Tras largos y duros años sirviendo como vehículo de transporte a los protagonistas de “Final Fantasy”, los conocidos como “chocobos” vuelven a cobrar especial protagonismo exigiendo a Square-Enix su propia aventura. Atrévete a descubrir con nosotros este título donde cartas, minijuegos y cuentos populares se dan la mano, para ofrecernos una de las experiencias jugables más atractivas para Nintendo DS.
Los chocobos son unas criaturas veloces, amigables y muy tiernas. Precisamente, bajo esta última premisa, nace otro título más dentro del particular microcosmos de videojuegos al que han dado lugar estos particulares personajes creados por Koichi Ishii (el mismo hombre responsable de la saga Seiken Densetsu, más conocida por nosotros como saga Mana). Efectivamente, Square-Enix no deja pasar una, y esto nos lo viene demostrando ya desde antaño: “Chocobo Racing”, “Chocobo’s Dungeon”, “Chocobo Stallion”, “Dice Of Chocobo”… e incluso “Chocobo World”, un peculiar título aparecido para la PocketStation (un invento de Sony inédito en España).
Son muchos ya los que consideran que la estrategia seguida por Square-Enix en torno a su política de “remakes” y “spins off” roza ya el descaro; pero no es menos cierto que si sigue funcionando es porque hay muchas personas a las que les siguen atrayendo estas propuestas. Modificando un poco el proverbio original, Square-Enix podría aplicarse aquello de que “quién tiene una saga, tiene un tesoro”; y ese tesoro se llama “Final Fantasy” en este caso. Un conjunto de títulos que desde muy al principio ya incorporaron a estos personajes alados que en 1999 decidieron seguir su propio camino (como ya hiciera el mismísimo dinosaurio Yoshi con respecto a Nintendo).
Los chocobo no son solamente para niños
Ahora, en 2007, los chocobos vuelven a la carga con un título completamente diferente a todo lo visto anteriormente. Un título con un nombre (“Chocobo Tales”) y una portada que por un momento podrían ahuyentar a los más mayorcitos. Pero no nos engañemos, la nueva aventura chocobo es tan apropiada tanto para niños como para adultos. Si no, dejad que os lo mostremos en las líneas de nuestro análisis. Bajo la apariencia de un título RPG, pero salpicado con muchos minijuegos y batallas de cartas siguiendo el estilo “Yu-Gi-Oh: Nightmare Troubadour” (Nintendo DS), se nos presenta una historia muy dulce, algo infantil, pero que da pie a una excelente razón para crear un videojuego.
Comenzamos la historia en una remota aldea de una pequeña isla donde habitan los chocobo junto a dos magos: Shirma y Croma. Concretamente, la buena de Shirma estaba leyendo una de las historias de las que los chocobo gustaban tanto escuchar cuando, de repente, aparece Croma, el mago negro, con un libro bajo el brazo. Bajo la atenta mirada de Shirma, bastante escéptica ante la nueva adquisición de su amigo, el libro cobra vida y se abre, absorbiendo todo lo que habitaba la isla, excepto a nuestro héroe. Y sí, lo habéis adivinado, detrás de todo está un malvado villano, cómo no, Bebuzzu El Tenebroso en este caso, que anda buscando la manera de recuperar sus preciados poderes.
Todo está en los libros
Nuestra misión, como buen chocobo que somos, consistirá en visitar cada uno de los libros esparcidos a lo largo y ancho de la isla, para así recuperar a nuestros amigos y, de paso, acabar con el malvado Bebuzzu. Sin embargo, como hemos adelantado antes, no será un juego de niños ni mucho menos. A través de una estructura RPG de exploración, pronto nos haremos con el control de nuestro particular ave (al cual daremos nombre) y que sólo necesitará de un ligero toque con el lápiz para que responda a nuestras órdenes.
Bajo esta mecánica tan sencilla, recorreremos las diferentes secciones en que se divide la isla: un paisaje montañoso, un bosque… e incluso el mar y sus profundidades; todo hasta que lleguemos hasta nuestro destino más ansiado: uno de los muchos libros repartidos por la isla y que nos permitirá seguir progresando en la aventura. Cada uno de estos libros poseerá su propia historia y se compondrá de una temática de minijuego en particular.
¡Cuento, conviértete en minijuego!
Basados en historias de la cultura popular como “La liebre y la tortuga”, “La casita de los tres cerditos” o “Pedro y el lobo”, estos libros nos mostrarán su propia interpretación cambiando a los personajes de los cuentos originales por los propios de la franquicia más rentable de Square-Enix: “Final Fantasy”. Incluso, se nos mostrará un pequeño guión sobre la historia para que leamos de vez en cuando, un guión que dará vida a un minijuego que tendremos que superar.
Es aquí cuando llega el verdadero interés del título. Los minijuegos presentes en “Chocobo Tales” son inteligentes, adictivos y muy divertidos. Disponen de diferentes niveles para ser superados e incentivan el esfuerzo del jugador con premios por ser el más rápido contrarreloj o por ganar contra otros adversarios controlados por la máquina. Premios que en muchos casos, adicionalmente, nos ayudarán a seguir con éxito nuestra aventura, ya que a la vez que liberamos a algún que otro vecinito de la isla, también obtendremos “items” en forma de cartas o de transformaciones en el mundo real que nos abrirán el paso hacia nuevas regiones aún no exploradas.
