Lo que Ubisoft denomina como "la expansión definitiva" de The Crew ya está entre nosotros. Wild Run desembarca en el mercado con sus contenidos inéditos y abundantes elementos de pulido para hacer del original un videojuego no sólo más completo sino también mejor. Así Ivory Tower recupera el pulso de su título de conducción y amplía sus posibilidades.
A finales del año pasado se lanzó el interesante The Crew, un videojuego de mastodónticos números pero también un título que no acabó de llegar tan lejos como su brutal propuesta parecía hacer ver desde la distancia. Sí, el lanzamiento fue tan grande como prometía en términos de números y tamaño y funcionó su faceta MMO, pero lo cierto es que algunas dudas sobre control, variedad de pruebas y acabado técnico en cuanto a físicas o colisiones le restaron muchos, muchos enteros. Ahora, casi un año después, tenemos entre nosotros su primera gran expansión de contenidos en forma de un Wild Run que se vende a cambio de 29,99 euros si ya disponíamos del original o de 49,99 euros si lo deseamos con el propio The Crew puesto que no se trata de un DLC independiente.
¿Y qué trae consigo? Nuevas pruebas, vehículos que probar, disciplinas inéditas recompensas que conseguir y trazados que descubrir, entre muchas otras cosas. ¿Merece la pena esto si ya disponemos del primero? Depende, como siempre, del usuario. Quien quedara ávido de más horas de entretenimiento y velocidad encontrarán aquí la horma de su zapato, desde luego, puesto que además de todas las novedades que incorpora el añadido también mejora elementos relacionados con la conducción o las físicas. Así que el título tiene la virtud de funcionar en dos direcciones, por un lado como una necesaria inyección de contenidos 12 meses después del original, y por otro como una notable mejoría de todo lo que teníamos en su momento.
Hacia Rutas Salvajes
La promesa de ser un multijugador masivo de velocidad con cientos de jugadores moviéndose a su ritmo por el mapa de Norteamérica sigue en pie, pero la idea es la de pulir las aristas. Es, de hecho, lo que ha venido haciendo el estudio Ivory Tower durante los últimos doce meses, presentando abundantes parches y actualizaciones masivas para corregir los elementos que frustraron a los aficionados que se hicieron con el videojuego en primera instancia. En ese sentido al programa le ha sentado muy bien el paso del tiempo y es que a día de hoy, ya incluso antes de la llegada de Wild Run, era un producto ostensiblemente mejor de lo que era en el momento de su salida. Lo que se ha conseguido con esta expansión de contenidos es, sencillamente, llevarlo un paso más allá.
Lo primero que hay que matizar es que si lo que esperas es una conducción realista o una simulación, el videojuego sigue sin ofrecer nada parecido a ello… Ni fue la intención entonces ni lo es ahora, así que ni tiene la seriedad de un Forza Motorsport o un Assetto Corsa ni tampoco la ligereza de un Need for Speed: es un punto medio que sigue pecando de cierta falta de profundidad en los conceptos básicos. En esta ocasión la expansión pule y ajusta elementos aquí y allá, pero no cambia la percepción general. La respuesta es algo mejor de lo que la recordábamos, y hay una mejora en físicas que garantiza un realismo algo mayor aunque sin grandes aspavientos. El ser veraces sigue sin ser el interés principal del estudio.
Por otra parte las grandes novedades se muestran entre, por ejemplo, los vehículos para empezar. Como es obvio se percibe notablemente la diferencia entre apostar por las motocicletas, que se manejan muy bien y son tan ágiles como veloces… Quizá sea algo aventurado pensar que son las "nuevas emociones" que promete Wild Run desde su fase promocional, pero desde luego su incorporación se nota y beneficia al conjunto, y será por su capacidad novedosa uno de los principales puntos donde nos volcaremos al principio. Parece claro que van a convertirse en uno de los vehículos de referencia tanto para las nuevas pruebas como para los viajes más largos entre las ciudades con más amplias distancias. También afectan a la conducción los efectos climáticos, que actúan sobre el juego de forma dinámica. Principalmente el efecto del viento o la lluvia afectan a la puesta en escena, sin embargo el hecho de estar el suelo mojado también afecta, aunque sea levemente, a nuestro control sobre los bólidos y particularmente sobre las motocicletas.
