Análisis de Burnout Paradise

Análisis de Burnout Paradise
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Una de las sagas más espectaculares y aparatosas del reino de la velocidad tiene por fin nueva entrega. Paradise se convierte por méritos propios en una de los mejores juegos de las series Burnout. Apasionante como pocos, con una jugabilidad profunda y bien ajustada y un apartado gráfico que te dejará exhausto, Burnout Paradise es una apuesta segura.

Desde que en agosto de 2006 se anunció por vez primera vez Paradise como la nueva entrega de Burnout las expectativas estaban muy altas. Una saga de calidad, marcada por ser una de las más espectaculares del momento recibiría su primer episodio desarrollado únicamente para plataformas de nueva generación –Xbox 360 y PlayStation 3-, y contaría, además, con el incentivo de ser el debut en el subgénero de los juegos de desarrollo abierto.

Paradise, por lo tanto, supone un giro radical en los estándares que hasta ahora habían caracterizado a las series Burnout al presentarnos una ciudad completa, de un tamaño muy razonable, por la que poder movernos a nuestro libre albedrío buscando carreras y retos en un planteamiento que, de alguna manera, recuerda al de Need for Speed Underground 2.

Take me Down to the Paradise City
Lo que resulta más evidente cuando se pasan unas horas con Burnout Paradise es el nivel de detalle que desde Criterion se ha puesto en la ciudad para llenarla de detalles y hacer que el componente de la exploración esté fuertemente recompensado.

De hecho puede que los primeros instantes a los mandos de Paradise sean un tanto desconcertantes debido, sin lugar a dudas, a la amplitud de posibilidades y a la ausencia de metas concretas. Y es que precisamente lo genial del nuevo Burnout es que no requiere en absoluto el seguir una línea o una sucesión de carreras concretas para ser disfrutado al 100%; el juego funciona de forma igualmente brillante tanto en su faceta de exploración como en su vertiente más tangible de espectaculares y vertiginosas pruebas.

La saga Burnout se reinventa a sí misma con Paradise. El nuevo juego de Criterion ofrece una fenomenal reescritura de los cánones de libertad en juegos de conducción.
La saga Burnout se reinventa a sí misma con Paradise. El nuevo juego de Criterion ofrece una fenomenal reescritura de los cánones de libertad en juegos de conducción.

En realidad, y aunque se han suprimido de forma muy discutible algunos de los retos más divertidos de títulos anteriores, lo cierto es que Paradise presenta un abanico de pruebas muy interesante y variado. Por ejemplo Carrera Clásica es, como su propio nombre indica, la base fundamental de todo juego de conducción, y se limita a hacernos llegar antes que el resto del punto A al punto B; con el aliciente clásico de Burnout de poder provocar las colisiones del resto de participantes.

Furia al Volante fulmina de un plumazo los conceptos “parrilla de salida” y “línea de meta” para, con libre albedrío, llegar a los límites de destrucción de otros coches que cada prueba de este modo de juego nos proponga.

Stunt Run, por su parte, también cuenta con un nombre muy descriptivo y versa sobre completar una serie de acrobacias como derrapes o saltos para alcanzar una determinada puntuación.

La Ruta al Rojo Vivo propone una carrera limitada a un trayecto concreto para cada uno de los 75 vehículos, mientras que Captura nos emplaza a realizar un trayecto evitando las colisiones de los enemigos que tienen como único objetivo el destrozar nuestro coche.

Por último hemos dejado para el final el genial Showtime, un hilarante y descerebrado estilo de juego que también nos empujará a provocar el mayor número de daños posibles, desplazando en esta ocasión nuestro coche como si de una gigantesca bola saltarina de varias toneladas se tratara.

Abróchense los cinturones…
Cuesta encontrar puntos negativos a un juego de la calidad de Burnout Paradise, y es que el título nos podrá gustar o no, pero su calidad es indiscutible. Las colisiones siguen siendo uno de los puntos fuertes del título, pero en esta ocasión se han fulminado determinados aspectos como el “aftertouch” para después de los choques y algunos modos de juego que, como ya hemos señalado, han desaparecido.

No obstante cualquier reducción de contenidos, por pequeña que sea como es el caso, palidece ante la cantidad y calidad de pruebas y desafíos, y es que resultará muy difícil aburrirse en Paradise City.

Burnout va de choques, y en eso Paradise es uno de los reyes absolutos. Pese a que de alguna manera se ha desatendido algo determinados aspectos jugables de las colisiones, éstas vuelven a ser de lo más espectacular que nos podemos echar a la cara en estos momentos.
Burnout va de choques, y en eso Paradise es uno de los reyes absolutos. Pese a que de alguna manera se ha desatendido algo determinados aspectos jugables de las colisiones, éstas vuelven a ser de lo más espectacular que nos podemos echar a la cara en estos momentos.

Mención especial merece el multijugador, muy cuidado, muy intuitivo y de fácil acceso. También cambia notablemente con respecto al apartado on-line de entregas anteriores pero los cambios, una vez más son a mejor. El modo se divide en una serie de desafíos que variarán dependiendo del número de jugadores disponibles, y los tiempos de espera entre partida y partida nos permitirán dar vueltas por la ciudad a nuestro antojo.

