Análisis de Knack. El golem dimensional

Análisis de Knack. El golem dimensional
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Un simpático gólem y su batalla contra los orcos como única esperanza de la tierra. Esa es la propuesta más destinada a todos los públicos de PS4, y que nos ofrece un producto tan interesante sobre el papel como fallido en lo que importa: resultar divertido. Y eso que Knack tenía muchas papeletas para triunfar en un género tan poco tratado últimamente, el de las aventuras familiares.

Dentro de las propuestas más amables y simpáticas del género de aventuras debemos confesar que teníamos mucha ilusión por poner nuestras manos sobre Knack. El hecho de estar desarrollado por Sony Japan Studio y el factor de contar con la supervisión y asesoramiento creativo de Mark Cerny, el diseñador de la arquitectura de PlayStation 4, eran para nosotros más que apasionantes motivos para seguir su desarrollo con enorme interés. No por casualidad fue el primer título que se mostró en el evento de presentación del poderoso hardware de la compañía nipona allá por febrero del 2013.

Sin embargo una vez que hemos tenido oportunidad de probar la versión final de la propuesta más afable y cordial de Sony para su nuevo hardware, lamentablemente nos quedamos con un regusto amargo de boca. Hay ideas artísticas estupendas en este título, y el concepto como base es muy original como reinvención en formato de acción/aventuras del clásico Katamari, pero al final casi todo lo bueno que nos deja este Knack es puramente cosmético, y sus escasas virtudes jugables quedan ensombrecidas por un planteamiento excesivamente repetitivo y que apenas presenta posibilidades para la participación del usuario.

Pequeño Gran Héroe

El concepto argumental de Knack es sencillo. La humanidad está aterrada ante una amenaza goblin, un grupo que en el pasado no suponía un problema para los protagonistas del juego pero que repentinamente ha logrado robustecerse hasta hacer saltar todas las alarmas asaltando un puesto fortificado. Esta situación límite lleva a las autoridades a recurrir a nuevas vías, y se organiza una misión para descubrir cómo un pueblo tan aparentemente rudimentario como ese ha logrado avanzar tantísimo hasta construir armas e incluso tanques.

El riesgo del objetivo obliga a pensar en una vía alternativa para conformar el equipo de expedicionarios, y eso nos lleva a conocer a nuestro pequeño protagonista. Se trata de un simpático gólem cuyo aspecto inofensivo y diminuto tamaño esconden en realidad una verdadera máquina de destrucción. Knack, que es su nombre, recoge reliquias para aumentar su tamaño y mejorar sus prestaciones, y es capaz de machacar a todo el que se le ponga por delante. De hecho nuestra andadura jugable comienza con una demostración de cara a las autoridades y científicos humanos, y con nuestras primeras maniobras, golpes y saltos tendremos que superar el escepticismo de todos aquellos interesados en que sean sus propuestas y no la de la criatura la que salga adelante. No tardaremos mucho, eso sí, en emprender la verdadera aventura y comenzar a movernos por bellísimos parajes naturales.

De hecho una de las fortalezas del programa es su apuesta por lograr una sensación de viaje y, así mismo, por ofertar una cuidada baraja de decorados de estupendo acabado. Laboratorios, bosques, minas, ruinas... El problema es que todas ellas, por mucha personalidad que sin duda exhiben, están compuestas por interminables series de pasillos sin mucho que aportar a efectos jugables. Pueden ser caminos rectos a base de desfiladeros, delimitados por bosques o, literalmente, pasillos en construcciones, pero lo único que queda claro en todo momento es que el camino está tan prefijado, y que lo que se puede hacer es tan repetitivo, que cuesta mucho no perder interés por la propuesta a corto plazo.

Knack es el último recurso de la humanidad para salvarse de los Orcos. Parece un inofensivo gólem, ¿verdad? Nada más lejos de la realidad.
Knack es el último recurso de la humanidad para salvarse de los Orcos. Parece un inofensivo gólem, ¿verdad? Nada más lejos de la realidad.

Los trece capítulos que conforman la decena de horas que ronda el programa acaban saturando por su sobreutilización de combates, y por la ausencia de alternativas que presentan éstos. Dada su importancia van a contar con un apartado más adelante en el análisis, pero es interesante recalcar el hecho de que por mucho que los controles respondan adecuadamente, eso no significa que la fórmula vaya a funcionar. De hecho la ecuación es siempre igual para la campaña, con un protagonista que empieza en su tamaño más pequeño en cada capítulo y que debe ir ganando en dimensiones y potencia recogiendo las reliquias y haciéndonos sentir que todo el esfuerzo llevado a cabo en el nivel anterior no ha servido de gran cosa. Cambiar la escala del protagonista es estimulante desde el punto de vista visual, pero a efectos jugables hacerlo una vez detrás de otra es más bien repetitivo.

