Nintendo ha apostado bastante fuerte por el estudio nipón Platinum Games, equipo que está trabajando actualmente en el esperadísimo Bayonetta 2 (título exclusivo de Wii U) pero que antes de lanzar tal producción nos ha querido dejar un suculento aperitivo: The Wonderful 101. Y sin ser un nuevo súper clásico, este título merece nuestra atención y reconocimiento.
Parece que los movimientos que ha estado realizando últimamente Nintendo para conseguir abastecer de software de calidad a su consola de sobremesa están comenzando a dar sus frutos. Y es que si hace unas semanas Wii U recibió el extraordinario Pikmin 3, ahora le llega el turno a The Wonderful 101, título que al igual que lo sucedido con la mencionada creación de Shigeru Miyamoto, llega sin grandes números ni dólares de por medio pero aún así ha sabido ofrecer algo nuevo a los jugadores. Y eso es algo que siempre es de justicia valorar, y más en los tiempos que corren en los que cada vez es menos frecuente encontrar propuestas únicas y atractivas, sobre todo las que aterrizan en soporte físico.
La trama que sirve como pretexto para dar vida a la aventura es de todo menos original. Y es que una invasión alienígena (la enésima y no será la última) por parte de los Geathjerk pone en jaque a la humanidad, y sólo unos súper héroes increíbles pueden parar tal amenaza: los denominados Wonder Eyes.
En efecto, estos súper héroes están repartidos por todo el territorio y de nosotros depende ir reuniéndolos, siendo ésta precisamente una de las bazas más interesantes que presenta el título: el reclutamiento constante de nuevos aliados.
Un hack´n slash diferente
Aunque puede que no lo parezca en un principio (al menos si sólo nos dejamos llevar por las pantallas), The Wonderful 101 es un juego de acción hack'n slash con mayúsculas. Y es que a pesar de que el título reúne varios elementos complementarios de los que más tarde daremos buena cuenta, lo principal en esta aventura es repartir golpes sin cesar.
Y esto queda claro ya desde el primer nivel. A lo largo de una buena suma de ellos (el juego es algo más largo de lo que esperábamos, aunque con matices) nuestra tarea primordial es la de acabar con todos los robots, alienígenas y demás enemigos que van saliendo a nuestro paso. Así de simple y directa es la mecánica de juego principal, si bien ésta goza de numerosos aspectos únicos que la hacen realmente atractiva.
El principal tiene que ver con el ya citado reclutamiento indiscriminado de nuevos personajes. Por si hay alguien que aún no lo sepa, en lugar de avanzar en solitario o en compañía de un par de aliados como ocurre en la inmensa mayoría de juegos de este estilo, en The Wonderful 101 debemos formar un ejército que actúa como una única unidad, al más puro estilo Pikmin. De tal forma es así que en función del número de aliados que dispongamos y de sus propias características, así de poderoso será nuestro grupo, que puede ser liderado por alguno de los miembros del equipo Wonder Eyes.
A medida que progresamos vamos reclutando tanto a personajes civiles provisionales como, los más interesantes, a otros dotados de súper poderes. Rojo, Azul, Rosa, Verde y demás colores denotan a los héroes principales, quienes poseen ciertas habilidades únicas que es necesario ir exprimiendo para conseguir avanzar. En función de cada misión y del desarrollo de la misma podemos ir alternando el liderazgo del grupo entre unos y otros en cualquier momento y, de esta forma, las aptitudes de nuestro grupo cambian drásticamente, aspecto que nos ha parecido muy destacado y que repercute favorablemente en la jugabilidad.
El sistema de control que se ha ideado para controlar a tantos personajes es muy sencillo y se comporta de manera muy fiable. El stick analógico derecho nos permite dirigir tanto a los personajes en torno a su líder como desencadenar los ataques y formaciones especiales (aunque también es posible utilizar para tal fin la pantalla del GamePad), mientras que los botones del mando son los encargados de realizar otras funciones como saltar, efectuar los golpes, etc. Puede que algunos usuarios lo encuentren algo extraño de inicio, pero al cabo de un par de niveles se la habrán cogido el "punto" completamente.
Más que batallas
Pero el juego no consiste únicamente en repartir leña sin más, ya que para evitar caer en la monotonía (algo que en ocasiones ocurre en este tipo de producciones) los desarrolladores han incorporado otros elementos.
