Construir tu propio parque de atracciones, sin límites, con gigantescas montañas rusas y grandes espectáculos. ¿Quién podría resistirse a algo así? Planet Coaster te permite crear tu particular Disney World con una sorprendente libertad de acción. Crea, gestiona y comparte tus obras en este divertido videojuego de gestión, obra de los autores del clásico Rollercoaster Tycoon 3. Análisis.
Todos llevamos un niño en el interior. No importa la edad. Está ahí, escondido, pidiendo a gritos un poco de atención; siempre en busca de esa diversión sana que lo haga salir de nuevo a la luz. Sentaos, pues, a jugar con Planet Coaster y veréis lo rápido que aparece. Es como volver a la tierna infancia. Uno de esos videojuegos que te hacen sonreír porque sí, porque no necesitan nada más que una gran premisa, una idea maravillosa, para divertirte como pocas obras consiguen. ¿Recuerdas la primera vez que visitaste un parque de atracciones? Toda esa ilusión, la indescriptible alegría por estar en un lugar único, por así decirlo mágico, se ve perfectamente reflejada en este juego de gestión que te permite construir, con una libertad asombrosa y gran vistosidad, tu propio parque temático. No hay límites más allá de los que tú mismo te impongas; la creatividad manda, y es gracias a ella que este sucesor espiritual del clásico Rollercoaster Tycoon 3 se ha convertido en un título tan especial.
He diseñado montañas rusas imposibles, tan locas, tan disparatadas en su trazado, que nadie en su sano juicio montaría en ellas; no al menos si quiere conservar la comida en el estómago. Pero a mí me da igual. Yo me monto y disfruto del viaje porque es mi creación; mi gran obra, mi particular Disney World con piratas, fantasmas y alienígenas pululando de aquí para allá. Esa es la grandeza de Planet Coaster. Te permite crear mundos de ensueño; parques de atracciones tan increíbles, tan divertidos, que cuesta horrores no dejarse llevar por la emoción. Hay tantas posibilidades, tantas opciones al alcance de un solo clic, que mi niño interior no ha dejado de gritar de alegría desde el mismo instante en el que inicié mi primera partida. Cómo no hacerlo si gracias a sus potentes herramientas de edición, que son una auténtica maravilla, algunos aficionados ya han creado atracciones ¡dentro de una gigantesca Estrella de la Muerte!
¡Que fluya la creatividad!
Basta echar un vistazo al trabajo de otros jugadores en Steam Workshop para comprender lo lejos que se puede llegar con este videojuego. Yo tan feliz, creyendo que había construido el mejor parque de atracciones de todos los tiempos… y de repente ¡encuentro esto! ¡O esto otro!, y me doy cuenta de lo mucho que me queda por aprender. Pero lo hago feliz, contento, porque en Planet Coaster la diversión nunca decae. Siempre hay nuevas formas de sorprender a los visitantes con atracciones más espectaculares, con montañas rusas más grandes y, sobre todo, con una decoración más original y llamativa. Es importante esto último, pues la estética es uno de los grandes reclamos con los que atraer la atención de los clientes.
Por genial que sea una de tus atracciones, por increíble que te parezca, si alrededor no hay nada, difícilmente el público acudirá al lugar. Hay que crear diversión por todas partes. Cuantas más sonrisas, más hamburguesas y regalos venderéis; y a mayor espectáculo, más fácil será que los clientes soporten la espera en las colas. Y me encanta. Adoro ese toque realista; el modo en el que la gente se comporta dentro de tu parque de atracciones. Además hay tantas opciones con las que decorar, tantas posibilidades de personalizar edificios y sus alrededores, que es imposible no pasarlo bien poniendo tiendas aquí y allí, embelleciendo caminos con flores y plantas exóticas, o creando espectáculos tales como una lucha entre piratas y el temible Kraken.
Hay tantas posibilidades que mi niño interior no ha dejado de gritar de alegría
El límite está en tu imaginación. Es la típica frase rimbombante con la que suelen venderte algunos juegos, pero en este caso es la pura realidad. Es cierto que hay menos atracciones que las que incluía el memorable Rollercoaster Tycoon 3 antes incluso de recibir sus expansiones, lo que a medio plazo le resta algo de atractivo, pero la pasión y creatividad con la que los propios aficionados están dotando de vida al juego hacen de este un problema menor. ¡Cada día hay nuevas creaciones! Es lo bueno de contar con unas herramientas de trabajo tan profundas y a la vez fáciles de manejar. Te bastarán un par de minutos para hacerte con ellas gracias a una gran interfaz de usuario, que es sencilla, agradable a la vista, con mucha información en su interior pero a su vez, bien presentada, sin asediar al usuario con datos. Tiene mérito.
