Con FIFA y PES copando el mercado de los juegos de fútbol es difícil abrirse un hueco en el género deportivo, ¿cómo conseguirlo? Apostando por la simulación de estilo de vida, y mezclando conceptos de los Sims con aspectos jugables más clásicos de un manager deportivo. El resultado de Lords of Football, sin embargo, está algo alejado de lo que nos hubiera gustado que deparara su prometedora propuesta.
Con referencias tan dispares como The Movies, Football Superstars o los mismísimos Sims, los debutantes chicos italianos de Geniaware presentan un videojuego atípico y sorprendente que resultan tan encomiable, atrevido y sorprendente como poco inspirado y limitado. En Lords of Football somos manager, entrenador de campo, detective privado, terapeuta e incluso "padre" de una plantilla de fútbol, un sin fin de labores que deberemos simultanear, pero que no acaban de contar con suficiente profundidad como para resultar entretenidas.
Ese es el principal problema de un título que es, por lo demás, agradable, simpático y amable, pero que no logrará cautivar nuestra atención más allá de sus compases de apertura. Quizá los minutos iniciales nos puedan cautivar la vista por lo accesible que resulta todo en primera instancia, sin embargo ciertas torpezas de los interfaces y las escasas posibilidades jugables disponibles, acaban restando mucha fuerza a una propuesta que es demasiado ligera para lo que estila un título de estas características.
Another Day, Another Dollar
Hay un largo camino desde el vestuario del campo de entrenamiento hasta el salto al césped para ganar el título de liga o los trofeos continentales, y en nuestra mano está el recorrerlo. Sin embargo el planteamiento de Lords of Football en su base es muy sencillo. Se trata de gestionar todo lo que tiene que ver con un equipo de fútbol, y hacerlo desde un rol que roza el de ser una deidad que desde las alturas decide con pulso firme (o no) qué hacen sus futbolistas a cada minuto del día. Y cuando decimos a cada minuto del día lo hacemos literalmente.
Así lo primero que tendremos que hacer antes de empezar es acceder al editor que abre la campaña individual, única oferta jugable del programa, que nos permitirá definir nuestro nombre y nacionalidad, escoger el equipo que queremos y llevar a cabo ajustes en las plantillas, los escudos o los nombres de los clubes. Lords of Football no cuenta con licencias oficiales, así que si bien hay 20 equipos en, por ejemplo, la Liga Española, éstos no tienen sus nomenclaturas reales ni escudos, y quedan bautizados como el Barcelona Marvels (F.C. Barcelona), el Barcelona Blues (R.C.D. Espanyol), el Madrid Kings (Real Madrid C.F.) o el Madrid Grizzlies (Atlético de Madrid). Es un problema menor teniendo en cuenta que podemos alterar manualmente cualquier aspecto imaginable del look del equipo, del escudo y de sus jugadores, y que hay cinco países con dos divisiones cada una, y que de este modo hay representación de clubs de los cinco principales campeonatos europeos.
Precisamente las plantillas se componen de 25 hombres, también inventados aunque con ciertos parecidos, pero que igualmente podemos customizar a nuestro gusto. Así, por ejemplo, el Real Madrid... perdón, el Madrid Kings... tiene equivalentes portugueses para Pepe, Coentrao o Cristiano Ronaldo, aunque con diferentes nombres y aspectos, o el F.C. Barcelona que tiene a futbolistas argentinos como "El Mago" que sustituye Leo Messi o "El Jefecito" que hace lo propio con Mascherano. Sus características deportivas ya están algo más cogidas con pinzas y parecen más aleatorias, dividiéndose en quince parámetros numéricos segmentados en los atributos técnicos, físicos y tácticos de cada jugador.
Lo interesante del programa es que podemos llevar a cabo entrenamientos para mejorar los distintos atributos, haciendo que los deportistas trabajen en una serie de horarios pre-determinados. Así hay muchas alternativas, y podemos destinar a los jugadores a distintas opciones para que incrementen sus habilidades, para que traten sus lesiones, mejoren su forma física o incluso para que traten esos "pequeños vicios" que han ido adquiriendo, y que con mucha frivolidad los creadores de Lords of Football han presentado como algo poco menos que inevitable en la vida del deportista profesional.
