¿Qué hay más allá del bosque? Un pequeño pueblo llamado Possum Springs, donde Mae una chica gatuna de 20 años vuelve tras su "fracaso" universitario, con la intención de redescubrir su vida y volver a ver a sus amigos de la infancia. Análisis de Night in the Woods.
Jugando a Night in the Woods no he podido dejar de pensar en Life is Strange. No tanto por el estilo de juego o sus mecánicas, sino por las sensaciones que dejan su poso en el jugador. Si no sabes nada de esta obra, puedes llegar a sorprenderte en este punto, ya que un rápido vistazo a las imágenes sólo revelan una especie de juego, casi de plataformas, en 2D lleno de animales antropomórficos pululando por la pantalla. Evidentemente Night in the Woods es mucho más.
Si Life is Strange era una constante búsqueda de la identidad de un adolescente, la obra de Infinite Fall es el siguiente paso: cuando terminas los años "teen" en inglés, llegas a la veintena y tu vida sigue tan desenfocada como cuando terminaste el instituto. Un sentimiento con el que cualquier jugador puede identificarse independientemente de su edad, pues todos hemos vivido esos años llenos de dudas donde el futuro parecía escaparse de nuestras manos mientras nosotros seguíamos intentando averiguar qué queríamos hacer con él.
Night in the Woods es una obra que afecta de formas muy distintas dependiendo de tu generación. Yo me aproximo más desde el recuerdo y la nostalgia, pero queda claro que el trabajo de Infinite Fall está más dirigido al jugador nativo digital, que comparta edad y generación con Mae, una joven (gatuna) post-adolescente que regresa a su pueblo natal de Possum Springs tras abandonar la universidad, sin saber muy bien qué hacer a continuación y esperando reconectar con los amigos que dejó atrás y que siguieron sus vidas.
La magia de esta aventura está casi exclusivamente centrada en la narración son los bellísimos diálogos que acompañan a cada uno de los personajes. Tanto Mae como sus amigos Gregg, Angus y Bea son siempre verosímiles porque hablan de temas reales, escritos desde una perspectiva con la que es muy fácil identificarse. Una especie de Smell Like Teen Spirit de nueva generación plasmado en cada una de las pequeñas escenas que conforman los capítulos del juego. Los diálogos con el resto de habitantes de Possum Springs así como nuestros padres mantienen el nivel aunque no gocen de la misma profundidad.
Night in the Woods es pura narración y puro diálogo
Como si no quisiera olvidar que es un videojuego, añade elementos interactivos en forma de minijuegos o pequeños momentos donde se nos otorga el control de una acción para no olvidarnos del medio en el que se encuentra. En ocasiones, funciona, como el obvio homenaje al género musical de juegos como Guitar Hero, sin ofrecer ningún tipo de tutorial ni tener piedad con el jugador en cuanto a dificultad, porque sabe que si estás jugando a Night in the Woods, has cogido alguna vez una guitarra de plástico. Destaca DemonTower, al que puedes acceder mediante el portátil de Mae, porque tiene tanta profundidad y unas mecánicas tan sólidas que prácticamente estás comprando dos juegos por uno. El resto, eso sí, son meras interacciones que luchan por no parecer que simplemente estás apretando botones de vez en cuando. Los más representativos: los sueños de Mae, momentos donde el juego parece querer justificar su medio, que aunque hermosos en lo estético, pueden llegar a ser tediosos por la lentitud de movimientos y sus idas y venidas por el escenario.
Gregg rulez ok
Night in the Woods es pura narración y puro diálogo. Aquí no he tenido que revisar en ningún momento los nombres de los protagonistas de la aventura, porque quedan grabados a fuego gracias al carisma que desprenden. Todo ello en una historia que tiene el valor para desarrollarse muy lentamente sin por ello descuidar su calidad. Y es precisamente por eso que no termino de comprender, o al menos compartir, su final.
Es decir, sí lo comprendo. Es importante hablar de ello y creedme que no vamos a soltar ningún spoiler. Entiendo exactamente qué ha motivado a los autores a crear un último tercio del juego dotándolo de una atmósfera oscura y sobrenatural y sé cuál es el mensaje detrás del asunto. Pero creo firmemente que Night in the Woods no lo necesitaba. En una industria que lucha diariamente por enaltecer obras que se desprendan de sus clichés más notorios, sencillamente, Night in the Woods no necesitaba alterar el tono de una forma tan drástica para cerrar su trama. No requería de ningún tipo de misticismo existencial para identificarnos con las dudas de Mae, porque todos las hemos vivido.
Que no os echen para atrás estos últimos párrafos. Night in the Woods es un gran juego y el último tercio de la aventura está siendo debatido en estos momentos en cualquier hilo que entres. Pero la conclusión es clara: incluso aunque no disfrutes de este tramo, nada puede quitarte el buen arco que componen sus otros dos tercios de juego. Su rejugabilidad, además, está asegurada para poder descubrir mucho más de la historia de los otros personajes, pues aunque nuestras elecciones en los diálogos no terminen de plasmarse en una sólida consecuencia, sí somos capaces de revelar en siguientes partidas una gran porción de la historia oculta de nuestros amigos y demás habitantes de Possum Springs.
Súmale a todo esto un apartado artístico que, aun simple, es como poco cautivador. Que invita a jugar y recrearse con el escenario aunque sea solo recorriendo el pequeño pueblo a base de saltos triples y subiéndose a las vallas y tendidos. Añade una banda sonora de las mejores que llevamos en el año, que potencia las emociones de cada escena y conecta increíblemente con el jugador y tienes una obra íntima y con gusto. Hay margen de mejora y, como he mencionado anteriormente, no todas las generaciones lo verán con la misma perspectiva, pero hay algo mágico en este pueblo perdido en el bosque… Algo que realmente está resonando con los jugadores. Puedes leerlo en sus propias experiencias que ya están relatando, donde ante problemas con los estudios, de ansiedad o depresión se han visto identificados en esta obra de forma que pocos juegos son capaces de hacer. Eso es auténtica magia, muy por encima de la sobrenatural.
Night in the Woods es un juego pequeño que esconde grandes mensajes y experiencias. Su tono casi exclusivamente narrativo hace que no sea para todo el mundo, pero el realismo que desprenden sus protagonistas es capaz de conectar con los jugadores de una forma especial, haciéndolo escaso. Y valioso.
- Un claro alegato que capta notablemente toda una generación
- Diálogos muy bien escritos
- Personajes memorables y carismáticos
- Valor rejugable para ahondar más en la historia de su protagonistas
- El tramo final es cuestionable y puede resultar innecesario
- Algunos minijuegos podrían estar más trabajados