Juguemos a las cartas
Ahora mismo, el lector debería estar preguntándose acerca de uno de los premios que se obtienen en el videojuego: las cartas. ¿Para qué queremos una carta? Es algo muy sencillo: “Chocobo Tales” ha cambiado la típica estructura de batalla de los clásicos “Final Fantasy” por luchas en las que estos objetos cobran el protagonismo. Así pues, contamos con una baraja (o varias) que podremos equipar convenientemente a nuestro gusto. Dicha alineación (de diez, quince o más naipes, dependiendo de nuestro avance en el juego) será utilizada en enfrentamientos más o menos decisivos, de manera que tendremos que estudiar bien nuestro “once inicial”.
Llega el momento de la batalla y tres cartas de nuestra alineación se muestran aleatoriamente en nuestra pantalla táctil. A partir de ese momento, cualquier movimiento resultará decisivo para nosotros: una carta mal utilizada podría acabar con nuestras aspiraciones de victoria. Evidentemente, hay un factor “suerte” muy importante, pero siempre podemos luchar contra él intentando predecir el movimiento de nuestro adversario. Esto es posible porque siempre podemos ver el color de la parte trasera de las cartulinas del rival.
La verdad es que las batallas de cartas son todo un mundo por descubrir, el cual es difícil explicar con tan sólo una líneas; así que sólo os diremos que dichos colores (rojo, verde, amarillo, verde y gris) nos permitirán en un momento determinado lanzar un ataque efectivo o repelerlo a través de las habilidades ofensivas y/o defensivas de nuestro naipe; además de existir la posibilidad de recuperar vida o incluso de quitar los poderes a nuestro adversario para limitar su capacidad de ataque: las batallas por turnos con cartas en “Chocobo Tales” son más complejas de lo que aparentan. Al final, ganará aquel que logre acabar con los puntos de vida del oponente, tal y como si se tratara de una batalla por turnos dentro de la popular franquicia o de cualquier otro videojuego RPG que se precie.
Será difícil cansarse de “Chocobo Tales”
Sin embargo, todo esto que hemos estado explicando supone un único modo de juego dentro del cartucho. Es cierto que significa la modalidad más importante, pero lo sorprendente es apreciar cómo Square-Enix se ha dignado a ofrecernos una amplia variedad de alternativas con las que alargar la vida del título. “Partida rápida”, por ejemplo, nos propone la nunca rechazable oportunidad de volver a disfrutar de aquellos minijuegos que desbloqueamos en su momento. Sin esperas y sin tener que entrar en el modo principal para llegar al lugar preciso.
Otra posibilidad de descansar del modo principal es con “Multijugador”, donde, si tenemos compañeros con ganas de jugar un rato, podremos disputar los variados minijuegos o incluso medirnos las cartas en una batalla. ¿Qué no hay nadie por los alrededores? Siempre tenemos la posibilidad de conectarnos mediante la modalidad “Conexión WiFi de Nintendo” con otros competidores a lo largo y ancho de este nuestro mundo. Eso sí, aquí sólo tendrán cabida las cartas, nada de minijuegos. Por último, y completando este amplio abanico de propuestas, se nos presenta “Enviar”, gracias a lo cual compartiremos nuestros particulares minijuegos con el vecino, el compañero de clase… Todo con tal de propinarle una verdadera lección virtual.
Los chocobo se visten de gala en Nintendo DS
Nos encontramos, por tanto, ante un videojuego muy completo, largo (en torno a 15-20 horas), al que se añaden interesantes posibilidades de rejugabilidad. Su dificultad convence tanto a pequeños como a adultos. La historia es, aunque infantil, entretenida y suficiente para el título. ¿Qué le falta a “Chocobo Tales”? Pues no, gráficos tampoco le faltan: estamos probablemente ante uno de los mejores videojuegos en lo que al apartado gráfico se refiere. Incluso llega superar al que es, en teoría, su hermano mayor: “Final Fantasy III”.
Unos modelados perfectos, personajes que se ven grandes y con detalle, unos escenarios con mucho colorido, una estética de hoja de papel que recuerda en unas ocasiones a la combinación 2D/3D de “Yoshi’s Story” y en otras a los dibujos pintados a mano de “Yoshi’s Island”… Todo ellos bajo una perspectiva de cámara que nos retrae a la de “Animal Crossing: Wild World”, también para la “dual screen” de Nintendo. Las animaciones son sobresalientes. En definitiva, es de lo mejorcito que puede verse hoy en la portátil de doble pantalla de la compañía de Kyoto.
La música es tal vez el punto menos fuerte del título, pero esto es debido a que (aunque se nota la mano de Nobuo Uematsu) las composiciones no son originales, sino “remakes” de las originales de “Final Fantasy”. Existe, por ejemplo, una repetición hasta la saciedad del tema de los chocobo. Algo que, por otra parte, tampoco resulta molesto debido a que los acordes cambian de una composición a otra. A pesar de todo, se trata de un buen apartado, aunque no llega ni de lejos a la originalidad y el tono épico del que gozó su hermano mayor: “Final Fantasy III”.
Square-Enix ha revivido a los chocobo, tras varios años de inactividad, en un videojuego que mezcla sabiamente el género RPG con la variedad de los minijuegos y la emoción de las batallas con naipes. Todo ello en un cartucho que, aunque con una historia algo infantil, logra una experiencia jugable recomendada tanto para niños como para adultos.
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