Todo se estructura de una forma que resultará muy familiar a los que en su momento disfrutaran del notable The Movies de Peter Molyneux y los chicos de LionHead Studios, sólo que es un concepto más superficial y se sustituyen los estudios de cine por una ciudad deportiva que constituirá nuestros dominios en esta ocasión. La idea es que somos una especie de Dios que puede coger a los futbolistas por los aires casi como si de cachorros se trataran, y llevarlos de un lado a otro dejándolos caer sobre el lugar en el que queremos que lleven a cabo sus acciones. ¿Queremos que entrenen? Los dejamos caer sobre los distintos sectores del campo de entrenamiento (asignados a distintas acciones: pase, jugadas ensayadas, juego aéreo...). ¿Buscamos que mejoren de una lesión? Lo llevamos al edificio donde trabaja el fisioterapeuta, que comenzará de inmediato su tratamiento. ¿Deseamos, en cambio, que incremente sus atributos físicos? Tocará ir al gimnasio para una sesión de pesas. Hay un plazo de tiempo entre cada partido, y en nuestra mano está decidir a qué debe dedicarlo cada uno de los miembros de nuestra plantilla. Suena atractivo descrito, pero lo cierto es que la falta de posibilidades de personalizar esta progresión de los deportistas acaban condenando a este segmento de juego al olvido.
Desde el Banquillo
Al principio la oferta de alternativas de entrenamiento o edificios de labor en nuestra ciudad deportiva es limitada, pero todo dependerá de nuestro rendimiento y progreso para que el presidente vaya abriendo nuevas secciones y liberando nuevos métodos de trabajo. De hecho el propio juego valora el nivel de dificultad en función del club que escojamos, así que si optamos por alguno de los grandes de Europa todo será mucho más sencillo que si lo hacemos por uno de los modestos o incluso por uno de una división menor.
No obstante escojamos a quien escojamos todo se orienta a la meta final, salir vencedores del campo de juego en los partidos oficiales. Cada jornada del campeonato de la liga que hayamos escogido se divide en un período de entrenamiento, un período de descanso opcional (pero imprescindible) y, finalmente, los 90 minutos del partido. El tiempo libre tendrá su espacio más adelante en el análisis, pero ahora vamos a afrontar lo que tiene que ver con la táctica, las alineaciones y la dirección de campo, aspectos tan importantes como el resto de facetas del programa y que acaban siendo decisivos para que todo lo demás acabe consolidando un buen resultado.
Una vez tenemos una cita con la alta competición se presentará ante nosotros un pequeño menú para decidir qué jugadores conformarán el 11 inicial, cómo se dispondrán sobre el campo y qué tipo de estrategias podremos llevar a cabo en cuanto a la presión, la presencia o no de contra-golpes, la dureza de las entradas o incluso quién lanzará los golpes francos entre otros parámetros. La siguiente decisión antes de comenzar será la de simular el partido y conocer directamente el resultado final o la de presenciarlo al completo, opción más que recomendable porque el juego nos permite unas cuantas alternativas al vuelo durante los noventa minutos.
Así, si no tocamos nada, la inteligencia artificial se ocupará de mover a los jugadores, llevar a cabo pases y tiros, y siempre que queramos podremos interrumpir el avance del choque para cambiar cualquier cosa relacionada con la disposición de los futbolistas, o incluso llevar a cabo sustituciones. Hay, además, un par de instrucciones que podemos mandar en directo, y que incluyen el repliegue general en defensa y una salida al contraataque de nuestras puntas de lanza en velocidad para facilitar pases más directos.
Si pausamos, en cambio, tendremos la posibilidad de dar instrucciones mucho más concretas e inmediatas a nuestros futbolistas. Lejos de poder brindar órdenes muy precisas pero para el partido completo como en otros títulos como Football Manager, en Lords of Football lo que ofrecemos son mandatos muy concretos para una acción muy determinada. Así, por ejemplo, si nuestro lateral corre con el balón por la banda podemos pausar el juego y ordenarle con dos sencillos clicks de ratón dónde queremos que mande un pase, o hacia dónde queremos que corra sin balón. Es algo incómodo, no permite dar instrucciones al mismo tiempo a dos jugadores y en ocasiones resulta un poco confuso, pero es una mecánica que nos permite tomar partido directamente de lo que sucede en el terreno de juego con instrucciones ofensivas, de desmarque o incluso defensivas.
