Marcus y Dom. Una de las parejas más carismáticas de la historia reciente de los videojuegos cuenta ya con la mejor forma de volver a disfrutar de su primera aventura. La Ultimate Edition de Gears of War es, como decimos, la manera ideal de disfrutar en 2015 de aquella joya, un juego que redefinió el género y que sirve tanto para divertirse a día de hoy como para entender cómo ha evolucionado el shooter.
Gears of War: Ultimate Edition es una de las remasterizaciones más esperadas del año, y es que supone la revisión de uno de los mejores videojuegos de la generación pasada. Hablamos de una de las obras maestras de Epic Games y, probablemente, de su trabajo más redondo. Un shooter en tercera persona de carácter táctico que redefinió el uso de las coberturas en los juegos de acción de este tipo, y que ofreció un apartado gráfico que, allá por 2006, marcó el inicio de lo que comenzó a considerarse el verdadero exponente del avance gráfico que podía suponer el comienzo de aquella generación.
The Coalition debuta en la franquicia Gears of War con este trabajo de traslado a la nueva generación, al igual que 343 Industries en su momento comenzó también con Halo: Combat Evolved Anniversary a modo de "fogueo" antes de Halo 4. El estudio comandado por Rod Fergusson, precisamente un veterano de la serie original, presenta aquí sus credenciales para hacerse cargo de la marca de ahora en adelante con una remasterización rotunda y potente. Una que no se limita a subir la resolución y mejorar la calidad de las texturas como hacen muchas otras, y que renueva apartados gráficos mucho más específicos a parte de destinar mucha atención a mejorar elementos como el multijugador y el controvertido código de red que exhibió el original.
Los Engranajes de la Guerra
Hablamos del videojuego que dio origen al, posiblemente, gran abanderado de Xbox en la anterior generación de máquinas. Es el primer título de la saga y, por lo tanto, un juego que plantó los pilares de lo que sería jugablemente la serie al completo. A partir de entonces Epic Games sencillamente se apoyó sobre ellos para permitir crecer a la IP sobre tan robustos cimientos. Recordemos que el programa se basaba en el uso de coberturas cuando en aquella época casi nadie hacía uso de ese tipo de dinámicas, y además revistió al conjunto de un barniz táctico que le hizo mucho bien y que permitió un enorme componente rejugable ante lo bien diseñados que estaban los escenarios para sacar partido de todas sus posibilidades en mil y un maneras. ¿La guinda? Una mecánica shooter perfecta para su propuesta, con un sentido del manejo de su arsenal muy adecuado y una sensación de poder con algunas tan memorables como el Lancer que pocas veces hemos vuelto a percibir.
¿Y la historia? Probablemente el gran punto flaco del título. El original fijaba el contexto levemente, habiendo que explorar distintas alternativas externas para descubrir qué eran Las Guerras del Péndulo o el pasado del planeta Sera en el que se ambienta, y apenas presentaba a los personajes y la potente imaginería de armas y villanos con las que contaba. Con la segunda y la tercera entrega se prestó mucha más atención a todo lo narrativo para corregirlo, y se completó con memorables arcos como la relación de Dom y la búsqueda de su esposa en la continuación, y con las historias de cierre en el último. Sin embargo, y a pesar de su escasa relevancia para disfrutar de este Gears of War en su primer episodio, en The Coalition han prestado enorme importancia a su exposición en pantalla remozando las cinemáticas por completo, algo a lo que no estamos necesariamente acostumbrados puesto que en muchos trabajos de este tipo no es algo que siempre se mime.
