Square Enix sigue trasladando con muy buen criterio toda la serie (o gran parte de la misma, al menos) Dragon Quest a los formatos iOS y Android actuales. Y la última obra en llegar es Dragon Quest II, uno de los grandes clásicos del género que nos dejó la NES.
Es un auténtico privilegio seguir disfrutando de la extraordinaria saga Dragon Quest. Ahora que está cerca de aparecer una nueva edición del mismo (al menos en Japón), el esperadísimo Dragon Quest Heroes para PS4, Square Enix sigue proporcionando a los usuarios de aparatos Android e iOS la posibilidad de experimentar muchos de sus episodios clásicos. Y el más reciente en aterrizar es Dragon Quest II, uno de los capítulos más aclamados de la serie que supuso una verdadera revolución en NES, la plataforma que lo acogió en su versión original. Y es que esta entrega expandió todo lo bueno que experimentamos con la llegada del primer título de la serie, contando una vez más con un equipo de genios detrás.
El gurú Yuji Horii, el talentoso ilustrador y creador Akira Toriyama y el artista Koichi Sugiyama fueron las tres figuras clave que dieron vida a esta portentosa aventura JRPG, que argumentalmente continuó con lo sucedido en Dragon Quest I. De esta forma y un siglo después de lo visto en dicho final, el sacerdote supremo y malvado Hargon consigue traer de nuevo al mundo una horda de demonios que invaden cada uno de los reinos, condenando y eliminando a los soldados, reyes y demás personas que encuentran a su paso. Y eso incluye a la nación de Midenhall.
Por fortuna y después de la debacle de su pueblo, el príncipe de la devastada Midenhall decide acabar con Hargon y su ejército de demonios, buscando a varios aliados para ayudarle en su aventura, dos de ellos descendientes directos de la heroica estirpe Erdrick. Una trama bastante más seria de lo que suele ser habitual en el género de los JRPG (al menos en la actualidad) cuyo único defecto es que está narrada en inglés, tened esto en cuenta.
Aventura colosal
El mapeado en el que tiene lugar esta epopeya rolera es algo más vasto que el disfrutado en el primer Dragon Quest. Podemos movernos con relativa libertad de una zona de juego a otra mediante un mapamundi bastante típico, siendo necesario ir afrontando constantes combates aleatorios contra todo tipo de criaturas, Slimes incluidos, por supuesto.
En estas batallas que transcurren bajo una perspectiva en primera persona y siempre por turnos podemos llevar a cabo las acciones tradicionales, no demasiado numerosas en este caso. Atacar de varias maneras distintas, defendernos, tratar de escapar o usar objetos son las principales, pudiendo eso sí marcar la pauta de combate que deseemos que sigan nuestros compañeros de grupo. A pesar de su sencillez, estas peleas se hacen bastante amenas y relativamente dinámicas, aunque los usuarios menos pacientes seguramente no terminen de tolerar su carácter aleatorio.
La exploración también es fundamental. Todos los escenarios que visitamos, ya sean praderas, montañas, ciudades o las clásicas mazmorras, ocultan numerosos cofres y tesoros. Y tanto el dinero como los objetos que vamos recolectando nos ayudan de veras en nuestra misión, dado que no estamos ante una aventura fácil de superar precisamente, siendo "old school" en ese sentido.
Para movernos de un lugar a otro podemos hacerlo tanto a pie como a bordo de un barco, ideal para cubrir grandes distancias por mar, siendo justamente ésta una de las novedades más llamativas que incorporó esta edición en relación al primer Dragon Quest.
La mejora paulatina de los personajes también es una tarea primordial, y más a partir de la segunda mitad de la aventura, cuando la dificultad empieza a apretar. Y para terminar, también es necesario dialogar con los diferentes (los hay a patadas) personajes secundarios que campan a sus anchas por los diferentes pueblos y ciudades, pudiendo interactuar con ellos de varias formas. En suma, se trata de un desarrollo muy tradicional pero no por ello le resta interés, más bien todo lo contrario, siendo realmente absorbente una vez te acomodas a su mecánica.
Además el sistema de control ha sido integrado de manera perfecta, con un stick y botones virtuales en pantalla que funcionan verdaderamente bien, siendo éste aspecto uno de los grandes valedores de esta conversión.
Metiéndonos ya en su apartado gráfico, como imaginaréis se trata de un título muy clásico. Sprites y escenarios 2D bastante sencillos son la tónica que presenta la aventura, si bien a pesar de su sencillez y de haberse quedado algo desfasados siguen mostrando un encanto especial.
El sonido ha aguantado mejor el paso del tiempo y ha sido reajustado. La banda sonora es una auténtica maravilla, siendo una de las mejores producciones jamás concebidas por Koichi Sugiyama. Dichas melodías acaparan gran parte del protagonismo en este sentido, dado que no existen diálogos y los efectos sonoros son minimalistas.
Square Enix nos brindó a muchos jugadores obras clásicas sensacionales durante casi dos décadas, siendo Dragon Quest II una de sus obras más importantes de su primera etapa. No la dejéis escapar en esta nueva versión para formatos móviles.
Otro magnífico RPG clásico que ha sido convertido con acierto a los formatos iOS y Android, respetando toda su magia y encanto originales e integrando un sistema de control táctil realmente cómodo y fiable. Una obra maestra del rol que os mantendrá entretenidos durante muchos días.
- El sistema de avance sigue siendo sensacional
- Los personajes son tremendamente interesantes y están bien perfilados
- Nada de microtransacciones: es el juego entero
- Preciosas ilustraciones de Akira Toriyama
- Gráficamente no está mal, pero está algo desfasado
- La historia es bastante densa y está narrada en inglés
