Análisis de Escape Dead Island. Carne Podrida

Análisis de Escape Dead Island. Carne Podrida
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Zombies, isla paradisíaca y la posibilidad de acabar con no muertos a golpes. ¿Receta ganadora? Los chicos de Fatshark lo pensaban, pero han fracasado con estrépito a la hora de llevar más lejos el horizonte de Dead Island. Su Escape es un videojuego aburrido, pobre y, definitivamente, olvidable. Una lamentable oportunidad perdida.

¿Se puede hacer un videojuego de zombies aburrido? Sí, claro. Hay montones de títulos sobre esta temática que han resultado ser insondables remedios para el insomnio, sin embargo pocos de éstos han pertenecido a sagas bien establecidas como es el caso del Escape Dead Island que nos ocupa. La conocida franquicia de acción en primera persona, con fuertes gotas de RPG, se traslada a la acción en tercera persona, y lo cierto es que el resultado deja mucho que desear.

Volvemos al lugar donde todo sucedió, las islas de Banoi, pero lo hacemos con una perspectiva más cercana al género de aventuras y un combate que, eso sí, sigue manteniendo su pilar fundamentado en el cuerpo a cuerpo. ¿El problema? Una sensación de aburrimiento que no nos dejará de perseguir desde prácticamente el primer minuto ante la falta de variedad de situaciones, la sensación de que no dejamos de hacer lo mismo una y otra vez y, por si fuera poco, el completamente desmedido reto que supone.

Marea de Sopor

En Escape Dead Island somos Cliff Calo, un universitario que se embarca en un navío junto a un par de compañeros para tratar de desvelar qué se esconde tras el secreto y el misterio del mencionado archipiélago. Tras un poco coherente y fuera de lugar prólogo protagonizado por un ninja, un acertado banderazo de salida para el festival de los horrores narrativos que nos vamos a encontrar, conocemos al héroe y a sus amistades flotando en mitad del océano camino de la isla. Las sospechas de una infección zombie no tarda en confirmarse, y también que algo siniestro se esconde en las instalaciones de ese paradisíaco lugar que hace unos meses vivió una verdadera masacre.

Carne Podrida
La historia tiene un punto de partida que podría haber dado mucho de sí, pero resulta confusa y torpe en su forma de exponerlo.
La historia tiene un punto de partida que podría haber dado mucho de sí, pero resulta confusa y torpe en su forma de exponerlo.

Tras ese tópico pero sugerente punto de partida se oculta, en realidad, un guión vacío y francamente mal ejecutado. El protagonista y sus amistades son irritantes por su carácter y por su forma de desenvolverse en las diferentes situaciones, y establecer los más mínimos lazos de empatía con todos ellos va a ser ciertamente difícil. La historia que se nos cuenta no es mucho mejor, para ser honestos, y resulta confusa. En primera instancia parece claro el objetivo a lograr, arrojar algo de luz sobre los sucesos que acaecieron en este siniestro lugar, sin embargo conforme avanzamos en la aventura no sólo no obtenemos solución a los interrogantes que se plantean, sino que surgen muchos otros que por carecer de sentido o resultar incoherentes no ayudan en nada al normal transcurso de la aventura. Hay, además, una serie de alucinaciones del protagonista en momentos casi siempre poco oportunos, y salvo una o dos que son de veras curiosas el resto son olvidables interrupciones de la acción normal.

Y hablamos de acción, precisamente, porque lo que más vamos a hacer en este Escape Dead Island es combatir. Cuando un juego establece de forma tan firme que su experiencia jugable va a girar de forma tan clara sobre una parte tan concreta, debe bordarla, para hacer así que la ausencia del resto de facetas jugables se nos olvide. Lamentablemente el juego de Fatshark no consigue, ni remotamente, nada de eso, con unas secuencias de enfrentamiento con los zombies de demoledora pobreza y una escasa velocidad en la ejecución de todos nuestros movimientos que resulta muy incómoda para un manejo divertido o satisfactorio.

La exploración tiene mucha menos importancia de lo que esperábamos. Pocas veces podemos salirnos del camino establecido.
La exploración tiene mucha menos importancia de lo que esperábamos. Pocas veces podemos salirnos del camino establecido.

