Dos héroes con carisma, una aventura de plataformas 3D al estilo Nintendo 64 y mucho, mucho sentido del humor. Antiguos veteranos de Rare dan vida al fin a una nueva aventura de plataformas 3D que se presenta como el sucesor espiritual del clásico Banjo & Kazooie. En este análisis de Yooka-Laylee te contamos si el videojuego ha estado a la altura de las expectativas.
Fui uno de los locos que participó en su exitosa campaña de financiación colectiva y lo hice además con una gran sonrisa en los labios, con enorme ilusión, pues antiguos veteranos de Rare prometían crear una aventura de plataformas 3D al estilo Nintendo 64, que ¡ya se las echaba de menos! La emoción pudo conmigo y desde entonces, he esperado con impaciencia el lanzamiento de Yooka-Layle, el gran sucesor espiritual del clásico Banjo & Kazooie. ¿Ha estado a la altura de las expectativas? Ofrece justo lo que promete, ¡pura nostalgia!, que ya es mucho, pero en algunos aspectos la obra de Playtonic se queda algo corta. El diseño de sus mundos, los desafíos a los que te enfrenta, el carisma de sus protagonistas, la libertad de acción… todo en él desprende la esencia de aquellas míticas aventuras que a finales de los 90 nos cautivaron, pero hay ciertos retos a los que se les nota el paso de los años; hay pruebas que, si bien son divertidas, palidecen ante los últimos avances realizados en el género.
Digo esto e irremediablemente pienso en las secuencias a bordo de la vagoneta, que si bien es verdad me gustan, son desafiantes y tienen su encanto, se quedan lejos del nivel visto en las frenéticas persecuciones sobre raíles a las que te enfrentan los más recientes Donkey Kong Country de Retro Studios, que son por lo general más emocionantes y espectaculares. Me fascina la facilidad con la que este equipo, de un plumazo, te transporta a aquella época, te lleva a revivir una experiencia que ya creías perdida en el olvido, pero es difícil no sentir cierta decepción ante un videojuego que no termina de explotar todo su potencial. A veces peca de simple, de ser poco imaginativo en algunos de sus retos… y otras es simplemente genial, una oda a un género que ya casi parecía extinto. Es es por eso que me gusta tanto.
Los buenos viejos tiempos
Aún con sus fallos, aún con ese pequeño regusto amargo con el que te deja Yooka-Laylee, esta es una de esas aventuras plataformeras que no deberías perderte. Es un canto de amor no ya solo a Nintendo 64 y los clásicos que hicieron de ella una consola tan querida, sino también al legado de Rare, a la que este estudio británico homenajea de mil y una formas distintas. Hay guiños por todas partes, pequeños detalles que harán sonreír a los fans mientras exploran los colosales cinco mundos en los que se divide el videojuego. Son tan grandes que casi pareciera que nos encontramos ante un sandbox, en el sentido de que tenemos total libertad para movernos y explorar a nuestro antojo estos gigantescos escenarios siempre y cuando, claro, tengamos las habilidades especiales pertinentes.
En este sentido el dueto protagonista me parece extraordinario. Reconozco que tenía mis dudas, que al principio, cuando el videojuego se presentó, no terminaba de convencerme esta pareja formada por un camaleón y su mordaz compañera, una murciélago de nariz roja, que en esencia representan a la perfección los papeles de Banjo y Kazooie. Sin embargo, tras las cerca de 20 horas que me ha llevado completar la aventura, ¡y aún me quedan muchas Pagies y objetos por recoger!, ardo en deseos de volver a encontrarme con ellos. Quiero vivir más y mejores aventuras en la piel de dos héroes que son capaces de hacerte sonreír con la ilusión de un niño. Es la gran virtud de Yooka-Laylee.
Yooka-Laylee se presenta como un videojuego de muchos claroscuros
Hay mucho humor condensado en todas y cada una de las líneas de diálogo que nos regalan los protagonistas en su encuentro con los locos personajes secundarios que pululan por este colorido mundo de fantasía, y fieles al estilo de la mítica Rare, el equipo de Playtonic juega una y otra vez con los dobles sentidos para crear una historia divertida, con mucha guasa y personajes carismáticos, a los que terminas cogiendo un cariño especial. Incluso el villano, Capital B, que tampoco es que me apasionara en exceso cuando fue presentado, ha terminado conquistándome con toda esa mala baba que se gasta. Me pongo a hablar de Yooka-Laylee y, de verdad, ¡se me ilumina la cara!, me puede la emoción recordando algunos de los grandes momentos que atesora el videojuego. ¡Vuelven los test! Aquí llamados Cuactionarios por estar protagonizados por uno de los secuaces del malo de turno, que es también maravilloso; y regresan los puzles, las pruebas de velocidad, las carreras, peleas, minijuegos, saltos imposibles y la exploración sin límites. Todo aquello que adorabas de Banjo & Kazooie está aquí, tal cual, adaptado a los nuevos tiempos, aunque con más altibajos de los deseados.