En ciertas ocasiones es necesario efectuar algún que otro salto para superar mini secciones de plataformas, así como participar en pequeños minijuegos que nos permiten solventar puzles ocasionales bien perfilados que, en algunos casos, explotan ciertas de las características únicas del mando GamePad como su pantalla táctil o su giroscopio.
La exploración también tiene su hueco y a pesar de que los escenarios son más bien reducidos en cuanto a su tamaño, todos ellos poseen numerosos elementos que pueden ser destruidos y que nos permiten ir obteniendo diversos elementos y materiales. Precisamente podemos recolectar varios de ellos (pimientos, zanahorias y berenjenas cósmicos) para combinarlos y obtener nuevos objetos. Un toque aventurero que siempre se agradece. Y además esto queda potenciado por la tienda de objetos, en la cual es posible adquirir nuevas habilidades, complementos, etc.
Y por último tenemos el modo multijugador local (no es posible jugar online). Dicha modalidad es bastante llamativa y frenética, quizá demasiado, pudiendo participar hasta cinco jugadores a la vez. De tal forma uno de los participantes juega a través de la pantalla del GamePad, mientras que el resto lo hacen en la televisión y mediante mandos Pro. En principio se trata de una modalidad cooperativa, pudiendo unir fuerzas para eliminar a los ejércitos rivales. Sin embargo también se ha incorporado un componente competitivo importante, ya que en función de la "performance" en cada nivel de cada jugador, la puntuación varía de unos a otros.
Dicha modalidad resulta muy entretenida y excitante, pero también es cierto que debido al propio carácter multitudinario del título, seguir las evoluciones de nuestro personaje en pantalla puede ser una labor bastante complicada en muchas ocasiones.
Fluidez constante
En términos técnicos y como ya subrayamos en las impresiones que os ofrecimos acerca de este título hace unas semanas, se nota a la legua la influencia estética de Viewtiful Joe, el gran clásico ideado también por Hideki Kamiya para GameCube (y posteriormente PS2). De esta forma los personajes gozan de un estilo bastante llamativo, con un modelado que resalta su tren superior y minimiza sus extremidades inferiores. Tampoco podemos dejar de mencionar los guiños estéticos clarísimos a series de culto japonesas de los 80 y 90 como Bioman, por ejemplo, recuperando sus famosas indumentarias muy estridentes y casi ridículas.
Como ya imaginaréis lo más destacado en su parcela técnica que nos ofrece esta aventura de acción es la gran cantidad de personajes que pueden llegar a aparecer en imagen de forma simultánea. Lo mejor del caso es que cuando esto sucede la acción sigue transcurriendo sin ningún tipo de problemas ni brusquedades, hecho muy de agradecer y que favorece la jugabilidad. Es cierto que por este mismo motivo los personajes no gozan de un modelado muy detallado (de hecho, son bastante poligonales) y que los fondos tampoco es que sean los más vistosos jamás contemplados. Pero en líneas generales, se trata de un título notable en este aspecto.
El apartado sonoro se nutre de efectos de sonido constantes y bien realizados para dotar de vida a todo nuestro grupo, cuyos miembros no dejan de gritar ni un segundo. La banda sonora es algo más típica y se compone de temas más bien "acelerados" para dotar de ritmo a la acción. Sin ser nada especialmente sobresaliente en su conjunto, cumple con creces.
Estamos convencidos de que muchos usuarios de Wii U van a llevarse una buena sorpresa cuando prueben este título (la demo ya está lista en la eShop desde hace ya unos días, por cierto). Se trata de una propuesta diferente, que concentra en una experiencia única varias ideas y fórmulas de juego extraídas de juegos como Pikmin o el propio Bayonetta. Merece la pena disfrutarlo.
Platinum Games ha puesto mucho de su parte para hacer de esta nueva propuesta una IP sólida, dotada de gran personalidad y tremendamente adictiva. El desarrollo de todos los niveles está repleto de momentos muy intensos y desafiantes, siendo uno de esos títulos que sabrán apreciar los jugadores más expertos. Humor de todos los tipos y colores, toneladas de simpatía, gloriosos enfrentamientos finales y un sistema de avance muy curioso son sus puntos más destacados. Puede que técnicamente no sea un portento y que tampoco se trate del título más carismático (ni extenso) del mundo, pero desde luego se trata de una gran aventura cargada de acción y combates vibrantes.
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