El fútbol virtual retorna este año en buena forma. Konami ha vuelto esta temporada con ritmo de competición, y nos brinda uno de los mejores episodios de Pro Evolution Soccer que recordamos en casi una década. No hay grandes cambios, pero se ha ajustado y pulido lo que vimos el año pasado para ofrecer una experiencia balompédica de alta competición. ¿Te apuntas?
La saga Pro Evolution Soccer ha pasado momentos difíciles desde la llegada de la generación de Xbox 360 y PlayStation 3. Prácticamente con el cambio de ciclo llegó el declive de una marca que, en el pasado, había gozado de una salud de hierro que elevó a la saga hasta el Olimpo de los videojuegos deportivos. Sin embargo el estudio japonés encargado de su desarrollo no supo adaptarse a los nuevos tiempos, y el cambio de hardware fue traumático con una manifiesta incapacidad para recuperar el pulso creativo durante un margen de tiempo demasiado largo. Entregas tan discretas como PES 2009, PES 2011 o el más reciente PES 2014 fueron testimonio de su declive, y sólo el núcleo más duro de fans de la IP fueron capaces de defender lo que incluso Konami acabó reconociendo abochornada. La sinceridad en Japón es algo muy valorado, y los ejecutivos y creativos de la compañía nipona siempre se han merecido un aplauso en este sentido.
¿Por qué comenzamos hablando de esto? No sólo porque es un contexto muy interesante para poder entender qué ha pasado con una franquicia que antaño levantaba el cetro del fútbol año tras año sin pestañear, sino porque da todavía más mérito a la capacidad que está demostrando el estudio para reinventarse. La adopción de apoyo desde Europa para dar empaque a una propuesta que, al parecer, ya no eran capaces de mantener al día sólo desde Japón ha tenido importancia, pero el escoger una línea y apostar por ella ha sido mucho más relevante. PES 2015 comenzó a apostar por el camino correcto; por su parte PES 2016, sin grandes aspavientos ni intención de reinventar la rueda, ha seguido esa misma línea ampliando y mejorando lo visto el año pasado. Desde hace un año ya no hay necesidad de pedir disculpas por parte de sus responsables, la temporada pasada tuvimos un videojuego muy notable, y en esta ocasión disfrutamos de una entrega incluso superior en muchas facetas. Queda algo de trabajo para recuperar una brillantez que, antaño, garantizaba el sobresaliente y la recomendación de compra anual casi con los ojos cerrados, pero definitivamente estamos mucho más cerca ahora que hace un par de años.
El Sendero de la Victoria
Tras casi una década dando tumbos, hace no mucho tiempo se anunció por parte de Konami la intención de apostar por un estilo más arcade que no renunciara a los avances tecnológicos de los últimos años que permiten un fútbol más realista pero que, al mismo tiempo, permitiera a la franquicia caminar por esa fina senda que busca recuperar las sensaciones de diversión pura del pasado. Pro Evolution Soccer 2016 afina lo visto en el juego anterior siguiendo este mismo camino, y lo hace manteniendo las mismas sensaciones de fluidez y respuesta a los mandos, algo fundamental en la serie y a lo que no siempre se ha prestado la misma atención, por desgracia. Ya dijimos adiós hace 12 meses a ese intolerable retardo en la respuesta del pad que lastró de sobremanera a PES 2015, y en esta ocasión gracias al trabajo extra sobre las animaciones tenemos todavía una naturalidad mucho mayor en todo lo relacionado con los movimientos de los futbolistas.
