Análisis de Rocket League. Futbolistas con ruedas

Análisis de Rocket League. Futbolistas con ruedas
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Auténticos bólidos, fútbol y propulsores son las tres claves de un Rocket League que nos ha dejado gratamente sorprendidos con su propuesta. Se trata de un juego accesible, que se disfruta más con amigos y que tiene esa característica que valoramos tanto de ser sencillo de manejar pero profundo a la hora de dominar. Si te gustan las risas a pantalla dividida y la diversión alocada, este es tu videojuego.

Puede que fueras de los que esperaban mucho de Rocket League o puede, por el contrario, que seas de los que han quedado sorprendidos con su singular propuesta; sin embargo este título de Psyonix demuestra que este pequeño estudio tiene grandes ideas y muy originales conceptos jugables que ejecutar. Este equipo norteamericano ha firmado producciones como ARC Squadron o Supersonic Acrobatic Rocket-Powered Battle-Cars, un trabajo con el que, de hecho, el que nos ocupa tiene muchos puntos en común. ¿Por qué? Lo que pone sobre la mesa Rocket League son equipos de coches que disputan partidos de fútbol a toda velocidad. Exacto, como lo oyes. Una estrafalaria mezcla de combustible, una gigantesca pelota y una arena futurista que tiene lo mejor de Destruction Derby y de un partido de fútbol de ciencia ficción.

No esperes encontrar en esta obra juego de toque, centros medidos o remates exactos. Esto es una auténtica locura arcade, todo el mundo empuja el balón hacia delante como buenamente puede, despeja acrobáticamente a base de saltos y, cuando logra una conexión con una asistencia o un remate espectacular, se siente realizado como en pocos lanzamientos deportivos. Cada gol, además, se corona con una divertidísima onda expansiva que lanza a todos los coches por los aires. Ríete del selfie de Totti, de las manos mirando al cielo de Messi o del salto y grito de Cristiano. ¿Se te ocurre mejor forma de celebrar un tanto?


Balones del Futuro

Todo puede parecer muy complicado pero la clave reside, precisamente, en su sencillez. El movimiento es máximo y la libertad de acción total, a los mandos de nuestro coche podemos girar a toda velocidad, saltar, hacer uso del turbo o incluso volar por los aires a rivales en espectaculares colisiones. El concepto del manejo es totalmente arcade, así que los movimientos no están restringidos por nada, pudiendo escalar las arenas incluso en vertical si es necesario. Rocket League se apoya en un concepto de la física totalmente exagerado que nada tiene que ver con la vida real, así que todo el movimiento de los bólidos es absurdo pero al mismo tiempo encaja con lógica dentro de ese concepto de fantasía donde la velocidad y la acción ininterrumpida es lo más importante. De hecho el esférico es más como un balón de playa que uno de balompié, así que todo camina en la dirección de la diversión pura y dura.

El control de los vehículos es tremendamente cómodo. Si lo queremos hay muchos tutoriales, pero podemos saltar al "verde" sin experiencia y no hacer el ridículo.
El control de los vehículos es tremendamente cómodo. Si lo queremos hay muchos tutoriales, pero podemos saltar al "verde" sin experiencia y no hacer el ridículo.


La propia pelota parte del punto central como en un partido de fútbol cualquiera y en cada extremo del campo hay una portería, de modo que el funcionamiento es el estándar de un partido de este tipo. Sin embargo en lugar de futbolistas hay coches, que parten a toda velocidad hacia el esférico cuando comienza el partido y desatan así un caos que sólo se detiene cuando uno de los dos equipos marca. El escenario está repleto de detalles como las paredes sobre las que nos podemos mover, el hecho de que las esquinas son curvas para que no se interrumpa nuestra velocidad en ningún momento o que hay turbos dispersos por el césped, que acumulamos al pasar sobre ellos, y que nos pueden dar ese plus de velocidad que necesitaremos en muchos momentos para acabar marcando la diferencia entre una victoria y una derrota.

Futbolistas con ruedas


De hecho este videojuego es uno donde las sensaciones están a flor de piel, podemos pasar de la euforia al enfado absoluto en apenas segundos, y esa sensación de montaña rusa es uno de los grandes logros del programa. Nos regala momentos tan épicos como sortear con éxito una colisión múltiple de otros siete coches, saltar sobre todos ellos y anotar golpeando el balón con el alerón trasero… algo así como la forma en la que los vehículos de la obra de Psyonix llevan a cabo las chilenas. Pero también hay muchos momentos de deliciosa frustración, no puede expresarse con palabras lo que se siente cuando pilotamos detrás de un contragolpe del rival sabiendo que no vamos a poder alcanzarlo para abortarlo porque nos falta el plus extra de velocidad que sólo se consigue con un propulsor, o cuando en una melee de bólidos acabamos marcando en propia puerta (el juego tiene el detalle de atribuirlo al último usuario oponente que haya tocado el balón).

