Análisis de Dragon Quest IX

Análisis de Dragon Quest IX
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Exploración, combates por turnos, niveles de experiencia, equipamientos, ítems, personalización y…¿una modalidad multijugador? Dragon Quest IX evoluciona el concepto J-RPG con una aventura longeva, repleta de emoción, satisfacción jugable e importantes novedades que atraparán tanto a fieles seguidores como a completos desconocedores de una de las mejores franquicias que ha dado la industria del videojuego.

Un año después de haber arrasado en Japón con más de 4 millones de copias vendidas y una puntuación perfecta (40 de 40) en Famitsu, el noveno y esperado capítulo de la afamada serie Dragon Quest aterriza en Occidente. Y lo hace con grandes revoluciones. En primer lugar, porque significa el primer título de la saga en lanzarse para una consola portátil y, en segundo término, porque es además el primero en incluir multijugador.

Se esperaba mucho del videojuego desarrollado por Level 5, una compañía que ya ha demostrado su valía con productos tan destacados como Rogue Galaxy, Profesor Layton o el propio Dragon Quest VIII. Y la verdad es que con Dragon Quest IX: Centinelas del firmamento se han cumplido las expectativas, en parte, porque muchos fieles seguidores de la franquicia no esperaban menos de un título donde comparten protagonismo Yuji Horii (creador de la serie), el siempre sorprendente Koichi Sugiyama (compositor musical) y el mismísimo Akira Toriyama.

Con cerca de 60 horas de juego, lo último de los nipones sorprende por su trabajada puesta en escena, por su elevada dificultad y por su interesante trama. Una historia donde volvemos a dar nombre a nuestro protagonista, sexo (hombre o mujer) e incluso aspecto (color de ojos, tipo de pelo, tono de piel, estatura...) para que nos sintamos sumergidos al máximo dentro de una aventura donde, con la finalidad de cuidar hasta el último detalle, el protagonista nunca hablará. Incluso las secuencias de vídeo siempre se nos mostrarán en primera persona.

Dentro de la faceta de exploración tendremos tiempo para descubrir nuevas mazmorras y ciudades, pero también para relajarnos en una posada o comprar todo lo necesario para la aventura.
Dentro de la faceta de exploración tendremos tiempo para descubrir nuevas mazmorras y ciudades, pero también para relajarnos en una posada o comprar todo lo necesario para la aventura.

Un ángel caído del cielo
Dragon Quest IX: Centinelas del firmamento nos pone en el lugar de un ángel al que se le asigna un pequeño poblado del mundo a proteger. Su deber consiste en realizar actos puros, ayudando a los mortales solucionando problemas, a la vez que auxilia a los espíritus moribundos. Todo a cambio de las “benevolencias”, sustancias celestiales que los ángeles buscan para revivir el gran árbol que les llevará hasta su Todopoderoso. No obstante, algo inesperado ocurre y nuestro personaje pierde sus alas, cayendo al abismo de la Tierra, donde una horda de monstruos ha irrumpido para arrasarlo todo. De nosotros depende ahora descubrir lo que ha pasado y devolver todo a la normalidad.

Una tarea épica, sin duda alguna, donde no faltará el humor tan característico de la serie, esta vez presentado incluso de una manera más enfatizada. Y no es que los personajes que nos encontremos por el camino (muchos acabarán uniéndose a nuestro grupo) tengan una personalidad desbordante, pero al menos nos acompañan con garantías, tanto en las tareas de exploración como de combates, tan clásicas en cualquier Dragon Quest que se precie.

En este sentido, no se aprecian grandes novedades de contenido respecto a todo lo visto hasta la fecha. Y es que la exploración se lleva a cabo recorriendo grandes espacios en un “mapa-mundi”, descubriendo castillos, mazmorras y poblados en los que acceder, sin pedir permiso, a casas, tiendas e iglesias (donde, por cierto, se reza para guardar partida).

Aparte de que los combates ahora son más dinámicos (la cámara sigue a la acción de cada golpe), se nos permite realizar combos que incrementen el daño causado sobre los enemigos.
Aparte de que los combates ahora son más dinámicos (la cámara sigue a la acción de cada golpe), se nos permite realizar combos que incrementen el daño causado sobre los enemigos.

Ya nadie te obligará a luchar
Podemos girar levemente la cámara para cambiar el punto de vista dentro de las ciudades (característica heredada de las versiones para DS de DQIV y DQV). Además, tenemos la oportunidad de hallar cofres ocultos y de hablar con multitud de NPCs que siempre tendrán algo nuevo que contarnos. Pero lo que realmente sorprende es que, una vez estemos en los mapeados que interconectan los escenarios del juego, a los enemigos podemos verlos, e incluso esquivarlos si nos apetece. En otras palabras, Dragon Quest IX se convierte en el primer videojuego de la serie en eliminar las batallas aleatorias.

El resultado logrado es plenamente satisfactorio, mucho más cuando entramos en un combate y nos damos cuenta de otras notables evoluciones. La clásica perspectiva en primera persona, que nos muestra a los enemigos que debemos tumbar, regresa como un homenaje a los antiguos títulos de Dragon Quest. Podemos atacar, defendernos, utilizar una magia, una habilidad o incluso huir.

Hasta aquí nada fuera de lo común, pero una vez que ejecutamos una orden, en la pantalla superior de Nintendo DS empezarán a moverse nuestros héroes como nunca, desplazándose hasta sus objetivos corriendo hasta asestarles el espadazo de turno, y todo mientras la cámara se posiciona para ofrecernos la mejor toma posible. Resumiendo, las contiendas se hacen más cinematográficas, poniendo en marcha la evolución que muchos fieles seguidores esperaban.

