Por momentos lo adoras… y luego te decepciona, aunque en el fondo no se puede negar que Armikrog, la secuela espiritual del clásico The Neverhood, es una buena aventura gráfica con la que es fácil pasarlo bien. Visualmente cautivadora con esa apuesta por la técnica de animación claymation, lo que más se le echa en falta es una historia trabajada de verdad y unos puzles más variados y desafiantes.
Nunca es fácil escribir con cabeza cuando es el corazón quien grita con mayor fuerza. Y justo eso es lo que nos ocurre al hablar de Armikrog, la secuela espiritual del clásico The Neverhood por la que muchos suspirábamos desde hace casi 20 años. Tiempo más que suficiente como para generar a su alrededor unas altísimas expectativas que ya os decimos esta nueva aventura gráfica no logra satisfacer. Pero sería demasiado simplista afirmar que esta obra de Pencil Test Studios decepciona por el mero hecho de no estar a la altura de lo esperado. Su mayor problema es que aun contando con una muy buena base de fondo, el título no explota prácticamente ninguna de sus virtudes.
Cierto es que hemos disfrutado cada paso que hemos dado a través de este universo de ciencia ficción construido con esa maravillosa técnica de animación tradicional llamada claymation, que emplea materiales como la arcilla o la plastilina para crear vida. Y ya veis que el resultado es simplemente espectacular. Puro amor. Sin embargo, durante nuestro periplo por el mundo de Armikrog no nos ha abandonado en ningún momento esa extraña sensación de que "aquí falta algo"; de que esto no funciona tan bien como desearíamos ya sea porque el argumento es demasiado simplón, con un papel meramente testimonial, o porque los rompecabezas, si bien son buenos, no están al nivel de su antecesor. Así que… ¿merece o no merece la pena? Difícil respuesta.
A la sombra del mito
Dispuestos a encontrar una fuente de energía capaz de salvar su mundo natal, Tommynaut y su fiel compañero Beak-Beak, que es un perro, han terminado estrellando su nave en un enigmático planeta donde parece se haya la respuesta a todos sus problemas. Y tristemente poco más podemos contaros de la historia de Armikrog, ¡pues no hay mucho más que decir! Excesivamente superficial para nuestro gusto, el guion de esta aventura no aporta prácticamente nada de información sobre el dueto protagonista, ni sobre las motivaciones que llevan al villano de turno a actuar como lo hace, ni sobre el atractivo mundo por el que nos movemos… ni nada de nada.
Por no haber no hay ni tan siquiera conversaciones como tal, más bien un par de frases sueltas que tampoco aportan gran cosa, ni existe la opción de mirar un objeto o paisaje, que los hay muy bonitos, para que el simpático Tommynaut describa con líneas ingeniosas qué es lo que está viendo. Lo que a su vez trae consigo problemas a nivel jugable, pues no siempre queda claro si se puede o no interactuar con ciertos elementos del entorno. Con un "esto no tiene sentido" o "métete ese palo por donde..." habría bastado. Pero no es el caso. Como tampoco es posible acceder al inventario para, ya ves tú que raro, comprobar qué objetos hemos recolectado para así tratar de dar respuesta a los rompecabezas con los que nos toparemos.
Armikrog apuesta en este caso por un desarrollo de la acción bastante simple en el sentido de que nos bastará con clicar sobre cualquier elemento del escenario para que nuestros protagonistas, que podemos y debemos controlar por separado para resolver ciertos rompecabezas, actúen como deben. Así que no hay margen de error. Si tenemos el objeto necesario Tommynauts actuará en consonancia; si no, no pasará nada y nos tocará buscar esa "llave" que nos permita seguir avanzando. Lo bueno es que aun siendo una aventura lineal, el juego te invita a explorar varios escenarios a la vez para ir resolviendo puzles de manera no secuencial.
Artísticamente Armikrog es sencillamente espectacular
¿Te has atascado en una prueba? Avanza un poco más a ver si por el camino encuentras las pistas necesarias. ¡Que las hay! Aunque solo las descubriréis si prestáis atención a los escenarios. Que es otra de las cosas que nos encantan. Coger una libreta y tomar notas, hacer dibujitos o apuntar ideas. Todo vale con tal de resolver una serie de pruebas lógicas que sin ser excesivamente duras, sí suponen un reto bastante interesante. Lo malo es que algunas de estas pruebas se repiten en varias ocasiones, restándole encanto al conjunto final. Especialmente cuando hablamos de una aventura gráfica que se puede superar en unas cuatro horas. Demasiado poco tiempo como para andar reciclando puzles, que además por norma no son particularmente originales.
