Will Wright redimensiona las teorías de la evolución de Darwin y las mete en Spore Creatures, un videojuego que despliega en Nintendo DS una pequeña parte de las posibilidades de su hermano mayor. Crece, evoluciona y encuentra a tu amigo perdido en esta personalizada aventura por la supervivencia.
La última genialidad de Will Wright no podía quedarse sin su versión portátil. La teoría de la evolución y la supervivencia de la especie cobran de nuevo vida con Spore Creatures, un título para la “dual screen” que supone una pequeña muestra del poder que atesora Spore para PC.
Si el título original para compatibles incorporaba cinco fases de juego diferentes y un editor polifacético sensacional (criaturas, vehículos y edificios), la versión reducida para Nintendo DS solamente contiene una de dichas fases a la que se suma un editor lógicamente recortado pero que goza de un potencial de personalización realmente loable. Así, en Spore Creatures nos tocará jugar al equivalente de la Fase de Criatura presente en el videojuego para PC, aunque esta vez siguiendo la historia de un pequeño ser que, al poco de salir del agua y descubrir tierra, tendrá que ponerse en busca de su amigo, el cual ha sido abducido por una nave extraterrestre.
Como podéis suponer, el jugador deberá de ponerse al mando de dicho ser, recorriendo planetas y descubriendo los rastros que va dejando el artefacto volador en cuestión. Un viaje que nos propondrá evolucionar y encontrar partes del cuerpo con las que modificar nuestro aspecto, pero que también nos animará a conseguir aliados, luchar con enemigos y, en definitiva, hacer todo lo que sea necesario para sobrevivir.
Personaliza tu criatura y hazla evolucionar
Como en Spore, aquí las teorías de la evolución de Darwin también funcionan, puesto que se hace absolutamente necesario que nuestro ser vaya cambiando conforme avance el videojuego. Para ello se habilitan los nidos, dentro de los que vamos a ser capaces de ponernos nuevos ojos, patas y, en definitiva, todas aquellas partes del cuerpo que recolectemos a lo largo de la partida.
El editor de criaturas de la versión portátil de Spore retoma algunos elementos de su hermano mayor, siendo la libertad lo más destacado en una herramienta de edición trabajada y potente. Tanto es así, que cada cambio realizado – da igual lo profundo o superficial que sea – repercutirá en el movimiento de nuestra creación. Se puede modificar el tamaño de las partes del cuerpo, su orientación y también su color, obteniendo así una criatura única que, como veremos, va a ser posible compartir con nuestros amigos.
Las modificaciones realizadas, no obstante, no gozan del mismo concepto de “libertad de creación” de la versión de PC, siendo aquí más importante que los cambios realizados tengan un fin para, por ejemplo, ganar batallas o superar un trecho de aguas profundas que nos impida avanzar a nuestro siguiente objetivo. No es que nuestro destino jugable vaya a estar marcado, ya que los escenarios son amplios y nos ofrecen una libertad de movimiento de 360 grados (con posibilidad de rotar la cámara), pero hay que hacer notar que el avance de Spore Creatures es completamente lineal y, las acciones, a pesar de ser interesantes, pueden resultar algo limitadas.
Supervivencia táctil
La verdad es que si no fuera por la existencia del editor de criaturas, la aventura podría convertirse en demasiado monótona. Siempre tendremos que hacer algo en los nuevos decorados que visitemos, aunque no se irá más allá de acciones del tipo de comer, hacer amigos, combatir o practicar determinados minijuegos. Algunos de éstos, incluso, tendrán que ver con las propias acciones mencionadas. Combatir, por ejemplo, nos hará desenfundar el stylus y realizar cortes sobre el contendiente, siendo posible, en este sentido, desencadenar habilidades espaciales o “biopoderes”, lo cual requerirá que toquemos el icono correspondiente en pantalla.
Los iconos son muy importantes en Spore Creatures. Pocas cosas hay en este título que no funcionen en base a un icono para entrar en una lucha o en una especie de minijuego musical con el que facilitar la relación con otra especie. El estilo que Maxis ha aplicado en el Spore original se nota de principio a fin, dando lugar así a una obra de difícil clasificación que contiene muchas partes de aventura, pocas de acción y una pequeña ración de conceptos RPG que viene dada por los niveles de experiencia.
Tras cada objetivo cumplido y tras cada pelea librada somos recompensados con puntos de experiencia que mejorarán nuestros atributos, siendo estos muy necesarios para terminar con éxito una aventura que, por otra parte, no debería de durar mucho al jugador tradicional, puesto que el videojuego, por su “look” y sencillas mecánicas, parece haber sido pensado para los más pequeños de la casa.
La versión reducida de Spore
Desde luego, su control es bastante intuitivo, comenzando por el control de la criatura a través del stylus y terminando por unos minijuegos simples de escasa profundidad. No obstante, la sencillez no es, ni mucho menos, un elemento negativo en Spore Creatures, pero sí una consecuencia directa de una planificación que, por otra parte, se apoya fuertemente en una simbiosis tecnológica entre las dos y las tres dimensiones.
El apartado visual se convierte así en bastante vanguardista y en una demostración más de que no hacen falta muchos recursos para obtener algo nuevo y muy original. La mezcla de entornos en 3D con criaturas en 2D (que parecen sacadas de un cuaderno de recortes para niños) sienta muy bien a las intenciones de los desarrolladores por conseguir añadir potencia a un editor que supone tal vez el punto más destacado de Spore Creatures.
No podemos decir lo mismo de las funciones online, estando limitadas a intercambiar las criaturas creadas con amigos y otros jugadores que se encuentren conectados en ese momento. También es posible el intercambio vía local, pero las posibilidades de conectividad quedan al final muy lejos de lo que nos propone, por ejemplo, la Sporepedia de PC. Aquí también existirá, todo hay que decirlo, con la salvedad de que en este caso se comportará más bien como la pokédex de una famosa serie de Nintendo.
Las limitaciones son las propias de la adaptación de un videojuego tan sobresaliente como Spore a una consola portátil, pero eso no quita que el resultado haya sido tan respetable e inadvertido como la banda sonora que nos acompañará a lo largo de esta interpretación portátil de la evolución convertida finalmente a videojuego.
Spore hace una pequeña demostración de su potencial en Nintendo DS con un videojuego que adapta con éxito la capacidad de personalización del original. Los resultados, obviamente, son limitados, pero en esencia nos queda una obra que nos obliga a sobrevivir y evolucionar dentro de un esquema de aventura encorsetado, lineal, poco profundo pero que, a pesar de todo, resulta muy adecuado para los más pequeños de la casa.
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