Análisis de The Surge. El infierno de las máquinas

Análisis de The Surge. El infierno de las máquinas
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Sin compasión ni piedad con los que cometen errores, el nuevo videojuego de los autores de Lords of the Fallen ha demostrado ser una gran aventura de acción y rol con personalidad propia. Tras sobrevivir a sus muchos peligros, os lo contamos en el análisis de The Surge.

Lo he odiado con toda mi alma. Me ha enfurecido hasta el punto de vociferar como un loco y abandonar la partida. Qué sufrimiento, cuánta frustración… pero también, qué emocionante y adictiva puede ser la acción de The Surge, un videojuego temible, implacable, que te castiga una y otra vez de formas tan brutales, tan salvajes, que pareciera que los autores de Lords of the Fallen buscasen alejarte de su último trabajo; hacerte huir, escapar de ese infierno futurista al que nos transportan. Pero algo tiene, algo ofrece lo nuevo de Deck 13 que por mucho que blasfemes al final siempre regresas. Necesitas ponerte a prueba, demostrar que nada ni nadie puede contra ti, por injusta que se vuelva la lucha en alguna que otra ocasión, o por imposible que parezcan algunos de los desafíos que propone esta aventura con tintes RPG. Fiel al estilo de la saga Souls de From Software, pero también con personalidad propia, rendirse no es una opción.

Cuesta explicarlo a alguien que nunca ha disfrutado de un juego del estilo porque, sinceramente, pasar horas peleando contra un enemigo capaz de matarte con un solo golpe no parece el plan más divertido del mundo. Y sin embargo ahí estaba, intentándolo sin demasiado éxito; gritando, ¡maldiciendo!, con el corazón latiendo con violencia y la tensión por las nubes a sabiendas de que el mínimo error se paga carísimo. Pero entonces llega el momento esperado, acabas con él y no lo puedes evitar; ¡victoria!, exclamas emocionado… para pocos minutos después, caer en las garras de otro monstruo. Da igual que sea un jefazo o el esbirro más cutre de todos; en The Surge la muerte acecha de forma implacable. Un descuido y estás perdido. ¿Qué te motiva a seguir adelante? Simple y llanamente la sensación de progreso, el saber que paso a paso, derrota tras derrota, te vuelves más fuerte, más ágil en la lucha contra unas máquinas homicidas que te harán sufrir lo que no está escrito.


Y las máquinas tomaron el control

Aunque a Deck 13 no le gustan las comparaciones con Dark Souls es inevitable hacer alusión a la saga de Hidetaka Miyazaki para entender los fundamentos básicos de The Surge sin andarnos con muchos rodeos. La exploración a través de un mundo con áreas interconectadas, el sistema de control, la dureza de unos combates en los que prima la táctica por encima de la acción desenfrenada… hay muchas semejanzas entre una y otra obra, pues incluso la muerte se castiga de forma similar, haciéndote perder todos los puntos de experiencia -aquí chatarra- acumulados hasta ese momento, que puedes recuperar si alcanzas tu cadáver en el tiempo límite sin morir en el intento. Sin embargo, ya lo decía antes, este es un juego con personalidad propia; no se siente como una simple copia con ambientación futurista.

Explorar tiene recompensas: diagramas para fabricar nuevo equipo defensivo, mejores implantes, y materias primas para mejorar las armas y el resto del equipamiento.
Explorar tiene recompensas: diagramas para fabricar nuevo equipo defensivo, mejores implantes, y materias primas para mejorar las armas y el resto del equipamiento.


Me ha gustado su sistema de combate y eso que en los primeros compases de la aventura lo veía algo tosco, lento y falto de gracia. Las sensaciones cambian con el paso de las horas. Cada vez te sientes más cómodo peleando contra enemigos que no conocen la piedad, pues hay mucha estrategia en estas batallas. Y no me refiero solo a saber cuándo bloquear un ataque, cuándo esquivar, o en qué momento golpear. Aquí también debes decidir qué parte del cuerpo atacas; si machacas la cabeza o te centras en el brazo que porta el arma, si golpeas las piernas hasta hacer caer al rival o le asestas un tajo mortal en su torso. Dependiendo del golpe, y la fuerza de este, el enemigo reaccionará de una u otra forma… sufriendo más o menos daño en base, también, a su equipo defensivo. ¡Que esa es otra! Centrarse en zonas desprotegidas ayuda a matarlos con mayor rapidez pero, a cambio, pierdes la oportunidad de obtener las preciadas materias primas con las que, más adelante, podrás crear nuevo equipo y mejorar las piezas existentes.

