Análisis de Bombshell. La estela de Duke Nukem

Análisis de Bombshell. La estela de Duke Nukem
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¿Duke Nukem? No, ¡Bombshell! Se acaba el enésimo culebrón de un videojuego de 3D Realms, y tenemos por fin su propuesta de shooter sin complicaciones y de perspectiva isométrica. Protagonista femenina con ganas de hacer que todos los extraterrestres que pisan nuestro planeta muerdan el polvo. ¿Qué tal ha resultado el experimento? Te lo contamos.

La historia de Bombshell ha sido larga y, por momentos, incluso farragosa. El videojuego nació como una nueva aventura de Duke Nukem pero con un planteamiento muy distinto, visualización desde perspectiva isométrica y elementos roleros para una reinvención de las aventuras de nuestro macarra favorito. ¿Qué pasó? Un interminable litigio legal que acabó con Duke Nukem: Mass Destruction como lo conocíamos para convertirlo en Bombshell, y que sustituyó al héroe protagonista por Shelly Harrison, una jovencita de armas tomar que no tiene nada que envidiar a su partener en cuanto a fiereza y malas pulgas pero que sí está a importante distancia en términos de carisma.

Y ese es uno de los principales elementos que caracterizan al título, no hay un solo elemento que le haga sobresalir respecto de cualquier otro lanzamiento de perfil similar. Su esfuerzo por incorporar elementos de progresión o las referencias a los RPGs de más éxito del momento en cuanto a su diseño son bienvenidas, sin embargo hace falta mucho más para triunfar. Su estilo de acción funciona porque el control es exacto y la cámara isométrica es algo que muchos aficionados adoran y en lo que el género no se prodiga en los últimos tiempos, no obstante son necesarios como aderezo muchos de los elementos que doten de identidad, interés y atractivo a medio plazo a una producción de estas características… Y la obra que nos ocupa carece de casi todas ellas.


Señora de Duke

En el videojuego somos Shelly Harrison, también conocida como Bombshell, una ingeniera de explosivos que acaba convertida en mercenaria a sueldo. ¿Qué le ha empujado a esta situación? El momento límite que vive la Tierra, asolada por una plaga extraterrestre de feroces y demoledoras criaturas que nos lleva a un viaje a lo largo de cuatro planetas que debemos limpiar de cualquier rastro de vida xenomorfa. El pasado de nuestra heroína incluye una veteranía en el ejército de la Global Defense Force, labores donde perdió su brazo que es sustituido por una pieza mecánica de enorme poder destructivo, así que podemos hablar de un personaje que está debidamente preparado para el combate a gran escala. El presidente ha sido secuestrado y debemos rescatarlo, dando así el pistoletazo de salida a una campaña que podemos superar en algo más de 10 horas de misiones principales y secundarias que se disponen en un estilo similar al de Diablo, las obtenemos en conversaciones con NPCs en zonas seguras, pero que están francamente mal escritas y acompañadas de diálogos a menudo sonrojantes.

Algunos de los escenarios guardan profundas reminiscencias con emblemáticos lugares de Diablo.
Algunos de los escenarios guardan profundas reminiscencias con emblemáticos lugares de Diablo.


A pesar de la manifiesta pobreza narrativa del título, su punto de partida se trata del pretexto perfecto para construir una experiencia jugable del estilo Action-RPG. Una que tan buenos resultados potenciales podía ofrecer, pero que tan lejos de obtener un acabado brillante ha terminado. Los motivos tienen que ver con que, sencillamente, crear una obra de estas características no es tan fácil como la de consolidar una propuesta que se maneje bien y cuyos pilares estén firmemente establecidos imitando grandes representantes del género, ya que el estudio debe aportar no sólo algo de su parte en cuanto a inventiva sino también hacer las cosas con talento, chispa e inspiración, y no limitarse a repetir la fórmula como si de un restaurante de comida rápida se tratara… Replicándola, además, con materias primas mucho peores. Hay niveles y miles de enemigos, pero en ningún momento vamos a sentir demasiada satisfacción acribillándolos.

La estela de Duke Nukem


Las mecánicas jugables son sencillas y funcionan, pero el desarrollo en sí mismo es aburrido y muy poco estimulante

Y es que, como decimos, las bases de Bombshell en cuanto a manejo y disposición de sus mecánicas jugables están bien asentadas, son sencillas y funcionan. Respetando todos los elementos clave de un shooter de perspectiva isométrica, podemos desplazarnos con el teclado o el stick izquierdo de un hipotético pad y apuntar hacia dónde queremos disparar con el ratón o el stick derecho, respectivamente. Es cómodo manejar el arsenal y es sencillo equipar las granadas o las habilidades de las que dispone el personaje, y accionarlas para tratar de desequilibrar los combates con maniobras como un puñetazo brutal u otra de desplazamiento rápido que nos permite acercarnos a los enemigos como una centella o tratar de escapar de ellos. Asentados los pilares básicos para el buen funcionamiento de un título de estas características, ¿cuál ha sido el problema? Que el desarrollo en sí mismo es aburrido y muy poco estimulante.

La estela de Duke Nukem


Algunos de los escenarios guardan profundas reminiscencias con emblemáticos lugares de Diablo. 

El uso de torretas ametralladoras le da un respiro a la perspectiva isométrica, pero no tanto a una jugabilidad plana.
Algunos de los escenarios guardan profundas reminiscencias con emblemáticos lugares de Diablo. El uso de torretas ametralladoras le da un respiro a la perspectiva isométrica, pero no tanto a una jugabilidad plana.


