En Cobalt te enfrentarás a tiroteos, puzles, saltos, infiltración y hasta batallas competitivas contra amigos, pero sobre todo disfrutarás de una gran aventura de acción plataformera sorprendentemente completa a nivel de contenidos. Hay mucho que hacer y descubrir en este juego editado por los creadores de Minecraft, que especialmente os lo hará pasar en grande con su faceta multijugador.
Su esencia es la de una aventura de exploración al más puro estilo Metroid, pero Cobalt es también un juego de disparos en 2D con mucho plataformeo, algún que otro puzle, e incluso una pizca de infiltración. Y por si todo esto no fuera suficiente, tiene además multijugador cooperativo y competitivo. ¿Demasiadas cosas como para funcionar bien? Los seis años de trabajo que Oxeye Game Studio ha dedicado a crear su obra se notan especialmente en lo bien que todas estas piezas se unen en un todo por momentos brillante; así que sí, Cobalt funciona y lo hace de maravilla. Aunque a veces te deja con la sensación de que no aprovecha todo su potencial. Que no es poco.
El punto de partida de esta aventura nos llevará a la superficie de un mundo desconocido donde pronto descubriremos, en la piel del robótico protagonista que da nombre al juego, que algo no va bien. Una extraña inteligencia artificial ha tomado el control del lugar y ahora la mayoría de robots que habitan el planeta son seres hostiles que dispararán antes de preguntar siquiera qué hacemos allí. Así que ya podéis ir olvidando la clásica táctica del "corre y dispara que a algo le darás". Tal es la cantidad de enemigos que se cruzarán en nuestro camino y tantas las trampas que encontraremos de por medio, que o jugamos con cabeza o la muerte será nuestra única recompensa. Y esto significa sacar máximo provecho a los escenarios. Ocultarse cuando toque o buscar rutas alternativas que permitan sorprender a los enemigos desde posiciones ventajosas.
Planeta Prohibido
Quién lo diría a tenor de los primeros compases de la aventura. Correr, saltar y disparar; poco más necesitaremos para sortear los desafíos con los que Cobalt nos da la bienvenida. Pero es tan solo un espejismo. Una bonita forma de mostrarte cómo funciona un juego que pronto demuestra que es implacable con los fallos. Activa una trampa sin darte cuenta y en cuestión de segundos te verás rodeado de enemigos. Y de nada servirá correr sin control. El disparo lejano de un francotirador te demostrará a las malas que o prestas atención al escenario o estás muerto. Lo que nos encanta.
A nuestro favor contamos con una amplia variedad de armas y objetos de combate como granadas, minas, bombas cegadoras y demás que bien usados, causarán estragos entre las filas enemigas. En este sentido el ritmo de la acción es trepidante, aunque Cobalt nunca llega a convertirse en un juego de disparos al uso. Hay muchos tiroteos, sí, pero hay que afrontarlos con inteligencia; sacando partido del escenario y de las propias habilidades acrobáticas de nuestro héroe, que podrá rodar por el suelo para esquivar los ataques enemigos o incluso "devolver" sus disparos si ejecuta la acción en el momento preciso. Una idea que da mucho juego y hasta luce espectacular cuando la secuencia se ve acompañada del clásico "tiempo bala", que se activará de forma automática en momentos puntuales de la partida.
Cobalt es un juego enorme, pero da la sensación de que no llega a explotar todas sus fortalezas
Los enemigos responderán además con las mismas armas a nuestros ataques. Rodarán por el suelo, lanzarán granadas y hasta activarán escudos que nos obligarán a golpearles por la retaguardia. Lo que contribuye a aumentar el frenetismo e intensidad de unas batallas con las que es difícil aburrirse. Saltos imposibles, disparos en el aire, movimientos de esquiva, explosiones… tal es el caos que se genera a nuestro alrededor que a veces cuesta discernir de dónde vienen los disparos. Cosa que nos encanta, aunque también tiene sus pegas. Dada la fragilidad de Cobalt, que puede morir tras recibir un simple balazo, puede ser frustrante caer bajo el fuego de un enemigo al que no ves -caso de los francotiradores; por no mencionar las aglomeraciones, esos grupos de robots homicidas que nos avasallarán sin darnos muchas oportunidades. Menos cuando reapareces en un punto de control situado justo donde también aparecen los refuerzos enemigos. ¡Es un infierno!