Ciertamente ayudaría el contar con un guión bien trazado, pero incluso en este sentido el título es más bien discreto. Nos falta conocer más sobre el contexto de este universo tan aparentemente rico de humanos y orcos para sentir algo de interés por él, acabaremos la campaña y no sabremos demasiado sobre uno y otro bando ni tampoco sobre este mundo en el que chocan tan a menudo. Lo mismo se hace extensible al discreto retrato de personajes, muy plano y sin explotar a algunos de ellos que podían haber dado mucho de sí: especialmente en el caso del gólem protagonista, de un diseño tan carismático como de un resultado tan plano a efectos jugables o narrativos. Debemos dejar claro que nos ha ha agradado la intención de disertar sobre la rebelión ante nuestros creadores a lo Frankenstein o Blade Runner, y también el intento de hacernos empatizar con un pueblo goblin que tiene algunos rasgos de etnia oprimida, pero estas partes están tan poco presentes que choca que se haya dedicado tanta cinemática a escenas de acción que nosotros mismos podíamos haber resuelto con mejores resultados en lo tocante al entretenimiento.

Algunos de los poderes especiales ayudan a darle algo de color a la experiencia jugable, lástima que respondan a patrones tan repetitivos.
Algunos de los poderes especiales ayudan a darle algo de color a la experiencia jugable, lástima que respondan a patrones tan repetitivos.

Aventura Desmontable

Como ya hemos dejado claro, el principal inconveniente de Knack es que no es tan divertido como debería. Si lo fuera, problemas como el narrativo o el de su insistencia en repetir los mismos patrones una y otra vez pasarían a un segundo plano, como es obvio. El combate, por ejemplo, es prácticamente lo que propone el programa en un 90% del tiempo, lo cual es una medida de corte arriesgado en un título de aventuras si no dispones de unas mecánicas de acción que funcionen de forma extraordinaria. Nada más lejos de la realidad en esta ocasión.

El protagonista tiene apenas media decena de alternativas de combate, y sólo una de ellas es la estándar, quedando hasta tres para movimientos especiales y otra para el ataque en salto. Parece un abanico de opciones limitadísimo para un lanzamiento que busca de forma tan abusiva que luchemos, lo que acaba traduciéndose en una experiencia en la que a menudo lo solucionamos todo a puñetazos.... Una alternativa más bien poco estimulante. No ayuda tampoco lo apresuradamente que se presentan desde el comienzo todas las alternativas, puesto que elimina en el título un mínimo de factor sorpresa o de progresión.

Así pues si recibimos golpes el tamaño del protagonista decrece, y se convierte no sólo en un héroe más pequeño sino también en uno más vulnerable. En cambio cuando encuentra ítems hasta permitirle alcanzar su tamaño máximo se convierte en una bestia que realmente impone desde el punto de vista visual, así que en el sentido puramente estético la forma de trasladar la desaparecida barra de salud al aspecto del gólem es todo un éxito. Hay, además, un cierto componente estratégico en cuanto a decidir las características de velocidad, fuerza o tamaño que nos arriesgamos a sacrificar en momentos límite para sacar partido de alguna ventaja y acabar siendo incluso más poderoso. Lo mismo se aplica a algunos de los tipos de reliquias que puede adjuntar a su cuerpo Knack y que le dan poderes concretos para superar situaciones específicas. Lástima que todo esté tan escriptado en cuanto a nuestro potencial, y que se traduzca en que en tantos momentos concretos sintamos que no somos nosotros los que tomamos decisiones, sino que se nos proporciona una solución temporal a cada rompecabezas sin que tengamos que hacer mucho por lograrla.

Los combates son una constante en el videojuego. Golpear y esquivar será lo que más vamos a hacer en el videojuego.
Los combates son una constante en el videojuego. Golpear y esquivar será lo que más vamos a hacer en el videojuego.

Por otra parte hay un minúsculo componente de plataformas en el título, e incluso cierto grado de exploración, puesto que por el camino iremos consiguiendo ítems que conformarán artefactos que nos permitirán obtener diferentes ventajas. Acabaremos consiguiendo una serie de éstos que conformarán nuestra colección, y que nos permitirán, por ejemplo, ganarnos un bonus de reliquias cuando andemos justos de salud o que nos advertirá de cuándo tenemos cerca esos objetos ancestrales que nos permiten progresar. Lo mejor es que estos artefactos tienen que ser construidos, de modo que si no contamos con las partes que se exigen no podemos disfrutar de sus beneficios, algo que nos empujará a tratar de dar con todas las piezas y disparará nuestro instinto de investigación, aunque todos acaban reduciéndose a echar abajo algún falso muro que encontraremos fácilmente si somos observadores y que abrirá alguna pequeña área secreta.