Crea a tu propio héroe
Un aspecto que añade profundidad a los combates es que existen combos que multiplican el daño causado sobre los enemigos. No obstante, más significativo es aún que con cada victoria no sólo ganamos dinero y experiencia, sino también puntos de destreza que nos ayudan a aprender nuevos conjuros, habilidades y cualidades, los cuales dependen a su vez de la clase de personaje que tengamos. Al principio seremos un simple juglar... ¿pero quién dice que no podamos convertirnos en un guerrero, un mago, un sacerdote, un ladrón o un luchador? A medida que progresemos no sólo podremos modificar la clase de nuestro protagonista, sino también la de nuestros compañeros.

Por tanto, nos encontramos ante uno de los Dragon Quest más personalizables de todos los aparecidos, y otra razón que defiende esta idea es que todos los cambios realizados sobre el inventario de los personajes son visibles: tanto si equipamos a nuestro héroe con una espada, con un nuevo escudo, casco, armadura, anillo o amuleto.

Finalmente, sólo queda decir que existe la posibilidad de crear nuevas armas, armaduras e ítems. Sin duda, una importante característica a la que se une la oportunidad de realizar “quests” o misiones secundarias que nos ayuden a prolongar unas cuantas horas la ya alargada duración del título. Eso sí, se hubieran agradecido más “slots” de guardado, ya que Dragon Quest IX no permite a un segundo usuario iniciar su propia partida sin borrar la nuestra.

Una de las características más notables de esta entrega es que toda la equipación de nuestro personaje (guantes, botas, armadura, armas, escudos...) tiene un efecto inmediato sobre su apariencia física.
Una de las características más notables de esta entrega es que toda la equipación de nuestro personaje (guantes, botas, armadura, armas, escudos...) tiene un efecto inmediato sobre su apariencia física.

Exprimiendo tu Nintendo DS
La manera más asequible y sencilla de jugar con el título se basa en utilizar la cruceta y los botones, aunque Level 5 también añade la posibilidad de controlar el juego de principio a fin con el stylus, una opción que, sin embargo, no nos ha convencido del todo. El control no es tan rápido y preciso, sobre todo para los ya habituados al subgénero de los J-RPG.

Esto no quiere decir, sin embargo, que la tecnología de Nintendo DS se haya desaprovechado. De hecho, la doble pantalla nos permite ver la acción del juego y, a la vez, contemplar un mapa del entorno en el marco superior. Incluso, en las batallas, la “dual screen” posibilita separar los combates de los comandos de acción.

Sin embargo, lo que de verdad nos hace pensar en que los japoneses han exprimido el potencial de la portátil es el apartado gráfico. Dragon Quest IX es el J-RPG visualmente más ambicioso que se ha lanzado en Nintendo DS, gracias a entornos preciosistas, modelados de personajes mimados al milímetro y un estilo “cel-shading” que ayuda a añadir expresividad a cada ciudad, a cada combate y a cada situación dentro de la trama. Detalles como la presencia de diferentes tonalidades dependiendo de la hora del día (existen transiciones día/noche) o auténticos derroche de calidad, como los relativos a las secuencias generadas por ordenador, no hacen más que convencernos completamente de los excelentes valores de producción aplicados a la obra.

La mayor parte de secuencias de introducción (como la de la imagen) son en tiempo real, aunque también podremos deleitarnos con secuencias CGI (generadas por ordenador) de muy elevada calidad.
La mayor parte de secuencias de introducción (como la de la imagen) son en tiempo real, aunque también podremos deleitarnos con secuencias CGI (generadas por ordenador) de muy elevada calidad.

Un J-RPG portátil y en compañía
Uno de los buques insignias de esta entrega y, posiblemente, el más aplaudido, es el multijugador incorporado para hasta cuatro usuarios que permite, a través de conexión inalámbrica local, establecer partidas donde disfrutar de exploración, "quests" y batallas con las mismas posibilidades que en el juego solitario. Podemos ir en grupo o alejarnos del resto en cualquier momento, librar diferentes combates al mismo tiempo o unirnos a una contienda ya iniciada. La libertad es absoluta. No obstante, nunca llueve a gusto de todos, y no son pocos los que se quejan de que, por culpa del multijugador, los personajes secundarios en la campaña individual carecen de carisma.

Pero era el precio a pagar por tener un multijugador muy competitivo que, al igual que el juego en global, no sería nada sin las manos de Koichi Sugiyama, que ha logrado algunas de las mejores composiciones de su carrera.

Nadie puede negar que se halle en un perfecto estado de forma, al igual que el traductor de la versión española de Dragon Quest IX. Su trabajo no ha sido menos magistral, dejando constancia en las numerosas líneas de textos de muchas de las peculiaridades de la lengua de Cervantes. Y menos mal, porque de lo contrario nos hubiéramos perdido el gran sentido del humor de esta épica aventura para Nintendo DS.

Magnífico

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Por: El equipo de 3DJuegos
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Épico, enorme y con ganas de sorprender. Dragon Quest IX es el primer videojuego de la serie en estrenarse en una consola portátil, y los resultados no podían haber sido más satisfactorios. Una interesante historia llena de giros, 60 horas de juego, ambiciosas posibilidades de personalización, además de una potente modalidad multijugador para cuatro usuarios suponen las claves de un título que ningún buen amante de los RPG debería de perderse.

Comprar Dragon Quest IX
Jugadores: 1-4
Idioma: Manual en español y textos en español
Duración:
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