Análisis de Papers, Please. Gloria a Arstotzka

Análisis de Papers, Please. Gloria a Arstotzka
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Con una premisa aparentemente tan sencilla como llevar el control de un puesto fronterizo, Papers, Please logra enganchar como el que más. Bienvenido aArstotzka, una república independiente de inspiración soviética que abre sus fronteras por primera vez. Con todo lo que ello conlleva.

¿Qué es Papers, Please? Con un puñado de imágenes, es difícil hacerse una idea de qué va este juego. Somos un inspector de aduanas en el paso fronterizo a nuestro país, que por primera vez ha abierto las puertas. Una especie de Checkpoint Charlie donde tendremos que revisar los pasaportes de los que intentan atravesar el control y comprobar que toda su documentación está en regla. Una vez lo revisemos, estampamos nuestro sello tanto si el pase es aprobado como si es denegado. A medida que vayamos progresando, el juego aumentará la dificultad creando nuevas reglas de estado, donde además de pasaporte se pedirán más y más papeles según el motivo del traslado del ciudadano. Puede ser un permiso, un carnet de identidad, un pase de trabajo, Etc., aumentando las posibilidades de que nos dejemos un detalle sin revisar, y muchas de las personas que crucen la frontera intentarán colarnos papeles falsos o caducados. Si dejamos pasar demasiados ciudadanos sin la documentación adecuada, se nos irá descontando del sueldo, mientras que si lo hacemos bien, iremos ganando bonificaciones.

Simulador de Aduana

Papers, Please es un ejercicio de ponerse en la piel del otro. Todos hemos sentido la presión de cruzar una frontera, si llevamos todos los papeles en regla, los cambios en la seguridad según la actualidad política... Pero ahora somos nosotros los que estamos al otro lado del cristal y deberemos comprobar que todos los papeles cumplen las condiciones de nuestro glorioso estado: Arstotzka. Una tendencia diferente que se ha ido imponiendo en los últimos años dándole la vuelta al videojuego tradicional, el cual nos acostumbra a ponernos en el papel del héroe que salva al mundo, pero con Papers, Please u otros juegos como Truck Simulator la cotidianidad se fusiona con la diversión. ¿Puede la rutina ser divertida y valer como experiencia interactiva? Es algo que muchos estudios independientes se han preguntado alguna vez y el tema de lo cotidiano es analizado en muchas obras siempre para hacer pensar al jugador. Pero con esta obra su diseñador Lucas Pope alcanza cotas de profundidad más interesantes, gracias a sus connotaciones políticas.

Es precisamente lo que sentiremos al jugar a Papers, Please: rutina. Puede resultar aburrido, como lo es cualquier acción repetitiva, pero Papers, Please se las ingenia para utilizar este defecto a su favor. Al igual que podría ocurrirle a cualquier persona en su intento de escapar del día a día, el juego nos intentará seducir con incentivos, de poder conseguir un pellizco extra o incluso de apoyar a las facciones rebeldes que no están a favor del régimen totalitario de la Arstotzka. Todo parece simple y sin repercusiones, hasta que cuando bajamos nuestra atención dejamos pasar a un terrorista que se inmola a nuestro lado de la frontera. Es entonces cuando dejamos de ver las cosas como un juego y Papers, Please logra involucrarnos totalmente en el mensaje que intenta transmitir.

El interfaz puede parecer extraño a simple vista, pero contiene todos los elementos para crear una de las obras independientes más interesantes del año.
El interfaz puede parecer extraño a simple vista, pero contiene todos los elementos para crear una de las obras independientes más interesantes del año.

La rutina como forma de diversión

Sin embargo, por mucho que Pope utilice la rutina para contar su historia, no puede evitar hacer demasiado bien su trabajo. Tras unas cuantas horas de juego, llega el fatídico momento de sentirnos algo aburridos ante nuestras ordenadores, como si realmente estuviéramos tras una ventanilla haciendo lo mismo una vez. El juego cuenta con ello, porque cuanto menos atención prestes más posibilidades hay de que se nos cuele alguien con documentación falsa. Pero con el aburrimiento, llegan las trampas. Para salir de la rutina y de paso ganar algo más de dinero, se nos propondrán diversas actividades como aliarnos con el guarda de seguridad: si detenemos a más gente, el guarda cobrará un extra y nos repartiremos los beneficios. Algunos nos intentarán sobornar con dinero u otros detalles, mientras que otros apelarán a nuestras ideas políticas para ayudarles a colar a personas sin documentación por la frontera.

