Análisis de Thimbleweed Park. Puro LucasArts

Análisis de Thimbleweed Park. Puro LucasArts
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Ron Gilbert y Gary Winnick, los padres del genial Maniac Mansion, vuelven a unir fuerzas para dar vida a una de las mejores aventuras gráficas de los últimos tiempos. Es pura nostalgia ¡y mucho más! Inteligente, divertido, con puzles ingeniosos, mucho misterio y diálogos para el recuerdo, en este análisis de Thimbleweed Park te contamos por qué no debes dejar escapar este videojuego.

Entiendo que suene ridículo hablar de mi estado anímico en una crítica de videojuegos, que poco os importa la felicidad con la que escribo estas líneas, pero creo esta es la mejor forma de ensalzar una obra que ya ha dejado huella en mi corazón. Así de contento, ¡más todavía!, así de maravillado estoy con Thimbleweed Park, la nueva aventura gráfica obra de los padres del genial Maniac Mansion que ¡no!, no se han vuelto locos con esta apuesta por lo retro, por emular en lo jugable, y también en lo visual, a aquellos míticos videojuegos que tantas alegrías nos dieron a finales de los ochenta y principios de los noventa. Lo que son, ¡son unos genios!, unos creativos de los que ya no abundan en esta industria, capaces de sorprender una vez más con una ingeniosa, divertida y emocionante aventura gráfica que juega de maravilla con la nostalgia. Es una de sus mejores armas; un recurso que explota con tal brillantez, con tanta gracia, que lo único que puedo deciros es que compréis el juego sin pensarlo.

Poco importa que seáis veteranos, que os conozcáis al dedillo las locas aventuras de Guybrush Threepwood y demás héroes de la añorada LucasArts; o que esta sea casi vuestra primera incursión en el género, que lo de clicar sobre comandos como "Usar", "Mirar", "Dar" o "Empujar" os suene a arcaico, a algo de otros tiempos. Lo nuevo de Ron Gilbert y Gary Winnick tiene la sorprendente habilidad de contentar a unos y otros de una forma genial, ¡siendo clásico!, pero a la vez también novedoso; ¡con humor!, sí, pero igualmente con mucha intriga, suspense y, sobre todo, puzles y diálogos con un encanto infinito. Este juego es puro amor; una oda no ya solo a un género por muchos ninguneado sino a toda una generación de aficionados, que en él encontrarán uno de esos pequeños tesoros que no se olvidan con facilidad.


Dulce y divertido regreso al pasado

Año 1987. Se ha cometido un asesinato en el pequeño pueblo de Thimbleweed Park y dos agentes federales han ido a investigar el suceso. ¡Punto! No pienso contaros nada más de un argumento que a pesar de su aparente falta de originalidad ¡es todo lo contrario!; una historia imaginativa, magistralmente escrita, con giros de guión que te dejan con la boca abierta y mucho, mucho ingenio en la forma de plantear sus enigmas. Cuando crees que ya lo has visto todo… ¡ZAS!, Ron Gilbert y su equipo te sorprenden con nuevos desafíos; incógnitas que te harán sonreír simple y llanamente porque son geniales, porque no te las esperas y de una u otra forma, consiguen sumergirte más si cabe en los entresijos de un crimen que tardaréis más de 15 horas en resolver.

Un payaso que insulta, una joven desarrolladora de videojuegos, agentes federales… los cinco protagonistas ¡son un encanto! Y tienen mucho carisma.
Un payaso que insulta, una joven desarrolladora de videojuegos, agentes federales… los cinco protagonistas ¡son un encanto! Y tienen mucho carisma.