Por fortuna el diseño de niveles raya a un buen nivel, por lo que estas situaciones se producen de forma esporádica. Nos gusta además la variedad de localizaciones y lo bien que aprovechan las peculiaridades de la acción de Cobalt, aunque llega un punto en el que notas que le falta algo; que no saca partido a todo el potencial que esconde la obra. Los rompecabezas están bien, pero pronto caen en lo repetitivo o son demasiado simples para lo que podrían haber sido. Lo mismo ocurre con los jefazos. Están ahí, pero no plantean retos que difieran mucho de los que ves a lo largo de la aventura.
La exploración, del mismo modo, tiene un peso primordial a lo largo de toda la aventura, pero el juego tampoco invita a que desees perderte por un mundo repleto de secretos, de montones de objetos y armas únicas con las que personalizar al héroe, pero bastante discreto en lo visual. Tiene su encanto, sobre todo si hablamos del diseño de los robots, pero en líneas generales le falta personalidad; algo más de atrevimiento a la hora de dar forma a ese enigmático planeta en el que nos sumerge. Y en esas estamos.
La variedad y amplitud de contenidos que oferta es asombrosa. Cobalt es un juego enorme; gigantesco, para qué engañarnos, pues completar su modo historia puede llevarnos cerca de doce horas. Pero rara vez brilla en esta campaña principal, no llega a explotar todas sus fortalezas. Lo contrario a lo que ocurre en su vertiente multijugador, que es pura diversión. Da igual que combatáis junto a vuestros amigos en misiones de supervivencia, enfrentándoos a infinitas oleadas de robots, o que decidáis partiros la cara en duelos competitivos para ocho jugadores. Cobalt es salvajemente divertido en esta clase de duelos, donde el uso de las esquivas o el buen aprovechamiento del tiempo bala os hará vibrar de emoción. Lástima que el sistema de control a veces no sea tan preciso como debiera.
Ejecutar algunas de las acciones más complejas, o incluso dar en el blanco cuando por ejemplo nos deslizamos por el suelo, no es tarea sencilla debido a la apuesta por un apuntado automático que no siempre fija la atención en los enemigos que tienes frente a las narices. Y eso puede resultar frustrante, claro, porque los rivales no fallan. Tienen una precisión milimétrica que asusta. Así que perderéis la vida en situaciones de juego injustas. ¿Tan grave como para abandonar la partida? Por supuesto que no. Cobalt es divertido y su acción tan intensa, que pese a todo querrás seguir hasta el final.
El juego en su versión para PC cuenta además con otro aliciente: su editor de niveles, que ya en estos primeros días nos ha permitido probar toda clase de locos escenarios que incluso imitan lo visto en otros videojuegos. Junto al multijugador, este añadido puede alargar de forma considerable la vida útil de Cobalt.
Realmente divertido en su faceta multijugador y con montones de contenidos por explorar, la mayor fortaleza de Cobalt es que reúne en una misma coctelera una amplia variedad de estilos jugables sin que ninguno desentone. Hay acción, plataformeo, puzles y mucha exploración. Y todo funciona bien. Le falta algo más de chispa en el diseño de sus niveles, que llegado el caso no aprovechan del todo el gran potencial jugable de la obra. Pero la experiencia, tanto si juegas solo o en compañía de otros, es interesante.
- Tiroteos, plataformas, sigilo, exploración… Cobalt tiene de todo
- Gran variedad de modos de juego, multijugador competitivo y cooperativo incluidos
- El editor de niveles en PC garantiza incontables horas de juego
- Ciertas imprecisiones en el sistema de control
- La aparición repentina de enemigos y picos de dificultad mal ajustados