Podemos pasar de la euforia al enfado absoluto en apenas segundos, y esa sensación de montaña rusa es uno de los grandes logros

Son encuentros de cinco minutos y, aunque tenemos la posibilidad de jugar off-line en exhibiciones y torneos contra la máquina (que de hecho llenará las partidas si algún jugador se desconecta para no desequilibrar los equipos), lo más recomendable como siempre en estos casos es hacerlo a través de internet en partidas rápidas, única alternativa on-line. Durante estos encuentros se nos premia casi por cada cosa que hacemos. Recibimos puntos por el saque inicial, por un despeje bajo palos, por centrar un balón al área improvisada, por hacer volar por los aires un rival que iba a anotar... Por supuesto lo más importante es introducir el esférico en la portería, sin embargo es estimulante que incluso las labores defensivas tengan su recompensa. Así mismo hay un muy interesante componente de desbloqueo, y es que con las victorias y puntuaciones vamos obteniendo cosas que se liberan: como vehículos extra y otros aditivos para personalizar nuestro bólido.

Si hay una forma de definir a Rocket League esa es la de que es un videojuego explosivo. El título no pierde una para llenar de humo y ondas expansivas la pantalla.
Si hay una forma de definir a Rocket League esa es la de que es un videojuego explosivo. El título no pierde una para llenar de humo y ondas expansivas la pantalla.


En algunos momentos concretos de los primeros días hemos experimentado algunos problemas de conexión, aunque que han ido descendiendo en importancia con el paso de los días, lo que nos lleva a pensar que podría deberse únicamente al hecho de que se trataba de los compases iniciales de vida del videojuego, y los servidores todavía estaban asentándose ante las exigencias de las multitudes que han obtenido el juego a través de PlayStation Plus, así como a los rigores que exige un juego on-line cruzado. Por otra parte cuando todo ha marchado bien, la mayoría de las veces de hecho, la experiencia es fantástica y se encuentran partidas a gran velocidad, lo que supone que el componente adictivo de la propuesta se maximiza a la enésima potencia al no haber apenas tiempos de espera entre partida y partida a través de internet.

Las posibilidades de personalización no pasan de la mera simpatía, pero nos permiten darle cierto color a nuestro alter ego motorizado.
Las posibilidades de personalización no pasan de la mera simpatía, pero nos permiten darle cierto color a nuestro alter ego motorizado.


Así mismo podemos entrar en el garaje para personalizar nuestro vehículo cambiando su pintura, las ruedas, la antena, el tipo de huella de cohete y añadiendo detalles a menudo absurdos pero siempre simpáticos como, por ejemplo, los gorros. Todos son, eso sí, de carácter meramente cosmético y no afectan al equilibrio de los vehículos, así que tienen que ver únicamente con nuestro interés por darle un toque diferenciador a nuestra máquina. De hecho el juego cuenta con ese toque amable y colorista también en el modelado de éstos dentro de un apartado gráfico sin estridencias pero que cumple, así que todo se pone al servicio de nuestra diversión pura y dura. El total de "circuitos" en los que competir es de siete arenas, aunque dos de ellas son idénticas con pequeños cambios como, por ejemplo, el clima pudiendo ser despejado, tormentoso o diurno y nocturno.

Excelente

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Futbolistas con ruedas

Rocket League

Por: El equipo de 3DJuegos
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¿A que nunca imaginabas testarazos, voleas o centros al área con un coche? Rocket League es la forma perfecta de hacerlo. El videojuego es un entretenimiento formidable tanto si lo queremos disfrutar en partidas a través de internet como si queremos hacerlo con nuestros amigos en el sofá y con unas cervezas. Diversión, risas y entretenimiento en estado puro y una de las grandes sorpresas del recién estrenado segundo semestre del año.

Comprar Rocket League
  • Muy, muy adictivo y efectivo para jugar con amigos
  • Es un videojuego muy sencillo de entender y de manejar, apto para los más novatos
  • Lo fácil que es sentirse dentro y hacer voleas, chilenas y remates de cabeza con los coches
  • Echamos en falta más variedad y número en las modalidades en las que competimos
Jugadores: 1-8
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: Incalculable
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