La simulación de estrategia espacial nunca ha sido sencilla ni accesible, pero siempre ha contado con un núcleo duro de aficionados que añoran los buenos tiempos del género. Endless Space llega para llenar algo de ese vacío con su fantástica propuesta, y nos regala un título adictivo y notable... si sabemos inglés.
El género de la estrategia especial pasa, lamentablemente, por uno de sus peores momentos, sin embargo en el pasado nos regaló videojuegos fantásticos que los aficionados más hardcore recuerdan con enorme cariño. El genial Homeworld o el absolutamente clásico Elite nos retrotraen a épocas donde este tipo de propuestas más complejas y profundas tenían un mayor protagonismo, aunque también ha habido importantes productos recientes como el genial Sins of a Solar Empire.
Ahora Endless Space aporta un muy interesante oasis en este desierto, aunque no tiene mucho que ver con las referencias mencionadas, sino que es un título de los denominados '4X', con gestión por turnos de los entresijos de un gigantesco imperio. Y es que el juego de debut de los prometedores Amplitude Studios pone encima de la mesa una propuesta árida, compleja y complicadísima... pero también adictiva, sorprendentemente accesible y muy divertida. ¿El mayor problema? Que está en inglés, y que el nivel exigido para dominar el juego es altísimo dados los sofisticados tecnicismos que están constantemente empleándose.
Sin Límites
El título que nos ocupa es uno de esos en los que el propio jugador es quien trama su destino desde el comienzo, de modo que el peso argumental de la propia experiencia es más bien escaso. Eso sí, hay un fuerte trasfondo detrás de lo que se nos cuenta, que nos explica el porqué de lo que sucede en pantalla y también de lo que caracteriza a cada una de las facciones que podemos escoger. El programa quizá peque de no presentar en demasía la trama, más bien todo lo contrario, pero es de las pocas interpelaciones que se le pueden a un Endless Space cuyo estilo minimalista en las cinemáticas al más puro estilo cómic y su poca presencia entronca bien en la fortaleza de su propuesta: la experiencia jugable de corte no lineal que ofrece.
La libertad es total, y esa es precisamente la clave de que el juego resulte tan adictivo y de que dure tanto tiempo instalado en nuestro equipo animándonos a volver a él una y otra vez. Comenzaremos nuestra andadura definiendo el tamaño del universo, la densidad de éste, el año en el que comenzamos y unas cuantas características más que ayudarán a concretar con mucha precisión a un motor de generación aleatoria de mapas que garantiza que ninguna galaxia sea igual que la anterior. No sólo cambiarán los aspectos más generales de una partida a otra, sino también los diferentes atributos de cada planeta y sus anomalías, tipos de recursos y un sin fin de características.
Las facciones a escoger tienen la misma cantidad obsesiva de opciones a personalizar, aunque en esta ocasión con número mucho mayor. Hasta 75 parámetros podemos toquetear para definir cualquier detalle imaginable de nuestro bando si es que no queremos uno predeterminado. Decisiones importantes que deberemos meditar y que marcarán mucho nuestras relaciones con otras facciones y con el propio espacio que nos rodea. Endless Space basa cierta parte de su encanto en el ensayo-error ya incluso desde la parte de la definición de nuestra facción, de modo que no es nada desdeñable la opción de volver a disputar varias partidas (larguísimas todas ellas) cuando vayamos conociendo las fortalezas y flaquezas de varias de nuestras estrategias y decisiones iniciales.
¿Hemos sorteado todas estas configuraciones? Pues ya podemos comenzar, con un par de navíos espaciales y con la meta de expandir, colonizar o conquistar un imperio galáctico de dimensiones monstruosas. Para ello vamos a tener que familiarizarnos con un interfaz complicadísimo pero al mismo tiempo accesible, que cuenta con unos algo incompletos tutoriales y que nos permite movernos con bastante velocidad de unas zonas a otras y que está al servicio del jugador y no al revés como hemos visto en tantos títulos de este tipo fallidos. La navegación es cómoda y muy trabajada; y a pesar de que puede sobrepasarnos en primera instancia, no tardaremos mucho en darnos cuenta de que nos permite acceder a todas las acciones mediante notificaciones y sin tener que perdernos en sus, en ocasiones, profundos y ramificados menús.