Siendo el balón como era uno de los puntos fuertes de la IP desde sus inicios, en Konami se han centrado este año en mejorar a los propios deportistas y el resultado es fantástico. El renovado motor de colisiones es una de las cosas que más se notan, y si bien queda todavía trabajo en este ámbito para igualar la oferta de la competencia, lo cierto es que cada vez hay más naturalidad en los choques y forcejeos entre jugadores. Siguen quedando algunos momentos extraños en los que una zancadilla o un empujón se zanjan con una caída totalmente irreal, pero son aislados y lo que abunda son disputas más realistas y una defensa en cuerpo a cuerpo que gana en satisfacción año a año. La complejidad sigue sin ser la clave del sistema, y precisamente se echa en falta algo más que el defender de cara con el botón asignado o el pulsar el inferior del pad para presionar y hacerlo otra vez para "meter la pierna". Esas de interacción pura y las de fijar la altura de la línea de defensa no son muchas posibilidades para una vertiente de los partidos, la del juego sin balón, con la que vamos a pasar tanto tiempo. Para entregas futuras queda pedir mucho más trabajo en este campo, y una proyección que nos permita ser activos en este tipo de labores y que haya una mayor sensación de logro al llevar a cabo un robo.
Con el esférico en los pies las sensaciones también son de mejoría, y en muchos sentidos se debe a la necesaria ampliación del abanico de animaciones que había disponible y que necesitaba de un buen trabajo. Los controles, los disparos, los pases, las maniobras imposibles… Todo brilla por su naturalidad, y es probablemente el campo al que más atención se ha prestado este año. La inversión de tiempo y dinero en esta vertiente ha tenido recompensa, y se traduce no sólo en que la representación en pantalla brilla por su veracidad sino también porque el traslado al pad, como ya hemos dicho antes, resulta impecable. Estos factores, unidos al hecho de que el ritmo de los partidos es más que adecuado, con una lentitud que puede llamar la atención a primera vista pero que recompensa mucho los diferentes estilos de juego, hacen que el saltar al campo sea una mezcla perfecta entre la diversión arcade que buscan sus responsables ahora y el no dar la espalda a ciertos elementos de realismo en los movimientos. Siempre podemos ajustar la velocidad del programa desde el menú, y de hecho lo hemos recomendado en algunos de los episodios anteriores, sin embargo en esta ocasión consideramos que el tempo de los partidos por defecto es el acertado.
Hay también una atención extra en lo relacionado con la inteligencia artificial, tanto aliada como adversaria, haciendo más difícil pero también más reconfortante el crear ocasiones o marcar goles. Por ejemplo cuando estamos construyendo un ataque, igual de grato cuando lo hacemos con fútbol de toque o con balones más directos, vemos que la movilidad de los jugadores por delante de la pelota ha alcanzado los mayores extremos de dinamismo que hemos visto hasta la fecha en la serie. Movimientos por dentro y por fuera, desmarques, acercamientos para recibir… Los futbolistas de PES 2016 se mueven de forma inteligente sin pelota, y eso se agradece. No podemos decir lo mismo de los porteros, que sí que experimentan notables mejoras con respecto a lo visto en las demos que Konami nos ha ido presentando sobre el videojuego en los últimos meses, pero a los que todavía queda mucho trabajo en cuanto a ser rigurosos cubriendo el primer palo, a no dejar incomprensibles balones muertos en el área pequeña o a la hora de exhibir los reflejos mínimos exigidos en ciertos disparos desde media distancia.
Los controles, los disparos, los pases, las maniobras imposibles… Todo brilla por su naturalidad, y es probablemente el campo al que más atención se ha prestado
La física del balón, como siempre en el caso Pro Evolution Soccer, sigue siendo de una calidad admirable. El esférico cada vez está más separado como ente de los pies del futbolista, mejorando todo lo que tiene que ver con regates, disparos y pases en ataque y con las entradas y las recuperaciones en cuerpo a cuerpo en defensa. Las mismas conclusiones positivas se derivan de centros y los disparos, tan brillantes como siempre y con ese carácter deliciosamente impredecible que garantiza algunas de esas jugadas absurdas marca de la casa que, de vez en cuando, también vemos en los partidos de fútbol profesional. Además el programa tiene más en cuenta que en episodios anteriores el hecho de las condiciones del campo y no sólo las climáticas, que pueden producir resbalones en el campo si llevamos a cabo maniobras bruscas y se da el caso de que éste está muy mojado; sino también más realistas que nunca en cuanto a cómo corre el balón sobre él si, por ejemplo, el césped está alto.
