenario, uno que recorremos bajo distintas perspectivas, explorando diferentes estancias y viviendo, en definitiva, una experiencia única con cada protagonista. Un diseño inteligente que se recubre con un espíritu Metroidvania muy acentuado, en el sentido de que nuestro avance no es siempre lineal, sino que debemos volver sobre nuestros pasos para obtener un objeto clave o para acceder a tesoros antes inaccesibles (los cuales podemos marcar en la pantalla táctil para no perderlos de vista).
Existen muchos secretos en esta fortaleza vampírica, muchos a nuestro alcance mediante la posesión de una determinada habilidad u objeto, pero también a través de nuestra destreza para fijarnos en los detalles. A este respecto, el mapeado disponible para cada uno de los Belmont es en cierto modo laberíntico, con entornos de varias alturas y caminos a seguir. Por ello, la característica de revisitar decorados no es poco importante. El viaje es parte de la diversión, más cuando se nos ofrecen recompensas en forma de entradas de bestiario o pergaminos que además nos ayudan a ahondar en el universo de Mirror of Fate.
El quinto personaje - El castillo
El castillo de Drácula podría decirse que es el quinto protagonista de la aventura. Uno que destaca por su concepción artística puramente occidental, con elementos góticos por doquier, además de un toque siniestro muy adecuado a las intenciones del producto. No es un lugar que resulte repetitivo, puesto que posee cantidad de emplazamientos, desde las mazmorras y sus paisajes submarinos hasta la torre donde nos espera nuestra gran enemistad. Una biblioteca, un patio, un teatro o un salón son sólo algunas de las paradas en nuestro recorrido "castlevaniano".
La particular guarida del señor de las tinieblas es también un sitio especialmente indicado para practicar el plataformeo. Podemos saltar, engancharnos a salientes, trepar, utilizar nuestro gancho... Hasta existen un puñado de situaciones en las que se requiere de cierta habilidad para superar trampas y otros obstáculos. No es el paraíso de los amantes de los plataformas, pero tampoco es un paseo.
Eso sí, nos hubiese gustado que la obra hubiese poseído más puzles, porque los presentes lo cierto es que no están nada mal. Gozan de cierta profundidad y nos mantienen enganchados a la pantalla unos cuantos minutos hasta resolverlos. Añaden un cierto toque de variedad al conjunto, aunque no están distribuidos de forma equitativa, y resultan por tanto escasos. En cualquier caso, contribuyen a prolongar la experiencia jugable, la cual se ve maquillada por una magnífica ambientación que nos propone recorrer el castillo con muchos saltos y, sobre todo, innumerables combates, los cuales se convierten en la verdadera piedra angular de esta producción.
Látigos y cruces - Sistema combativo
Mirror of Fate se parece más al primer Lords of Shadow que a cualquier otro videojuego dentro de la franquicia Castlevania. Esto es una realidad innegable, defendida hasta por sus propios creadores; y la mejor demostración la tenemos en el sistema de combate, muy similar al practicado por Gabriel Belmont hace un par de años. Resulta igualmente orgánico, pero ante todo contundente, gracias a una cuidada combinación entre ataques de corto (botón Y) y largo alcance (botón X).
Por momentos la fluidez y violencia combativa recuerda a la de Kratos en la serie God of War, con una variedad de ofensivas y combos que se potencia a medida que progresamos en la aventura. Pero la potencia sin control no sirve de nada, y por ello apreciamos mucho que el equilibrio entre ataque y defensa esté tan bien estudiado, con un "timing" muy satisfactorio en términos jugables. Podemos defendernos y hasta apretar el gatillo L en el momento preciso para realizar un contraataque. Existen armas secundarias del estilo de hachas y frascos de aceite incendiarios, todo un guiño a la serie clásica; por otro lado, los esquives están contemplados, así como la oportunidad de ejecutar a rivales moribundos.
En consecuencia, profundidad no hay poca, ni tampoco accesibilidad. Hacerse con los controles es sencillo, algo por otra parte necesario para plantearnos combates desafiantes donde no cuesta demasiado acabar con esbirros, pero sí con sus jefes. Dotados de unas pautas de actuación preestablecidas, parte de la magia consiste en aprender cómo luchan para actuar en consecuencia. Nos llevará algo de tiempo en según que caso, pero gracias al frecuente número de "checkpoints" (incluso entre distintas fases de un enfrentamiento) el reto nunca se vuelve estresante.
Más allá de la muerte - Duración y rejugabilidad
Para los que quieran más, existen hasta tres niveles de dificultad (y alguna que otra sorpresa) para que la diversión no se acabe demasiado pronto. Para tratarse de un videojuego de este estilo, Mirror of Fate no es corto. Consta de una duración de 10 horas sólo para completar la campaña, y de unas cuantas más si decidimos explorar todo el castillo en busca de misterios y otros elementos interesantes, como podrían ser mejoras en las barras de vida o de magia.
El sistema de progresión del videojuego es uno de sus mayores aciertos, con la oportunidad de ganar experiencia no sólo con cada contienda, sino también con la consecución de pergaminos. Podríamos decir que el título nos premia por seguir pegados a nuestra Nintendo 3DS, con nuevas técnicas de batalla a medida que vamos subiendo de nivel. Sin duda, muy buenas intenciones para un cartucho que contiene hasta un menú de "extras" donde contemplar las numerosas secuencias de introducción o examinar en detalle cada una de las características de nuestros enemigos (pudiendo rotar y hacer zoom sobre sus modelados).