A lo largo de los cuatro planetas que visitaremos, tres de perfil alienígena y el propio planeta Tierra en primera instancia que servirá de prólogo, vamos a arrasar miles de enemigos sin pestañear, pero dentro de una dinámica no demasiado desafiante y sin mucho interés. A menudo este perfil de videojuegos cuando no son capaces de apelar a una dinámica jugable interesante lo compensan con una atractiva propuesta de progresión. El de esta producción es muy pobre y plano, con escasas posibilidades y más bien poco atractivo. Así que el caso del juego de Interceptor Entertainment, que no es capaz de ofrecer algo competente ni por uno ni por otro lado, queda en una preocupante inoperancia que, en función del perfil de aficionado que seamos, puede acabar deviniendo en sopor a corto plazo sino somos un auténtico especialista en disfrutar de experiencias de este tipo… Incluso de las más mediocres como es el caso.

Así mismo hay algunas decisiones que no ayudan, desde luego, a que acabemos de disfrutar de la experiencia. Para empezar la escasez de munición tiene el lado positivo de que nos obliga a explorar el escenario y a sacar el máximo partido de nuestro ingenio dando con cajones que nos permitan recargarla, sin embargo la contraprestación es obvia en el sentido de que casi nunca nos permite usar el arma que realmente necesitamos para cada situación. Hay recortadas, automáticas, semiautomáticas y una generosa variedad en el arsenal, el problema es que muchas veces no podremos emplear la que nos apetece o la que indicada para una determinada situación puesto que no siempre coincidirá en que sea de la que disponemos munición. También hay elementos que no parecen bien pensados como el de las ejecuciones, que puede que nos llamen la atención en primera instancia pero que al poco tiempo acabaremos desechando por su componente intrusivo y por el hecho de que nos obliga a perder el control sobre el personaje durante demasiado tiempo y en circunstancias que no siempre serán favorables. Los jefes finales, por si fuera poco, ayudan a ofrecer un respiro en ofertas de este tipo, sin embargo aquí su presencia es tosca y poco interesante, siendo más una molestia a superar que una distracción sorprendente o atractiva entre tanta masacre.

Los jefes finales, en ocasiones, tienen diseños curiosos, pero a efectos jugables no aportan demasiado.
Los jefes finales, en ocasiones, tienen diseños curiosos, pero a efectos jugables no aportan demasiado.


Si hay mucho del Action-RPG de Blizzard, incluso en términos de diseño artístico la referencia de Diablo es más que obvia. Algunos de los planetas que visitamos tienen un aspecto que parece directamente deudor de las zonas más cercanas al averno de aquel, la elección de colores, el aspecto de los escenarios e incluso el diseño de los propios enemigos a los que tendremos que plantar cara. El hecho de haber escogido a extraterrestres como adversarios permite una "barra libre" en cuanto a imaginación en ese sentido, y es por ello precisamente que esperábamos algo más de ideas nuevas en el aspecto de unos y otros elementos.

Hay niveles y miles de enemigos, pero en ningún momento vamos a sentir demasiada satisfacción acribillándolos

El look visual del título puede ser no demasiado impresionante debido al empleo del penúltimo Unreal Engine, sí, pero esto tiene la contraprestación positiva de que es capaz de adaptarse a una gran variedad de ordenadores gracias a ello. Siguiendo este enlace, de hecho, puedes echar un vistazo a los requisitos mínimos y recomendados de lo que te hará falta para mover el título, y si algo demuestra el programa es su capacidad para adaptarse. Para ello dispone de interminables opciones de calibración visual, más de una veintena en las avanzadas, y otras cinco más en las generales además de la resolución, el modo ventana y las características habituales de este tipo de producciones en compatibles. ¿El rendimiento? Óptimo, claro, fundamentalmente porque lo que se muestra en pantalla no es para tirar cohetes. En el equipo de pruebas de gama alta de la redacción (i7 4Ghz, GTX 970, 16GB Ram) no hemos tenido problemas para obtener tasas de imágenes por segundo muy por encima de los 60FPS con todo al máximo, aunque sí hemos registrado un ratio algo más bajo en los momentos en los que se apuesta por otra perspectiva como, por ejemplo, la situada a la espalda cuando usamos una torreta. Por lo demás el juego también es capaz de moverse con fluidez en equipos más cercanos a los requisitos mínimos, aunque con un recorte sensible de sus prestaciones cosméticas.

Flojo

Sin sello
La estela de Duke Nukem

Bombshell

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Bombshell es un Action-RPG con ecos de la vieja escuela que, lejos de adaptar las posibilidades de un shooter de perspectiva isométrica a los nuevos tiempos, queda anquilosado en una serie de decisiones erróneas que muchas de sus referencias llevan ya décadas tomando acertadamente. El juego se limita a hacer los deberes en términos de control, estructura de misiones y diseño del combate, pero falla en todos los elementos que engordan una experiencia jugable de este tipo para hacerla atractiva a largo plazo. Un título mediocre que sólo los más hardcore de este tipo de experiencias podrán disfrutar.

  • Hay muchas horas de entretenimiento y miles de enemigos que arrasar
  • Ya hay cada vez menos propuestas de este tipo, con lo que su llegada es un agradable revival
  • Experiencia jugable repetitiva y falta de profundidad
  • Los jefes finales son problemáticos en casi todos los sentidos
  • Muy poca imaginación en diseños de escenarios, enemigos…
Jugadores: 1
Idioma: Textos en inglés y voces en inglés
Duración: 10-12 horas
Ver requisitos del sistema
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