Bajo el genérico pero acertado nombre de Folklore se esconde una de las propuestas más originales e innovadoras de los últimos meses. Viaja al mundo de las tradiciones culturales acerca de la muerte en una deliciosa y arriesgada historia sobre los misterios que esconde esa gran desconocida. Una fascinante e inmersiva historia exclusiva de PlayStation 3.
De vez en cuando llega al mercado un juego que, pese a no revolucionar ningún género, realiza suficientes apuestas como para que lo consideremos un producto creador de un universo propio. Este es, sin duda, el caso de Folklore; artesano de una mitología propia basada en recoger elementos de uno y otro lado y crear los suyos propios, hasta conseguir un conjunto propio e identificable.
Dos mundos, dos personajes, dos visitas a los mismos escenarios… Folklore es un juego de binomios, y como tal no es un título para todos los públicos. Requiere paciencia, necesita de un jugador pausado y metódico que esté dispuesto a pasar cerca de 20 horas con un juego calmado y lineal pero disfrutable y, como apuesta arriesgada que es, se trata de un lanzamiento merecedor de una oportunidad.
Netherworld
En Folklore seremos Ellen y Kyats, dos personajes que al principio del juego no se conocen, pero que recorrerán caminos paralelos en los que lograrán conocerse más a si mismos y descubrir un inquietante mundo que se esconde tras el manto de la muerte.
Visitaremos el mundo real y, a su vez, Netherworld la tierra de los muertos, en una apasionante trama dividida en capítulos, en la que deberemos jugar los mismos lugares con ambos personajes.
Sin embargo y a pesar de que en esencia repetimos idénticos lapsos jugables con diferentes protagonistas, lo cierto es que la forma de jugar con cada uno de los dos personajes es totalmente distinta, y es este matiz el que dota de diversión a lo que, de otro modo, sería una absurda y aburrida repetición de esquemas.
La experiencia jugable se basará en la exploración, la charla con personajes y los combates contra las criaturas de ese peculiar inframundo, los Folks. El funcionamiento de los combates contra éstos es sencillo, pero a la vez requerirá de una fuerte participación por nuestra parte. En esencia lo que haremos a lo largo de la aventura será recolectar diferentes Folks derrotándolos para que luchen a nuestro lado, y de este modo ser más fuertes para enfrentarnos a futuras criaturas más poderosas.
Como una bola de nieve que va creciendo y creciendo con su caminar, también lo hará nuestra fuerza y nos iremos convirtiendo en un maestro de criaturas conocedor de sus fortalezas y flaquezas que usaremos en los momentos más apropiados.
Folklore hace un interesante uso de Sixaxis implementándolo de forma sobresaliente en estos combates. Se trata de realizar movimientos sencillos pero efectivos con el pad de PlayStation 3 en el aire para absorber el alma de los rivales. La mecánica es tan simple como reproducir un movimiento concreto en un momento determinado, pero resulta acertada y no parece un postizo como tantos otros empleos recientes del sensor de movimiento del mando de PS3.
Por lo demás la utilización del mando es bastante rutinario en el resto de aspectos de la lucha, con botones que asignaremos progresivamente a la invocación de cada Folk.
Diseño Artístico
Con luces y sombras, así es como se presenta el, por lo demás, exuberante apartado artístico de un juego tan imaginativo como Folklore.
De variado e imaginativo es como se puede calificar al peculiar bestiario del título. Hay montones de Folks con los que hacernos y enfrentarnos, y todos ellos cuentan con un diseño exquisito. Los escenarios y personajes también son un gran ejemplo de trabajo bien hecho. Bonitos originales y, aunque pecan de limitados, de una belleza extraordinaria.
No obstante hay algunas decisiones de diseño difícilmente justificables en el resto de facetas del juego. Pese a la excelencia de las cinemáticas de carácter CG lo cierto es que no abundan, mientras que las que narran la mayor parte de la historia son escenas pseudos estáticas al más puro estilo cómic. El diseño de éstas es excelente, y son un auténtico tour de force estilístico; no obstante resultan algo torpes y, en ocasiones, incluso tediosas.
Los diálogos tampoco han recibido el mejor de los tratamientos en términos prácticos; y a pesar de también gozar de un excelente y original estilo, quizá no sean la forma más adecuada de narrar las abundantes conversaciones con las que cuenta el videojuego.
Un Mundo de Fantasía
Folklore es un juego más preciosista que brillante. Nos explicamos. El título es bonito porque el diseño es excepcional, y contagia con su componente mágico y su desbordante imaginación a todos los apartados del juego; no obstante hay que poner una serie de “peros” en la faceta tecnológica.
Para empezar los modelados de personajes y enemigos son llamativos y efectivos, pero no tienen un número de polígonos espectacular o elementos que nos hagan verlo como un producto Next-Gen. Son, más bien, algo simples.
Por otro lado los escenarios están encorsetados por una falta de maniobrabilidad alarmante. El camino es lineal, pero es tan limitado que en ocasiones el margen para movernos dentro de los senderos es ridículamente pequeño.
Asimismo hay que destacar negativamente el abrumador número de tiempos de carga entre los escenarios. Resulta difícil de comprender que un juego tan simple en términos de interacción con el entorno y libertad de elección como es Folklore, esté plagado de tantas y tan largas cargas entre los mapas.
El mundo de este juego es en realidad una serie de salones más o menos grandes interconectados por pasillos marcados por una linealidad muy fuerte, y prácticamente la totalidad de elementos del mapeado están unidos por tiempos de carga de una duración a todas luces excesiva.
En lo sonoro es un juego que cumple. Brillante banda sonora, doblaje irregular pero correcto y buenos efectos de sonido.
Folklore es un juego que crece dentro de nosotros a medida que nos vamos sumergiendo en él. Un notable título inclasificable en términos de género, que se ve perjudicado por sus abundantes tiempos de carga y por una cadencia en su ritmo que no contentará a todo el mundo. Aún así un programa con el que si conseguimos sintonizar nos proporcionará una experiencia especial, interesante y mágica.
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