La rejugabilidad, por tanto, no es poca. Evidentemente, una vez acabada la historia el interés no es el mismo, pero conseguir el 100% supone todo un reto. Es más, el videojuego está tan bien construído que hacer una segunda vuelta sigue resultando satisfactorio, más si conseguimos el máximo nivel con todas las técnicas desbloqueadas. Porque Simon, Trevor y compañía tendrán sus particularidades, en forma de un espíritu que nos protege por tiempo limitado, de magia negra capaz de hacer más daño sobre los enemigos o de una habilidad para teletransportarnos detrás de nuestros rivales. Sacar partido de todas estas características forma parte de la diversión.
Sangre estereoscópica - Tecnología y gráficos
Hemos ensalzado las virtudes del diseño Metroidvania, os hemos hablado de lo cuidado que está el sistema de batalla. Pero el tercer pilar de este cartucho portátil no tiene que ver directamente con la jugabilidad, sino con los gráficos. Efectivamente, Mirror of Fate es todo un portento en términos tecnológicos gracias al empleo de un motor propio, el Mercury Engine Mobile, que ha conseguido resultados magníficos en una máquina como Nintendo 3DS. Diseñado originariamente en HD, el título fue posteriormente reescalado hasta alcanzar el techo visual de la máquina. Los resultados saltan a la vista.
Las texturas no desfallecen en ningún momento en la aventura (algo difícil incluso para los videojuegos de Xbox 360 y PlayStation 3), y poseen una calidad envidiable, además de estar construidos con mucho gusto. Por otro lado, los modelados son generosos en la cantidad de polígonos, y todo sin que el "frame-rate" se resienta visiblemente, gracias a un gran ajuste en términos de rendimiento. En último lugar, el efecto 3D es uno de los mejores que hemos contemplado en la consola, con partes de la aventura que han sido diseñadas específicamente para sacar provecho de esta característica, algo notorio sobre todo en los espectaculares y no poco frecuentes eventos "quick time".
La profundidad lograda en el ámbito de la estereoscopía es tan sobresaliente que incluso tendremos que bajar el interruptor para no desconcentrarnos. Especial mención a las secuencias de introducción, que se contagian de un estilo artístico original, casi en "cel-shading" al estilo Borderlands, pero aún con identidad propia. Un gran trabajo que se complementa con un sistema de iluminación digno de admiración, principal artífice de que el castillo de Drácula luzca de forma tan espléndida en la pequeña pantalla de la portátil. Todo salpicado de una gran variedad cromática y un equilibrio estudiado entre secuencias que discurren en interiores y en exteriores.
Renacimiento portátil - Sonido y conclusión
Artísticamente hablando, este Castlevania se distingue de cualquier otro realizado por Konami en su concepción puramente occidental. La mitología que rodea a cada criatura es europea, y por ello hay también una tendencia hacia lo gótico en los diseños arquitectónicos. Todo esto crea una ambientación siniestra, ideal para el videojuego, pero sin desligarse completamente de un cierto toque "cartoon".
Y si hablamos de inmersión, no podemos olvidarnos del apartado sonoro. En este punto, os recomendamos encarecidamente usar los cascos, principalmente para disfrutar de las composiciones que Óscar Araujo ha confeccionado para la ocasión. Tal vez abunden los temas tétricos, prescindiendo más de los cortes épicos o más alegres, pero es algo que va en consonancia con el carácter del argumento. Aparte, tiene una calidad incontestable, con sonidos orquestados, algún que otro coro y un ritmo que nos hace pasar de partes de exploración a otras de combate con enorme naturalidad.
Seguramente, lo peor de este apartado sean las voces en inglés (con subtítulos en castellano), no demasiado inspiradas, pero es un pequeño contra dentro de una montaña de aspectos positivos. Mercury Steam no ha diseñado un Castlevania portátil sin más, sino que creemos que ha vuelto a dejar huella con un lanzamiento que nos demuestra que aquí también se pueden crear títulos a lo grande. La próxima parada es Lords of Shadow 2, pero hasta entonces recargar con un cartucho tan directo e interesante como Mirror of Fate seguro que no viene mal a nadie, incluso para aquellos que no terminaban de convencerse para tener una Nintendo 3DS. Aquí pueden encontrar una razón, y más si tienen ganas al malvado Drácula.
Mercury Steam vuelve a anteponer su visión y a creer en sí misma con un Castlevania, en esta ocasión portátil, que supone un "reboot" con respecto a los clásicos de Konami en 2D. Un videojuego con elementos Metroidvania, un sistema de combate puramente Lords of Shadow y una gran duración que puede llegar a superar las 10 horas. En definitiva, un cartucho potente en lo jugable pero aún más en lo tecnológico, sacando provecho del potencial de Nintendo 3DS tanto en su vertiente estereoscópica como puramente gráfica. Todo un referente para las futuras aventuras de esta consola y una parada obligada para todos aquellos que posean -o quieran hacerse- con la plataforma.
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