Con ánimo de seguir cerrando cabos sueltos de la trilogía Mass Effect llega ahora Omega, su nueva expansión. Aria T'Loak se arma de valor y nos pide retomar Omega de manos de Cerberus, así que vamos a conocer más de este fascinante personaje. Algo más de tres horas que se suman a la inagotable epopeya del Comandante Shepard, pero que no acaban de ser tan divertidas como esperábamos.
Tras el estimable contenido descargable Leviathan para el sobresaliente Mass Effect 3, recibimos ahora Omega, la nueva propuesta de BioWare para dilatar todavía más la vida de su RPG de acción. Omega también es un más que aceptable DLC, aunque continuamos echando en falta la brillantez de la práctica totalidad de añadidos que lanzó la segunda parte, y de los que todavía andan bastante lejos en términos de calidad los que oferta la tercera.
A cambio de 14,99 euros o 1.200 Microsoft Points, en función de la plataforma, tenemos acceso a este añadido que requiere poco menos de dos gigas en nuestro disco duro. Con él viajamos de nuevo a este lugar de pesadilla destinado a dar cabida los estratos sociales más infectos y marginales de la galaxia, y lo hacemos para luchar por su liberación. Bienvenido a Omega.
Estación Omega
Lo mejor del contenido descargable es la condición de tira y afloja que se crea entre Shepard y la peligrosa Aria T'Loak. Lo mejor es contar lo menos posible para evitar spoilers como es costumbre en nuestros textos, sin embargo sí podemos dejar claro sin temor a vulnerar los puntos de interés del guión del título que la desconfianza será una constante en la relación entre ambos durante la aventura. Un pacto entre Shepard y la propia Aria nos va a condenar a ayudarla y, lo que es peor, a fiarnos de ella y de su sanguinaria sed de venganza.
Todo comienza con el habitual mensaje en nuestra terminal privada que da el pistoletazo de salida a todo el bloque de contenidos, y en el que la propia Aria nos emplaza a reunirnos con ella en un punto determinado de la Ciudadela. ¿Lo malo? Tenemos que ir solos, sin nuestros compañeros... Sencillamente a nuestra interlocutora "no le gustan".
Nuestro interés por Omega como DLC va a depender principalmente de nuestra pasión por el personaje de la co-protagonista, puesto que casi siempre vamos a estar sujetos a sus condiciones, así que si nos entusiasma la compleja asari nos vamos a sentir como pez en el agua con este contenido descargable. Como hemos dicho no podremos utilizar a los miembros de nuestro pelotón en el asalto a Omega, pero sí que podremos recurrir a la propia T'Loak y a sus salvajes poderes bióticos. Entre sus habilidades más destacadas, de hecho, se cuentan Azote con el que lanzaremos a nuestros oponentes con brutalidad, o Bengala que crea explosiones devastadoras.
Ella no será nuestra única ayuda, y es que también contaremos con otro poderoso aliado: una turiana llamada Nyreen Kandros. Es un personaje muy cercano a la asari que, de hecho, ha logrado pulir sus habilidades bióticas y su control sobre armas para convertirla en una máquina de matar. El choque entre las personalidades y formas de entender las situaciones de ambas nos regalarán los escasos momentos de interés a nivel narrativo que posee el videojuego.
Y es que ese es el principal problema de Omega, que no aporta casi nada salvo una simple sucesión de tiroteos que no satisfarán a los amantes de todo lo demás que caracteriza a la serie Mass Effect: sus grandes diálogos, sus desafiantes decisiones y todo el absolutamente genial trasfondo de su universo. Hay decisiones, sí, pero no demasiado importantes desde nuestro punto de vista puesto que sus consecuencias son nulas, y sólo la exploración de ese fascinante mundo criminal y suburbano que es el que da nombre al DLC ofrece interés desde la perspectiva de su planteamiento narrativo. Eso sí, acomete todas sus misiones secundarias de este lugar antes de abandonarlo, porque una vez finalizada la última misión no podrás volver a pisarlo.
Por otra parte tenemos que decir que el villano no resulta tampoco demasiado carismático, más bien todo lo contrario; además de que hay sólo un par de tipos de enemigos nuevos (bastante desafiantes, eso sí). Así pues, sólo un mejorado diseño de niveles para favorecer escenas de acción distintas y variadas parece romper algo la monotonía en la que el DLC acaba cayendo pese a que su duración no es muy dilatada, y todas las secciones que tenemos que superar en solitario le restan mucho interés a unos combates que siempre han destacado por contar con un ligero barniz táctico.
Omega decepciona puesto que no logra sacar partido de un telón de fondo tan apasionante como podía haber sido éste. Demasiados combates poco inspirados y ausencia casi total de los elementos más característicos de la serie, se llevan por delante buena parte del interés que podía haber tenido esta expansión para Mass Effect 3.