This is Life
Pero, más allá de la calidad de nuestros hombres de salida, de nuestra habilidad dirigiendo sus acciones o de las posibilidades de salida de nuestro club, el verdadero reto está en lograr el equilibrio necesario en cualquier grupo humano, y es que nuestros hombres no nos van a poner las cosas nada fáciles. Por ejemplo cada uno de ellos tiene su personalidad bien diferenciada, y su carácter, pero también su set de vicios propios y de ciertos hábitos perniciosos en los que está predispuesto a caer.
El tiempo libre de nuestros hombres es la "tercera pata" del banco de Lords of Football junto a los entrenamientos y a los propios partidos, y debido a la moral, y a la influencia de todo lo que hacen fuera del campo sobre ellos, se consolida como una tan importante como el resto. El tiempo entre partido y partido se divide entre lo que los jugadores trabajan y lo que descansan, y la relación es de 3 a 1 aproximadamente en términos de horas. Al igual que decidimos con precisión a qué se dedican cuando están en la ciudad deportiva, lo mismo podremos hacer con lo que hacen después de la ducha.
Así sencillamente hay una serie de locales en los que entretenerse alrededor del campo de entrenamiento, y entre ellos se cuentan pubs, restaurantes, casinos, discotecas... Cada uno ofrece un entretenimiento distinto, y siempre necesario para la felicidad de nuestros hombres, pero también uno que en exceso puede acabar siendo perjudicial para él. El pasarse de la raya en alguna de estas disciplinas puede provocar una adicción (al sexo, al alcohol, al juego...), que sólo podremos tratar con una terapia de nuestro psicólogo oficial destinada al mal que afecte a nuestro hombre. Problemas como el exceso de peso o el ego desmedido pueden afectar a los futbolistas, y hay de hecho multiplicadores negativos para sus habilidades que les restarán eficacia en el terreno de juego.
El juego, a pesar de ser algo torpe en cuanto a aspectos como la claridad de los interfaces, sí logra mostrar con habilidad no sólo las mejoras de nuestros futbolistas sino también sus empeoramientos. Todo con una exposición de valores directamente heredada de los trabajos de Sports Interactive para la serie Football Manager, aunque con lógicos límites de profundidad en cuanto a valores ocultos o a la importancia del carácter. ¿No nos van las cosas bien o queremos progresar en cuanto a la confección de la plantilla? Hay también una parte de gestión del club a nivel de manager general muy básica, pero que nos permite poner a la venta a futbolistas o tratar de traer a otros nuevos. El mecanismo es innecesariamente confuso y no acaba de funcionar particularmente bien a nivel de diversión, de modo que al final de cuentas lo más recomendable suele ser trabajar con nuestra plantilla y tratar de mejorarla con nuestros propios métodos.
Por otra parte, y ya con ánimo de ir cerrando el análisis, Lords of Football cuenta con unos valores de producción bastante pobres que, sin duda, pasaríamos por alto a la hora de recomendarlo si su oferta jugable fuera más divertida. Lamentablemente a nivel gráfico es un producto mediocre que sólo logra unos resultados moderadamente aceptables en su faceta de simulación civil, y que fracasa estrepitosamente en la ejecución visual de los partidos. Desde el punto de vista tecnológico hay algunas decisiones cuestionables en cuanto a las animaciones, y algunos bugs y cierta inconsistencia en la tasa de imágenes por segundo también le restan réditos. Por lo que respecta al audio la banda sonora es muy repetitiva, y el juego cuenta con traducción a nuestro idioma con un nivel muy discreto.
A pesar de que teníamos mucho interés por saber qué ofrecería este videojuego, su falta de profundidad, sus anticuados conceptos y su aburrido planteamiento nos han dejado profundamente decepcionados. Un precio muy reducido y un obvio carácter genuino y sorprendente no logran salvar a Lords of Football de la mediocridad.