Os soy sincero. Me cuesta horrores no entrar en detalles, quedarme al margen, pero al final del día me lo agradeceréis. Cada paso que das en Thimbleweed Park es una experiencia… no sé, ¿mágica?, increíble, que nunca deja de sorprender gracias a las locas historias de los habitantes de este pequeño y misterioso pueblo. Sus diálogos están escritos con un gusto exquisito; son inteligentes y divertidos, pero también profundos y sesudos ¡hasta cuando son bromas! Que las hay a montones. No esperaba menos de los creadores de Maniac Mansion, que han sabido sacar provecho de la nostalgia no solo para hacernos sonreír con chistes y comentarios relacionados, por ejemplo, con la eterna disputa entre los fans de LucasArts y los de Sierra; también, y esto es más importante, los puzles se benefician de ella.

Puro LucasArts


Hay que vivir esta aventura para entender toda la magia y encanto que desprende

Son clásicos, vaya si lo son, pero a la vez se sienten originales, únicos, y de alguna forma, también especiales. Que sí, ¡ya lo sé!; lo de explorar escenarios, conversar con personajes estrafalarios y acumular en el inventario toneladas de objetos no es nada nuevo, es el santo grial de las aventuras gráficas, pero Thimbleweed Park, sin salirse de estas reglas básicas, sabe cómo sorprenderte con una serie de desafíos que son, por momentos, endiabladamente enrevesados... aunque siempre lógicos. Es algo que aprecio mucho. Las pistas están ahí, repartidas por los escenarios, ocultas en los diálogos, pero ¡están ahí!, y dar con ellas es una sensación increíble. He gritado de alegría tras resolver algunos de los rompecabezas más difíciles, para seguidamente sonreír como un tonto destapándome ante el genio creativo de un equipo de veteranos que se merecen todos los elogios posibles.

El videojuego está plagado de divertidas referencias a otras películas, series de televisión o juegos de la época. ¿A qué os suena esta oferta de empleo?
El videojuego está plagado de divertidas referencias a otras películas, series de televisión o juegos de la época. ¿A qué os suena esta oferta de empleo?


Su trabajo es brillante a un nivel que cuesta describir con palabras. Hay que vivir esta aventura para entender toda la magia y encanto que desprende, pero sí os digo algo; consigue hacerte volver al pasado, a la mejor época de LucasArts, y creo que no hay nada más valioso para un amante de las aventuras gráficas que esto mismo; volver a sentir las emociones que transmitían juegos como Monkey Island, Maniac Mansion y demás clásicos de la época. Hasta los cinco protagonistas a los que encarnamos en este videojuego desprenden ese carisma inigualable que te hace cogerles cariño. Su historia, su pasado, sus diálogos, los tics, sus fobias, sus comentarios sarcásticos, sus hobbies… ¡todo en ellos es encantador! Y lo que más me gusta es cómo se entremezclan sus historias; como todo termina teniendo sentido.

Como en el clásico Monkey Island 2 hay dos niveles de dificultad que modifican la resolución de algunos puzles.
Como en el clásico Monkey Island 2 hay dos niveles de dificultad que modifican la resolución de algunos puzles.


También es importante combinar las destrezas de estos aventureros para resolver algunos de los puzles más complejos de Thimbleweed Park. No es que tengan habilidades especiales per se, pero sí conocimientos únicos que les garantizan hacer uso de objetos muy concretos. Los federales con las herramientas para extraer huellas dactilares, por ejemplo, o Delores y la tecnología, pues es desarrolladora de videojuegos. ¡Cuántas bromas se hace a costa de este oficio! Ron Gilbert y su equipo no tienen compasión alguna y, siempre de forma ingeniosa, y muy inteligente, describen los pormenores de una profesión en la que han demostrado ser simplemente geniales.