Puede que la primera vez que construyas una montaña rusa sientas miedo; hay que tener en cuenta la velocidad, la inclinación de los raíles, la fuerza G, los giros imposibles y acrobacias para reducir al mínimo las náuseas, a la vez que buscas aumentar la emoción, pero con la práctica, poco a poco, crearás obras más espectaculares y fiables. Notarás tu progreso. Y esta es una sensación maravillosa. Más cuando te montas en tu propia atracción y disfrutas del viaje en primera persona. ¿Os sabe a poco? A mi terminó de convencerme la posibilidad de construir una gran atracción bajo tierra, en un complejo mundo subterráneo con sus monstruos y demás misterios.
Es una de las cosas que aprenderás en el Modo Carrera, que actúa como gran tutorial donde aprender lo básico. No hay muchas misiones a las que hacer frente, pero estás por lo general están bastante bien y suponen un reto agradable, como salvar de la bancarrota la empresa. Lástima que a nivel de gestión económica Planet Coaster se quede algo corto en comparación con otros competidores. Tiene detalles que me parecen geniales, como contratar campañas publicitarias o los pases vip, que dan acceso a las atracciones sin necesidad de hacer cola; pero en líneas generales hay poco que gestionar y cuanto más avanza la partida, más se nota.
A nivel de gestión económica se queda algo corto en comparación con otros competidores
Hay un Modo Desafío que dota a la acción de cierta chispa, pues plantea retos más difíciles de lo normal, pero al final, en estos momentos, la gracia de Planet Coaster radica sobre todo en su potente editor de contenidos y la enorme libertad que ofrece a la hora de construir tu propio parque de atracciones. Si eres de los que disfruta con ello; si te apasiona crear escenarios de ensueño, diseñar montañas rusas súper originales o, simplemente, pasear por tu particular Disney World, entonces no encontrarás mejor opción. Gracias al Modo Creación, que no pone límites económicos, y la presencia de los mods, aquí tienes juego para rato. Uno que además es especialmente bonito, porque cuesta no sonreír cuando ves a todos esos monigotes correr de aquí para allá con tanta alegría en su cara.
Me encanta el colorido de los escenarios, el diseño de las atracciones, la belleza de las puestas de sol, lo bonito que se ve todo a la luz de la luna, la cantidad de objetos decorativos y, en general, la vida que se respira por el parque. Es algo mágico. Mezclarse con toda esa gente te hace sentir como un visitante más; como uno de esos niños que camina feliz entre piratas y ogros. La inteligencia artificial de estos, por cierto, es bastante buena. Responden de forma creíble al entorno que les rodea y no es necesario acudir a las estadísticas del parque para saber si se lo están pasando bien o mal. ¡Su cara lo dice todo! Otro pequeño gran detalle que denota el mimo y cariño con el que se ha creado este videojuego, que hasta permite personalizar la música, la intensidad de las luces, la orografía del terreno y mil detalles más.
La optimización es otra de las virtudes del programa. Funciona muy bien en una amplia variedad de equipos, aunque obviamente, solo aquellos con un PC más potente podrán disfrutar de la experiencia en el nivel de calidad Ultra. Me apena que Planet Coaster no innove más, o que no incluya opciones multijugador al margen de compartir contenidos, pero hacía tanto que no me lo pasaba tan bien con un juego de estas características, ¡ya los echaba de menos!, que estas cosas, aunque afean el resultado, no lo alejan del notable. Pienso en el futuro que le aguarda con tantos jugadores volcados en crear nuevos contenidos y se me ilumina la cara.
Construir tu primera montaña rusa, por colosal que parezca, supone solo el primer paso hacia algo mucho más grande: diseñar el parque de atracciones de tus sueños. Este es el principal atractivo de Planet Coaster, un videojuego que pone en tus manos las herramientas de trabajo necesarias para alcanzar ese objetivo. Casi que no hay límites más allá de tu propia imaginación, y es genial, porque los aficionados están creando auténticas maravillas que prometen alargar la vida del juego durante mucho tiempo. Habría estado bien algo más de innovación y, sobre todo, más opciones de gestión económica, pero si lo tuyo es diseñar y construir, aquí tienes juego para rato.
- Nunca fue tan fácil y divertido crear tu propio parque de atracciones
- Los contenidos creados por otros usuarios. Steam Workshop es el paraíso
- El colorido y vistosidad de los gráficos
- Se echan en falta más opciones de gestión económica
- Poco innovador. Es un juego muy continuista