Si lo comparamos con The Neverhood, Armikrog sale "perdiendo" en la mayoría de ocasiones, pues su antecesor es mejor a nivel argumental, posee puzles más elaboradores y mayores opciones de exploración. Hasta se echa en falta ese gran y absurdo sentido del humor que destilaba la obra original en su momento, mucho más diluido en este juego de Doug TenNapel, creador de personajes insignes como el mítico Earthworm Jim. Por no hablar del desenlace, que es algo abrupto y bastante flojete.
Un lanzamiento accidentado
Nuestras ganas de disfrutar de esta aventura gráfica point & click se han topado además con un enemigo inesperado: una arcaica interfaz de usuario indigna de una obra de estas características. En su momento se recaudó cerca de un millón de dólares, así que no entendemos cómo es posible que el puntero que usamos para movernos por el mundo de Armikrog sea la típica flecha de Windows. Y ya no es solo por estética, es que esto dificulta horrores la navegación, pues nunca sabes con qué objetos se puede o no interactuar; amén de ser impreciso. El menú principal es también digno merecedor de aparecer en un manual de cómo no deben hacerse las cosas.
Prácticamente sin opciones de configuración gráfica, sin alternativa de controlar el volumen de la música o efectos ambientales, y con la obligatoriedad de acudir al menú Opciones para grabar la partida, Armikrog es por decirlo claramente un despropósito. El juego presenta además en estos momentos diversos errores de variable gravedad: los subtítulos no siempre aparecen cuando toca, la música desaparece en momentos puntuales de la partida, las voces suenan como enlatadas aun cuando se ha recurrido a un equipo de dobladores profesionales y, por desgracia, hay también errores que pueden impedirnos acabar la partida. En nuestro caso, sin saber muy bien cómo el perro Beak-Beak fue capaz de alcanzar una zona elevada antes de hora, quedándose atrapado allí por los siglos de los siglos. ¿Solución? Cargar una partida previa a ese momento. Lo que es incomprensible teniendo en cuenta que el juego se ha retrasado un par de meses para corregir, imaginamos, esta clase de errores.
Recaudó cerca de un millón de dólares en Kickstarter: ¿cómo es posible que el puntero que usamos para movernos sea la típica flecha de Windows?
Cuestiones que entendemos se podrán solucionar con parches -recientemente ya se ha publicado una actualización que arregla algunas cosas-, pero que obviamente ensombrecen un lanzamiento que muchos esperábamos con gran ilusión. ¿Son tan graves como para merecer un suspenso? Entendemos que no, pues una vez empiezas a jugar con Armikrog no quieres abandonarlo. Y eso habla muy bien en su favor. Pero son máculas que terminan afectando a un juego que lleva la palabra "decepción" grabada a fuego.
Desde el punto de vista artístico hay pocos juegos así de llamativos. Cada personaje, cada escenario, cada animación realizada a mano por el equipo Pencil Test Studios suponen una asombrosa muestra de pasión y cariño por su trabajo. Las escasas secuencias cinemáticas a las que asistiremos, si bien poseen una resolución más baja de la esperada, son geniales; puro cine de animación. Y la música del veterano Terry S. Taylor casa muy bien con el tono místico por el que apuesta la aventura, aunque está algo por debajo de su trabajo en el original. El tema principal, eso sí, es fantástico. Imposible no tararearlo. Además, conviene destacar que el juego ha sido traducido al español, manteniendo las voces originales en inglés.
Nunca es fácil resumir en un par de líneas si merece o no la pena comprar un videojuego, y menos cuando hablamos de un título como Armikrog, con tantos claroscuros. Es una aventura gráfica interesante que enamora por su particular estilo artístico y ese toque propio de la "vieja escuela" que la define, pero a su vez es también un juego que decepciona, que no cumple en aspectos donde esperábamos sentara cátedra: la historia es meramente testimonial, los protagonistas y el villano están desaprovechados, y ni tan siquiera los puzles son tan complejos como cabría esperar de la secuela espiritual del clásico The Neverhood. Hay calidad y buenas ideas de fondo, pero no todas están ejecutadas con la maestría que todos querríamos.
- El diseño artístico es fantástico. La animación con plastilina está muy trabajada
- Los puzles están bien, con pruebas clásicas de anotar datos en una libreta…
- … aunque no son muy difíciles y algunos retos se repiten
- La interfaz de usuario. Demasiado pobre, imprecisa… se siente anticuada
- El juego es breve. La historia no tiene el peso que esperábamos
- Algunos errores de programación enturbian la experiencia. Al menos en su estreno