Lo que se ha conseguido con esta expansión es, sencillamente, llevar a The Crew un paso más allá
Si el título no destacaba originalmente por su variedad, sí es cierto que la implementación de nuevas pruebas y distintas mejoras a base de los mencionados parches sí logró combatir este problema aunque fuera levemente. Ahora llega Wild Run para ampliarlo todavía más, aunque no todos sus debuts sean igual de adecuados o interesantes. Por ejemplo algunos de ellos están únicamente centrados en la aceleración pura y dura de las pruebas de cambios de marcha con los dragsters, y acaban siendo algo aburridos a medio plazo especialmente en los circuitos más limitados en este ámbito; y otros como el de los derrapes, por su parte, ofrecen alternativas bastante estándar y no demasiado sorprendentes. Lo mismo podemos decir de algunas de las nuevas pistas, no hay nada demasiado sorprendente porque al fin y al cabo no dejan de ser trazados inéditos sobre escenarios que puede que ya hubiéramos pisado, pero parecen bien diseñadas en su mayoría. Sólo tenemos pegas modestas para algunas ambientadas en lugares más cerrados que obligan a recortar velocidad en determinados recodos dentro de pruebas que, en realidad, estaban destinadas en su concepción a que quememos neumático de forma incontrolada.
Más interesante resulta la incorporación de los Monsters trucks, que provocan las situaciones más locas y divertidas. De momento, y como es obvio con un vehículo de especificaciones tan concretas y que no tiene mucho que hacer contra otros vehículos en las pruebas más caracterizadas por la velocidad, todavía son pocos los aficionados que se animan a hacer uso de él, sin embargo confiamos en que poco a poco vayan prodigándose más. La presencia de la Arena Monster para este tipo de vehículos nos ha deparado muchas risas y abundantes posibilidades de hacer auténticas locuras. Así mismo no podemos olvidarnos del hecho de que hay también abundantes eventos temporales, una mejorada velocidad en el tiempo que tardamos en encontrar partida y un nutrido número extra de piezas para personalizar nuestros vehículos. Por otro lado hemos mencionado al comienzo del análisis que había dos formas de adquirir el juego en función de si ya disponemos del original o no, no obstante hay una tercera que por 69,99 euros incluye packs adicionales de coches, entre otros contenidos que se incluyeron con el Pase de Temporada del programa. Alternativa recomendable si queremos exprimir el máximo jugo del programa, pero también alternativa de la que hay que estar muy seguros antes de hacernos con ella por ser la combinación de más alto precio.
Las motos van a ser los vehículos de referencia tanto para las nuevas pruebas como para los viajes más largos
Para acabar no queremos olvidarnos tampoco del apartado gráfico, que de todos los que han sufrido mejoras es obviamente el que resulta más llamativo. El incremento del nivel de detalle es más que obvio en elementos como las texturas, tanto de vehículos como especialmente de escenarios. Lo mismo podemos decir en cuanto al beneficio que para la fidelidad de la imagen supone el aumento de las distancias de dibujado, algo que por sus limitaciones provocaba desagradables efectos en cómo se recreaba el decorado en el horizonte y en los siempre molestos problemas de popping con los elementos de repetición. No es que el original luciera mal en PC o en las consolas de nueva generación, pero la sensación que tenían algunos aficionados de que algunos de sus elementos no estaban a la altura de lo que se exigía a un título del 2014 por fin ha desaparecido para presentar un look que no impone, pero que es más compacto. Por otra parte lo ya mencionado en cuanto a mejoras de físicas, que se hace muy patente en la conducción, también tiene su obvia proyección cosmética aunque debemos matizar que en algunos de los accidentes con colisiones más aparatosas no acaban de resultar creíbles o coherentes.
El billete hacia La Cima de The Crew ya tiene más peldaños con Wild Run. Hay muchas pruebas nuevas, de alta exigencia y alocado planteamiento, destinadas a satisfacer a los jugadores más veteranos, pero Ivory Tower no se ha olvidado de quien comienza aquí su andadura. Hay elementos que mejoran lo que vimos en su momento, aunque haya otros que siguen adoleciendo de falta de profundidad. Así que esta expansión puede que convenza a algunos nuevos jugadores de la idoneidad de su propuesta, pero su principal fe es la de seguir atrapando a los experimentados con horas y horas de entretenimiento.
Comprar The Crew: Wild Run- Hay incorporaciones muy interesantes al garaje de bólidos
- Algunos de los circuitos más locos ofrecen cosas muy interesantes
- Ha habido mejoras en aspectos relacionados con físicas y conducción
- A pesar de los esfuerzos continúa siendo una experiencia algo reiterativa
- El manejo y el realismo seguirán disgustando a algunos por poco profundos