La palma se la llevan los árboles de tecnologías, divididos en cuatro ramas y con más de un centenar de técnicas a investigar. Es literalmente imposible no encontrar infinitas combinaciones de conocimientos que descubrir para adaptar a nuestro grupo a nuestras necesidades, aunque habrá que estar muy atentos porque la estrategia que nos sirvió en una partida con unas condiciones muy determinadas, puede resultar completamente inútil al comenzar otra con características distintas. Y habrá que tener un cuidado enorme con lo que hagamos, ya que si nos centramos demasiado en la faceta colonial estaremos descuidando la militar y caeremos abatidos, mientras que si hacemos lo contrario nuestra capacidad de crear recursos caerá en picado arrastrando toda nuestra estructura. Huelga decir que el equilibrio es la táctica ideal, ya sea escogiendo una facción que compense las debilidades de nuestras investigaciones u optando por el desarrollo simultáneo de todas las vías. Pero las cosas no serán nada fáciles, y es que habrá que tener en cuenta infinidad de aspectos de micro y macrogestión que tocarán incluso intangibles como la felicidad de nuestros hombres.
Dueños de la Galaxia
Hasta aquí hemos averiguado que el juego es muy complicado, pero que en general está bastante bien presentado a nivel de interfaces para no plantear demasiados problemas en este sentido. Hay problemas, sí, ya que algunos tutoriales se quedan algo cortos y algunas características e impedimentos se presentan en pantalla sin explicación alguna de sus porqués... con especial demérito para algunas situaciones de las que no se nos notifica y que, si no estamos prestando atención máxima, es fácil que se nos escapen. Pero en líneas generales como decimos se trata de un programa muy completo, aunque algo alejado de los cánones estratégicos más populares.
Como hemos dicho el género en el que debe enmarcarse Endless Space es el del 4X, donde tiene claras referencias en títulos como Sword of the Stars o Master of Orion, que son lanzamientos que si hemos probado harán que la propuesta que nos ocupa resulte bastante familiar. En el sentido del tipo de juego que es el que nos ocupa encaja que los combates sean tan anticlimáticos como en el título, y es que se proyectan con cinemáticas bastante discretas que denotan la falta de personalidad visual que el programa exhibe en general. Podemos optar por la resolución automática de éstos, más bien poco recomendable, o podemos escoger la vía manual que se basa en el clásico sistema del piedra-papel-tijera que podemos alterar ligeramente con el uso de una serie de ventajas para las fases de combate lejano, de distancia media o de rango cercano.
Lamentablemente en la mayoría de las ocasiones da la sensación de que nuestra participación en el desarrollo es testimonial, y a veces incluso que las luchas se resuelven con resultados del todo aleatorios... en ocasiones incluso demasiado a menudo. Las batallas son breves, lo que contribuye a fomentar un ritmo que viene muy bien para la faceta multijugador.
Esto se une a una inteligencia artificial tan desafiante que roza lo injusto, incluso en las dificultades intermedias. El lector debe dar por hecho que en las primeras partidas caerá derrotado prácticamente por aplastamiento, y que sólo con una progresiva mejora de sus conocimientos sobre el videojuego podrá ir plantando cara en sucesivas incursiones en el juego. A menudo la IA llevará a cabo maniobras algo desconcertantes, pero lo que siempre estará presente será su condición punitiva hasta el extremo con cada fallo o descuido que cometamos.
Gráficamente el juego cumple con su cometido sin grandes aspavientos. Los menús e interfaces ya han sido descritos con anterioridad, y son la gran clave de la experiencia del producto puesto que con su buen o mal trabajo puede marcar de forma definitiva la jugabilidad. Por lo demás el retrato de la galaxia no posee demasiada personalidad y no está a la altura de lo visto en otros productos de corte semejante, y las naves sí están algo más logradas.
El sonido es minimalista y elegante, como exige un videojuego sobre la inmensidad del espacio en el que tendremos que pasar tantas y tantas horas, y donde una música inocua como ésta mejor encaja. Lamentablemente en cuanto al audio lo más destacable es que el producto cuenta con todos sus contenidos en perfecto inglés, desde sus escasas voces hasta sus abundantes textos. El problema es que es un juego donde la comprensión de todo lo que se nos cuenta es fundamental, de modo que si no tenemos un conocimiento alto del idioma va a resultar poco menos que injugable. En este sentido si no somos capaces de entender lo que se nos propone en pantalla únicamente queda encomendarse a la siempre trabajadora comunidad, que como en tantas otras ocasiones está trabajando ya en estos momentos en traducciones para el producto.
En cuanto al acabado del programa, éste ha lanzado ya bastantes actualizaciones para corregir una serie de problemas de gravedad. Con la versión disponible en el momento de realizar el análisis apenas hemos experimentado algunos problemas de moderada importancia que en ningún momento han sido capitales para interrumpir el disfrute de la aventura.
Fantástica demostración de que el género de la estrategia por turnos sigue pasando por un gran momento a pesar de que sus lanzamientos no se prodiguen. Endless Space es tan profundo como sugiere su título, y también se trata de un producto de calidad que nos deparará incontables horas de entretenimiento siempre que dominemos el inglés.
