Uno de los creadores nipones más excéntricos de cuantos existen en nuestros días, Suda 51, nos ofrece una nueva de sus locuras digitales en exclusiva para PS4. Análisis de Let It Die, un videojuego Free to Play tan curioso como atractivo.
No voy a negar que a pesar de sus carencias, la saga No More Heroes fue una de las que más me gustó disfrutar en la era Wii, especialmente la segunda de sus entregas. Bien, pues mientras jugadores como un servidor esperamos la llegada de una nueva edición de esa misma serie de acción (de la cual lleva rumoreándose su existencia desde hace tiempo), debemos contentarnos con otras de las producciones de Grasshopper Manufacture. Y en esta ocasión le ha tocado a Let It Die, una aventura que abraza el modelo free to play.
Al tratarse de un juego de Suda 51 (así conocemos a Goichi Suda), no esperaba encontrarme con un título convencional. O, al menos, apostaba por darme de bruces con personajes extraños, situaciones atípicas y mecánicas poco tradicionales. Y no me ha defraudado. Let It Die es una aventura llena de locuras made in Suda 51, y sólo por eso merece la pena descargarse el juego que, ya sabéis, es gratuito… más o menos.
¿En qué consiste exactamente esta aventura? Pues es fácil de explicar y resumir, pero resulta más complicado de desengranar en detalle. Pero así de primeras, pensad en un roguelike de esos que tanto abundan últimamente, pero con mucha personalidad.
Nuestra meta consiste en adentrarnos en una torre gigantesca (llamada Barb) en cuya cima se dice que existe un tesoro increíble y que todos persiguen. Sumido en un mundo caótico y totalmente deslavazado en el que la vida humana ha cambiado muchísimo y se encuentra diezmada, una especie de humanoides que encarnamos luchan por sobrevivir. Un viaje totalmente desafiante y que, sin duda, se cobrará la existencia de cientos de estos pobres desalmados.
Roguelike Souls
Para acompañarnos y darnos las indicaciones precisas en cada momento contamos con la ayuda de ese personaje "gancho" que tanto le gusta integrar a Suda en sus producciones. Hablamos de Uncle Death, la muerte personificada pero ataviada con gafas de sol y monopatín que me ha parecido bastante singular. Su ayuda resulta bastante estimable a lo largo de la aventura ya que sin él estaríamos muy perdidos, dado que esta aventura presenta una gran cantidad de personajes, mecánicas de juego, detalles jugables y demás alicientes que lo convierten en un título bastante completo.
Una vez nos familiarizamos con el juego descubrimos que, claramente, dentro de su esquema roguelike se intuye un tufo a Dark Souls que conviene resaltar. Y esta influencia queda muy patente cuando toca acometer los numerosos combates que nos esperan en las entrañas de la torre, siendo necesario acabar con todos los seres que nos encontramos.
Así, el sistema de combate se asemeja bastante al establecido en esta saga aunque, al menos a mi entender, en este caso me ha recordado más al plasmado en las dos primeras entregas que al integrado en la última. De esta forma debemos mantener un ojo siempre pendiente del corazón de nuestro personaje, ya que su ritmo cardíaco aumenta cada vez que rodamos por el suelo para esquivar los golpes o lanzamos un ataque. Además también podemos emplear dos botones para pelear, uno por cada mano en esta ocasión, pudiendo blandir dos armas distintas que van desgastándose con su uso.
El problema es que en este juego dicho sistema no funciona igual de bien que en la obra de FromSoftware, siendo menos táctico y bastante tosco en los tiempos que corren, especialmente cuando debemos encarar a varios rivales a la vez, momentos en los que las cosas se complican de manera un tanto artificial.
La banda sonora de Akira Yamaoka es espectacular
¿Y qué pasa si palmamos? Pues que nuestro personaje se convierte en un Hater, un enemigo más duro de lo normal que es recomendable eliminar para "recuperarlo" y que pase a formar parte de nuestro ejército. Sí, porque otra de nuestras funciones a lo largo del juego consiste en almacenar soldados para que luchen por nosotros y defiendan nuestro cuartel general de las acometidas del resto de usuarios, una manera de plasmar una especie de modo multijugador que a mí personalmente no me convence pero que por lo menos está presente.
Pero lo peor de caer en medio de una pelea tiene que ver con la pérdida de una de nuestras vidas que, cuando llegan a cero, ¡adiós muy buenas! ¿Y eso qué significa? ¡Pues que nos toca empezar de nuevo desde el principio! A no ser, claro, que pasemos por caja y compremos uno de esos odiosos bonos de conexión o esperemos durante un día entero para que nos regalen uno. Aquí entra el tema de la polémica de turno a favor y en contra de los juegos Free to play. Habrá gente como yo que hubiera preferido previamente pagar por el juego la cantidad de euros estipulada y olvidarse de las microtransacciones, mientras que otros jugadores seguramente prefieran este modelo antes que tener que pagar sí o sí por dicha aventura. Cuestión de gustos.
Pero dejando al margen este tema, Let it Die nos deleita con más elementos jugables. Por un lado es posible recabar tanto diferentes tipos de setas como de bestias, los cuales nos proporcionan ventajas de todo tipo como mayor vitalidad, ciertas propiedades curativas, etc. También nos ha gustado la posibilidad de poder ir adquiriendo mejores armaduras y equipo a medida que acabamos con ciertos rivales, pudiendo incluso pasar por la tienda de turno y pagar por objetos más interesantes. Y a esto se añade lo atractivo que resulta explorar los laberínticos escenarios que conforman el interior de la torre, la cual nos depara muchas sorpresas, algunas muy Suda 51.
Todo este esquema de juego queda rematado por un apartado visual más cuidado de lo que yo por lo menos me esperaba, aunque para nada explota la capacidad de PS4 ni por asomo. Pero lo mejor de todo el juego en mi opinión es la banda sonora creada por Akira Yamaoka, hasta el punto que uno de sus temas (de influencia industrial y electrónica) me resulta imposible dejar de tararear.
Suda 51 nos ofrece con Let it Die un roguelike bastante curioso y de carácter free to play que posee bastante más gracia de la que cabía pensar debido a este último aspecto. Abusa de las microtransacciones y su sistema de combate no termina de ser lo fluido que debería, pero ofrece mucha más profundidad que la hallada en otros juegos similares y además su planteamiento es absorbente. ¡Y su banda sonora es excelente!
- Presenta una personalidad muy curiosa y bien recreada
- Ofrece multitud de elementos jugables, algunos desconcertantes
- La banda sonora de Akira Yamaoka es cautivadora
- El sistema de combate es bastante mejorable
- Las microtransacciones están muy presentes
