Decide… y vive con las consecuencias. Tras años de espera, de súplicas y lamentos, por fin tenemos en nuestras manos la ansiada secuela espiritual del clásico Planescape: Torment. Y como este, el nuevo videojuego de inXile Entertainment es un RPG único, de gran personalidad, que enamorará a aquellos que buscan, sobre todo, una buena historia. Análisis de Torment: Tides of Numenera.
Llora. Y a ti se te rompe el alma. Desesperada, necesitada de amor, te pide que no la abandones, que no la alejes de tu lado. Pero tú no crees que encaje en tu equipo; consideras que hay mejores opciones, personajes más poderosos con los que hacer frente a los muchos peligros que aguardan en el horizonte. Y entonces surge el dilema. Uno que de verdad te afecta a nivel personal. ¿Qué haces? ¿La apartas de ti? ¿Le dices adiós? ¿Para siempre? Yo no pude hacerlo. Ni en ese momento, ni creo que en el futuro. Tal es el vínculo que estableces con algunos de los protagonistas de Torment: Tides of Numenera. Se sienten humanos, creíbles y, de algún modo, también cercanos. Por eso su historia, el dramático, triste y oscuro trasfondo argumental que en su mayoría les define, cala hondo dentro de ti. ¡Te importan de verdad! Y es un logro admirable… que no sorprendente teniendo en cuenta que hablamos de la secuela espiritual del memorable Planescape: Torment, un RPG tan único que hasta ahora, casi 20 años después de su nacimiento, prácticamente no habíamos visto nada que se le pareciera.
¿Está a la altura del clásico de Black Isle? En mi opinión sí, con creces, y me alegra poder decirlo… aunque hay matices de por medio. Como en esta nueva aventura de rol diseñada por los autores de Wasteland 2, nada es blanco o negro, bueno o malo, así que toca lidiar con un videojuego difícil de recomendar. ¡No por falta de calidad! La historia que narra es tan apasionante, tan genial, que es fácil maravillarse con los grandes misterios del Noveno Mundo, el extraño universo de ciencia ficción en el que se desarrolla la acción; pero es precisamente esta apuesta total por la narrativa lo que puede echar para atrás a más de uno. Me explico. Pasarán horas antes de que iniciéis vuestro primer combate, y después de este, es posible que no volváis a sacar las armas hasta mucho tiempo después. A mí es algo que me fascina; evitar la lucha mediante el diálogo, con engaños, intimidación o cualquier triquiñuela que se os ocurra, pero entiendo que haya quien prefiera algo más de acción.
La hay, por supuesto que sí, pero no es lo importante en este RPG que hace lo imposible para que siempre tengas herramientas más que suficientes para evadir la lucha. ¡Incluso dentro del combate!, una vez iniciada la pelea, puedes charlar con los implicados para apaciguar las cosas, usar el escenario para provocar el caos, o directamente asesinar al líder del bando contrario y así espantar a sus secuaces. Hay tantas posibilidades, tantas formas de resolver una misma situación, que cuesta no maravillarse ante el poderío narrativo y la libertad de acción que ofrece Torment: Tides of Numenera. De verdad sientes que tus acciones dejan huella en este fastuoso universo de ciencia ficción, con tintes de fantasía, que es capaz de hacértelo pasar mal cuando toca implicarse en las difíciles cuestiones morales que plantea. ¡Algunas son dramáticas!, de las que te obligan a pensar y repensar tu respuesta, pues luego toca vivir con las consecuencias y a veces, estas, pueden ser terribles a un nivel emocional.
Tras los pasos de un dios
El equipo de inXile Entertainment, con Brian Fargo a la cabeza, fue claro desde el primer momento. “Nos centraremos en las mismas cosas que hacen que la gente aprecie Planescape: Torment”. A saber. “Una ambientación fantástica y poco convencional; compañeros memorables, exploración temática profunda de la condición humana, una gran reactividad y una historia interesantemente personal en lugar de épica”. Recupero esta declaración de intenciones porque, a fin de cuentas, supone el mejor resumen de lo que ofrece este fantástico Tides of Numenera. En todos y cada uno de estos apartados el videojuego cumple con lo prometido; a veces mejor, otras peor, pero siempre manteniéndose fiel a la esencia de aquel clásico que tantos años atrás nos cautivó. Lo hace además con voz propia, dejando su propia marca en la historia, gracias a un guión digno de alabanza.
La descripción de personajes y objetos, la finura con la que se hilvanan las conversaciones, los ambientes en los que te sumerge, el tono filosófico de los temas que trata… podría pasarme horas ensalzando las muchas virtudes que atesora el videojuego a nivel narrativo, ¡y aún tendría mucho más que contaros! Pero no es, ni de lejos, igual de emocionante que vivir la experiencia por uno mismo. Sentir que son tus acciones las que escriben la historia, las que marcan el rumbo del Último Deshecho, el protagonista de la acción, y de todos aquellos que le rodean. Y lo reconozco. Me declaro un auténtico enamorado de Numenera. No conocía este universo hasta que se dio a conocer el videojuego, y ahora ansío vivir más y más aventuras en él.
