Análisis de Shadow Warrior. Masacre Profesional

Análisis de Shadow Warrior. Masacre Profesional
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Deja tras de ti un rastro de cadáveres mutilados en este intenso juego de acción en primera persona, heredero del clásico Shadow Warrior de 3D Realms, con el que pasaréis un buen rato masacrando enemigos con vuestra katana y montones de armas de fuego. ¿Listos para la acción sin control?

Sangriento como el que más, el clásico Shadow Warrior regresó a la vida hace poco más de un año con un intenso título de acción en primera persona desarrollado por los creadores del notable Hard Reset, Flying Wild Hog, que fieles al espíritu del original supieron dar forma a un alocado y muy frenético videojuego que logró granjearse el cariño de los jugadores de PC. Y ahora el objetivo es hacer lo propio con los aficionados de Xbox One y PlayStation 4, que al fin tiene la oportunidad de sumergirse en la divertida locura jugable que propone esta obra.

Una que llega a consolas con pocas novedades con respecto al original, pero suficientes como para justificar este tiempo de desarrollo extra. Porque al margen de los aspectos puramente tecnológicos, que nos dejan con el título de PlayStation 4 funcionando a una resolución de 1080p y 60 imágenes por segundo, y el de Xbox One haciendo lo propio pero a una resolución de 900p, Shadow Warrior para consolas añade también un atractivo modo horda del que hablaremos a continuación.

Nota: Si ya leíste en su momento el análisis original de Shadow Warrior para PC, encontrarás en este artículo pequeños retoques relacionados con el sistema de control y otros detalles de importancia relativa. Para conocer sus principales novedades podéis consultar la sección El Karma es la Clave.

El Guerrero Menos Sutil

En Shadow Warrior encarnamos a Lo Wang, un asesino profesional japonés con una misión, y también un personaje capaz de cantar en su coche sin sonrojo You got the Touch en el prólogo. Todo ello para componer un héroe con un punto cómico que se traslada en las frases con las que ameniza nuestro constante festival de muertes. Poco sabremos de lo que nos toca llevar a cabo en un comienzo, sencillamente que tenemos que recuperar un objeto muy valioso para quien nos ha contratado, y que para ello contamos con dos millones de dólares y, sólo por si acaso, una katana. Por el camino conoceremos a un espíritu que nos ayudará a progresar y que servirá como pie para el componente mitológico de oriente que se esconde tras este título que tanto bebe de esa cultura.

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Mejorar el personaje es fundamental para salir adelante. Conforme avance el juego los retos serán más difíciles y conviene estar preparado.
Mejorar el personaje es fundamental para salir adelante. Conforme avance el juego los retos serán más difíciles y conviene estar preparado.

El personaje ha envejecido mucho mejor que, por ejemplo, el de Duke Nukem, con algunos momentos ciertamente humorísticos, cargado de broma y referencias a conocidos lanzamientos y con la sorprendente intención de narrar una historia. El original no hacía tantos esfuerzos por la narrativa, más bien todo lo contrario, y aunque obviamente lo que se nos cuenta es un pretexto para hacernos avanzar nivel a nivel, en el título tenemos que recorrer varias fases con la meta de hacernos con varias piezas de una espada todopoderosa. Así que el lugar al que llegamos con nuestro bólido al comienzo del juego es sólo el punto de partida para un fenomenal festival de muertes en el que no hay aliados, ni tan siquiera neutrales... Salvo en las cinemáticas, de toque lisérgico, en el resto de Shadow Warrior todo lo que se mueve es nuestro enemigo.

Como no podía ser de otro modo las cosas se ponen feas muy rápidamente porque, al fin y al cabo esto es un género de acción de la vieja escuela, así que en cuanto bajamos de nuestro elegante bólido apenas tenemos uno o dos minutos para caminar por el escenario y acostumbrarnos a los controles antes de que salten sobre nosotros un primer puñado de enemigos... más voluntariosos que efectivos. A partir de entonces la campaña se convierte en un festival de sangre y desmembramientos sin más interrupción que las pequeñas partes en las que exploramos el escenario buscando la salida o zonas secretas.

La katana es, sin ningún género de dudas, la gran protagonista de Shadow Warrior. Desmembrar a nuestros enemigos es uno de los mayores placeres del juego

Shadow Warrior, por lo demás, es tan ágil como su predecesor al que prácticamente reedita de forma idéntica en cuanto al feeling de sus decorados y la presencia de algunos secretos, aunque no en su arquitectura puesto que esto es más una reimaginación que un remake directo. Por si fuera poco es fácil detectar algunos huevos de pascua que homenajean directamente al original, y que dibujarán una sonrisa en la boca de quienes lo disfrutaron en su momento.

