Análisis de Dragon Quest VIII. Un J-RPG imprescindible

Análisis de Dragon Quest VIII. Un J-RPG imprescindible
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Inolvidable, clásico, imprescindible… Dragon Quest VIII vuelve para recordar por qué ha sido la entrega más laureada durante todo este tiempo. Lo hace con una versión para Nintendo 3DS que no cambia mucho, pero sí lo suficiente como para que viajeros con ganas de aventura se embarquen en un J-RPG sin miedo alguno a naufragar.

No puedo ocultarlo, he sentido rabia. Me he enfadado conmigo mismo tras dedicar horas y horas a Dragon Quest VIII. No porque sea una mal aventura, sino precisamente por todo lo contrario. ¿Cómo pudo un amante de los J-RPG haberse perdido tal joya? Pasé por las sagas Final Fantasy, Chrono, Breath of Fire… pero este me lo perdí, sin explicación.

Así he estado durante horas, dándole vueltas al asunto mientras jugaba. Pero en fin… El caso es que ahora con Nintendo 3DS me he redimido, aunque siempre me quedará conocer lo que se sintió en su día. Debió ser espectacular. El mundo que se nos presenta es absurdamente grande. Presentaba novedades ingeniosas para los cánones del género. El equilibrio combativo y su dificultad parecían cubiertos en oro.

Si un profesor va a una clase de creación de J-RPG, le bastaría con darles este videojuego. "Aquí tenéis. Si queréis ser grandes, sólo tenéis que superarlo", les diría. Los japoneses de Level-5 dejaron el listón muy alto. Demostraron que no hacía falta un guión demasiado elaborado, ni tampoco complicarse la vida con mil movidas jugables para hacer algo soberbio. Sobre seguro, con calidad y, por supuesto, con mucho Dragon Quest gestaron un viaje épico que ahora sé que recordaré durante mucho tiempo. Y además, en formato portátil, que nunca está de más.


Así fue… así es Dragon Quest VIII

Antes de comenzar, quiero puntualizar algo. Si ya lo jugásteis en su día, podéis volver a hacerlo, porque hay novedades. No muchas, pero las hay. Sin embargo, los que indudablemente deberían catarlo son los amantes de los RPG (más en particular los japoneses). Ya no os cuento si os gusta Dragon Quest. La razón es tan sencilla como entender que es uno de los mejores representantes del género, además de que está considerado como el más destacado exponente de la franquicia.

Las batallas ahora se pueden resolver en menos tiempo, sumando la función auto a la mayor rapidez entre turnos.
Las batallas ahora se pueden resolver en menos tiempo, sumando la función auto a la mayor rapidez entre turnos.


Razones hay varias. La primera es indudablemente su mundo: es colosal. Sientes que no tienes límites. Pronto subes de nivel para llegar a más sitios, consigues medios de transporte y traspasas nuevas fronteras. La sensación de viaje es magistral, con una historia que camina entre la tragedia y la comedia de manera virtuosa. El guión no es complejo: deshacer el hechizo que ha transformado en monstruo a un rey y en yegua a una princesa. Sin embargo, hay muchas historias alrededor, los protagonistas están trabajados argumentalmente y encima hay un villano que consigue transmitir muy mal rollo.

Este tono de tragicomedia encaja a la perfección con los diseños de Akira Toriyama y el aura de epopeya colorida que destila todo el juego. Por si esto fuese poco, las batallas por turnos funcionan como una máquina perfectamente engrasada, a pesar de los años transcurridos. Se atrevía a incluir cosas como reclutamiento de bestias, creación de objetos con alquimia y acumular fuerza en diversos turnos hasta ver a nuestros protagonistas convertirse en una especie de super saiyans.

Un J-RPG imprescindible


Su mundo: es colosal. Sientes que no tienes límites

Todo esto lo he podido comprobar… y me ha hecho pensar. Si hoy en día me sorprende, no puedo imaginar lo que supuso en su día. Todo está tan bien ajustado que no me ha importado tirarme horas leveando para hacer frente a una dificultad que tiende a ser elevada. Siempre he sentido ganas de irme de compras para ver si tenían nuevos objetos, o de conversar, o de simplemente explorar por si encontraba algunas monedas por la cara. Es un J-RPG reconfortante, que merece mucho la pena.

Eso sí, es un J-RPG clásico como el que más. Aquí si te tiras varios días sin jugar ya no recordarás por donde seguir. De igual forma, puedes atascarte por cualquier cosa, la más absurda. Y no, aquí no hay flechas que te guíen. Por eso, insisto tanto en que debéis amar el género o que al menos os interese la marca Dragon Quest. Me costaría decir, hoy en día, que este juego es para todo el mundo. Creo que no sería acertado, y eso que Nintendo 3DS se ha esforzado.