Resulta también, volviendo al modo individual, especialmente curioso y acertado el sistema de incorporar vehículos a nuestra colección. Se nos hará notar la posibilidad de adquirir uno nuevo informándonos de que el citado modelo está deambulando por las calles de la ciudad, y tras buscarlo deberemos inmovilizarlo a golpes para que pase a formar parte de nuestro “garaje”.

Asimismo, y potenciando también la exploración, Paradise ofrece un gran número de actividades paralelas de búsqueda como romper carteles o vallas, o el empleo de talleres de reparación o de pintura.

Potencia con Control
En el aspecto gráfico se han tomado algunas decisiones interesantes como la elección de la paleta de colores y determinados aspectos de la iluminación. Cuesta no acordarse del formidable Need for Speed Most Wanted cuando vemos al bólido corriendo por los escenarios de marcados tonos otoñales. Y es que Most Wanted, a pesar de tener más de dos años, sigue siendo un juego muy competente en lo visual precisamente por eso, por sus decisiones artísticas en mayor medida que por sus avances tecnológicos.

Burnout Paradise, sin embargo, es tan sobresaliente en términos de diseño como en su acabado gráfico más puramente técnico. Los vehículos son un ejemplo de modelado y de representación de destrozos, y los escenarios están muy cuidados y, como ya hemos señalado, invitan a la exploración, tanto por su diseño como por sus trazados.

En tema de físicas el juego es sencillamente apabullante. Pocas veces, y con permiso de la serie FlatOut, hemos visto un tratamiento de colisiones y daños como el de Burnout Paradise, y las colisiones son algo que hay que ver con nuestros propios ojos para poder juzgarlo de forma justa.

Burnout Paradise tiene un interfaz algo aparatoso, sin embargo la presencia del cuenta kilómetros, el medidor de turbo y el minimapa son imprescindibles, y su presencia se torna obligada.
Burnout Paradise tiene un interfaz algo aparatoso, sin embargo la presencia del cuenta kilómetros, el medidor de turbo y el minimapa son imprescindibles, y su presencia se torna obligada.

Lamentablemente sólo podemos calificar de error importante el hecho de que no haya conductores en los coches, y es que cuando perdamos el parabrisas en un choque revelará que no hay ningún personaje al volante. Lógicamente no pedimos que los tripulantes del bólido salgan despedidos por la ventanilla como en FlatOut, ya que son juegos que dentro del género de la velocidad se enmarcan en ramas totalmente opuestas, pero si que sería más que razonable ver al menos al piloto dentro del coche como en cualquier juego de conducción.

El juego cuenta igualmente con un rendimiento excepcional a nivel de tasa de imágenes por segundo, no observándose ninguna caída por repleta que esté la pantalla de vehículos y colisiones.

En otro orden de cosas como es costumbre en todos los títulos que distribuye Electronic Arts el apartado sonoro y musical cuenta con un acabado irreprochable. La banda sonora brilla de forma espectacular, con una soberbia selección de canciones de estilos muy diferentes como pueden ser Alice in Chains, Guns N´ Roses o los visionarios Faith No More. No obstante, y pese a la amplia oferta, algunos temas no cuadran en exceso con el carácter del título, y resulta ciertamente chocante topar con Avril Lavigne y su facilón y bienintencionado “Girlfriend” mezclado con el fibroso metal de Killswitch Engage, por ejemplo.

Gráficamente Burnout Paradise es uno de los juegos que más ganan con un pack compuesto por televisión de alta definición y sistema de sonido envolvente 5.1. Prepárate para sentirte dentro del vehículo como pocas veces.
Gráficamente Burnout Paradise es uno de los juegos que más ganan con un pack compuesto por televisión de alta definición y sistema de sonido envolvente 5.1. Prepárate para sentirte dentro del vehículo como pocas veces.

El de los efectos de sonido también es otro factor que resulta sobresaliente. Las colisiones provocan unos estallidos sonoros sobrecogedores, y el rugido de los motores acelerando es igualmente inmersivo. Es especialmente recomendable hacer uso de Burnout Paradise con un sistema 5.1, pues es una de las mejores experiencias auditivas que hemos tenido con un juego de conducción en los últimos años.

El único aspecto negativo a nivel sonoro es el del doblaje. Una mala elección de una de las voces principales de un juego puede dar al traste con todo el ambiente sonoro generado con mucho trabajo en el resto de facetas, y ese es precisamente el caso de Paradise. A modo de narración encontramos a un irritante DJ que hará unos comentarios de mayor o menor utilidad, aderezados con un timbre de voz ciertamente enervante y con unas aptitudes dramáticas, siendo generosos, cuanto menos, corrientes.

Magnífico

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Burnout Paradise

Por: El equipo de 3DJuegos
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Burnout Paradise es un sobresaliente videojuego de conducción, y junto a Project Gotham Racing 4 probablemente el mejor título de velocidad de los últimos meses. El lanzamiento cuenta con todo lo que se le debe pedir a un buen juego de estas características: un control muy ajustado, desafiante IA y vertiginosas carreras. Espectacular, aparatoso y sobrecogedor, Burnout Paradise es un cúmulo de emociones y todas funcionan como un gigantesco estallido de adrenalina.

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Jugadores: 1-2, 8 Online
Idioma: Textos en español, manual en español y voces en español
Duración:
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