El infierno de las máquinas


Sientes que cada golpe que das tiene una razón de ser, contribuye a alcanzar la victoria

The Surge crea así una curiosa dicotomía entre riesgo / recompensa con la que es difícil no estar contento. Los valientes, aquellos que luchen mirando cara a cara a la muerte, obtendrán más recursos con los que mejorar su equipo… pero claro, se exponen a sufrir una cruel derrota. Hay más. Para extraer estos preciados recursos debemos cercenar a los enemigos, lo que solo conseguiremos tras ejecutar unos golpes de gracia que requieren de cierto nivel de energía que se genera con cada golpe que asestamos. Ya lo decía antes. Esto no va de machacar botones ni atacar sin ton ni son; hay que pensar cada movimiento, cada estocada que damos, porque de lo contrario, la muerte no espera. Más con unos enemigos implacables y cada vez más poderosos. En los compases iniciales son lentos, torpes, así que cuesta poco esquivar sus acometidas pero luego… luego son máquinas de matar; veloces acróbatas que nos dispararán, o saltarán sobre nosotros, o bloquearán nuestros ataques con una facilidad pasmosa.

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¿Quién anda ahí? The Surge no tiene piedad ni tan siquiera en el diseño de escenario: los hay con residuos tóxicos, nubes de veneno ¡y zonas oscuras!
¿Quién anda ahí? The Surge no tiene piedad ni tan siquiera en el diseño de escenario: los hay con residuos tóxicos, nubes de veneno ¡y zonas oscuras!


Hay enemigos humanoides, pero también máquinas equipadas con varias armas a las que se puede destrozar, pieza a pieza, para minimizar su fuerza de ataque. Es algo que me encanta. Sientes que cada golpe que das tiene una razón de ser, contribuye a alcanzar la victoria más allá del mero hecho de restar salud al contrario, y es lo que al final te motiva a seguir adelante. Es verdad que a veces Deck 13 no mide bien el nivel de dificultad y termina frustrando en momentos puntuales de la partida con desafíos poco menos que imposibles, ¡hay batallas infernales!, aunque también hay que reconocerle el mérito de transmitir a la perfección una gran sensación de progreso, de mejora constante, que de algún modo te tienta a intentarlo sin cesar. Es brutal en su acción, no tiene piedad, pero sabes que de una u otra forma terminarás sobreponiéndote a cualquier desafío que se plante ante ti. Lo que minutos ¡u horas antes! parecía un reto fuera de tu alcance llega un punto en el que se vuelve asequible, no porque baje la dificultad, sino porque tú, sin darte cuenta, has terminado dominando un sistema de batalla con amplias opciones de combate.

A tu disposición tienes un buen arsenal de armas; las hay pesadas, a dos manos, las que causan poco daño pero te permiten moverte con mayor soltura, y las que te dan la posibilidad de atacar desde cierta distancia, manteniendo siempre a raya a los rivales. Con las materias primas necesarias puedes mejorar cualquiera de estas herramientas de combate, potenciando su daño, o la velocidad con la que golpeas; del mismo modo que puedes mejorar todo el equipo defensivo a tu alcance. Cascos, protecciones para los brazos, piernas, torso… ¡y hasta un dron!, que puedes adaptar a distintas estrategias para que sea el complemento ideal de tu superviviente. No acaba aquí la cosa. En los centros de salud, únicos puntos seguros de todo el juego, puedes instalar en tu cuerpo implantes con mejoras pasivas, como mayor nivel de salud, resistencia o detectar objetos ocultos; así como habilidades activas con las que se puede aumentar el daño de las armas o sanar las heridas. El uso de estas es limitado, pero bien usadas, pueden salvarte el pellejo en los momentos críticos.

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Lo mejor es la sensación de que, elijas la opción que elijas, siempre tienes alternativas para sobrevivir

Lo mejor es la sensación de que, elijas la opción que elijas, siempre tienes alternativas para sobrevivir al mundo de The Surge. Puedes adoptar un estilo de combate más directo, con golpes lentos pero demoledores, o apostar por una estrategia furtiva, de esquivar y atacar con gran velocidad, sin dar tiempo de respuesta a los enemigos. Pero con todo lo bueno que ofrecen estas peleas, también hay aspectos que no me han gustado nada, ¡que frustran!, como la imprecisión a la hora de fijar qué partes del cuerpo atacas, o la escasa variedad de movimientos con los que cuentas. Casi que os diría que cubrirse y contraatacar, que en principio es una opción válida, pronto pierde su utilidad dada la fuerza desmesurada de los enemigos. A veces sus movimientos también se sienten erráticos, toscos, por lo que cuesta discernir si van a atacar o simplemente intentan dar un paso con sus pesadas armaduras a cuestas. Hay mucho bueno en estas batallas pero también aspectos criticables, errores que de una u otra forma te impiden disfrutar plenamente de un juego que no tiene esa fluidez y gracia que sí muestran otros representantes del género.