Salvo en los momentos en los que el laberíntico trazado de los 17 niveles que componen su campaña nos lo impiden, lo cierto es que el resto del tiempo estamos matando, matando y... matando. Insistir en el ritmo vertiginoso que exhibe el videojuego es necesario, puesto que es su principal clave: lanzar ante nosotros miles de enemigos y proporcionarnos la suficiente munición como para que podamos acabar con todos. Poco a poco vamos recibiendo armas nuevas, pistolas, ametralladoras, lanzacohetes... sin embargo la mejor no hay duda de que es la primera, la katana, la que mayores alegrías nos va a dar. No se trata sólo de que los amantes a las carnicerías van a disfrutar gracias a su filo de los desmembramientos que ya veíamos en el original, aunque lógicamente más cuidados y acorde con los tiempos que corren, sino que si optamos por su manejo avanzado además tenemos entre manos un estilo de lucha cuerpo a cuerpo mucho más que satisfactorio.

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El Karma es la Clave

El videojuego tiene una particular mecánica que puede resultar muy atractiva para los paladares más habituales de este tipo de propuestas similares a Painkiller, por ejemplo, aunque con una mayor profundidad que en aquel caso. Todo ello se debe a la cierta riqueza que le aporta al programa toda la posibilidad de crecimiento y personalización del personaje, que se basa en el uso de un karma que obtenemos por cosechar muertes. Cada cierto tiempo obtendremos un punto que podremos invertir para mejorar nuestro vigor, nuestra salud o la resistencia del héroe.

Con el paso del juego iremos desbloqueando poderes, uno de los más útiles será el de cargar nuestra salud puesto que no es regenerativa.
Con el paso del juego iremos desbloqueando poderes, uno de los más útiles será el de cargar nuestra salud puesto que no es regenerativa.

Por si fuera poco el escenario siempre esconde secretos en forma de cristales KI que nos permiten aprender ataques mágicos. Su encuentro está supeditado a la exploración, pero debemos dar con ellos para avanzar porque a menudo hay puertas coloreadas en los escenarios que no se abren hasta que los obtengamos. Esta magia se libera con unas combinaciones de botones poco intuitivas, que nos llevarán a ejecutar movimientos nada naturales para prender fuego a los enemigos, lanzar ondas, recuperar salud, etc. Ciertamente, podría haberse aprovechado mejor el mando de Xbox One y el de PS4.

Shadow Warrior para consolas también añade un nuevo Modo Supervivencia que nos propondrá sobrevivir a feroces hordas de enemigos en tres arenas de combate diseñadas específicamente para ello, pudiendo optar por cuatro niveles de dificultad diferentes. Además, podemos hacer uso de varios objetos especiales como la katana de Hotline Miami, un mazo extraído directamente de Serious Sam 3, e incluso la katan del clásico Shadow Warrior.

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A nivel visual el título de Flying Wild Hog es un producto vistoso, aunque con matices. La iluminación y los entornos coloristas juegan a favor de este lanzamiento, aunque observado más de cerca algunos de los enemigos y determinadas áreas de los escenarios hacen descender de forma sensible el conjunto general. Artísticamente el resultado es algo mejor aunque también ligeramente reiterativo, y esperábamos bastante más variedad tanto de los niveles como de los tipos de adversarios. Técnicamente hablando, su paso a consolas mantiene el tipo, aunque es verdad que en momentos puntuales de la partida sufriremos de alguna que otra ralentización que pueden llegar a ser molestas cuanto mayor sea el número de enemigos en pantalla.

Desde el punto de vista del audio el título es algo más discreto. La música es repetitiva y casi siempre brilla por su ausencia, dejando de lado su presencia para favorecer los efectos de audio que sí suenan más atronadores y acorde con la oferta jugable del programa. Las voces están en inglés y los textos traducidos al español.

Bueno

Sin sello
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Shadow Warrior

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Shadow Warrior cumple exactamente lo que prometía, lo que lo convierte en un buen juego de acción en primera persona para quienes buscan poner el cerebro en punto muerto y disfrutar de un fenomenal festival de muertes. Lo nuevo de los creadores de Hard Reset es un lanzamiento sin grandes pretensiones, con una duración aceptable y un precio competitivo.

Comprar Shadow Warrior
  • Acción visceral, rápida y sin complicaciones.
  • El uso de la katana. Adoramos su visceralidad y la importancia que tiene en la acción.
  • No ofrece nada para quienes buscan acción "con algo más", y acaba siendo repetitivo.
  • Frecuencia inusual e inexplicable de tiempos de carga.
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 9-12 horas
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