Horas y Horas de Fútbol
Otra cosa en la que Pro Evolution Soccer se ha puesto las pilas en los últimos años es en el tema de las modalidades jugables. Hace varias entregas la oferta era exigua, pero de un tiempo a esta parte se han incorporado muchas alternativas propias para acompañar a los torneos amistosos y a la incombustible Liga Master y ampliar el abanico de horas de juego que un aficionado puede dedicar a su videojuego de carácter deportivo. PES 2016 no aporta grandes novedades en este campo, y se limita a pulir cosas y añadir características a las alternativas que ya vimos el año pasado. Dentro del juego off-line, por ejemplo, donde más tiempo vamos a invertir seguramente sea precisamente en esa Master League en la que nos convertimos en director técnico de un equipo al que llevamos a lo más alto, ya sea con jugadores reales o inventados. Hay pocos cambios en esta vertiente a excepción de unos menús cada vez mejor diseñados, de una progresión que gana enteros en cuanto a interés y seriedad para los jugadores (con abundantes bonus), y de unas negociaciones que todavía dejan muy poco en nuestras manos pero que son más ágiles que nunca. ¿Cómo funcionan estas últimas? Cuentan con su sistema de porcentajes de acierto que nos permiten negociar diferentes partes de un traspaso apostando por unas u otras en función de lo que más posibilidades creamos que nos da de acabar cerrando el trato.
Por su parte Ser una Leyenda también ofrece una mecánica a largo plazo francamente amena. En ella encarnamos a un jugador único, real o inventado, y le acompañamos en su trayecto vital con ese estilo tan representativo de cámara de este tipo de alternativa jugable en los títulos deportivos. Pocos cambios aquí. Por otra parte tenemos la habitual combinación de amistosos y torneos, que podemos disputar tanto en solitario, como en multijugador local y a través de la red. Precisamente el on-line vuelve a ser uno de los puntos fuertes del lanzamiento ahora que Konami se ha dado cuenta de que hay que mimar esta vertiente en un videojuego de carácter deportivo. myClub retorna por todo lo alto con algunos cambios y ajustes. Ahora hay un sistema de niveles para los jugadores que va creciendo a través de los puntos de experiencia que obtienen en los partidos, y que permiten una cierta profundidad en el desarrollo de la plantilla que ciertamente agradecemos. En cuanto al rendimiento general del código de red, y tras probarlo durante un par de semanas después del lanzamiento, podemos asegurar firmemente que se cuenta entre las mejores entregas en este campo de toda la IP, dejando muy atrás los problemas que en este campo sufrían episodios anteriores. No hay rastro de lag en las partidas contra otros jugadores de todo el mundo y el matchmaking se realiza sin mayores demoras en unos tiempos más que tolerables. Sin embargo las habitualmente pésimas decisiones de sus responsables a nivel de diseño vuelven a lastrar el funcionamiento general con mensajes constantes de espera entre unas modalidades y otras mientras el título comprueba el correcto funcionamiento de la red general de forma pertinaz y con una lentitud que en ocasiones exaspera.
La física del balón sigue siendo de una calidad admirable
En última instancia queda el Entrenamiento que, en sus modalidades libre o de habilidades, nos permite familiarizarnos con los distintos cambios del juego. Dividido en cuatro ramas en función de nuestro nivel de habilidad, nos facilita el acceso a cosas tan sencillas como pasar y tirar o a otras tan complejas como hacer sombreros, vaselinas o voleas. Los entresijos del juego en cuanto a manejo puede que los aficionados más veteranos prefieran descubrirlos sobre la marcha partido a partido, sin embargo a la hora de probar alternativas de control como los pases o disparos sin asistencias, por ejemplo, viene bien tener un buen rodaje a nuestras espaldas. Las posibilidades manuales son alternativas que de buenas a primeras se nos pueden atragantar, y es que algunas de ellas no están demasiado bien implementadas como la del pase en profundidad o los desmarques controlados de compañeros, sin embargo se agradecen a la hora de multiplicar las horas de juego cuando ya hemos dominado su propuesta con los controles en asistido.