Sin embargo si el protagonista fuera torpe o lento, como lo es, podríamos pasarlo por alto si el juego llegara acompañado por todas esas actividades y elementos propios de un survival horror, que hacen que eso no sólo sea ignorado sino que se comprenda dentro del conjunto general de la propuesta... Nos conformaríamos incluso si la lucha tuviera una cierta profundidad. Por desgracia no hay nada de eso en esta producción, con unas confrontaciones con los zombies que ya en el prólogo nos van a demostrar todo lo que pueden dar de sí... que es más bien poco. Un botón para atacar cuerpo a cuerpo, otro para hacerlo con más fuerza, uno para apartarnos y, ¡poco más! También podemos hacernos con otras armas que van más allá del cuerpo a cuerpo como pistolas, escopetas y otras de proyectiles que sí funcionan algo mejor, con una mecánica de apuntado efectiva.

Lo que más vamos a hacer en este Escape Dead Island es combatir

Como suele ser habitual en esta clase de videojuegos la munición está muy limitada, y teniendo en cuenta la falta de brillantez que exhibe la inteligencia artificial sólo necesitaremos las armas de fuego en situaciones límite. Los tipos de enemigos tampoco son particularmente variados. Sí que tenemos la clásica infantería, algunos que escupen a distancia, otros que se mueven a mucha velocidad y son especialmente dañinos, también están los más grandes y los jefes finales... Sin embargo ni en términos de diseño, ni en desafío jugable o variedad de mecánicas que nos obliguen a adoptar diferentes tácticas nos brindan una alegría o un soplo de aire fresco que aporte algo. Lo que sí podemos hacer son algunos detalles como, por ejemplo, darles una patada en carrera y tratar de tumbarlos, o empujarlos contra paneles eléctricos que les den una descarga, por ejemplo. No obstante estas mecánicas no siempre están bien aprovechadas, y llama la atención que ni siquiera podamos lanzar a nuestros oponentes por acantilados porque todos ellos están revestidos por barreras invisibles.

Carne Podrida

Ayúdame a Escapar

En Escape Dead Island hacemos, fundamentalmente, de recadero. La gente nos pedirá favores, otros supervivientes, y además también tendremos que dar con las tarjetas electrónicas que nos permiten abrir las mil y una puertas con las que daremos a lo largo de la aventura. Durante la campaña perderemos la cuenta de la cantidad de objetos de este tipo que vamos a recoger, y de los casi infinitos portones de seguridad a los que habremos obtenido acceso gracias a ellos. ¿Para qué? Para llegar del punto A al B y, posteriormente, ejercer idéntico y desesperante viaje de vuelta. Las más de diez horas que nos va a llevar acabar el juego, incluso más de quince si somos de los que recogen coleccionables, van a incluir este tipo de trayectos por pasillos vegetales que se van a repetir hasta la náusea. Los trayectos de ida se hacen más llevaderos porque están plagados de zombies, pero los de retorno suponen volver a patear los mismos senderos una y otra vez dilatando de forma estéril la duración de un programa que renuncia a la opción del viaje rápido.

Las armas cortantes nos permiten llevar a cabo cierta casquería, así que no son sólo las más efectivas sino también las más espectaculares. ¿El resto? Olvidables.
Las armas cortantes nos permiten llevar a cabo cierta casquería, así que no son sólo las más efectivas sino también las más espectaculares. ¿El resto? Olvidables.

Todo sería más llevadero si, por ejemplo, se hubieran incluido unas mecánicas de plataformas que le otorgaran algo de diversidad a la experiencia. Nada más lejos de la realidad, no sólo no hay botón de salto, sino que superar un desnivel de apenas treinta centímetros se convierte en un obstáculo insalvable para nuestro poco ágil protagonista. Así pues el héroe no sólo es torpe, lento y poco eficaz en combate, sino que desenvolviéndose por los decorados tiene la misma agilidad de un camión cisterna. Más útiles resultan sus funciones en todo lo relacionado con el sigilo, que se resuelve con mayor comodidad gracias a la deferencia que tienen nuestros adversarios de estar, casi siempre, orientados hacia paredes o cualquier tipo de poco atractiva superficie que provoque que nos den la espalda. Así sacaremos adelante una buena porción de la aventura con aburridas y repetitivas ejecuciones que nos vendrán muy bien para ahorrar munición de cara a un último cuarto de videojuego, que dispara su dificultad de forma completamente abusiva y desproporcionada.