Hablamos del videojuego que dio origen al, posiblemente, gran abanderado de Xbox en la anterior generación de máquinas
Lo mismo podemos decir de la faceta puramente in-game, donde el videojuego no sólo hace los deberes sino que va un paso más allá y logra sorprender. En el estudio, conscientes de que todo el mundo va a estudiar con lupa su primera incursión en una de las sagas de referencia del género shooter, se han esmerado y no se han contentado con aumentar resolución y añadir un puñado de efectos. Uno echa un vistazo a la Ultimate Edition de Gears of War y piensa que es un producto plenamente vigente para el año 2015. Cierto que tiene algunos aspectos relacionados con lo puramente tecnológico que acusan el tiempo transcurrido, la friolera de casi 10 años, sin embargo en cuanto a lo artístico, a los modelados y a efectos como lo lumínico, el juego presenta un aspecto fenomenal. A esos elementos nos referimos cuando hablamos del fantástico trabajo de esta remasterización, que carga de detalle las armaduras de los protagonistas, que hace todavía más imponentes los majestuosos escenarios merced a unas texturas mucho más minuciosamente recreadas, y que baña todo con una luz renovada que dota de matices a la experiencia y nos permite ver los decorados de una forma casi nueva.
Uno de los grandes reclamos del programa es su adopción del estándar 1080p y de los 60 frames por segundo, ofreciendo el primero una nitidez extra en las imágenes que se muestran en pantalla que es francamente agradecida, no sólo para dejarnos ver mejor que nunca sus imponentes decorados sino también para ponernos los pelos de punta con su violencia más patente que nunca. En cuanto a la fluidez y su notable ganancia en este campo, como suele suceder en estos casos, es particularmente palpable a nivel jugable en apartados on-line, y es precisamente ahí donde se han volcado los chicos de The Coalition. La campaña mantiene los rangos de 30 frames por segundo del original, y toda la atención de esta disparada tasa de cuadros se centra en la faceta multijugador. Había cierta preocupación entre los aficionados por comprobar si la vertiente competitiva adolecería de los mismos problemas del original, que mostraba una preocupante inclinación a premiar al anfitrión de las partidas por su caprichoso código de red, y debemos decir que tras probarlo a fondo después de su puesta a la venta con servidores finales no hay nada que temer y todo funciona perfectamente y sin rastro del siempre temible lag. Lo que sí hemos notado es cierta inconsistencia en el uso de la escopeta, tradicionalmente un arma muy poderosa en la franquicia, y aquí algo caprichosa y capaz en más de una ocasión de darnos desagradables sorpresas con disparos que parecían cantados y que no impactan correctamente en los oponentes ¿Más novedades del competitivo? Un par de modalidades extra bastante estándar para la veintena de mapas que trae consigo el on-line, y que se suman al extra de capítulos que pudimos ver en exclusiva en la versión de PC y que ahora también disfrutamos en consola.
Por lo demás el título redondea su vasta oferta de contenidos con los ya conocidos del original en forma de cooperativo local y a través de internet para dos usuarios, una forma ideal de luchar contra la floja IA aliada, y con una serie de extras que sí debutan en forma de desbloqueables muy interesantes para fomentar la recogida de objetos. Recordemos que, para compactar todavía más un embalaje poco menos que insuperable, se agrega también la posibilidad de descargar la saga al completo en Xbox One merced a la retrocompatibilidad con Xbox 360 que llega a finales de 2015.
La remasterización de Gears of War hace uno de los más impactantes trabajos en términos de acabado gráfico que hemos visto hasta la fecha en cuanto a adaptaciones. La campaña sigue brillando con luz propia como una experiencia shooter de máxima intensidad y, a falta de probar el multijugador on-line en servidores públicos, compone conjuntamente con las facetas cooperativas y competitivas un pack difícilmente rechazable si no disfrutamos del original en su momento.
Comprar Gears of War: Ultimate Edition- Sigue siendo un videojuego fenomenal, no ha envejecido nada
- Sirve para entender el progreso del género shooter en tercera persona y el uso de coberturas
- Gráficamente es una de las remasterizaciones más impactantes que hemos visto
- Los 60 frames por segundo hubieran sido interesantes, al menos como opción, también para la campaña
- La inteligencia artificial aliada deja bastante que desear.