Así pues la muerte es algo con lo que deberemos lidiar a menudo y que, de hecho, acaba siendo un castigo muy severo, más en el sentido de que nos obliga a repetir combates más bien discretos y poco satisfactorios que por la ausencia de checkpoints. No nos han gustado tampoco los jefes finales, bastante tediosos en cuanto a lo que requieren para acabar con ellos, y muy poco inspirados en cuanto a proponer alguna mecánica interesante a la hora de tumbarlos. El cooperativo es, de todas estas adiciones, la que mejor funciona, con la posibilidad de disfrutar de un cooperativo con el poco habitual estilo local que se beneficia de la cámara fija, y que ofrece una agradecida cota de interés añadida a la más bien escasa diversión general que es capaz de ofrecernos el producto.

Los mejores momentos de Knack son, a menudo, cuando éste alcanza su mayor tamaño. Lo cierto es que impresiona.
Los mejores momentos de Knack son, a menudo, cuando éste alcanza su mayor tamaño. Lo cierto es que impresiona.

Un Mundo a tus Pies -Gráficos y Sonido-

Desde la óptica visual hay muy poco que decir en contra de un Knack que logra conseguir de forma irreprochable ese aspecto de película de Pixar que Sony prometía para este título perteneciente al catálogo de lanzamiento de PlayStation 4. No es perfecto, y no es tan poderoso como otros títulos que trufan estos primeros compases de su hardware, pero definitivamente logra capturar la atención gracias a su look colorista, simpático y saturado en cuanto a tonalidades y diseños.

La dirección artística es, de hecho, el gran puntal sobre el que se apoya todo lo que ofrece este videojuego. Los diseños de orcos y humanos son, en este sentido, clave con el mismo aspecto que esperaríamos de éstos para una cinta de animación de Hollywood, trasladado punto por punto de manera muy respetable por un motor gráfico que demuestra aquí sus fortalezas. Lo mismo podemos decir de los escenarios, como ya hemos dicho anteriormente, una de las mejores partes del programa tanto en diseño como en ambientación, coronados además por abundantes efectos que demuestran la capacidad de PlayStation 4 para desmenuzar algunas de sus áreas en minúsculas partes que se muestran en pantalla con generosa naturalidad y cuidado realismo.

El hecho de que el gólem protagonista esté compuesto por innumerables piezas, que van componiéndose o deshaciéndose como si del clásico videojuego Katamari se tratara, parece precisamente destinado a sacar partido de esta funcionalidad y mostrar las bondades del hardware. Por lo demás el talante general que le confieren todos estos elementos al programa es el de un producto muy vistoso, pero que está lógicamente muy lejos de ser un referente estético. En otro orden de cosas debemos zanjar el rendimiento como fantástico, y dejar claro que la cámara fija ayuda a que, como en el resto de aspectos del programa, no nos salgamos ni un ápice del trayecto que por desgracia tan claramente han trazado sus responsables tanto a nivel jugable como visual.

A nivel visual, el título ofrece una calidad francamente notable. Su traslado del estilo de cine de animación reciente al mundo de los videojuegos es fantástico.
A nivel visual, el título ofrece una calidad francamente notable. Su traslado del estilo de cine de animación reciente al mundo de los videojuegos es fantástico.

Hay, además, algunos elementos muy agradables destinados a sacar partido de las funcionalidades específicas de esta plataforma. Por ejemplo hablamos de la posibilidad de intercambiar los elementos que hayamos encontrado en nuestras aventuras por otros de otros aficionados a través de PlayStation Network. Esto nos ayudará de una forma muy interesante, puesto que si contamos únicamente con potenciar nuestros artefactos sólo a través de nuestro modo solitario nos va a costar muchísimo.

En lo tocante a lo que tiene que ver con el sonido, las conclusiones también son buenas, aunque con matizaciones. La repetición de ciertas partituras puede resultar frustrante, pero por lo demás la banda sonora es extraordinaria. Lo mismo podemos decir de un doblaje al castellano estupendo, y de unos efectos muy cuidados.

Regular

Sin sello
El golem dimensional
Sin sello

Algunas cosas le han faltado a Knack para ser la estupenda aventura para toda la familia que parecía desear ser en el momento del anuncio. Sus limitadas posibilidades y lo repetitivo de su propuesta se llevan por delante un punto de partida simpático y agradable que podría haber dado mucho de sí. ¿Qué nos queda? Un producto razonablemente entretenido en cooperativo, y con una de las propuestas más diferentes que oferta PlayStation 4 en su catálogo de lanzamiento.

Comprar Knack
  • Los escenarios presentan un aspecto fantástico.
  • Mucha simpatía y una gran personalidad estética.
  • Desarrollo bastante genérico
  • Presenta secciones aburridas, repetitivas y con pocas posibilidades.
Jugadores: 1-2
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración: 8-10 horas
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