La historia es tan apasionante, tan genial, que es fácil maravillarse con ella
Basta echar un vistazo al tráiler argumental, que cuenta la historia del Dios Cambiante, para entender el enorme potencial que tiene este universo ideado por Monte Cook. Portales a otras dimensiones, mutantes, artefactos procedentes de civilizaciones que desaparecieron millones de años atrás… incluso hay una criatura colosal, el Morgón, en cuyo interior habitan miles de personas como si nada. Cada paso que daba por este mundo, lo reconozco, más maravillado me sentía. He devorado con una pasión inusitada cada línea de diálogo, ¡y hay miles de ellas!; he profundizado en la historia de mis aliados, de los enemigos y de cualquiera que se cruzara en mi camino. Y nunca me he cansado de explorar, de buscar en cada escenario pistas que me ayudaran a entender mejor el extraño mundo que me rodea.
La Batalla Sin Fin, el recuerdo de otras guerras, de héroes y villanos, ¡incluso la Agonía!, una criatura monstruosa que persigue al Dios Cambiante y a todos aquellos que han surgido de él. Todo en esta aventura me apasiona… a excepción del sistema de combate por turnos, que sin ser malo, tampoco está al nivel de otras obras del estilo. Hay que reconocerle sus méritos, eso sí. Tienes bastantes habilidades entre las que elegir para atacar y defenderte de los enemigos, algunas bastante originales por cierto, pero a excepción de un par de momentos clave, pocas de estas luchas emocionan al nivel esperado. Casi que es más satisfactorio evadir un combate usando mil y un subterfugios que derrotar a un enemigo temible. Y es una lástima. Con la de gadgets y artefactos místicos que tienes a tu alcance, o incluso teniendo escenarios bastante interactivos, es una pena que inXile Entertainment se haya quedado una vez más a las puertas de crear un gran sistema de batalla.
Sí me gusta que en algunos momentos de la partida, durante los combates, se planteen objetivos adicionales que rompen con la tónica habitual de la lucha. No diré nada más, que no quiero estropear sorpresas, pero está genial eso mismo, que las batallas sean más que simples toma y daca contra enemigos de todo tipo. También me encanta que muchas de las habilidades combativas, o tus propias destrezas, tengan más usos fuera que dentro de las peleas: romper obstáculos, robar, piratear ordenadores, manipular a la gente o lo que sea. ¡Y siempre con varias alternativas! Pero ojo, que hay límites. Estas acciones requieren del uso de puntos de fuerza, inteligencia o velocidad que se consumen con su uso; a más invertidos, menos probabilidades de éxito. ¿Qué pasa si te quedas sin ello? Se acortan las opciones. Toca buscar una posada, para dormir y reponer energías, o usar alguno de los muchos consumibles que incluye el videojuego. Otro detalle que me encanta.
El sistema de combate, sin ser malo, no está al nivel de otras obras del estilo
En lo visual Torment: Tides of Numenera, que apuesta por el motor gráfico de Pillars of Eternity, también me ha resultado sorprendente. La variedad de localizaciones y, sobre todo, la extraña belleza de muchos de estos parajes, que combinan fantasía y ciencia ficción con un gusto exquisito, es digna de mención. A veces me resultaba imposible no quedarme absorto viendo los muchos detalles que pueblan cada escenario. El modelado de personajes… bueno, esto ya es menos vistoso, pero cumple. También lo hace la interfaz de usuario, limpia, bien organizada, y con una buena estética. Lástima que al apostar por los textos en español latino (no hay opción de castellano), que incluye faltas ortográficas, incomprensiblemente se haya descuidado la forma en la que se presentan los diálogos. Me explico. En inglés, como ocurre con los trabajos recientes de Obsidian, los pensamientos y descripciones se muestran en gris, y las frases propiamente dichas, las conversaciones, aparecen resaltadas en blanco. Así todo es más fácil y se cansa menos la vista. Pero en español no ocurre lo mismo. Prácticamente todo está en gris, y encima, el uso de guiones para distinguir entre diálogos y descripciones es nefasto.
Uno de los pocos puntos negros de los que adolece el videojuego, al menos en esta versión en español, que se suma a un desenlace de la historia algo precipitado, y a un elenco de personajes secundarios que si bien poseen un gran trasfondo, y de verdad te implicas con sus historias, no llegan al nivel de profundidad y genialidad de los acompañantes de, por ejemplo, Planescape: Torment. Pese a todo, el viaje que propone Tides of Numenera es tan emocionante, tan único, que merece la pena ser vivido.
Con gran brillantez, Torment: Tides of Numenera te adentra en una emocionante aventura de rol que destaca por su memorable trasfondo argumental y la brillantez de su narrativa. Sí, casi que te pasas todo el viaje leyendo, hablando e investigando, pero la historia está tan bien escrita, y tu capacidad de decidir es tan amplia, que pocos RPG te lo harán pasar tan bien como este videojuego de inXile Entertainment. Un digno heredero del gran legado que nos dejó Planescape: Torment.
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- Gran trasfondo argumental. A nivel narrativo el videojuego es fantástico
- Libertad de acción. Siempre tienes varias alternativas
- Enorme variedad de localizaciones. Algunos escenarios son asombrosos
- Aunque no es lo más importante, el sistema de combate es poco emocionante
- Desenlace un tanto abrupto. La historia no se cierra tan bien como esperábamos