Ingenioso, divertido, irreverente… pero ante todo, alguien con una imaginación sin límites. Desde que diera vida al genial Maniac Mansion junto a Gary Winnick, Ron Gilbert ha demostrado ser uno de los creativos más importantes de la industria del videojuego. Fue responsable de uno de los avances más significativos en el género de las aventuras gráficas, la creación de la interfaz de usuario SCUMM, y también padre de obras legendarias como The Monkey Island. Programador, guionista, director, ¡también artista!,, el regreso de Ron Gilbert al mundo de las aventuras es un acontecimiento histórico. Y tras ver su genial estado de forma con Thimbleweed Park, solo pedimos una cosa. Disney, por favor, ¡cededle los derechos para que desarrolle una nueva aventura de Guybrush Threepwood!
Ron Gilbert, un guionista genial - Ingenioso, divertido, irreverente… pero ante todo, alguien con una imaginación sin límites. Desde que diera vida al genial Maniac Mansion junto a Gary Winnick, Ron Gilbert ha demostrado ser uno de los creativos más importantes de la industria del videojuego. Fue responsable de uno de los avances más significativos en el género de las aventuras gráficas, la creación de la interfaz de usuario SCUMM, y también padre de obras legendarias como The Monkey Island. Programador, guionista, director, ¡también artista!,, el regreso de Ron Gilbert al mundo de las aventuras es un acontecimiento histórico. Y tras ver su genial estado de forma con Thimbleweed Park, solo pedimos una cosa. Disney, por favor, ¡cededle los derechos para que desarrolle una nueva aventura de Guybrush Threepwood!


Lo único que me ha sacado un poco de la historia es, precisamente, cómo se relacionan entre sí los protagonistas. Ransome el Payaso odia a los federales y lo hace ver en cada una de sus líneas de diálogo, pero en mitad de la partida, puedes intercambiar con él cualquier objeto de tu inventario como si tal cosa. Entiendo que es difícil darle coherencia a todo, que en este caso prima lo jugable por encima de lo argumental, pero lo cierto es que este detalle podría haberse resuelto de otra forma. Un ejemplo. Los federales no pueden entrar al circo sin una orden judicial, del mismo modo que nadie, salvo Delores, puede visitar el interior de la mansión familiar en la que habita.

No puedo terminar este análisis sin ensalzar también el trabajo que se ha realizado a nivel artístico. Thimbleweed Park, con ese maravilloso aire retro, es un videojuego entrañable, súper bonito, que sorprende con el estrafalario diseño de personajes y bello diseño de escenarios. Hay variedad, y también gran atención por los detalles. Cada paraje por el que te pierdes, y son muchos, está repleto de guiños al pasado de Ron Gilbert y su equipo, a la década de los ochenta y la propia industria del videojuego. Hasta me parece genial el modo en el que los aficionados que en su día financiaron el videojuego en Kickstarter tienen presencia en la aventura, ya sea con relatos ocultos en una librería, como con divertidos mensajes de voz que podéis escuchar si les telefoneáis. La banda sonora es una chulada, acompaña perfectamente a la acción, y el doblaje en inglés es simplemente fantástico. ¡No os preocupéis! El videojuego está genialmente traducido al español.

Imprescindible

Obra maestra
Puro LucasArts

Thimbleweed Park

Por: El equipo de 3DJuegos
Obra maestra

Hay tantas cosas geniales por descubrir, tantas buenas historias que vivir en Thimbleweed Park, que ningún aficionado a las aventuras gráficas debería perderse este videojuego. Es una obra humilde, pequeña, que sin embargo está llamada a hacer historia. La calidad de su argumento, lo ingenioso de sus rompecabezas, el carisma de sus protagonistas, lo bien que juega con la nostalgia, su divertida puesta en escena… ¡todo en él es un canto de amor al género de las aventuras gráficas! Es divertido, apasionante, sorprendente y, en los tiempos que corren, también único. No hay excusa que valga. Es un imprescindible. Una obra maestra.

  • Una aventura gráfica que recuerda a los mejores trabajos de LucasArts
  • Diálogos ingeniosos, un argumento que sorprende y personajes con carisma
  • Gran diseño de puzles: desafiantes pero siempre lógicos
  • Su estética retro tiene un encanto irresistible
  • La relación entre los protagonistas; no siempre está resuelta de la mejor forma
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 15-20 horas
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