Es ahí cuando un trabajo en principio tan simple como el que nos propone Papers, Please se convierte en todo un reto. El título bebe mucho del Roguelike, ese género despiadado donde sólo disponemos de una vida y la muerte es permanente. Si bien aquí podemos cargar partida, llegará algunos momentos en los que estaremos ante una situación sin salida, sin más remedio que volver a repetir desde el principio con la lección bien aprendida.

Gloria a Arstotzka

Existen multitud de formas de terminar despedidos o incluso entre rejas. En cualquier momento puede venir un inspector y si alguien tiene alguna queja de nuestro comportamiento nos denunciará. Si cometemos demasiadas infracciones nos despedirán, mientras que si no podemos pagar nuestros gastos por no haber hecho el trabajo eficientemente terminaremos en la calle.

Quizá, de todos los mensajes que maneja Papers, Please, el peor tratado sea uno de los más importantes: la gestión de las necesidades de la familia. Al terminar el día podremos ver cómo se encuentra tanto nuestra mujer, como nuestro hijo, como nuestro padre o nuestra suegra. Si no podemos pagar comida, calefacción o medicinas, poco a poco irán cayendo enfermos hasta el punto de poder morir. El problema es que para nosotros resultan incluso menos reales que los propios ciudadanos que atraviesan la frontera, pues sólo son unas palabras escritas en la parte derecha de las estadísticas. Un mejor uso de este recurso habría conseguido que nuestra implicación con ellos hubiera sido mayor, y que las decisiones a la hora de plantearnos si dejarnos sobornar o traicionar a nuestro país hubieran sido más duras de tomar.

Algunos ciudadanos intentarán engañarnos de todo tipo de formas, desde las más torpes a ingeniosas. Pero siempre tendremos que preguntar, no vaya a ser realmente mujer como dice su pasaporte.
Algunos ciudadanos intentarán engañarnos de todo tipo de formas, desde las más torpes a ingeniosas. Pero siempre tendremos que preguntar, no vaya a ser realmente mujer como dice su pasaporte.

Totalitarismo pixelado

Con sólo unos cuantos píxeles por gráficos y muchos menús contextuales, el título es capaz de contar lo que muchos otros no se atreven. Todo el juego se reduce a un plano general del paso fronterizo, junto a la perspectiva en primera persona de nuestra cabina, el ciudadano que va a atravesar el paso y nuestra mesa de trabajo, con todos los utensilios necesarios para comprobar que la información es correcta y estampar nuestro sello. En cuanto al sonido, poco más necesita el juego que una pegadiza canción y unas cuantas voces en un idioma inventado para hacer impecablemente su trabajo.

Con todo, Papers, Please es un título que puede darnos para muchas horas de diversión o de cotidianidad, según se mire. El juego cuenta con dos modos: el historia, en el que seguiremos un planteamiento y podremos llegar a varios finales si logramos ir superando los retos diarios; y el infinito, el cual como su nombre indica no tiene final alguno y nos reta a llegar lo más lejos que podamos.

Normalmente, en el mundillo independiente, siempre hay una pareja de oro. Un diseñador y un programador que se distribuyen el trabajo para crear un juego muy inspirado. Pero hay algunos y escasos ejemplos en los que un sólo hombre o mujer puede con todo. Lucas Pope es uno de esos genios que ha sabido administrar sus recursos gracias a una magnífica idea, de esas que no se pueden traspasar a la pantalla grande del cine o a un libro, sino que dominan el lenguaje de videojuegos como ninguno y nos hacen replantearnos mucho de lo que pensamos haber experimentado como jugadores. Si buscas algo diferente, no hay nada más distinto en todo el año que Papers, Please. Gloria a Arstotzka.

Magnífico

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Gloria a Arstotzka

Papers, Please

Por: El equipo de 3DJuegos
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Puede parecer muy simple, pero Papers, Please puede dar para muchas horas de diversión ante un planteamiento tan extraño y rutinario como el control de un paso fronterizo. Su gran mensaje que se va construyendo en la cabeza del jugador sin juicios por parte del videojuego lo convierten en una de las propuestas independientes más importantes del año.

  • Sus múltiples mensajes sobre la rutina, la política y la ética del trabajador.
  • Sorprendentemente adictivo.
  • La gestión de la familia podía haber sido tratada mejor.
  • En algunos casos, la rutina puede ser, irremediablemente, aburrida, aunque se utilice en beneficio de la obra.
Jugadores: 1
Idioma: Textos en inglés
Duración: 5-12 horas
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