El principal problema radica en el diseño de escenarios, que combina zonas de una belleza sin igual con otras, en demasía, austeras, simplonas y poco imaginativas. La apuesta por unos mundos de juego enormes, de proporciones colosales, potencia de forma increíble la sensación de libertad, de que vayas donde vayas encontrarás nuevos desafíos a los que hacer frente, pero sinceramente, creo que menos es más, y en este caso, siendo un estudio pequeño, Playtonic debería haberse centrado en crear escenarios más reducidos pero mejor planteados en líneas generales. Hay pruebas geniales, retos que divierten lo suyo, pero también otras pruebas que casi parecen una broma; que no plantean ningún desafío más allá de caminar y dar con la Pagie de turno.
Las transformaciones de Dr. Puff, que son una seña de identidad de Banjo & Kazooie, son un buen ejemplo de todo este potencial desaprovechado. Me encanta ver a los protagonistas convertidos en objetos y criaturas de lo más variopintos pero, luego en la práctica, casi que estas se vuelven pruebas tediosas que no ofrecen retos especialmente atractivos. Lo mismo me vale para las batallas contra jefazos, igualmente poco imaginativas a excepción del combate final, que al menos sí es emocionante y hasta cierto punto, bastante desafiante. Es por eso que Yooka-Laylee se presenta como un videojuego de muchos claroscuros. Tan pronto te hace sonreír como te decepciona, e incluso cabrea, a causa de algunos errores propios del pasado. Me refiero sobre todo a la cámara, que no siempre muestra la acción desde el mejor punto de vista.
Con tanta negatividad pareciera que no he disfrutado de Yooka-Laylee y ¡es todo lo contrario! Me ha encantado volver a encontrarme con una aventura de plataformas al estilo Nintendo 64, y de verdad he disfrutado como un niño del loco viaje que nos propone Playtonic, ¡que la nostalgia tira lo suyo! El problema es que al margen de ese sentimiento de feliz reencuentro, de redescubrir un género casi perdido, el videojuego queda por debajo de las aventuras a las que homenajea. Hay mucho potencial, grandes ideas y una maravillosa banda sonora a cargo de Grant Kirkhope y David Wise, pero le falta pulido y ese toque de brillantez que hicieron de Super Mario 64 y Banjo & Kazooie clásicos imperecederos. Es una pena.
Hay una enorme cantidad de contenidos por explorar, incluyendo un salón recreativo donde disfrutar de divertidas pruebas multijugador con estilo arcade, pero en Yooka-Laylee es difícil encontrarle el punto medio a las cosas. O divierte mucho o no lo hace, o te encantan los gruñidos y sonidos guturales con el que hablan los personajes, o lo detestas; y eso hace difícil recomendar abiertamente su compra. En mi opinión, si te gustan los clásicos de N64, no deberías pensártelo mucho, es un juego que vale la pena; pero no esperes encontrar una obra a ese nivel. No lo está. Como apunte, en lo técnico, el videojuego también es algo irregular; aunque en PC se mueve a 60fps salvo en contadas ocasiones, donde puede pegar unos tirones, en consolas la aventura de Playtonic funciona a 30fps, que no siempre son estables.
Cuando la nostalgia está de por medio cuesta mucho ofrecer una opinión que sea válida para todo el mundo, y Yooka-Laylee es el mejor ejemplo de ello. Estoy seguro que los seguidores de Banjo & Kazooie y, en general, los fans de las aventuras de plataformas 3D propias de la era Nintendo 64 disfrutarán de este videojuego de Playtonic, pero a su vez, se sentirán algo decepcionados por lo que pudo ser y no fue. Hay mucho potencial, grandes ideas y una buena base jugable, pero su irregular diseño de niveles y lo simple de algunas de sus pruebas lo alejan de los más grandes.
- Recupera con gran acierto el estilo plataformero de la era Nintendo 64
- El diseño y colosal tamaño de los cinco mundos de juego
- Yooka, Laylee y el resto de personajes secundarios. ¡Tiene mucho encanto!
- Estupenda banda sonora y colorida puesta en escena
- Divertido multijugador local para cuatro personas
- A veces la cámara puede entorpecer algo la acción
- En algunos aspectos se siente demasiado simple, algo anticuado