Los estadios van avanzando cada vez más en su acabado visual, aunque todavía hay facetas como el público y otros detalles que requieren mejorar
En lo que la franquicia también va mejorando poco a poco es en el tema de licencias. Sigue habiendo omisiones muy duras para el aficionado como la Premier League y la First Division británicas, que están presentes en cuanto a jugadores y plantillas pero que tienen todos los nombres, escudos y equipaciones inventados a excepción del Manchester United. Sucede lo mismo con la portuguesa que tiene oficiales al Sporting de Portugal, al Oporto y al Benfica, pero no al resto. La mayoría de las cosas se pueden solventar con el potente editor que incluye el videojuego, pero es un trabajo laborioso y siempre es una lástima que los equipos no vengan debidamente licenciados de serie en pleno año 2015. Sin embargo hay que destacar el notable esfuerzo por traer totalmente licenciadas las competiciones española (BBVA y Adelante), la Serie A italiana o la Eredivisie holandesa. Para consultar con mayor detalle los equipos presentes basta ojear el desglose completo que hicimos público hace unos días.
En cuanto a competiciones, el juego sigue haciéndose fuerte en las de índole continental con la licencia completa de logos, cabeceras y equipos de la UEFA Champions League, UEFA Europa League, la Copa Libertadores, la Copa Sudamericana y la AFC Champions League asiática. En cuanto a fichajes Konami vuelve a apelar a la paciencia de los aficionados, ofreciendo una copia final muy retrasada en este ámbito y haciendo esperar a los usuarios varias semanas para la primera actualización.el videojuego. En comparación con su máximo competidor, que siempre funciona realmente bien en cuanto a reflejar cambios de mercado y a llevar a los futbolistas con sus medias de forma muy realista en función de su rendimiento es una labor en la que hay que mejorar notablemente.
En términos visuales Pro Evolution Soccer 2016 está lejos de ser un videojuego que sorprenda o impacte, pero las bondades del FOX Engine comienzan a mostrarse poco a poco. Los estadios van avanzando cada vez más en cuanto a su acabado visual, aunque todavía hay facetas como el público y muchos otros detalles que requieren mejora. Sí que avanza notablemente la iluminación, el césped (que todavía requiere mucho más trabajo) y las caras de los futbolistas más reconocibles. Ya hemos invertido tiempo en hablar de las animaciones, que se benefician de los 60 frames por segundo y de la nitidez de la resolución del juego en consolas de nueva generación. De momento no hemos tenido oportunidad de ver el videojuego en PC, de modo que cuando Konami nos haga llegar una copia le echaremos el vistazo habitual para hablar sobre sus posibilidades. En cuanto al sonido, y ya con ánimo de cerrar la faceta audiovisual, el lanzamiento llega a nuestro país con las voces habituales de Carlos Martínez y Julio Maldonado "Maldini" en la línea de trabajo habitual, algo exigua en cantidad, muy deslavazada en cuanto a continuidad y no siempre acertada en lo tocante a la adecuación de las frases a las situaciones. Excesivo tono robótico y desconexión entre las frases de unos y otros para una de las partes que peor lucen en comparación con el resto de facetas del programa. Por otro lado los efectos están a buena altura aunque sin estridencias, y la música licenciada la puedes consultar desde este enlace a sabiendas de que no es precisamente brillante pero es una de las mejores selecciones que la IP nos ha dejado hasta la fecha en los últimos años.
Pro Evolution Soccer continúa caminando hacia donde debe con la entrega de esta temporada. No hay grandes novedades en el episodio de este año, pero todo se ha orientado hacia el pulido y el más y mejor de lo que vimos en el episodio anterior. PES 2016 sigue permitiendo mirar hacia el futuro de la serie con optimismo, pero además ofrece un lanzamiento realmente divertido y cada vez más cerca de la mejor forma exhibida por la serie en el pasado.
Comprar PES 2016- Pro Evolution Soccer sigue avanzando en la dirección correcta, y esa es la mejor noticia
- Los nuevos comportamientos de los futbolistas le dan mayor naturalidad a la experiencia jugable
- Todo lo relacionado con el balón sigue brillando a un nivel extraordinario
- Las mejoras en colisiones no están mal, pero falta mucho para tener un gran sistema de defensa
