Velocidad y acción se dan la mano en este alocado juego de conducción extrema en el que no bastará solo con ser el más rápido, sino también el más listo. Compruébalo en las peligrosas carreras que propone Fuel Overdose, título en el que habrá que hacer uso de peligrosas armas de fuego y suicidas estratagemas para vencer a los rivales.
Correr más que los rivales para llegar el primero a la meta. Fácil, ¿verdad? Pues ahora intentadlo con un montón de descerebrados al volante lanzando misiles, pegando tiros con potentes ametralladoras, o dejando minas allá por donde van. La cosa se complica ¿no? Pues no es nada comparado con lo que os espera en los peliagudos circuitos donde competiréis en el post-apocalíptico mundo de Fuel Overdose.
Un divertido juego de velocidad extrema que recuerda a los clásicos arcade de la década de los noventa, principalmente por su apuesta por una vista isométrica y lo intenso de su acción, pero al que le ha faltado algo más de gracia para codearse con títulos tan emblemáticos como los míticos Micro Machines o Super Off Road.
Locos al volante
El cambio climático ha dejado prácticamente inhabitable el planeta Tierra, y una misteriosa pandemia ha acabado con la vida de gran parte de la población mundial. Ante esta situación de caos, una poderosa corporación se ha adueñado del suministro de las vacunas que ansían los escasos supervivientes, obligando a competir a los clanes en los que se ha dividido la sociedad, en peligrosas carreras mortales en las que predomina la ley del más fuerte.
En el papel de uno de los muchos pilotos implicados en este campeonato, Fuel Overdose nos propone superar este duro desafío a través de varias carreras en las que todo estará permitido, incluyendo el empleo de armas y otros recursos, como un original garfio con el que podremos "engancharnos" a otros vehículos -o a ciertos elementos del escenario- para obtener un impulso extra al soltarnos en el momento oportuno.
Estamos por tanto ante un frenético arcade de velocidad en el que los derrapes interminables, saltos imposibles y brutales embestidas entre coches estarán a la orden del día, creando una sensación de caos a nuestro alrededor verdaderamente conseguida. Algo que se ve muy favorecido por el diseño de los circuitos, en los que nos toparemos con todo tipo de trampas mortales y zonas de peligroso tránsito -abismos, pistas de hielo, zonas anegadas por el agua...- propias de un mundo post-apocalíptico como en el que se desarrolla la acción.
Lo que más nos ha gustado, sin embargo, es el notable grado de libertad que se nos concede al afrontar estas carreras, ya que podremos hacer uso de varios vehículos con especificaciones técnicas bien distintas -rápidos, más manejables, pesados, etc.- que determinarán notablemente nuestra forma de actuar. También, en base al presupuesto con el que iniciaremos cada carrera, tendremos incluso la oportunidad de modificar el armamento con el que saltaremos a la pista.
Tampoco debemos obviar la elección del piloto al que controlaremos, puesto que cada corredor, al margen de contar con una historia personal propia bien tratada, tendrá varias habilidades especiales que modificarán considerablemente las condiciones de carrera. En algunos casos, por ejemplo, nos toparemos con pilotos tremendamente agresivos que harán llover rocas sobre el circuito o bombardearán a sus rivales con ataques aéreos, mientras que otros serán más sutiles ralentizando a los contrarios con todo tipo de artimañas.
Caos en extremo
Fuel Overdose es un arcade de velocidad bastante más complejo de lo que aparenta a simple vista. Precisamente por ello, sus errores son más llamativos si cabe. Y es que en un título de estas características resulta imperdonable que el sistema de control no esté a la altura de las circunstancias, planteando un pilotaje de los vehículos demasiado impreciso incluso con los vehículos de menor cilindrada. Si a esto le sumamos el caos que se monta en la pista, y la facilidad con la que nuestro vehículo puede quedar vuelto hacia atrás, ya os podéis imaginar lo frustrante que puede resultar terminar algunas carreras.
Y no es que no nos gusten los juegos difíciles, ¡nos encantan! Lo que no nos gusta nada es que la dificultad venga determinada por un sistema de control engorroso y algo lioso, y no por la habilidad de los contrarios. Una verdadera lástima, puesto que el título viene cargado de contenidos jugables: modo historia, carreras libres, un potente multijugador en línea y varios desafíos de habilidad. Eso sin contar con el interesante argumento con el que se ha dotado a la obra, permitiéndonos conocer su entramado desde distintos puntos de vista -lo que incluye además desafíos exclusivos para cada piloto-.
El programa tampoco luce como debería a nivel audiovisual, con un diseño de escenarios bastante discreto, unos efectos especiales algo pobretones, y ciertos errores con la cámara que pueden entorpecer en momentos muy puntuales el desarrollo de las carreras. Sí nos ha gustado, por ejemplo, el diseño de los corredores -muy interesante y de estilo anime, aunque poco original-, pero poco más. Y lo mismo se puede decir del apartado sonoro, que cumple sin más su cometido. Huelga remarcar que los textos han sido traducidos al castellano.
A pesar de las buenas ideas y la importante variedad de contenidos jugables que aterosa, Fuel Overdose se ha quedado muy lejos de los grandes arcades de velocidad extrema. Como juego de carreras está bien y puede darnos alguna que otra alegría, pero los errores en su sistema de control y lo caótico que resulta por momentos lo convierten en una obra solo apta para los jugadores que añoran este tipo de experiencias arcade y sepan perdonar sus deficiencias.