Desde el punto de vista gráfico el juego ofrece unos resultados que son parecidos en cuanto a nivel al resto de facetas de la obra de Fatshark. El cel-shading puede ser un recurso muy poderoso si se utiliza correctamente, no obstante aquí se emplea para enmascarar texturas muy pobres y una carga poligonal del todo deficiente. El juego tiene algunos pasajes más llamativos que otros, principalmente por las zonas más cargadas de una vegetación de tonos saturados que siempre aporta un toque colorista a este tipo de producciones. Por lo demás las animaciones hacen su trabajo, aunque muchas de ellas se encadenan con torpeza o directamente se echa en falta un mayor número para ciertas acciones. La escasa distancia de dibujado o la habitual utilización de una espesa niebla para evitar renderizar grandes distancias acaban a modo de colofón por retratar todo este apartado.

Escape es un pobre representante de la franquicia Dead Island si no se conocen sus precedentes, pero lo cierto es que sus dos predecesores de Techland han ofrecido un notable y atractivo esquema de acción y gotas de rol del que hemos disfrutado mucho en los últimos tiempos tanto con su entrega original como con su secuela, Riptide. Por otra parte Yager prepara un Dead Island 2 que es sólo segunda parte en cuanto a nomenclatura, puesto que en realidad es el tercer juego (quinto si contamos spin-offs como el que nos ocupa o el esperado MOBA Dead Island: Epidemic).
La Saga Dead Island - Escape es un pobre representante de la franquicia Dead Island si no se conocen sus precedentes, pero lo cierto es que sus dos predecesores de Techland han ofrecido un notable y atractivo esquema de acción y gotas de rol del que hemos disfrutado mucho en los últimos tiempos tanto con su entrega original como con su secuela, Riptide. Por otra parte Yager prepara un Dead Island 2 que es sólo segunda parte en cuanto a nomenclatura, puesto que en realidad es el tercer juego (quinto si contamos spin-offs como el que nos ocupa o el esperado MOBA Dead Island: Epidemic).

En cuanto a rendimiento el juego funciona de forma fluida en todas las plataformas, incluyendo una versión de PC que como es lógico luce mejor por resolución y parámetros configurables como la sincronía vertical o la calidad de los elementos que se mostrarán en pantalla. Lo mejor que se puede decir de la edición de compatibles es, precisamente, que dada la pobreza de su puesta en escena sí que brinda un rendimiento y una fluidez que le permitirán moverse con solvencia en una amplia gama de equipos. ¿Lo menos bueno? Que de momento todas las ediciones de este trabajo cuentan con un nivel de pulido muy, muy bajo, que estropeará algunas de las misiones con fallos de programación muy serios y que incluso nos ha borrado las partidas guardadas con unas primeras actualizaciones que no parecen corregir todavía los bugs más groseros.

En la faceta del audio hay poco más que decir que no se deduzca de las conclusiones que, en cuanto a valores de producción, se extrapolan de esta sección. La banda sonora es poco inspirada e inusualmente repetitiva, los efectos son más bien discretos y el juego llega a nuestro país con la única traducción de sus textos y un nivel en versión original que deja que desear en algunas de las voces.

Pésimo

No recomendado
Carne Podrida

Escape Dead Island

Por: El equipo de 3DJuegos
No recomendado

Escape Dead Island es un videojuego pobre en todos los sentidos y que maltrata una marca que, por lo demás, está dejando buenos resultados. La idea de afrontar un lanzamiento de acción y aventuras en tercera persona con esta saga de zombies y lugares paradisíacos como telón de fondo no podía ser mejor sobre el papel, sin embargo la ejecución es tan mala, las posibilidades tan limitadas y la falta de inspiración tan manifiesta que el resultado no puede siquiera alcanzar el aprobado.

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  • Algunas alucinaciones del héroe tienen mucha fuerza visual
  • El protagonista es tan irritante que verlo morir tan a menudo duele un poco menos
  • Aburrido, monótono, repetitivo y con un guión muy irregular. Una verdadera joyita
  • Combate frustrante, y eso que prácticamente no vamos a hacer otra cosa
  • Dificultad del todo desmedida, con una recta final de auténtica locura
  • A nivel tecnológico tiene problemas muy, muy graves. Que deben ser corregidos
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 12 horas
Ver requisitos del sistema
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