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 El modo Nueva Partida + os llevará a luchar contra enemigos más poderosos conservando todas vuestras mejoras de nivel. Esto también abre nuevas vías por explorar.
El modo Nueva Partida + os llevará a luchar contra enemigos más poderosos conservando todas vuestras mejoras de nivel. Esto también abre nuevas vías por explorar.


Tampoco hay mucha variedad en los estilos de combate; notas las diferencias entre las armas, pero pronto estas dejan de sorprender pues siempre repiten un mismo patrón con estadísticas distintas. Por otro lado echo en falta muchos más jefes finales de los que aparecen en el juego, aunque viendo lo difícil que es tumbarlos, casi que deberíamos darle las gracias a Deck 13. Los derrotarás; tarde o temprano acabarás con ellos, pero al menos en mi caso, no me sentía orgulloso por la gesta sino, más bien, aliviado de haber sobrevivido a unos combates que sientes injustos, demasiado duros para los pocos recursos que tienes a tu alcance. Y es frustrante, ¡mucho!, como sentirse perdido en unos escenarios que a veces, tampoco dejan del todo claro hacia dónde debes dirigirte. No me entendáis mal.

Me encanta el diseño laberíntico de algunas de las oscuras instalaciones por las que nos transporta el juego, pero en momentos clave de la partida, no te indican con claridad cuál es tu siguiente objetivo, y puedes pasarte largas sesiones de juego moviéndote sin un rumbo fijo hasta la extenuación. En lo artístico The Surge no está nada mal, algunas de sus localizaciones me recuerdan al estilo del cineasta Neill Blomkamp, autor de District 9, pero no es muy sorprendente en lo que muestra. Algunas instancias dan miedo; hay mucha sangre, cadáveres, luces tintineantes y un ambiente propio de películas de terror, pero le falta la grandilocuencia y majestuosidad que impera en otros títulos del estilo. Lo mismo podría decirse del diseño de enemigos; aunque no está mal, y hay una gran variedad de ellos, son por lo general bastante comunes. Al final se trata de crear una gran ambientación, y con la ayuda de un buen apartado sonoro y fantástico efectos visuales, The Surge lo logra con creces. Sabe sorprender, que no es fácil, y a su modo te motiva a seguir adelante para descubrir los muchos horrores que aguardan en el extraño complejo en el que se desarrolla la acción.

El infierno de las máquinas


A The Surge le cuesta alcanzar ese nivel de genialidad al que los fans del género ya parecen acostumbrados

¿Qué ha pasado? ¿Por qué la muerte se ha hecho dueña del lugar? Sin entrar en muchos detalles la historia presenta un gran trasfondo argumental, es genial la temática y los dilemas morales que plantea, pero no termina de enganchar. Está bien, se sigue con interés, pero no es nada original y salvo en los compases finales del juego, que casi parece una aventura de terror por la ambientación y la dureza de los enemigos a los que te enfrentas, no ha logrado emocionarme como esperaba. Tiene sus momentos, un par de escenas brutales, o algunas grabaciones de audio -traducidas al español- que asustan, pero sinceramente también en este punto, el juego te deja con ganas de más. Casi que esta es la tónica predominante. Apunta maneras, tiene detalles geniales, pero a The Surge le cuesta alcanzar ese nivel de genialidad al que los fans del género ya parecen acostumbrados. Ni tan siquiera el diseño de enemigos está a la altura. Sus patrones de ataque, en general, son bastante típicos y si nos fijamos en los jefazos… bueno, más de lo mismo; dan miedo porque de un golpe te pueden matar, pero su apariencia no es tan imponente como debiera. Hay poca originalidad en ellos y ni tan siquiera se ha trabajado bien su presentación; aparecen sin más, sin grandes artificios ni una puesta en escena digna de su categoría.

Bueno

Sin sello
El infierno de las máquinas

The Surge

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Una buena aventura de acción y rol, desafiante, con combates emocionantes que sorprenden por su dureza. The Surge posee grandes virtudes que lo convierten en un videojuego recomendable. Es más que un simple clon de Dark Souls con ambientación futurista; es un título divertido que por difícil que ponga las cosas, siempre te motiva a seguir adelante, a probar suerte "una vez más", ¡hasta derrotar al enemigo! Y sin darte cuenta pasarás horas explorando y peleando en un mundo oscuro, terrible, donde la muerte acecha en todas partes. ¿Te atreves a entrar en él?

Comprar The Surge
  • Gran sistema de combate; es emocionante y muy estratégico
  • La personalización del protagonista y las opciones entre las que elegir
  • La sensación de progresión. Morirás sin parar, pero cada vez te sentirás más fuerte
  • Pocos jefazos contra los que batirse en duelo; su diseño no es especialmente original
  • Dificultad exagerada en puntos clave de la partida. En ocasiones se vuelve muy frustrante
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 20-30 horas
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