A pesar de que no es el género más extendido dentro de los juegos desarrollados para dispositivos iOS, las aventuras plataformeras salpicadas con puzles cada vez van ganando más peso. Y aquí tenemos a un nuevo representante del género, Last Inua, título que pone en liza una excepcional ambientación que no ha sido secundada por una jugabilidad igual de majestuosa.
Ya tenemos con nosotros uno de los títulos más esperados por aquellos que seguimos el panorama de las producciones destinadas a dispositivos móviles. Sí, porque Last Inua se ganó el derecho a gozar de ese estatus gracias a los sugerentes tráileres que sus desarrolladores han ido mostrando antes de su lanzamiento... el cual acaba de producirse en sistemas iOS. Y a pesar de que se trata de un título de calidad notable, al menos en nuestra opinión, lo cierto es que al margen de esto nos ha dejado un sabor algo agridulce. Y la razón principal es que, con los mimbres que dispone y que ha puesto en liza, el resultado final podría haber sido mucho más perfecto.
La aventura nos traslada hasta una localización llamada simplemente El Norte. Dicho lugar está completamente asolado por un clima gélido y oscuro sin igual, recordando a lo que podemos esperar de zonas como Alaska o Siberia, por ejemplo. Pero claro, el problema principal que se da en El Norte es que en dicho lugar se halla un demonio que responde al nombre de Tonrar. Y los lugareños temen que la llegada de este ser traiga consigo el fin para el mismo, ya que junto a él también han aterrizado seres de ultratumba, espíritus y demás monstruos, yetis incluidos.
¿Y quién puede parar a esta temible criatura? Pues un joven llamado Hiko, en cuyo interior yace la fuerza suficiente como para frenar a este demonio. Pero debido a su fragilidad corporal, Hiko es acompañado en todo momento por su fortachón padre, Ataataq, el cual le sigue inseparablemente. Y entre los dos deben ir superando las inclemencias que tienen lugar en dicha zona, al tiempo que solventan multitud de zonas plataformeras, puzles y algún que otro enfrentamiento contra varios adversarios.
Plataformas pausadas
Por lo tanto, Last Inua es una aventura de desarrollo tradicional en 2D en la que debemos ir alternando constantemente el control de ambos protagonistas.
Ambos poseen habilidades distintas que es necesario ir combinando para hacer frente a cada una de las situaciones que se nos van dando sobre el terreno. Así, Ataataq es capaz de agarrarse a salientes de los escenarios, trepar por ciertas paredes y destrozar empleando su fuerza bruta ciertos bloques de hielo que impiden nuestro avance; mientras que Hiko puede teletransportarse en ciertos puntos de los escenarios y crear puentes.
A esta mecánica de juego se suman la aparición de una aceptable cantidad de puzles, algunos bastante buenos, así como frecuentes zonas plataformeras. En principio, todo esto daría como resultado una jugabilidad sugerente, y en parte lo es, sin embargo ésta queda algo mermada por motivo de ciertos inconvenientes.
De entrada, el sistema de control a veces no ejecuta las acciones que deseamos, algo bastante frustrante en las zonas de plataformas, ya que además en muchas ocasiones los puntos de control quedan un tanto desperdigados. Pero lo peor es el ritmo al que transcurre toda la aventura, que se nos antoja demasiado pausado en un título de estas características. ¿Y por qué? Pues por la inconcebible razón de que los protagonistas se mueven con demasiada parsimonia por los fondos. Podemos llegar a entender que los desarrolladores hayan querido transmitir la idea de lo que cuesta moverse por terreno nevado, que a fin de cuentas es donde se lleva a cabo gran parte de la aventura. Pero lo cierto es que en la práctica esta decisión provoca que la acción se haga demasiado lenta, hecho que perjudica de manera importante a la jugabilidad.
A esto también se suman ciertos problemas de ajustes y bugs, errores que aunque no son frecuentes sí que se dejan sentir de vez en cuando, llegándose incluso a cerrarse el juego de manera brusca y automática.
Plasticidad en la nieve
Y la verdad es que es una pena, porque de no haber sido por estos desajustes, algunos de ellos perfectamente evitables, posiblemente hubiéramos estado ante una obra maestra.
Sí, porque a la ya citada absorbente propuesta y sugerente mecánica de juego se añade una ambientación sensacional, de las mejores que hemos tenido el gusto de observar recientemente en obra alguna destinada a dispositivos móviles.
El mundo en el que tiene lugar este viaje entre padre e hijo está representado con una elegancia y sensibilidad sencillamente excepcionales, mostrando entornos nevados así como templos, cuevas y demás fondos que han sido recreados con maestría. A esta gran ambientación se suma una buena gama de efectos bien conseguidos, así como diseños acertados para los personajes, que además gozan de animaciones más que convincentes.
Tampoco queremos dejar de lado a la sensacional banda sonora que nos acompaña durante cada una de las fases, que nos regala temas muy ambientales y relajantes, melodías debidamente secundadas por efectos de sonido notables.
Por todo esto, recalcamos una vez más la sensación agridulce y no plenamente satisfactoria que nos deja esta aventura. Y es que a pesar de ser notable y muy recomendable para cualquier aficionado al género, pensamos que podría haber alcanzado cotas sobresalientes a poco que se hubieran cuidado más ciertos elementos jugables.
Esta aventura de desarrollo tradicional plagada de zonas plataformeras y puzles dispersos nos ha gustado... pero no tanto como pensamos que debería haberlo hecho. Y es que a pesar de la diversión que arroja cada una de sus fases, ciertos problemas graves como su impreciso control y ritmo de juego desajustado impiden que alcance cotas de calidad aún más elevadas.
- Su disposición audiovisual es sobresaliente.
- Poder alternar el control de los dos protagonistas aporta frescura.
- Interesantes puzles, bien diseñados en su mayoría.
- Demasiada parsimonia en el desplazamiento de los personajes.
- Ciertos problemas con el control.
- Los checkpoints están situados de manera demasiado dispersa.
