Análisis de Oil Rush

Análisis de Oil Rush
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La curiosa fusión que ofrece Oil Rush entre los títulos de estrategia tradicional y los populares juegos de defensa de torres se ha saldado con la que es, sin duda, una de las primeras sorpresas del año dentro del género estratégico. Desafiante, con una notable duración y un divertido multijugador, este es uno de esos títulos que no deberías perderte.

No es la primera vez que hablamos de la enorme popularidad que han adquirido los juegos de defensa de torres, que durante estos últimos años han invadido el mercado de los dispositivos móviles y el de las plataformas de distribución digital de PC y consolas. Una situación que ha avocado a la mayoría de estudios a buscar formas de diferenciarse del resto a través de lo estético y lo jugable, aunque no siempre con resultados positivos. Sin embargo, y aunque ha llegado a nuestras manos sin hacer apenas ruido, Oil Rush ha entrado en el grupo de los juegos que han logrado marcar la diferencia en ambos sentidos apostando por una ambientación desoladora, con la Tierra anegada por los océanos y una curiosa fusión de géneros entre la estrategia tradicional y los juegos de defensa de torres, que ha resultado tan sorprendente como divertida.

La guerra por el petróleo
Estamos acostumbrados a fortificar nuestras posiciones y aguantar las acometidas enemigas de la mejor forma posible pero… ¿qué pasaría si a la fórmula le añadimos la necesidad de atacar? Esto es precisamente lo que propone Oil Rush. Un juego en el que para acabar con el enemigo se deben conquistar el mayor número de puntos de control mientras se evita que el contrario haga lo propio con los que están bajo nuestro mando. Para ello, podemos construir tres tipos de medidas defensivas en torno a algunas de las plataformas marinas, con la opción de actualizar sus sistemas para que sean más efectivas. El problema es que para lograr un perímetro lo suficientemente poderoso hace falta mucho petróleo, y este, por desgracia, es un bien muy escaso.

Es aquí donde entra en juego la importancia de las unidades de combate. Sin estas, la mayoría de nuestras estaciones caerían en segundos ante las acometidas de los enemigos, ya sea por su gran número o por ser de un tipo con ventaja frente a nuestras defensas –sin torres antiaéreas, por ejemplo, los aviones y helicópteros pueden hacernos mucho daño-. Además, algunas de las plataformas no permitirán que construyamos a su alrededor, lo que significa que la única forma de protegerlas será mediante el empleo de estas tropas. Submarinos, motos de agua, barcazas con cañones pesados, aeroplanos… las opciones con las que contamos, sin ser muy numerosas, resultan más que aceptables, aunque en este punto conviene remarcar muy bien el cómo gestionamos todo esto.

En Oil Rush combatiremos en una gran variedad de localizaciones donde pueden surgir peligros especiales que rompan levemente con la monotonía.
En Oil Rush combatiremos en una gran variedad de localizaciones donde pueden surgir peligros especiales que rompan levemente con la monotonía.

Y es que en Oil Rush no ejercemos un control directo e individualizado sobre estas unidades de combate, a las que únicamente podemos ordenar que viajen de un nodo de control a otro para que respondan al fuego enemigo automáticamente. Pero además, tampoco las entrenaremos en las distintas plataformas que estarán bajo nuestro control. Regularmente, estas producirán a nuestras tropas hasta alcanzar el límite máximo en el nivel de población –que aumenta al conquistar más plataformas- sin que nosotros invirtamos recursos en su fabricación, más allá del tiempo que se tarda en entrenar, ni podamos decidir el número exacto de tropas de cada tipo que lucharán a nuestro lado.

¿Simple? Ciertamente lo es, pero no tanto como parece a simple vista. Básicamente, porque la táctica de coger a todas las unidades y lanzarlas a lo loco no funcionará, no porque vayan a morir, sino porque el enemigo aprovechará ese momento para arrebatarnos nuestras estaciones sin demasiadas dificultades. Por eso, será vital mantenerlas más o menos repartidas por todo el escenario –el juego permite dividir a las tropas y seleccionarlas en pequeños grupos- decidiendo qué puntos deben ser reforzados con este tipo de unidades, y cuales pueden mantenerse únicamente con las torretas defensivas. Un estilo de juego tremendamente frenético pero también, como vemos, muy estratégico, ya que a veces habrá que sacrificar plataformas para conquistar otras más importantes –por el tipo de tropas que brindan o por ser refinerías de petróleo.

La interfaz de usuario es clara, aunque hay aspectos que podrían haberse pulido algo más. La opción de dividir tropas, por ejemplo, a veces resulta engorrosa.
La interfaz de usuario es clara, aunque hay aspectos que podrían haberse pulido algo más. La opción de dividir tropas, por ejemplo, a veces resulta engorrosa.

Por otro lado, la figura del comandante también tendrá su importancia durante las partidas gracias a las habilidades especiales con las que podemos, por ejemplo, acelerar el proceso de construcción de unidades y estructuras, desmoralizar a los enemigos o atacar con Napalm; más aparte las habilidades pasivas que desbloquearemos en un sencillo árbol tecnológico con el que podremos mejorar el ataque y defensa de naves y torretas, la velocidad para recolectar el petróleo… o incluso llegar a lanzar bombas atómicas.

Con todo esto, la campaña individual ofrece un buen puñado de horas de entretenimiento que serán más o menos desafiantes dependiendo del nivel de dificultad seleccionado. Sin embargo, recomendamos sobre todo la vertiente multijugador, ya que hasta cuatro jugadores pueden enfrentarse individualmente o en equipo en un total de 15 mapas donde conquistar estaciones y mantener las propias, será una tarea mucho más dura y trabajosa. Por otro lado, no podemos olvidarnos del sobresaliente motor gráfico Unigine Engine, que nos ha sorprendido por la gran calidad que atesora en aspectos como la recreación del agua, las dimensiones y detalle de los escenarios, los efectos de luces y explosiones, así como la gran cantidad de unidades que pueden aparecer en pantalla sin pedir a cambio unos requisitos del sistema demasiado elevados.

El motor gráfico Unigine Engine resulta muy espectacular y es capaz de captar estampas idílicas con una gran facilidad.
El motor gráfico Unigine Engine resulta muy espectacular y es capaz de captar estampas idílicas con una gran facilidad.

Por supuesto, el modelado de las unidades y las plataformas marinas no es de lo más espectacular, pero el acabado general es muy notable; y a esto debemos sumar la posibilidad de disfrutar de una cámara cinematográfica con la que seguir, automáticamente, a cualquier unidad que seleccionemos en pantalla. Eso sí, el motor gráfico se muestra algo inestable en estos momentos, y las salidas al escritorio han sido más abundantes de lo deseado; algo que esperamos se corrija lo más pronto posible. En cuanto al apartado sonoro, las melodías son machaconas y algo repetitivas, pero los efectos de sonido están muy bien trabajados y resultan contundentes. Por último, hay que destacar que el juego no está traducido a nuestro idioma, así que los escasos diálogos que salpican al modo historia se mantienen en perfecto inglés.

Muy Bueno

Sin sello

Oil Rush

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

El que estemos ante un título tan intenso y frenético sin que pierda por el camino su componente estratégico nos demuestra que incluso en este género tan trillado, todavía hay espacio para disfrutar de nuevas experiencias de juego. Y eso es algo que suple con creces su falta de profundidad o la poca variedad de unidades de combate que presenta. En definitiva, un juego muy notable al que se debería dar, al menos, una oportunidad.

Jugadores: 1-4
Idioma: Textos en inglés y voces en lnglés
Duración:
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