Clásico renovado, pero sin pasarse…

Un J-RPG imprescindible


He llegado a la conclusión de que el ejercicio de reversionado consiste ante todo en mantener tal cual el clásico, aunque con algunos cambios de notoriedad. El más importante versa sobre la eliminación de los encuentros aleatorios. Eran un lastre hace 10 años y hubieran sido mortales en la actualidad. Por eso, podemos ver a los enemigos y esquivarlos. Una buena decisión de diseño que se complementa con una función para acelerar las batallas.

Un J-RPG imprescindible


Lo mejor de la historia es que sabe combinar muy bien momentos de comedia con otros en que sabe ponerse más seria.
Lo mejor de la historia es que sabe combinar muy bien momentos de comedia con otros en que sabe ponerse más seria.


Todo va encaminado a eliminar frustraciones. Otro buen ejemplo es que se integra el guardado rápido en el menú de opciones, evitando que tengamos que ir al poblado más cercano para salvar partida. Cuando subimos de nivel, nuestros puntos de vida y magia se recuperan automáticamente, cosa que no ocurría en el original. Asimismo, los puntos de habilidad se pueden reservar si no los queremos gastar en ese momento, y la alquimia se ha mejorado para que la creación de objetos sea más rápida.

Dragon Quest VIII ya fue conocido por un "endgame" respetable, que contenía tareas adicionales. En Nintendo 3DS contamos con nuevas mazmorras y misiones secundarias, entre las que se encuentra la fotografía. Es interesante, porque nos hace recorrer diversos emplazamientos, capturar instantáneas y obtener recompensas a cambio. Da para unas cuantas horas más. También se pueden editar (con todos los adornos horteras que os podáis imaginar) y compartir online. No está mal, pero se queda en la anécdota.

Veo más fácil que os guste que hay dos nuevos personajes jugables: Rubí y Morrie. Sus detalles os dejo que los descubráis por vosotros mismos. Sólo mencionaré que se obtienen en un estado avanzado de la aventura y que su inclusión es muy bienvenida, porque tienen bastante que aportar (también a nivel argumental). Por cierto, hay escenas inéditas en la trama, inyectando un extra de trasfondo sobre los personajes.

Es un J-RPG reconfortante, que merece mucho la pena


Un J-RPG imprescindible


El videojuego no presenta problemas de rendimiento, va muy fluido. Sin embargo, es gráficamente inferior a lo visto en PlayStation 2. Peor uso de colores, texturas, modelados… No es tan vistoso, pierde detalles. No creo que haya sido por un mal aprovechamiento del hardware, o al menos eso me hace entender que se haya deshabilitado el uso del efecto 3D. Puede que la consola lo haya dado todo. Aún así, hay que decir que muestra un notable aspecto, más teniendo en cuenta las dimensiones y resolución de la pantalla, que son diferentes. Un problema similar ha debido surgir con la música orquestada, que se ha sustituido por la MIDI. Hasta las conversaciones en inglés (subtítulos en español) suenan con una calidad algo pobre.

Square Enix no ha aportado explicaciones. Estaría bien conocerlas, es un caso curioso. De todos modos, denoto cierta falta de interés, más que nada porque el sistema de menús se hereda de anteriores "remakes", en lugar de apostar por la elegancia del clásico (mucho más vistoso). Una pena, especialmente por la banda sonora, que es amor por las partituras. Koichi Sugiyama se marcó el mejor repertorio sinfónico de toda la serie. Y no me da miedo acabar el texto con un enlace… porque este señor es bueno hasta sin orquestar.

Magnífico

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Por: El equipo de 3DJuegos
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Dragon Quest VIII: El periplo del rey maldito es un J-RPG imprescindible, a pesar de los 10 años transcurridos. Hay que tener en cuenta su condición de clásico y que no se puede recomendar hoy en día a todo el mundo, incluso a pesar de las reformas introducidas en Nintendo 3DS, que arreglan muchas cosas. Sin embargo, si eres fan de los RPG, más en particular de los japoneses, y encima te atrae la licencia… no hay duda. Vivirás un viaje al pasado inolvidable.

Comprar Dragon Quest VIII: Journey of the Cursed King
  • Como J-RPG es de lo mejor que ha visto el género
  • Buen equilibrio de dificultad, es un juego con reto
  • Trama entretenida y fácil de seguir, con personajes interesantes
  • Las novedades eliminan frustraciones que lo hacen más actual
  • Gráficamente ha perdido atributos con respecto a PlayStation 2
  • La banda sonora no está orquestada en esta versión
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 50-60 horas (mínimo)
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